lunes, 10 de enero de 2011

12 trabajos de hercules - A Bailey

Los trabajos de Hércules
Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul
(Alice A. Bailey)
El zodíaco
Aquel que preside miró hacia adelante, a los hijos de los hombres, que son los Hijos de
Dios. Él vio la luz de ellos y el lugar donde estaban parados sobre el Sendero de retorno al
Corazón de Dios. La Senda recorre un círculo a través de los doce grandes Portales y, ciclo
tras ciclo, los Portales se abren y los Portales se cierran. Los Hijos de Dios, que son los
hijos de los hombres, caminan por allí.
Poco clara es la luz al principio. Egoísta la tendencia de la aspiración humana, y oscuros
los actos resultantes. Lentamente los hombres aprenden y, aprendiendo, pasan entre los
pilares de los Portales una y otra vez. Lerda es la comprensión, pero en las Antesalas de la
Disciplina, encontradas en cada sección de la cósmica extensión del círculo, la verdad es
lentamente comprendida; aprendida la lección necesaria; la naturaleza purificada y
enseñada hasta que se ve la Cruz –esa Cruz fija y a la espera, que crucifica a los hijos de los
hombres, prolongada en las Cruces de los que sirven y salvan.
Del conjunto de hombres, un hombre se adelantó en los días de la antigüedad y
sorprendió el ojo vigilante del Gran Anciano que preside eternamente dentro del Concilio
de la Cámara del Señor. Se volvió hacia el que estaba de pie cerca suyo y dijo: "¿Quién es
esa alma sobre el Sendero de la vida, cuya luz puede ahora ser vista oscuramente?”.
Rápidamente llegó la respuesta: "Esa es el alma que, en el Sendero de la vida,
experimenta y busca la clara luz que brilla desde el Alto Sitio".
"Déjala proseguir sobre su senda, pero vigila sus pasos".
Los eones velozmente continuaban su curso. La gran rueda giraba y, girando, traía el
alma que buscaba sobre el Sendero. Después, llegó un día en que Aquel que preside el
Consejo de la Cámara del Señor atrajo nuevamente al círculo de Su radiante vida al alma
que buscaba.
"¿De quién es esta alma sobre la Senda de sumo empeño cuyo resplandor oscuramente se
distingue afuera?” Llegó la respuesta: "Un alma que busca la luz de la inteligencia, un alma
que lucha".
"Dile de parte mía que vuelva a la otra senda y luego que viaje alrededor del círculo.
Entonces encontrará el objeto de su búsqueda. Vigila sus pasos y, cuando tenga un corazón
comprensivo, una mente anhelante y una mano diestra, tráemela".
Nuevamente pasaron los siglos. La gran rueda giró y, girando, llevó a todos los hijos de
los hombres, que son los Hijos de Dios, sobre su senda. Y mientras estos siglos pasaban, un
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grupo de hombres emergió y lentamente cambiaron a la otra senda. Ellos encontraron el
Sendero. Pasaron los Portales y se esforzaron hacia la cima de la montaña, y hacia el lugar
de muerte y sacrificio. El Maestro vigilante vio un hombre emerger de esta multitud, subir a
la Cruz fija pidiendo hazañas que cumplir, servicios que rendir a Dios y al hombre, y buena
voluntad para recorrer el Sendero hacia Dios. Se paró delante del Gran Ser que Preside, el
cual trabaja en el Concibo de la Cámara del Señor y oyó adelantarse una voz:
"Obedece al Maestro en el Sendero. Prepárate para las últimas pruebas. Pasa a través de
cada Portal y en la esfera que ellos descubren y guardan, ejecuta el trabajo que convenga a
su esfera. Aprende así la lección y empieza con amor a servir a los hombres de la tierra".
Luego le llegó al Maestro la palabra final: “Prepara al candidato. Dale sus trabajos a
realizar y coloca su nombre sobre las tablas de la Senda viviente".
El tibetano
Prólogo: El propósito de este Estudio
El intenso interés evidenciado en este tiempo en el tema de la vida espiritual, es en sí
mismo la garantía para tal estudio como esta serie de artículos se propone. A pesar del
hecho de que la religión académica y teológica no tiene ya su antigua atracción y a pesar de
la rebelión contra la religión organizada, el impulso hacia las realidades espirituales no ha
sido nunca tan vehemente como ahora. El día de la experiencia empírica en gran escala está
ahora con nosotros, y hombres y mujeres en todas partes están todavía rehusando creer y
aceptar ciegamente, porque están decididos a conocer. La aceptación de dogmas impuestos
está ahora cediendo lugar a experimentar y a una divina autodeterminación, basada en una
unidad efectuada con la Vida en la que vivimos nos movemos y tenemos nuestro ser, la
cual está tomando el lugar de la credulidad y superstición.
El problema de cada maestro hoy en día está en descubrir nuevas maneras para expresar
viejas verdades, y así presentar las antiguas fórmulas para el desarrollo espiritual que
adquirirán nueva y "vívida" vida. En ambos hemisferios hay muchos libros escritos sobre el
tema del Sendero del Discipulado, el Sendero de la Santidad y el Sendero de la
Iluminación. La nueva presentación de los problemas de ese Sendero Universal y de sus
dificultades inherentes no está justificada a menos que la aplicación pueda ser moderna y
práctica. Debe indicar la inclusión de la finalidad una vez que esos problemas hayan sido
superados, y debe evitarse la reiteración tediosa de esa regla básica de vida que ha sido
expresada en las dos palabras: "Sé bueno". Una y otra vez se nos ha dicho que debemos
vencer la tentación del mundo, la carne y el demonio. Ha sido creado en la mente del
aspirante occidental un sentimiento de que el Sendero es necesariamente un camino de
miserias, de autoabnegación y de penas sin fin. Su actitud es de paciencia activa hasta el
tiempo en que él, misteriosa y milagrosamente se abra paso a un mundo de paz y plenitud,
dentro del cual todas las dificultades llegan a su fin, la carne cesa de molestar y el demonio
tiene un intempestivo final. Y esto, como la recompensa de una humilde sumisión a la
voluntad de un inescrutable creador.
Hay, sin embargo, una alborada en la conciencia humana, una creciente realización de
innata divinidad y de que el hombre es en verdad hecho a imagen de Dios, y uno en
naturaleza con su Padre en el Cielo. La idea de propósito y de plan está siendo entendida y
toda la actitud del aspirante hacia la vida está cambiando rápidamente. ¿Sería posible ahora
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lograr este sintético cuadro del progreso del alma, de la ignorancia a la sabiduría, del deseo
material al logro espiritual, para que el fin pueda ser previsto desde el principio y una
cooperación inteligente con el propósito del alma haya vencido el lugar del ciego empeño?
Cuando esto se efectúa, el peregrino puede seguir su camino con el rostro vuelto hacia la
luz y resplandeciente de alegría.
En la historia de las dramáticas experiencias de ese grande y antiguo Hijo de Dios,
Hércules o Heracles, encontraremos que nos da justamente el sintético cuadro. No deja sin
tocar alguna fase en la vida del aspirante y aun lo vincula con actividades cósmicas.
Hallaremos que su tema es tan inclusivo, que todos nosotros, luchando en nuestra presente
vida moderna, podemos aplicarnos a nosotros mismos los experimentos y pruebas, las
derrotas y logros de esta heroica Figura que se esforzó, siglos atrás, hacia la misma meta
como lo hacemos nosotros. A través de la lectura de esta historia, un nuevo interés se puede
despertar en la mente del perplejo aspirante, y tal cuadro pintado en secuencial y universal
desarrollo y destino sirva, para que él vaya hacia adelante con renovado coraje.
Trazaremos la historia de Hércules y su esfuerzo para demostrar cómo él, en sus doce
trabajos, desempeñó el lugar del aspirante en el Sendero del Discipulado. Emprendió ciertas
tareas de naturaleza simbólica, y pasó por ciertos episodios y acontecimientos que pintan
para siempre la naturaleza de la disciplina y los logros que caracterizan al hombre que se
está acercando a la liberación. Él representa al encarnado, aún no perfeccionado Hijo de
Dios, quien con determinación toma en sus manos la naturaleza inferior y voluntariamente
la sujeta a la disciplina que producirá eventualmente el surgimiento de la divinidad. De un
descarriado pero sinceramente fervoroso ser humano, conocedor inteligente del trabajo que
tiene que cumplir, está formado un Salvador del Mundo. Dos grandes y dramáticas historias
se han mostrado constantemente ante los ojos de los hombres a través de los tiempos. En
los doce trabajos de Hércules, está representado ese Sendero del Discipulado, y sus
experiencias preparatorias para el gran ciclo final de la Iniciación, encuentran un eco
espontáneo en todo aspirante. En la vida y trabajo de Jesús el Cristo –el Hijo de Dios
perfecto que "ha penetrado por nosotros en el interior del velo, dándonos un ejemplo para
que sigamos sus pasos"— tenemos la ilustración de las cinco etapas del Sendero de
Iniciación que constituyen los episodios culminantes para los cuales los doce trabajos han
preparado al discípulo.
El oráculo ha hablado y a lo largo de los siglos ha hecho resonar la palabra: "Hombre,
conócete a ti mismo". Este conocimiento es la conclusión del Sendero del Discipulado y la
recompensa de todo el trabajo de Hércules.
Naturaleza del discipulado
Puede ser de valor considerar aquí brevemente qué es el discipulado, palabra
constantemente empleada por los aspirantes, tanto en los países cristianos como en las
religiones orientales. El discípulo puede ser definido como la etapa final del Sendero de
Evolución, y como ese período en la experiencia de un hombre en el cual él es
definidamente autoconsciente. Es la etapa en la cual sabiamente se compromete a imponer
la voluntad del alma (que es esencialmente la voluntad de Dios) sobre su naturaleza
inferior. En este sendero él se somete a un proceso madurador, para que la flor del alma
pueda expandirse rápidamente. La inevitabilidad de la perfección humana tiene su base en
la voluntad para hollar el Sendero. Esta perfección puede ser alcanzada en dos formas.
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Puede ser el resultado de un lento y seguro crecimiento evolutivo, llevado adelante bajo las
leyes de la naturaleza, ciclo tras ciclo, hasta que gradualmente el Dios oculto pueda ser
visto en el hombre y en el universo. 0, ser el resultado de la aplicación sistematizada y la
disciplina por parte del aspirante, produciendo un más rápido desarrollo del poder y vida
del alma.
En un análisis del discipulado, éste ha sido definido como "un disolvente psíquico que
destruye toda la escoria y deja el oro puro". Es un proceso de depuración, de sublimación y
de transmutación, llevado progresivamente hacia adelante hasta que finalmente el Monte de
la Transfiguración y la Iluminación son alcanzados. Los misterios ocultos y las fuerzas
latentes en los seres humanos, necesitan ser descubiertos y requieren ser utilizados de una
manera divina y de acuerdo con un divino propósito, inteligentemente comprendido.
Cuando ellos han sido así utilizados, el discípulo se halla en armonía Con lo universal y las
similares energías y poderes divinos que sustentan las operaciones del mundo natural. Así
él se convierte en un trabajador bajo el plan de la evolución y un cooperador con esa gran
"nube de testigos", que a través del poder de sus observaciones, y el resultado de sus logros,
constituyen los Tronos, Principados y Poderes por medio de los cuales la Vida Una guía
toda la creación progresivamente a una gloriosa consumación.
Tal es la meta hacia la cual Hércules trabajó, y tal es la meta de la humanidad toda, cuyo
logro final, en conjunto, será realizado por las muchas individualidades perfeccionadas.
Connotaciones Astrológicas
Un propósito secundario de este estudio es presentar un aspecto de la astrología que
diferirá del expresado habitualmente. Investigaremos la historia de Hércules a medida que
pasaba por los doce signos del zodíaco. En cada signo él expresaba sus características, y en
cada signo, lograba algún conocimiento nuevo de sí mismo, y a través de ese conocimiento
demostraba el poder del signo y adquiría los dones que el mismo confería. En cada uno de
los signos lo encontraremos venciendo sus tendencias naturales, controlando y gobernando
su destino, y demostrando el hecho de que las estrellas inclinan pero no controlan.
La forma de astrología que, yo creo, reemplazará andando el tiempo, la clase corriente
que trata con horóscopos, es esa sintética presentación de los acontecimientos cósmicos que
tienen sus reflejos en nuestra vida planetaria, en la vida de la humanidad en conjunto, y en
la vida del individuo, que es siempre el microcosmos del macrocosmos. Este tipo de
astrología enfoca su atención principalmente en el desarrollo del plan de las edades; esto, la
historia lo manifiesta de una manera reducida en cuanto concierne a la humanidad, y un
estudio más amplio de los tiempos y estaciones puede traernos una mayor comprensión de
los propósitos de Dios. Hay un inmenso pasado detrás de la humanidad; eones y eones han
llegado y se han ido, la rueda de la existencia gira continuamente, y siempre la cinta de la
vida se desenvuelve, y nosotros somos llevados hacia un nuevo aspecto de la meta, y a una
visión y realización más amplias. La concentración en el horóscopo personal y el intenso
interés demostrado por los individuos en sus propios insignificantes asuntos puede ser
natural y normal, pero es, no obstante, miope. Sólo la conciencia de que somos partes
integrantes de un Todo mayor y el conocimiento de la divina suma total pueden revelar el
más vasto propósito. Estas son las ideas que pueden eventualmente reemplazar nuestras
concentraciones personales. Nuestras pequeñas historias de la vida deben desaparecer en un
cuadro mayor. Astrológicamente Hércules estableció la historia de la vida de cada
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aspirante, y demostró la parte que debe jugar la unidad en la eterna Empresa.
Un gran Maestro oriental ha expresado en relación con el zodíaco y la astrología este
sugestivo pensamiento:
"Que la astrología es una ciencia y una ciencia venidera, es verdad. Que la
astrología en su aspecto supremo y su verdadera interpretación, capacitaría
eventualmente al hombre para enfocar su comprensión y para funcionar rectamente,
es igualmente verdad. Que en las revelaciones que la astrología hará, andando el
tiempo, será encontrado el secreto de la verdadera coordinación entre el alma y la
forma, es también correcto. Pero esa astrología todavía no ha sido descubierta. Hay
demasiadas cosas pasadas por alto y otras muchas desconocidas para hacer de la
astrología la ciencia exacta que muchos pretenden que sea. La pretensión será
cumplida en alguna fecha futura. El momento no ha llegado todavía.
“La astrología como es practicada ahora, está condenada a la destrucción debido a la
rapidez con que las almas están controlando sus personalidades. El modelo del
horóscopo del alma no estará basado en nuestro conocimiento tridimensional, pues
las leyes de tiempo y espacio no tienen influencia sobre el alma". (Astrología
Esotérica).
Por consiguiente, trataremos en este estudio con una astrología que será no matemática y
que no tendrá relación con el modelo de los horóscopos. Se interesará en los doce tipos de
energía por medio de los cuales la conciencia de la divina Realidad es lograda a través del
medio de la forma. En un cielo no distante y en un estado no subjetivo llegó Hércules a este
conocimiento. En el cuerpo físico, impedido y limitado por las tendencias conferidas a él
por el mismo signo bajo el cual realizó el trabajo, alcanzó la comprensión de su propia
divinidad esencial. A través de la superación de la forma y de la subyugación de la materia,
se nos da un cuadro de una desarrollada autorrealización divina. Por consiguiente, en el
estudio de Hércules, el discípulo, y de Cristo, el Salvador del Mundo, tenemos una
completa presentación gráfica de las etapas finales del desarrollo, que están situadas delante
de todos nosotros. Las cinco grandes Iniciaciones como están pintadas para nosotros en la
historia de Jesús el Cristo, no son tratadas aquí, sino que forman el tema de otro libro. (De
Belén al Calvario).
A medida que estudiamos la historia de Hércules y lo seguimos a través de sus doce
trabajos, pasando alrededor del gran zodíaco de los cielos, nos aproximaremos desde dos
ángulos: el del aspirante individual y el de la humanidad en conjunto. Es ahora posible
mirar a la familia humana como habiendo alcanzado, prácticamente en masa, la etapa del
aspirante, la etapa del buscador inteligente, la etapa del hombre que, habiendo desarrollado
su mente y coordinado sus aptitudes, mentales, emocionales y físicas, ha agotado los
intereses del mundo fenoménico y está buscando una salida a un reino más amplio de
conocimiento, dentro de una más segura esfera de garantías. Esta etapa ha sido siempre
expresada por los individuos avanzados a lo largo de los años, pero nunca anteriormente se
ha encontrado la propia raza humana con los inicios testimoniales de esta condición en
grupo. Aquí yace la maravilla de pasados logros, y aquí está la hora de la presente
oportunidad.
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El Mundo del Discípulo Hoy en Día
Las pruebas a las cuales Hércules voluntariamente se sometió y los trabajos en los cuales
a veces descuidadamente se precipitó, son aquellos posibles para muchos miles ahora.
También se volverá manifiesto cuán curiosamente aplicable a las condiciones modernas,
son los variados detalles de la dramática y a menudo divertida historia de sus esfuerzos en
el sendero de la ascensión. Cada uno de nosotros es un Hércules en embrión, y cada uno
enfrenta idénticos trabajos; cada uno tiene la misma meta que lograr y el mismo círculo del
zodíaco que abarcar. El trabajo a realizar tiene como objetivo principal, la eliminación de
todo temor y el control de las fuerzas naturales de la naturaleza humana. Estas, Hércules
debe enfrentarlas en cada posible combinación, antes de escalar el monte de la iniciación en
Capricornio, y llegar a ser el servidor de la humanidad.
Objetivos de competencia y egoísmo deben ser completamente cambiados y eliminados,
y encontraremos a Hércules aprendiendo la lección que apoderarse de cualquier cosa para el
yo separado, no es parte de la misión de un hijo de Dios. Él sabe encontrarse como
individuo, sólo para descubrir que el individualismo debe ser sacrificado inteligentemente
para el bien del grupo. Descubre asimismo que la codicia personal no tiene lugar en la vida
de un aspirante que está buscando la liberación, desde el siempre recurrente ciclo de la
existencia y de la constante crucifixión sobre la cruz de la materia. Las características del
hombre inmerso en la forma de la vida y bajo la regla de la materia son: temor,
individualismo, rivalidad y codicia. Estas tienen que ceder lugar a la confianza espiritual,
cooperación, conciencia grupal y carencia de egoísmo. Esta es la lección que Hércules nos
da, y es la demostración de la vida de Dios que está siendo forjada en el proceso creativo, y
que florece más hermosamente, cada vez que la vida de Dios hace su curva alrededor del
zodíaco que, nos dicen los astrónomos, toma aproximadamente veinticinco mil años en
cumplirse.
Esta es la historia del Cristo cósmico, crucificado en la Cruz Fija de los cielos; ésta es la
historia del Cristo histórico, dada a nosotros en la historia del evangelio y establecida hace
dos mil años en Palestina; es la historia del Cristo individual, crucificado en la cruz de la
materia, y encarnado en cada ser humano. Dios encarnado en materia. Esta es la historia de
nuestro sistema solar, la historia de nuestro planeta, la historia del ser humano. Así, cuando
miramos arriba los cielos estrellados, vemos descripto eternamente para nosotros este gran
drama, que la historia de Hércules dilucida en detalle para el aspirante.
Pensamientos Fundamentales
Cuatro pensamientos fundamentales pueden ser dados aquí que expresan el propósito
subyacente del proceso creativo y del objetivo de ambos, el Cristo cósmico y el aspirante
individual. Ellos nos dan la guía para llevar a cabo el plan. Tomados juntos engloban toda
la historia de la relación de espíritu y materia, de vida y forma, y de alma y cuerpo.
Primero: "La naturaleza expresa energías invisibles a través de formas visibles". Detrás
del mundo objetivo de los fenómenos, humano o solar, pequeño o grande, orgánico o
inorgánico, yace un mundo subjetivo de fuerzas que es responsable de la forma exterior.
Detrás de la exterior cubierta material se puede encontrar un vasto imperio del Ser, y es
dentro de este mundo de energías vivientes, que ambas, la religión y la ciencia, están pene-
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trando ahora. Todo lo exterior y tangible es un símbolo de las fuerzas creativas internas, y
es idea que está debajo de toda simbología. Un símbolo es una forma exterior y visible de
una realidad interior y espiritual.
Es con esta acción recíproca de la forma exterior y de la vida interior que Hércules lucha.
Él sabía que era la forma, el símbolo, para que el dominio de la naturaleza material inferior
hiciera sentir su presencia con la facilidad de la expresión antigua. Al mismo tiempo sabía
que su problema era expresar su ser y energía espiritual. Él tenía que saber de hecho y en
experiencia que era Dios, inmanente en naturaleza; que era Yo en estrecha relación con el
No-Yo; tenía que experimentar con la ley de causa y efecto, ésta, desde el punto de vista del
iniciador de las causas para producir inteligentes efectos. A través de los doce signos del
zodíaco pasó, luchando para trabajar subjetivamente y tratando de rechazar la tentación y la
atracción de la forma tangible exterior.
El segundo pensamiento clave puede ser expresado en las palabras: "La concepción de
una Deidad oculta yace en el corazón de todas las religiones".
Ésta es la realización mística y el objeto de la búsqueda que la humanidad ha practicado
a lo largo de los años. Los exponentes de las religiones del mundo han encarnado en sus
enseñanzas, un aspecto de la búsqueda, aceptando el hecho de Dios como una premisa
básica, y con el amor de sus corazones, la devoción y la adoración demostrando la realidad
de su Existencia. El testimonio de los místicos de todos los tiempos y razas es tan vasto que
ahora constituye en sí mismo un campo de hechos comprobados y no puede ser negado.
Los investigadores científicos han procurado encontrar la verdad a través del
conocimiento de la forma, y nos han conducido a una posición de amplio conocimiento y al
mismo tiempo a una concepción paralela de nuestra profunda ignorancia. Hemos aprendido
mucho de la vestidura externa de Dios, a través de la física, la química, la biología y otras
ciencias, pero hemos luchado dentro de una región donde todo aparece como siendo
hipótesis e inferencias. Todo lo que nosotros seguramente conocemos es que todas las
formas son aspectos de la energía; que hay una acción recíproca y un impacto de energías
sobre nuestro planeta; que el planeta mismo es una unidad de energías compuesta de una
multitud de unidades de energía, y que el hombre mismo es también un manojo compuesto
de fuerzas y se mueve en un mundo de fuerza. Aquí es donde la ciencia tan admirablemente
nos ha conducido, y donde el astrólogo, el ocultista, el idealista y el místico también se
reúnen y atestiguan una Deidad oculta, un Ser viviente, una Mente Universal y una Energía
central.
En el desarrollo del drama de los cielos, en las conclusiones del investigador científico,
en las computaciones matemáticas de los astrólogos, y en el testimonio del místico, sin
embargo, podemos ver una firme manifestación emergente de la divinidad oculta. Poco a
poco, a través del estudio de la historia, de la filosofía y de la religión comparada, nosotros
vemos el plan de esa Deidad volviéndose significativamente manifiesto. En el paso del sol
a través de los doce signos del zodíaco, podemos ver la maravillosa organización del plan,
el enfoque de las energías y el crecimiento de la tendencia hacia la divinidad. Ahora, por
fin, en el siglo veinte, lo objetivo y lo subjetivo se han tornado tan estrechamente
mezclados y fundidos que es casi imposible decir dónde uno empieza y el otro termina. El
velo que oculta la Deidad se está volviendo transparente, y el trabajo de aquellos que han
logrado conocimiento, el programa de Cristo y de su Iglesia, los planes del grupo de los
trabajadores del mundo, los Rishis y la oculta Jerarquía de nuestro planeta, están ahora
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enfocados en llevar a la humanidad al Sendero del Discipulado, entrenando a muchos de los
más avanzados para que puedan llegar a ser los conocedores e iniciados de la nueva era. Así
los hombres pasarán de la Cámara del Aprendizaje a la Cámara de la Sabiduría, del reino de
lo irreal al de lo Real, y de la oscuridad exterior de la existencia fenomenal, dentro de la luz
que brilla siempre en el reino del espíritu.
El tercer pensamiento clave nos da una guía para el método. A través de los años las
palabras se han adelantado: "Yo soy él... que despierta al espectador silencioso". Se ha
hecho claro para los buscadores en todos los campos que dentro de las formas hay un
impulso hacia la expresión inteligente, y una cierta vivacidad que llamamos conciencia de
sí mismo, y que en la familia humana toma la forma de un autoconocimiento. Este
autoconocimiento cuando es verdaderamente desarrollado, capacita al hombre para
descubrir que la Deidad oculta en el universo es idéntica en naturaleza, aunque bastante
mayor en grado y conocimiento, a la Deidad oculta dentro de sí mismo. El hombre entonces
puede volverse conscientemente el Espectador, el Observador, el Percibidor. No está más
identificado con el aspecto material, sino que es Aquel que lo usa como un medio de
expresión.
Cuando esta etapa es lograda, los grandes trabajos empiezan, y la lucha está progresando
conscientemente. El hombre es desgarrado en dos direcciones. El hábito lo tienta a
identificarse con la forma. La nueva comprensión lo impulsa a identificarse con el alma.
Una reorientación entonces tiene lugar, y un nuevo y autodirigido esfuerzo se inicia, el que
está representando para nosotros en la historia de Hércules, el Dios-Sol. En el momento en
que la altura intelectual ha sido lograda, el "Observador silencioso" despierta a la actividad.
Hércules empieza sus trabajos. El ser humano, hasta aquí arrastrado en el impulso de la
marea evolutiva, y gobernado por el deseo de experimentar y por las posesiones materiales,
se pone bajo el control del divino Morador. Emerge como el aspirante, se revierte, y
empieza a trabajar a través de los doce signos del zodíaco, sólo que ahora trabajando desde
Aries a Piscis por vía de Tauro (en sentido inverso a las agujas del reloj), en vez de trabajar
en la ordinaria forma humana retrógrada, desde Aries a Tauro vía Piscis (en sentido de las
agujas del reloj).
Finalmente, el enfoque cambiante de la vida y la firme aplicación a los doce trabajos en
los doce signos, capacita al discípulo para llegar a ser el triunfante vencedor. Entonces
puede comprender el significado del cuarto pensamiento clave y exclamar al unísono con la
Deidad Cósmica: "Escuchen este gran secreto. Aunque estoy por encima del nacimiento y
renacimiento, o Ley, siendo el Señor de todo lo que existe, pues todo emanó de mí, aún así
aparezco en mi propio universo y soy por consiguiente nacido por mi Poder, Pensamiento y
Voluntad". (El Bhagavad Gita).
Hércules el Discípulo - El Mito
Él se irguió delante de su Maestro. Oscuramente comprendía que una crisis se había
producido en él, conduciéndolo a cambiar de lenguaje, de actitud y plan. El Maestro lo miró
y fue de su agrado.
"¿Tu nombre?", le preguntó y esperó una respuesta.
"HerácIes", llegó la respuesta, "o Hércules, me dicen que significa preciosa gloria de
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Hera, el brillo y esplendor del alma. ¿Qué es el alma, oh, Maestro? Dime la verdad".
“Esa alma tuya la descubrirás a medida que hagas tu obra, y encuentres y uses la
naturaleza que es tuya. ¿Quiénes son tus padres? Dime esto, hijo mío".
"Mi padre es divino, yo no le conozco, excepto que, en mí mismo, sé que soy su hijo. Mi
madre es terrenal. La conozco bien y ella me ha hecho como tú me ves.
Asimismo, oh, Maestro de mi vida, soy también uno de los gemelos. Hay otro, parecido a
mí. A él también le conozco bien, sin embargo no lo conozco. Uno es de tierra, por lo tanto
terrenal; el otro es un hijo de Dios".
"¿Qué hay de tu educación, Hércules, hijo mío? ¿Qué puedes hacer y cuánto te ha sido
enseñado?”
"En todas las realizaciones yo soy experto; estoy bien enseñado, bien entrenado, bien
guiado y soy bien conocido. Conozco todos los libros, también todas las artes y las
ciencias; me son conocidos los trabajos del campo, además la destreza de aquellos que
pueden permitirse viajar y conocer a los hombres. Me conozco a mí mismo como alguien
que piensa, siente y vive".
"Una cosa, oh, Maestro, debo decirte y así no engañarte. El hecho es que no hace mucho
yo maté a todos aquellos que me enseñaron en el pasado. Maté a mis maestros, y en mi
búsqueda de la libertad, ahora estoy libre. Busco conocerme a mí mismo, dentro de mí
mismo y a través de mí mismo".
"Hijo mío, eso fue un acto de sabiduría, y ahora puedes permanecer libre. Prosigue tu
trabajo ahora, recordando como lo haces, que en el último giro de la rueda vendrá el
misterio de la muerte. No olvides esto. ¿Qué edad tienes, hijo mío?”
"Dieciocho veranos habían pasado cuando maté al león, y de ahí que usé su piel.
Asimismo a los veintiuno me encontré con mi desposada. Hoy estoy ante ti triplemente
libre –libre de mis primitivos maestros, libre del temor al miedo y libre verdaderamente de
todo deseo".
"No te vanaglories, hijo mío, sino demuéstrame la naturaleza de esta libertad que tú
sientes. Nuevamente en Leo, te encontrarás con el león. ¿Qué harás? Otra vez en Géminis,
los maestros a quienes mataste cruzarán tu senda. ¿Los has dejado atrás realmente? ¿Qué
harás? De nuevo en Escorpio, lucharás con el deseo. ¿Permanecerás libre, o la serpiente te
encontrará con sus engaños y te derribará en tierra? ¿Qué harás? Prepárate para probar tus
palabras y tu libertad. No te vanaglories, hijo mío, demuéstrame tu libertad y tu profundo
deseo de servir".
El Maestro se sentó en silencio y Hércules se retiró y enfrentó, el primer gran Portal.
Entonces el que presidía que se sentaba en el Concilio de la Cámara del Señor, habló al
Maestro y le ordenó llamar a los dioses para presenciar el esfuerzo e iniciar al nuevo
discípulo en el Camino. El Maestro llamó. Los dioses respondieron. Vinieron y dieron sus
dones a Hércules y muchas palabras de sabio consejo, conociendo las faenas que tenía por
delante y los peligros del Camino.
Minerva le entregó una túnica, tejida por ella misma, una túnica que se ajustaba bien, de
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rara y fina belleza. Él se la puso con triunfo y orgullo, regocijándose en su juventud. Tenía
que probarse a sí mismo.
Vulcano forjó para Hércules un pectoral de oro para proteger su corazón, la fuente de
vida y fuerza. Este obsequio de oro era ceñido, y, así escudado, el nuevo discípulo se sentía
seguro. Él tenía todavía que demostrar su fuerza.
Neptuno llegó con un par de caballos y se los entregó, atraillados, a Hércules. Ellos
venían directamente del lugar de las aguas, de rara belleza y probada fuerza. Y Hércules se
alegró, pues él todavía tenía que probar su poder para conducir a los dos caballos.
Con lenguaje agraciado y brillante ingenio llegó Mercurio, llevando una espada de raro
diseño, que ofreció, en un estuche de plata, a Hércules. La ató en el muslo de Hércules,
pidiéndole que la mantuviera afilada y brillante. "Debe dividir y cortar", dijo Mercurio, "y
debe moverse con precisión y adquirida destreza". Y Hércules, con alegres palabras dio las
gracias. Tenía todavía que demostrar su alardeada destreza.
Con sonido de trompeta y el ímpetu de la marcha brillaba el carro del Dios Sol. Apolo
llegó y con su luz y encanto alegró a Hércules, dándole un arco, un arco de luz. A través de
nueve anchos Portales abiertos debe pasar el discípulo antes que haya adquirido suficiente
destreza para estirar ese arco. Le tomó todo ese tiempo para acreditarse como el arquero.
Sin embargo, cuando el don fue ofrecido, Hércules lo tomó, seguro de su poder, un poder
todavía sin demostrar.
Y así, se irguió equipado. Los dioses de pie alrededor de su maestro, y observando sus
travesuras y su alegría. Él jugaba delante de los dioses, y mostraba sus proezas, alardeando
de su fuerza. Repentinamente se detuvo y reflexionó largamente; luego dio los caballos a
un amigo para que los sostuviera, la espada a otro y el arco a un tercero. Entonces,
corriendo, desapareció dentro del bosque cercano.
Los dioses esperaron su regreso asombrándose perplejos ante su extraña conducta. Del
fondo del bosque él salió sosteniendo en alto un garrote de madera cortado de vigoroso
árbol vivo.
"Este es mi propio presente”, gritó, "nadie me lo dio. Puedo usar esto con poder. Oh,
dioses, observad mis hazañas supremas”.
Y entonces, y sólo entonces, el Maestro dijo: "Sal a trabajar".
El tibetano
Elaboración del Mito
Llegamos ahora a una consideración de Hércules mismo. Es una historia sumamente
interesante y que ha sido tratada por muchos escritores. La discusión en cuanto a los
detalles de su vida, y la controversia en lo referente a la secuencia de los acontecimientos,
no son parte alguna de nuestro objetivo. Los diversos relatos difieren en detalle, de acuerdo
a la preferencia del historiador y pueden ser estudiados en las muchas historias clásicas y
diccionarios. Aquí sólo nos ocuparemos de los doce famosos trabajos, y de ellos leemos:
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"Hércules, por la voluntad de Júpiter, estaba sujeto al poder de Euristeo, y obligado
a obedecerlo en toda exigencia. Él consultó el oráculo de Apolo y se le dijo que
debía estar subordinado por doce años a la voluntad de Euristeo, de acuerdo con las
órdenes de Júpiter y que, después que él hubiera realizado los más célebres trabajos,
debería ser llevado con los dioses".
Por lo tanto, se puso en camino y, como el discípulo bajo la dirección de su alma,
emprendió los doce trabajos, ejecutando cada uno de ellos en uno de los signos del zodíaco.
El, por lo tanto, representa a cada discípulo que busca caminar por el Sendero y demostrar
su control sobre las fuerzas de su naturaleza, y asimismo representa el punto en el cual se
encuentra ahora la humanidad.
Su nombre primitivo era Alcides, que fue cambiado por Hércules después que hubo
sufrido una extraña experiencia, y antes que emprendiera sus trabajos. El nombre Hércules
era originariamente Heracles, que significa "la gloria de Hera". Hera representa a Psique o
el alma, por lo tanto, su nombre sintetizaba su misión, que era manifestar en trabajo activo
en el plano físico la gloria y el poder de su innata divinidad.
Una de las antiguas escrituras de la India dice: "Dominando las ataduras de la vida llega
el esplendor", y este dominio de la forma aprisionadora fue la gloriosa consumación de
todas las empresas de Hércules. Se nos dice que tenía un padre divino y una madre terrenal
y así, como con todos los hijos de Dios, encontramos emergiendo la misma simbología
básica. Ellos simbolizan en su persona la esencial dualidad de Dios en manifestación de
vida en forma, de alma en cuerpo, y de espíritu en materia. Esta dualidad es la gloria de la
humanidad y también constituye el problema que cada ser humano tiene que resolver.
Padre-Espíritu y Madre-Materia se juntan en el hombre, y el trabajo del discípulo es
remover los lazos de la madre y así responder al amor del Padre.
Esta dualidad se pone también de manifiesto en el hecho de que él era uno de los
gemelos. Nosotros leemos que un gemelo nació de un padre terrenal y el otro era el hijo de
Zeus. Esta es la gran comprensión que llega a cada desarrollado y consciente ser humano.
Él se encuentra consciente de los dos aspectos que se hallan en su naturaleza. Existe la bien
desarrollada y altamente organizada personalidad a través de la cual se expresa
habitualmente (mental, emocional y física), con sus tres partes coordinadas en una
integrada unidad. Luego hay la naturaleza espiritual, con sus impulsos e intuiciones, su
constante inclinación hacia las cosas vitales y divinas, y la consecuente lucha interior que
resulta de esta dualidad comprendida. Hércules era el discípulo, viviendo en un cuerpo
físico, pero capaz a veces, como San Pablo, de ser “llevado al tercer cielo", y tener trato con
los seres divinos. En esta condición, tuvo visión del Plan, supo lo que tenía que hacer y
percibió la realidad de la vida espiritual.
Hay también un pequeño hecho interesante en la historia de su vida que tiene un apoyo
en esta misma verdad. Se nos dice que Hércules mató a su gemelo siendo aún una criatura.
El no era más una entidad dividida, no era más una dualidad, sino que alma y cuerpo
formaban una unidad. Esto indica siempre la etapa del discípulo. Ha hecho expiación y se
sabe alma en cuerpo y no alma y cuerpo, y esta comprensión tiene ahora que iluminar todos
sus actos. La historia relata que mientras estaba en la cuna, la robusta criatura mató dos
serpientes, enfatizando nuevamente la dualidad. En este acto predijo el futuro en el cual
demostró que la naturaleza física no controlaba más, sino que él podía estrangular a la
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serpiente de la materia y, que la gran ilusión no lo tenía más prisionero. Mató a la serpiente
de la materia y a la serpiente de la ilusión. Si se estudia la simbología de la serpiente,
encontraremos que tres serpientes son descritas: una para la serpiente de la materia, otra
para la ilusión y la tercera para la sabiduría. Esta última serpiente es descubierta sólo
cuando las otras dos han sido muertas.
Este sentido de dualidad es la primera etapa de la experiencia espiritual e ilumina los
pensamientos de todos los grandes aspirantes y místicos del mundo. Nótese cómo San
Pablo exclama mientras lucha con el problema:
"Encuentro entonces una ley que, cuando quiero hacer el bien, el mal está presente
conmigo".
"Pues yo me complazco en la ley de Dios en pos del hombre interior; pero veo otra
ley en mis miembros, luchando contra la ley de mi mente, y llevándome a ser cautivo
de la ley del pecado que está en mis miembros".
"Agradezco a Dios a través de Jesucristo nuestro Señor. Por lo tanto, con la mente yo
mismo sirvo la ley de Dios; pero con la carne la ley del pecado". (Romanos, VI,
21-25).
Se nos dice que, a medida que Hércules crecía, se puso mucho cuidado en su educación.
Se le entrenó en todas las posibles realizaciones, y cada facultad que tenía fue desarrollada
y organizada. ¿Qué lección debe aprender de esto? La necesidad de comprender que cada
discípulo, si merece realmente ese nombre, debe ser necesariamente un miembro altamente
desarrollado de la familia humana.
Las tres partes de su naturaleza deben ser desarrolladas; su mente estar bien provista y
funcionando, y saber cómo usarla; su sensible naturaleza emocional ser bien obediente a
todo tipo de contacto; su cuerpo físico ser un medio adecuado de expresión para el alma
que mora en él, y debe estar equipado para emprender las tareas a las cuales el hombre
mismo se ha comprometido.
Ha habido entre los aspirantes durante muchos siglos una tendencia a desacreditar y
rebajar a la mente. Ellos son propensos a decir volublemente, "La mente es la asesina de lo
real”, y, a través de una inercia y pereza no admitidas, sentir que lo importante es tener
desarrollada la naturaleza del corazón. Ellos miran la mente, con su capacidad de analizar y
discriminar, como una trampa y una ilusión. Pero esto seguramente es un error. El
conocimiento de Dios es tan necesario y tan importante como el amor de Dios; y a esto la
nueva era, con su nuevo tipo de aspirante lo demostrará con toda seguridad. La santidad, la
dulzura y una grata, amorosa disposición, tienen su lugar en la suma total de las
características del aspirante, pero cuando están ligadas a la estupidez y a una mentalidad no
desarrollada, no logran ser tan útiles como podrían serio cuando van unidas a la
inteligencia. Cuando están unidas a un alto grado intelectual y con poderes mentales
orientados al divino conocimiento, ellas producirán ese conocedor de Dios cuya influencia
llega a ser mundial y el cual puede amar y enseñar a su prójimo.
Por lo tanto, Hércules fue entrenado en todas las habilidades y pudo tomar su lugar con
los pensadores de su tiempo. También se nos dice que su altura era de cuatro codos, una
manera simbólica de expresar el hecho de que había logrado su completo crecimiento en
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todos los aspectos de su cuádruple personalidad. El hombre, se nos dice, es el cubo, “la
ciudad cuadrangular". Física , emocional y mentalmente, él estaba desarrollado y a estos
tres factores se agrega un cuarto, un alma en posesión consciente de su mecanismo, la
personalidad desarrollada.
Habiendo alcanzado su crecimiento y sido entrenado en todo lo que el mundo podía
darle, se nos dice después que él procedió a matar a sus maestros. Los asesinó a todos y se
libró de ellos. ¿Por qué? Porque había alcanzado el punto donde podía mantenerse sobre
sus propios pies, sacando sus propias conclusiones, conduciendo su propia vida, y
manejando sus propios asuntos. Era necesario, por consiguiente, librarse de todos aquellos
que buscaban supervisarlo; tenía que desprenderse de la autoridad y salir a encontrar su
propio camino y hacer sus propios contactos con la vida. En esto es en lo que muchos
aspirantes perseveran en este tiempo. Ellos están en posesión de mucha teoría, tienen un
conocimiento técnico relativamente amplio de la naturaleza del Sendero y de lo que
deberían hacer en él, pero todavía no se han parado sobre sus propios pies y hollado ese
Sendero solos y sin apoyo. Ellos necesitan apoyos, y buscan gente que les diga qué deben
hacer y en qué deben creer. Encontraremos que en el tercer trabajo que Hércules ejecutó en
el signo de Géminis, fue puesto a prueba sobre este punto y tuvo que probar que estaba
justificado por haber dado este paso. Hace entonces el interesante descubrimiento de que no
es tan libre ni tan fuerte como, en su juvenil entusiasmo, se imaginaba ser.
Cuando alcanzó la edad de dieciocho años, se nos dice, que mató un león que estaba
devastando la comarca y que empezó a realizar otros servicios, de suerte que, poco a poco,
su nombre llegó a la gente. El dieciocho es siempre un número significativo. En él tenemos
el número diez, que es el número de la perfección de la personalidad, más el número ocho,
el cual, según algunos numerólogos, es el número de la fuerza de Cristo. Es la fuerza de
Cristo en el nuevo ciclo del discipulado, buscando expresarse a sí misma, la que produce la
condición de disturbio y las dificultades que caracterizan esa etapa. Es tal vez de valor
hacer notar lo siguiente:
"El número ocho es el círculo que nosotros ya hemos encontrado que es el recipiente
de todas las potencias de las cuales la Luz traerá Perfección, pero ahora retorcido y
vuelto sobre sí mismo. La serpiente no se traga más su cola, completando así su
círculo, sino que se tuerce y se retuerce en el espacio y de las contorsiones de su
retorcimiento sale una imagen revertida de sí misma... Pero en el dieciocho tenemos
la visión del Recto y Angosto Sendero: el Punto se ha desarrollado en el uno y ha
llegado a ser el eje alrededor del cual gira nuestra vida. En este grado el Iniciado ha
enfrentado esta divina verdad y sentido la poderosa urgencia de la Vida misma. De
aquí en adelante él se esfuerza para hacer la línea retorcida (8) subordinada a la línea
recta (1)". (La llave del Destino, H. A. y F. H. Curtiss, pp. 246-247).
Es interesante hacer notar también que se nos dice en la Kabalah:
"El décimo octavo sendero es llamado la Casa de la Influencia... y del seno de la
investigación son sacados los arcanos y el sentido oculto, los cuales moran en su
sombra y que se adhieren a ella desde la causa de todas las causas". (Sefer Yetzirah,
Nº 30).
Esto es lo que Hércules, a la edad de dieciocho años, está señalado para hacer. El debe
hollar el Sendero sobre el cual todas las cosas ocultas pueden ser sacadas a la Luz; ha
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alcanzado el punto donde puede lograr el conocimiento de sí mismo y empezar a investigar
las fuerzas ocultas de la naturaleza. Este es el problema de todos los discípulos.
El siguiente episodio en su carrera, es su casamiento y el nacimiento de tres hijos, es una
forma simbólica de expresar la verdad de que él se unificó con Psique, el alma. De esa
unión nacieron o empezaron a manifestarse los tres aspectos del alma. Empezó a conocer la
naturaleza de la voluntad espiritual y a usarla para dirigir su vida. Experimentó los trabajos
del amor espiritual y se volvió consciente de la necesidad de servir. La mente espiritual
empezó a revelarle la verdad y él vio el propósito subyacente. Estas son las más altas
correspondencias de los tres aspectos de la personalidad, su mente, su naturaleza emocional
y su cuerpo físico.
Ahora lo descubrimos atravesando una etapa muy particular. Nosotros leemos en la
historia antigua que Hera (Psique o el alma) le volvió loco. Le volvió loco a través de los
celos y, mientras estaba en ese curioso estado, leemos que mató a sus hijos y a sus amigos y
a todo el que estuviese conectado con él. ¿No puede ser sugerido con respecto a esto, que él
pasó a través de ese estado insano común a todos los que empiezan el Sendero del
Discipulado, en el cual una malsana conciencia sacrifica a todos y a todo al desarrollo del
alma individual? Esta es una de las faltas más comunes en los aspirantes. Su sentido de la
proporción es frecuentemente equivocado y su sentido de los valores distorsionado. La vida
equilibrada y sana, que es la ideal para un Hijo de Dios, está subordinada a una
determinación fanática de hacer progresos espirituales. La ambición espiritual domina en el
ánimo del aspirante que se vuelve destructivo, desequilibrado y comúnmente, muy difícil
de vivir con él. Hay mucho sentido profundo en el mandato bíblico: "No seas justo en
demasía, ¿por qué deberías morir?” Esta etapa está curiosamente ejemplificada para
nosotros, en los fanáticos sacrificios hechos en oriente, y bajo la Inquisición, la Confesión
Protestante, y de todos quienes interpretaban a la verdad, contraria a la convicción de un
grupo particular de creyentes.
Cuando Hércules se hubo recuperado de su insanía, como afortunadamente lo hizo, se le
dio un nuevo nombre, asignó una nueva residencia y se le impusieron los doce trabajos para
que los cumpliera. Se nos dice que le dijeron estas palabras: "De ahora en adelante tu
nombre no será más Alcides sino Heracles. Morarás en Tirjus, y allí, sirviendo, cumplirás
tus trabajos. Cuando esto se logre tú serás uno de los inmortales". (Mitología Griega y
Romana, Vol 1 Fox). Habiendo recobrado su cordura, el enfoque de su vida cambió. No
vivió más donde lo hacía antes. El nombre del alma se volvió su nombre, y se le recordó
constantemente así, que expresar la gloria del alma era su misión. Los doce grandes
trabajos que pondrían el sello de la realización sobre su vida, y que indicarían su derecho a
unirse al grupo de los Inmortales, estaban trazados para él, y entonces entró en el Camino.
Hércules simbolizaba en su persona la Cruz Fija en los cielos, formada por las cuatro
constelaciones; Tauro, Leo, Escorpio y Acuario. La tradición nos dice que él era
físicamente de cuello grueso (como el toro), como así también psicológicamente obstinado
y pronto a atacar cualquier problema y a acometer ciegamente cualquier empresa. Nada
podía desviarlo de su propósito, y nosotros veremos cuando estudiemos los trabajos, que
los acometió temerariamente. Nada lo disuadía o lo atemorizaba, y categóricamente seguía
su camino. El antiguo lema que ha gobernado las actividades de todos los discípulos
activos, se volvió el suyo, y su alma disfrutaba en él la necesidad de "poder hacer, poder
atreverse, poder ser silencioso y el poder de conocer". "El poder de hacer" es el lema de
Tauro, y esto él lo ejemplifica en sus doce trabajos. Simboliza a Leo porque siempre usaba
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la piel de león como una prueba de su coraje, y siendo el lema de este signo "el poder
atreverse", ningún peligro le atemorizaba y ninguna dificultad le hacía volver atrás.
Tal vez su hazaña sobresaliente fue la que ejecutó en el signo de Escorpio; pues el gran
trabajo era vencer la ilusión. Fue consumado y completado en el signo de Escorpio. El lema
de este signo es el silencio. En Capricornio se convierte en el Iniciado, y esta etapa es
siempre imposible hasta que la ilusión ha sido vencida y el poder del silencio ha sido
logrado. Por consiguiente, cuando niño, aún en la cuna, incapaz de hablar, simbolizó el alto
nivel de su realización, estrangulando las dos serpientes. Luego, en su madurez, simbolizó
en sí mismo a Acuario, el Hombre, cuyo lema es "saber". Él tenía una mente y usaba su
intelecto en trabajo y servicio activos.
Así, haciendo y atreviéndose, en silencio y con conocimiento, venció todos los
obstáculos y pasó sin desanimarse de Aries a Piscis; empezando en Aries como el humilde
aspirante y terminando en Piscis como el omnisciente, victorioso Salvador del Mundo.
Aquí podríamos señalar algo. En la historia de Hércules no se nos cuenta lo que él dijo;
sólo lo que hizo. A través de sus actos ganó el derecho de hablar. En la historia de ese gran
Hijo de Dios, Jesús el Cristo, se nos dice no sólo lo que hizo sino también lo que dijo. En el
silencio de Hércules y en su firme realización, sin importar qué fracaso y dificultad pudiera
haber enfrentado, y en su poder de resistencia, se nos muestran las características del
discípulo. En la historia de Jesús el Cristo, a través de la demostración de sus poderes y por
las palabras que hablaba, tenemos las pruebas del Iniciado.
Y ahora habiendo alcanzado la madurez, habiendo desarrollado las características
necesarias para su misión, leemos que los dioses y diosas hicieron todo lo posible por
equiparlo para el trabajo que tenía que realizar. Había recibido todo lo que el mundo podía
darle; ahora los poderes del alma le fueron conferidos, y tenía que aprender cómo usarlos.
Leemos que Minerva le dio una hermosa túnica, pero, como nunca leímos que él la usara,
podemos deducir que esto es algo simbólico. Hay muchos casos en la historia en que se
entrega un manto: José recibió una vestidura de muchos colores de su padre; el manto de
Elías descendió sobre Eliseo y la túnica de Cristo fue dividida y por ella se pelearon los
soldados en la crucifixión. Es opinión general que la túnica es el símbolo de la vocación. La
vocación de Elías habría pasado a Eliseo; la vocación del Cristo, el Salvador del Mundo,
llegó a un fin en la crucifixión cuando Él emprendió un más grande y más importante
trabajo.
La sabiduría que fue ahora obtenida por Hércules, porque había hecho contactos con el
alma, imprimió en él un sentido de vocación. Estaba empeñado en la vida espiritual y nada
podía disuadirlo. Vulcano le dio una coraza de oro, magnética y protectora, el símbolo de la
energía emanada de las altas fuentes del poder espiritual, que capacitará al aspirante para
emprender los doce trabajos y seguir adelante sin amedrentarse. De Neptuno, el dios de las
aguas, recibió caballos. La simbología subyacente en este obsequio es muy interesante. Los
caballos, como así también Neptuno, el dios de las aguas y la deidad de lo acuoso, la
naturaleza emocional, representan la capacidad de ser arrebatado, ya sea por una línea de
pensamiento o por una reacción emocional. Esta naturaleza emocional, fluídica, con su
sensibilidad y su poder de sentir, cuando es usada correctamente y subordinada a los
propósitos de Dios, es una de las más grandes posesiones que el discípulo tiene. Con la
ayuda de Neptuno y los rápidos corceles, Hércules podía estar en contacto con la esfera más
distante en la cual sus trabajos podían ser ejecutados. A través de la sensibilidad emocional
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y la respuesta, nosotros, también, podemos estar en contacto con el mundo en el cual
nuestros trabajos son ejecutados. Equipado, por lo tanto, con vocación, energía espiritual y
sensibilidad, el obsequio de una espada que vino de Mercurio, el mensajero de los dioses es
de profunda significación, pues la espada es el símbolo de la mente que divide en pedazos,
separa y destruye. A través de su uso, Mercurio agrega a los otros dones conferidos a
Hércules, el del análisis mental y la discriminación. Se nos dice que Apolo, el mismo Dios
Sol, se interesó en Hércules y reflexionó acerca de qué podría darle que le sirviera.
Finalmente le dio un arco y una flecha, simbolizando la capacidad de ir rectamente a la
meta; símbolo también de esa penetrante iluminación, que como una flecha de luz podría
iluminar la oscuridad de su sendero cuando fuera necesario.
Así equipado, Hércules permanece listo para el gran esfuerzo. Y cuando todos los dones
habían sido concedidos y él permanecía con su divino equipo, leemos acerca del más
intrigante, pequeño detalle: salió y cortó para sí un garrote. Todos estos presentes divinos
eran muy hermosos y magníficos, pero todavía no sabía cómo usarlos. Sentía su vocación,
creía en la energía espiritual, se le dijo que poseía los caballos del contacto y que, si él
quería, el arco y la flecha de la iluminación eran suyos; pero a él le agradaba la maza
familiar de su propia invención. Prefería abrirse camino con lo que sabía que podría usar,
antes que usar las herramientas no conocidas que se le habían dado. Por lo tanto empuñó su
clava de madera y emprendió sus trabajos.
Trabajo 1.
La captura de las Yeguas Devoradoras de Hombres
(Aries, 21 Marzo - 20 Abril)
El Mito
El Primer gran Portal estaba abierto de par en par. Una voz llegó a través de ese portal:
"Hércules, hijo mío, sal. Pasa por el Portal y entra en el Camino. Realiza tu trabajo y vuelve
a mí, relatando el hecho".
Con gritos de triunfo Hércules se lanzó, corriendo entre los pilares del Portal con
arrogante confianza y seguridad de poder. Y así el trabajo empezó y el primer gran
acto de servicio había comenzado. La historia que ellos cuentan lleva consigo
enseñanza para los hijos de los hombres, que son los hijos de Dios.
El hijo de Marte, Diómedes, de ardiente fama, gobernaba en la tierra más allá del Portal,
y allí criaba los caballos y las yeguas de la guerra, en los pantanos de su tierra. Salvajes
eran estos caballos y feroces las yeguas, y todos los hombres temblaban al oírlos pues
asolaban por todas partes la tierra, produciendo gran daño, matando a todos los hijos de los
hombres que cruzaban su camino y engendrando constantemente caballos más salvajes y
malignos.
"Captura estas yeguas y detén estos actos malvados", fue la orden que llegó a los oídos
de Hércules. "Ve, libera esta tierra lejana y a los que viven en ella".
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"Abderis", gritó Hércules, "adelántate y ayúdame en esta tarea", llamando al amigo a
quien amaba profundamente y quien seguía siempre sus pasos mientras iba de un lugar a
otro. Y Abderis se adelantó y tomó su lugar al lado de su amigo y con él enfrentó la tarea.
Trazando todos los planes con cuidado, los dos siguieron los caballos mientras recorrían las
praderas y los pantanos de esa tierra. Finalmente arrinconó a estas yeguas salvajes dentro de
un campo en donde no había más lugar para moverse, y allí las atrapó y las maniató. Luego
dio un grito de alegría por el triunfo logrado.
Tan grande fue su deleite en la proeza así puesta de manifiesto que consideró por debajo
de su dignidad agarrar las yeguas o conducirlas por el camino hacia Diómedes. Llamó a su
amigo, diciendo: "Abderis, ven acá y conduce estos caballos a través del portal". Y
entonces volvió la espalda y orgullosamente marchó hacia adelante.
Pero Abderis era débil y temía a la tarea. No pudo retener las yeguas, o ponerles los
arneses o conducirlas a través del Portal tras las huellas de su amigo. Se volvieron contra él;
le desgarraron y le pisotearon en el suelo; le mataron y escaparon a las más salvajes tierras
de Diómedes.
Más prudente, desconsolado, humilde y desanimado, Hércules volvió a su tarea. Buscó
de nuevo a las yeguas de lugar en lugar, dejando a su amigo agonizando sobre la tierra.
Nuevamente atrapó los caballos y los condujo él mismo a través del Portal. Pero Abderis
yacía muerto.
El Maestro lo examinó con cuidado y envió los caballos al lugar de reposo, para ser allí
domados y reducidos a su faena. La gente de esa tierra, liberada del temor, dio la
bienvenida a quien les había liberado, aclamando a Hércules como salvador de la tierra.
Pero Abderis yacía muerto.
El Maestro se volvió hacía Hércules y dijo: "El primer trabajo está terminado; la tarea
está hecha, pero mal hecha. Aprende la verdadera lección de esta tarea y luego pasa a otro
servicio para tu prójimo. Sal a la región custodiada por el segundo Portal y encuentra y haz
entrar al toro sagrado al Lugar Sagrado".
El tibetano
El Significado del Mito
Combinando esta historia astrológica y simbólica de la vida diaria y las pruebas del
moderno discipulado, contaremos la historia de la tarea que emprendió Hércules, y la
prueba a la cual el Rey Euristeo le sometió; y luego estudiaremos el significado del signo
en el cual tuvo lugar, pues hay un vínculo estrecho entre los dos, y el trabajo sólo se hizo
posible a causa de las características conferidas a Hércules en ese signo particular. Cada
signo somete al hombre que está trabajando en él, a la influencia de ciertas fuerzas
distintivas, y lo provee con ciertas tendencias. A éstas debemos comprenderlas para que
surja el significado de la prueba.
Conectadas con cada signo del zodíaco se encontrarán otras tres constelaciones, que
simbólicamente (y a menudo de la manera más asombrosa) encarna el problema del
discipulado e indican la solución. A éstas deberemos considerarlas, pues el trabajo, el
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signo, y las constelaciones aliadas con las fuerzas permiten libertad y a través de su
combinación constituyen una historia completa que está llena de elementos instructivos. Me
gustaría señalar en beneficio de la claridad, por lo tanto, que las constelaciones simbolizan
el triple aspecto del espíritu; que el signo nos da el campo de actividad del alma, y que la
obra retrata el trabajo del discípulo, viviendo en el plano físico y esforzándose por
demostrar en el campo de batalla del mundo, su innata divinidad y sus poderes latentes. En
estos tres tenemos espíritu, alma y cuerpo resumidos. La vida, la conciencia y la forma se
reúnen en Hércules, el yo personal, quien, actuando bajo la influencia del alma, el Cristo
morador, lleva a cabo los propósitos del signo y las constelaciones, y cerraremos cada
capítulo con la aplicación definida de la historia de la prueba a la vida de un discípulo y a la
de la humanidad en conjunto.
Estudiando los doce trabajos, seguimos la carrera de Hércules a medida que él pasa
alrededor del zodíaco desde el signo de Aries, que es el signo del comienzo, a través de
Tauro, Géminis, etc. (en sentido inverso a las agujas del reloj) hasta Piscis, el signo de la
muerte y la consumación. Esto será de manera inversa a la del aparente sendero del sol (en
el sentido de las agujas del reloj) que ha empezado en Aries y parece luego retroceder a
través de los signos, pasando a Piscis, y luego a Acuario, y así sucesivamente a través de
todos los signos intermedios, volviendo nuevamente a Aries. El hombre que está inmerso
en la forma y está viviendo bajo la influencia del aspecto materia, sigue necesariamente el
sendero de la ilusión y de las apariencias; pero Hércules, el alma, sigue el verdadero
Camino, invierte el procedimiento habitual y, figuradamente hablando, ya contra la
corriente. Hércules, el alma despierta, está comprendiendo el día de la oportunidad. Ha
recibido sus instrucciones para emprender los doce trabajos y demostrar sus capacidades, y
se le ha prometido que si cumple los requerimientos, será trasladado al reino de los dioses.
Ha sido equipado con todos los poderes divinos, sin embargo, hasta ahora, no sabe cómo
usarlos, y ha cortado para sí mismo el garrote con su propio esfuerzo, y con éstos
simbólicamente asciende a la cruz: la cruz fija de los cielos, en la cual permanece en
espíritu hasta que el último trabajo haya sido realizado.
Así emprende su primer trabajo, comprendiendo poco la magnitud de su tarea, y no
preparado para el fracaso. La parte encantadora de la historia de Hércules es su
impulsividad y el hecho de que no siempre fuera triunfador. Fracasó a veces y tuvo que
rehacer el trabajo hasta que el triunfo siguió a sus esfuerzos.
Se le dijo que Diómedes, el hijo de Marte, el dios de la guerra, poseía un gran número de
yeguas madres, que estaban corriendo salvajes, devastando la comarca, haciendo mucho
daño y sustentándose de la carne de seres humanos. Nadie estaba a salvo de ellas y el terror
se había asentado en la vecindad. Además de esto, estas yeguas madres estaban
engendrando, gran cantidad de caballos de guerra, y Diómedes se sentía muy intranquilo
con el resultado de la situación. Euristeo, el Rey, le ordenó a Hércules capturarlas. Muchos
intentos se habían realizado para ello, pero siempre las yeguas habían escapado después de
matar a los caballos y hombres enviados contra ellas. Pero Hércules, habiendo tomado a los
caballos se los dio a tener a Abderis, mientras él se pavoneaba, no dándose cuenta de la
fuerza de los caballos, de su salvajismo. Antes que él pudiera dar un paso para impedirlo,
las yeguas se volvieron contra Abderis y lo pisotearon hasta la muerte, escaparon de nuevo
y empezaron otra vez a asolar la comarca. Por lo tanto, él tuvo que empezar todo su trabajo
de nuevo, y después de tenaces esfuerzos consiguió capturar las yeguas. El primer trabajo,
por consiguiente, empieza con un parcial fracaso, como es tan a menudo el caso del
aspirante falto de experiencia e impetuoso. Tal es la historia, breve, dramática y alentadora.
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¿Qué podemos decir del signo en el cual fue emprendida?
El Signo
Del signo de Aries, que fue el campo de la primera actividad, se ha hablado siempre
como del primer signo del zodíaco. En este signo la gran rueda empieza su vuelta cíclica.
Es, por consiguiente, el signo del comienzo. Cósmicamente hablando, es el signo de la
creación, y este pensamiento subyace en las palabras de la Biblia. "El Cordero muerto
desde la fundación del mundo" (Apocalipsis o Libro de la Revelación XIII, 8) pues este
signo es llamado el signo del Carnero o del Cordero. En la vida del ser humano marca el
principio de la subjetiva y latente, conciencia de la existencia, y el comienzo del ser
humano en el círculo de la experiencia. En la vida del aspirante al discipulado él connota el
período de reorientación y de un renovado esfuerzo autoconsciente, y su comienzo en esta
etapa final del sendero evolutivo que lo llevará fuera del reino humano y lo capacitará para
realizar la transición al reino de los dioses. Tal es la promesa hecha a Hércules y la
recompensa ofrecida a todos los discípulos. Este primer trabajo marca el primer paso sobre
el "sendero de traslación".
Aries es el signo del poder que emana del fluir evolutivo de la divina energía, desde la
deidad central, Dios, o desde el ser humano, un hijo de Dios Esta energía fluye hacia afuera
en dos direcciones (así el punto se vuelve la línea y el Uno se vuelve el primero): fluye
dentro del mundo de las formas y también dentro del mundo del ser o del espíritu. Una
corriente de energía expresa el sendero de regreso, el introspectivo, y las dos juntas
constituyen los dos arcos del gran círculo de la existencia. En este signo empieza el sendero
en el cual se toma la forma y se la domina; en él asimismo empieza la vida del desarrollo
interior y la dominación del alma, o del ser subjetivo. Reorganización, reorientación,
repolarización y regeneración, son las características de esta etapa, y todas ellas son
expresiones de la misma fuerza vital. Los dos usos de esta fuerza dependen de la atención
mental del ser, divino y humano que la está utilizando. Es la misma fuerza, pero usada de
dos maneras diferentes, dependiendo de si el divino utilizador ha enfocado su atención
sobre si tomar forma, u hollar el sendero de la liberación de la forma.
Durante eones, esta fuerza vital ha sido aplicada a fines egoístas, a propósitos de
autogratificación y a la satisfacción del deseo. Poco a poco la vida de la forma pierde su
atractivo, hasta que habiendo pasado una y otra vez alrededor de la rueda zodiacal, el
hombre se encuentra de vuelta nuevamente en Aries, sólo que esta vez con un nuevo
enfoque, un nuevo interés y una visión diferente. Ha visto ante sí la promesa de que,
habiendo logrado ciertos objetivos, puede cesar de encarnar y alcanzar el reino de los
dioses; ha aprendido por experiencia algo de su propia dualidad esencial, y anhela dejar de
satisfacer el aspecto inferior de esta dualidad y encontrar la necesidad del aspecto superior,
y está empezando a responder a los impulsos que vienen del mundo de las almas, y a prever
los fines y objetivos del grupo. Ahora tiene que aprender a usar la fuerza vital con propósito
desinteresado, y no para la satisfacción de sus apetitos personales.
Los Tres Impulsos Iniciales de Aries
Tres impulsos sobresalientes caracterizan este signo. Hay, como hemos visto, el impulso
de empezar. Esto puede expresarse simplemente como el impulso de tomar forma, de
involucrarse en la materia; o puede invertirse el proceso y enfocarse en el impulso de lograr
la liberación de la forma, y el surgimiento del alma de la prisión de la naturaleza de la
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forma. Luego este impulso es seguido por el consecuente impulso de crear, esa actividad de
la Deidad que resulta en la formación de mundos de expresión y satisface su deseo de
encarnar en un sistema solar, y empezar el gran ciclo vital del universo. Puede ser asimismo
el impulso a la creación individual, del alma a tomar un cuerpo, o de un ser humano a crear
algo que será especialmente suyo. En los antiguos días de Accadia, este signo Aries era
llamado aquel "en donde se hizo el sacrificio de rectitud", o el signo de “los ángeles
caídos". Los hijos de Dios, impelidos por este impulso básico, cayeron desde su alta
condición, tomaron forma, y empezaron su individual condición, tomaron forma, y
empezaron su individual revolución alrededor del zodíaco.
En tercer lugar, encontramos el impulso a la resurrección. En Aries, que ha visto el
principio de la forma vital y en el cual se ha iniciado el trabajo creativo empieza a sentirse
el impulso de liberarse de la forma, de apartar la piedra de la puerta del sepulcro del alma, y
permanecer en la libertad de los hijos de Dios. En Aries se encuentra el impulso que
conduce al edificio de la forma, que durante eras constituirá la prisión del alma. Esto
alcanza su forma de masa en Cáncer, y su forma humana en Leo; la forma en su punto más
denso de ilusión se alcanza en Escorpio, y en Piscis la forma muere, sólo para ser
reconstruída nuevamente en la fatigosa vuelta de la experiencia de la forma. Pero en este
signo el Camino de la Liberación se siente por primera vez, y la construcción del cuerpo
espiritual ha empezado. Este es el signo de germinativa actividad espiritual, la que más
tarde conduce al nacimiento del Cristo niño, en Virgo, al del Salvador del mundo en
Capricornio y en Piscis. Principio físico y principio espiritual, creación física y creación
espiritual, surgimiento físico y liberación espiritual: estos son los impulsos iniciales
sentidos en Aries.
Es el signo, por lo tanto, de los impulsos fuertes y potentes, y de las violentas
fluctuaciones y exagerados esfuerzos; a menudo un signo de fracaso, pero siempre de éxito
final. En su signo opuesto, Libra, él alcanza su consumación de armonía y de equilibrio,
pues la experiencia interviniente y las lecciones aprendidas de los cinco trabajos
intermedios, logran esa serenidad y actitud equilibrada que notaremos en Hércules cuando
captura el jabalí, en Libra...
En el zodíaco brahmánico, Vishnú gobierna Aries y Vishnú es la segunda persona de la
Trimurti (Trinidad) hindú, o el Cristo cósmico encarnado, cuando inicia el proceso de
tomar forma, y últimamente realiza el episodio final de la resurrección. Así Vishnú o Cristo
encarna los dos impulsos, el impulso de crear y construir forma y el impulso a la liberación,
o resurrección fuera de la forma. Es bajo este impulso a la liberación que Hércules
emprende sus trabajos.
El Signo de la Mente
Aries gobierna la cabeza. Es por consiguiente, el signo del pensador y, por lo tanto, un
poderoso signo mental. Todos los principios se originan en el plano mental y en la mente
del creador, ya sea que este creador sea Dios o el alma del hombre. Este universo tuvo su
origen en el pensamiento de Dios, el Pensador cósmico. El alma empezó su carrera dentro
de la materia a través del mismo proceso del pensamiento. La familia humana, el cuarto
reino en la naturaleza, se formó cuando la mente surgió y diferenció al hombre de los
animales. El aspirante empieza sus trabajos cuando llega a ser verdaderamente pensador, y
en pleno conocimiento procede a actuar como el árbitro de su propio destino...
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Está claro, por lo tanto, que en Aries la dirección justa y la justa orientación tienen su
principio, y Hércules, el discípulo de recién adquirida reflexión, empieza su trabajo. La
llave de este trabajo y del significado del signo se puede encontrar en las palabras de una
antigua escritura india: "El hombre no conoce bien el camino hacia el mundo celestial, pero
el caballo sí lo conoce bien". En los muy antiguos días en la India, el sacrificio del caballo
estaba ligado con el dios sol. Anualmente, el dios-sol, como el caballo del zodíaco,
suponían los arios védicos que moría para salvar a todo el género humano. El carro del sol
de Apolo es decripto como tirado por caballos, y el "magnífico signo del Carnero" está
estrechamente conectado con la simbología del caballo, un hecho del cual este primer
trabajo da testimonio.
La referencia a los libros de simbología nos mostrará que el caballo ocupa la posición de
la actividad intelectual. El caballo blanco simboliza la mente iluminada del hombre
espiritual, y así nosotros encontramos en el Libro de la Revelación o Apocalipsis de San
Juan que Cristo avanza montando un caballo blanco. Los caballos negros representan la
mente inferior, con sus ideas falsas y sus errados conceptos humanos. Las yeguas madres,
tales como las encontramos en el primer trabajo, indican el aspecto femenino de la mente
cuando da nacimiento a las ideas, a las teorías y a los conceptos. La tendencia de la mente a
formar pensamientos está aquí simbolizada, encarnando las ideas concebidas, las cuales son
desatadas sobre el mundo, devastando y destruyendo cuando emanan de la mente inferior,
pero construyendo y salvando cuando vienen del alma.
El gobernante exotérico de este signo es Marte, el dios de la guerra, y así Hércules,
actuando bajo la justa dirección del pensamiento y empezando su trabajo en el plano
mental, toma su posición como el guerrero. Su característica sobresaliente en este signo es
su espíritu pionero y militante. Las yeguas estaban en posesión de Diómedes, el hijo de
Marte. (Pero el gobernador esotérico es Mercurio, que "ilumina la mente y media entre el
alma y la personalidad").
Las Constelaciones en Aries
Como es usual, hay tres constelaciones conectadas con Aries. Primero, está Casiopea, la
Reina Entronizada, siempre el símbolo de la materia. Es de lo más interesante observar
cómo en el círculo del zodíaco nos encontramos con tres mujeres. Con respecto a Aries, el
signo del comienzo, hallamos a Casiopea, la Mujer Dominante. La Mujer y el Niño y, como
veremos luego, la madre-materia es la nodriza del Cristo niño, la Virgen María da
nacimiento a Jesús. En Piscis, en la terminación del gran círculo, encontramos a Andrómeda,
la Mujer Encarnada. Primero la mujer entronizada y dominante, luego la mujer
cuidando del niño Cristo, y después la mujer representando la materia que ha sido
dominada y controlada. Encontraremos a Casiopea sentada en el Círculo Artico, cercana a
Cefeo el Rey, o Legislador, a quien encontraremos luego como a una de las tres
constelaciones en Piscis. Al comienzo, la Ley: al final, la Ley; pues Cefeo tiene una
relación estrecha con el primero y con el último signo del zodíaco. Es interesante observar
que Mahoma, el fundador de la religión más combatiente, nació en este signo, y la leyenda
dice que Moisés, también nació en él; Moisés, el legislador, y Mahoma, el guerrero.
El problema de Hércules, cuando emprende sus trabajos, es demostrar su poder sobre la
materia y la forma, y así tiene que reconocer a Casiopea desde el mismo comienzo, la hasta
ahora entronizada reina.
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La segunda constelación es Ballena, el Monstruo del Mar, el Enemigo de los Peces
Pequeños... uno de los grandes símbolos del alma es el pez nadando en el océano de la
materia, y la Ballena, el monstruo del mar, es el símbolo de lo que llamamos el mal, que
busca destruir el alma encarnada. El monstruo del mar, en el océano de la existencia, y la
reina entronizada, hablan a Hércules de la magnitud de su problema, pero la tercera
constelación le habla de victoria. Perseo es la tercera de las tres constelaciones, llamado en
el zodíaco de Dederah, en Egipto, "el que somete"; llamado a veces, "el quebrantador”,
aquel que puede encadenar a la mujer entronizada, y que puede conquistar al monstruo. Se
nos dice que Perseo poseía el casco de la invisibilidad, las sandalias de la velocidad, el
escudo de la sabiduría, y la espada del espíritu. Así Hércules se veía a sí mismo reflejado en
los cielos, y cuando empezó la captura de las yeguas devoradoras de hombres, descubrió en
sí mismo la garantía de su logro fundamental, aún cuando en ese momento las dificultades
con las cuales se enfrentó parecían insuperables.
El Misterio de la Prueba
La conquista de la materia y la superación de la ilusión se destacaron amplios ante
Hércules e indicaban desde el mismo principio de los doce trabajos, la naturaleza de su
logro final. Se ha dicho que el principio fundamental del signo Aries es la esperanza y,
mientras él enfrentaba sus doce trabajos, la esperanza era toda la garantía que Hércules
tenía entonces de que saldría victorioso. La esperanza, su no experimentado divino equipo,
su clava personal, y mucho entusiasmo: así empiezan todos los discípulos.
El significado de la prueba es ahora seguramente sencillo. Hércules tenía que empezar
en el mundo del pensamiento a ganar control mental. Durante eras las yeguas madres del
pensamiento habían estado engendrando caballos guerreros y, a través de los pensamientos
equivocados, palabras equivocadas e ideas erróneas, habían estado devastando la comarca.
Una de las primeras lecciones que cada principiante debe aprender, es el tremendo poder
que mentalmente maneja, y la cantidad de daño que puede causar en su vecindad, y en su
medio ambiente a través de las yeguas madres de su mente. El tiene, por consiguiente, que
aprender el uso correcto de su mente, y la primer cosa que debe hacer es capturar este
aspecto femenino de la mente y ver que no sean engendrados más caballos de guerra.
Cualquier aspirante a Hércules puede fácilmente probar que posee estas devastadoras
yeguas madres, si por un día entero pone cuidadosa atención a sus pensamientos y a las
palabras que habla, que son siempre el resultado del pensamiento. Descubrirá rápidamente
que el egoísmo, la falta de bondad, el amor a la murmuración y la crítica, constituyen gran
parte del contenido de su pensamiento y que las yeguas madres de su mente están
constantemente siendo fertilizadas por el egoísmo y la ilusión. Estas yeguas madres, en
lugar de dar nacimiento a ideas y conceptos que tienen su origen en el reino del alma, y en
vez de ser fertilizadas desde el reino espiritual, se vuelven las madres del error, la falsedad
y la crueldad, las que tienen su origen en el aspecto inferior de la naturaleza del hombre.
Hércules se dio cuenta del daño que las yeguas madres estaban haciendo. Se precipitó
valerosamente al rescate de sus vecinos. Se determinó a capturar las yeguas madres, pero se
sobrestimó a sí mismo. Tuvo éxito en reunirlas y capturarlas, pero fracasó en darse cuenta
de la potencia y fuerza de ellas; por lo tanto, se las entregó a Abderis, el símbolo del yo
personal inferior, para retenerlas. Pero Hércules, el alma, y Abderis, la personalidad, al
unísono se necesitaban para guardar a esos caballos devastadores. Abderis solo no era
suficientemente fuerte, y lo que había estado ocurriendo a la gente de la vecindad, le
ocurrió a Abderis; ellos lo mataron. Este es un ejemplo del trabajo de la gran ley, que
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pagamos el precio en nuestras propias naturalezas de las palabras erradas y de las acciones
malignas.
De nuevo el alma, en la persona de Hércules, tenía que ocuparse del problema del
pensamiento erróneo y sólo cuando él llega a ser un aspirante unidireccional en el signo de
Sagitario y en ese signo mata los pájaros devoradores de hombres, entonces realmente logra
un completo control del proceso del pensamiento, de su naturaleza.
El significado práctico del poder del pensamiento, ha sido bien expresado para nosotros
en las palabra de Thackeray: "Siembra un pensamiento, y cosecha una acción. Siembra una
acción, y cosecha un hábito. Siembra un hábito, y cosecha un carácter. Siembra un carácter
y cosecha un destino".
(Las dos palabras-claves del signo Aries son:*
1. "Y la palabra dijo: Que la forma sea buscada nuevamente”.
El Hombre
2. "Surjo, y desde el plano de la mente, rijo".
El discípulo
* (De Astrología Esotérica. Volumen III del Tratado sobre los Siete Rayos. Recibido tres
años después que A.A.B. dio las conferencias sobre Hércules en Nueva York).
Trabajo 2
La Captura del Toro de Creta
(Tauro, 21 de Abril - 20 de Mayo)
El Mito
Aquel que preside habló al Maestro del hombre cuya luz brillaba entre los hijos de los
hombres, que son los hijos de Dios.
"¿Dónde está el hombre que se mantuvo con poder delante de los Dioses, recibió sus
dones y entró por el primer portal abierto de par en par para trabajar en su tarea?"
"El descansa, oh, Gran Presidente, y reflexiona acerca de su fracaso, se lamenta por
Abderis, y busca ayuda dentro de sí mismo".
"Está bien. Los dones del fracaso garantizan el éxito, cuando son correctamente
comprendidos. Que proceda a trabajar una vez más, que entre por el segundo Portal,
volviendo prontamente".
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El segundo Portal estaba abierto de par en par, y desde la luz que velaba la escena
distante, una voz emergió y dijo: “Pasa a través del Portal. Sigue tu camino. Realiza tu
trabajo y vuelve a mí, informándome sobre el hecho".
Solo y triste, consciente de la necesidad y consumido por profunda pena, Hércules pasó
lentamente entre los pilares del Portal a la luz que brillaba donde estaban los toros sagrados.
En el horizonte se levantaba la hermosa isla donde moraba el toro, y donde hombres
arrojados podrían entrar en ese vasto laberinto que los atraía hasta el aturdimiento, el
laberinto de Minos, Rey de Creta, el guardián del toro.
Cruzando el océano hacia la soleada isla (aunque no se nos dice cómo) Hércules
emprendió su tarea de buscar y encontrar al toro, y conducirlo al Lugar Sagrado donde
moran los hombres de un solo ojo. De un lugar a otro persiguió al toro, guiado por la
fulgurante estrella que brillaba sobre la frente del toro, una brillante lámpara en un sitio
oscuro. Esta luz, moviéndose a medida que el toro se movía, lo conducía de un lugar a otro.
Solo, buscaba al toro; solo lo perseguía hasta la guarida; solo lo capturó y montó sobre su
lomo. A su alrededor permanecían las Siete Hermanas estimulándole en su camino y, en la
resplandeciente luz, él conducía al toro a través de la brillante agua hacia la isla de Creta
sobre la tierra donde moraban los tres Cíclopes.
Estos tres grandes hijos de Dios esperaban su regreso, vigilando su progreso a través de
las olas. Él condujo al toro como si éste fuera un caballo, y con las Hermanas cantando a
medida que marchaba, lo acercó a la tierra.
“Viene con fuerza", dijo Brontes, y fue a encontrarlo en la ribera.
"Conduce en la luz", dijo Steropes, “su luz interior será más brillante”, luego se avivó la
luz en repentina llama.
"Viene deprisa", dijo Arges, "está conduciendo a través de las olas".
Hércules se acercó, empujando al toro sagrado sobre el camino, arrojando la luz sobre el
sendero que conducía de Creta al Templo del Señor, dentro de la ciudad de los hombres de
un solo ojo. Sobre la tierra firme, a la orilla del agua, estos tres se pararon y se apoderaron
del toro, quitándoselo así a Hércules.
"¿Qué tienes tú aquí?, dijo Brontes, deteniendo a Hércules sobre el camino".
“El toro sagrado, oh, Dios".
“¿Quién eres tú? Dinos ahora tu nombre", dijo Steropes.
“Yo soy el hijo de Hera, un hijo de hombre y sin embargo un hijo de Dios. He realizado
mi tarea". "Lleva ahora el toro al Lugar Sagrado y sálvalo de una esperada muerte, Minos
deseaba su sacrificio".
“¿Quién te dijo que buscaras y salvaras así al toro?”, dijo Arges, moviéndose hacia el
Lugar Sagrado.
"Dentro de mí sentí el impulso y busqué a mi Maestro. Ordenado por el Gran Presidente,
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Él me envió al Camino, y con larga búsqueda y muchos dolores, encontré al toro. Ayudado
por su sagrada luz, lo conduje a través del divino mar a este Lugar Sagrado".
"Ve en paz, hijo mío, tu tarea está hecha".
El Maestro lo vio venir y salió a su encuentro en el Camino. A través de las aguas
llegaban las voces de las Siete Hermanas, cantando alrededor del toro, y más cerca aún el
cántico de los hombres de un solo ojo dentro del Templo del Señor, en lo alto del Lugar
Sagrado.
"Viniste con las manos vacías, oh, Hércules", dijo el Maestro.
"Tengo estas manos vacías, porque he cumplido la tarea a la cual fui asignado. El toro
sagrado está a salvo, en lugar seguro con los Tres. ¿Y ahora qué?”
"Dentro de la luz tu verás luz; camina en esa luz y allí ve la luz. Tu luz debe
resplandecer más brillante. El toro está en el Lugar Sagrado".
Y Hércules se tendió sobre la hierba y descansó de su trabajo. Luego el Maestro se
volvió hacia Hércules y dijo: "El segundo trabajo está cumplido, y la tarea fue fácil.
Aprende de esta tarea la lección de la proporción. Fuerza para realizar la ardua tarea; buena
voluntad para hacer la tarea que no somete a esfuerzo tus poderes; así son las dos lecciones
aprendidas. Levántate pronto y busca la región, guardada por el tercer Portal, y encuentra
las manzanas de oro. Tráemelas aquí.
El tibetano
El significado del Trabajo
A pesar de un parcial fracaso inicial, Hércules ha hecho su comienzo. De acuerdo con la
ley universal ha empezado su trabajo en el plano mental.
En la ejecución del plan creativo, el impulso del pensamiento es seguido por el deseo.
Ese estado de conciencia, al que llamamos mental, es seguido por el estado de sensibilidad,
y este segundo trabajo se ocupa del mundo del deseo y de la potencia del deseo. Es uno de
los más interesantes trabajos que nos es relatado con amplios detalles. Algunos de los
relatos hechos de las varias pruebas a las cuales Hércules estuvo sujeto, son excesivamente
fragmentarias y breves en su esbozo, pero las pruebas en Tauro y Géminis, en Escorpio y
Piscis, son relatadas más extensamente. Fueron drásticas en su aplicación y sometieron a
prueba cada parte de la naturaleza del aspirante.
La clave del trabajo en Tauro es la correcta comprensión de la ley de Atracción. Esta es
la ley que gobierna esa fuerza magnética y ese principio de coherencia que construye las
formas a través de las cuales Dios, o el alma, se manifiesta. Ella produce la estabilidad que
se demuestra en la persistencia de la forma durante todo su ciclo de existencia, y concierne
a la interrelación entre lo que construye la forma y la forma misma; entre los dos polos,
positivo y negativo; entre espíritu y materia; entre el Yo y el no-Yo; entre macho y hembra,
y así entre los opuestos.
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Cuatro Palabras Simbólicas
Encontramos que esta prueba atañe predominantemente al problema del sexo. Hay cuatro
palabras en el lenguaje inglés que son ideográficas y simbólicas. Ellas constan de tres letras
cada un y son como sigue: God (Dios), Sex (Sexo), Law (Ley) y Sin (Pecado). En estas
cuatro palabras hallamos expresada la suma de todo lo que es.
God (Dios), la suma total de todas las formas, la suma total de todos los estados de
conciencia, y de la vida energizante. Sex (Sexo), esa vida en funcionamiento, atrayendo al
espíritu y la materia e instituyendo la sección recíproca entre lo objetivo y lo subjetivo y
entre lo exotérico y lo esotérico. Sex (Sexo), deseo, atracción, el instintivo impulso a la
creación, el influjo del alma, la atracción de la materia por el espíritu: todas estas frases
pueden ser acumuladas para expresar algunas de las actividades del Sexo en sus variadas
relaciones. Law (Ley), la respuesta impulsada por el pensamiento de Dios hacia la forma;
los hábitos instituidos por la eterna acción recíproca ente los polos opuestos que han sido
reconocidos por la humanidad como las leyes inevitables de la naturaleza; el impulso de la
voluntad de Dios y la huella de esa voluntad sobre la forma y su reconocimiento por el
hombre. Sin (Pecado), según su connotación, significa "el que es", la rebelión de la unidad
contra el todo, la individualidad contra el grupo, egoísmo en vez de interés universal.
Así es la historia del universo escrita para nosotros en estas cuatro palabras God (Dios),
el Todo; Sex (Sexo), la atracción entre las partes dentro de ese Todo; Law (Ley), la
condición de vivir del Todo; y Sin (el Pecado), la rebelión de la unidad en el Todo.
La Historia del Trabajo
Minos, Rey de Creta, poseía un toro sagrado, al que guardaba en la isla de Creta.
Euristeo mandó a buscar a Hércules y le dijo que era necesario capturar al toro y traerlo
desde la isla a la tierra firme. No fueron dadas instrucciones de cómo debía ser ejecutado
esto, y todo lo que Hércules sabía era que el toro era sagrado, que había nacido del mar, y
que su destino era ser ofrecido en sacrificio a Minos. Hércules, por lo tanto, viajó a Creta y
buscó por toda la isla, persiguiendo al toro de lugar en lugar hasta que por último lo
acorraló. Entonces, se nos relata, que él condujo al toro como si fuera un caballo, al otro
lado de la isla y a través de las aguas que separaban a Creta de la tierra firme, y así lo trajo a
la ciudad de los cíclopes. Estos cíclopes eran seres peculiares de quienes se afirmaba que
poseían sólo un ojo colocado en el medio de la frente. Eran gobernados por tres figuras
sobresalientes, cuyos nombres eran Brontes, que significa trueno, Steropes, que significa
relámpago, y Arges, que significa actividad remolineante. Cuando Hércules llegó con el
toro a las puertas de la ciudad, se encontró con los tres cíclopes, quienes recibieron de él al
toro sagrado y se hicieron cargo de él. Y así terminó el segundo trabajo.
El Tema de la Iluminación
Tauro es una de las más interesantes constelaciones zodiacales, especialmente en este
tiempo. Es la Cruz Fija en los cielos, la Cruz del Discípulo, y el siguiente resumen es de
interés en esta relación:
"Del cielo se habla místicamente como del Templo, y la conciencia eterna de Dios.
Su altar es el sol, cuyos cuatro brazos o rayos representan las cuatro esquinas de la
cruz cardinal del universo, que han llegado a ser los cuatro signos fijos del zodíaco,
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y como los cuatros signos de poderosos animales sagrados, son a la vez cósmicos y
espirituales, ellos representan los elementos básicos asemejándose a nuestros
principios humanos. El signo de Leo representa el fuego o el espíritu; Tauro, la
tierra o el cuerpo; Acuario, el aire o la mente; y Escorpio representa el agua
asemejándose al alma. Leo, como el león, es la fuerza de la naturaleza inferior, y es
la serpiente de la fuerza, que vence si es dirigida hacia arriba. Tauro, el toro, es
siempre el símbolo de la fuerza creativa. Acuario, el hombre, es el que trae la luz o
portador de la luz. Escorpio, el escorpión, es a menudo transmutado en Aquila, el
águila... que se levanta al mismo tiempo que Escorpio; están estrechamente ligados
en simbolismo. Escorpio es “el monstruo de la oscuridad”, que pica hasta la muerte,
y sin embargo se mantiene, y reproduce, simbolizando no sólo generación sino
regeneración. Como este Aquila, el águila, el pájaro del sol que ha conquistado el
lado oscuro de Escorpio (ese adversario que puede arrastrar al hombre más bajo que
las bestias), pero cuando es transmutada es el águila de la luz, que puede elevarse
por encima de los dioses”.
El Barco Celestial del Norte, Vol. 1. (E. V. Straiton).
El "ojo del toro" en Tauro, la magnífica estrella fija, Aldebarán, es una de las razones por
las cuales se considera a esta constelación, como confiriendo iluminación. Antiguamente
era Ramada la estrella guía de los cielos, y Tauro ha sido siempre relacionado con la luz y,
por lo tanto, con Cristo, quien se proclamaba a sí mismo como la luz del Mundo. La Luz, la
iluminación y el sonido, como una expresión de la fuerza creativa: éstas son las tres ideas
básicas relacionadas con esta constelación. El "intérprete de la voz divina", como era
llamado Tauro en el antiguo Egipto, puede ser parafraseado en la terminología cristiana y
ser llamado "el Verbo hecho carne". Es un interesante detalle incidental en el poder de las
influencias zodiacales, recordar que la linterna del ojo del toro puede ser rastreada hasta el
ojo del toro en Tauro, y el toro pontificial, o las enunciaciones papales que eran
consideradas como intérpretes de la voz de Dios, es un término de uso común hoy en día.
Bien se podría preguntar aquí: ¿De qué manera ha llegado a ser Tauro el toro, el portador
de la iluminación? Se nos dice que en este signo la luna es glorificada y Venus es el
soberano. La luna siempre ha sido mirada, desde el punto de vista de los esoteristas, y entre
los pueblos primitivos dedicados a la agricultura, como el aspecto constructor de formas.
La luna es el símbolo, por lo tanto, de la materia y es vista en muchas de nuestras iglesias,
estrechamente relacionada con la Virgen María.
La consumación del trabajo que es emprendido en Tauro, y el resultado de la influencia
taurina, es la glorificación de la materia y la subsecuente iluminación a través de su medio.
Todo eso que actualmente impide a la gloria, que es el alma, y al esplendor que emana de
Dios dentro de la forma, fulgurar con todo su poder, es la materia o aspecto forma. Cuando
eso ha sido consagrado, purificado y espiritualizado, entonces la gloria y la luz pueden
realmente brillar a través y el aspecto luna puede, por consiguiente, ser glorificado en
Tauro. Esto se realiza mediante la influencia de Venus, el símbolo del amor terrenal y
celestial, de la aspiración espiritual y del deseo carnal, y es propiamente, por lo tanto, el
gobernante de este signo. Ella es, por sobre todas las cosas, amor, la creadora de la belleza,
el ritmo y la unidad. El toro y la vaca juntos representan la creación, y por lo tanto, Tauro y
Venus están estrechamente ligados. Lo siguiente es de interés:
"El toro o la vaca son el símbolo de este signo, y en el alma celestial se observará
que el pequeño grupo de estrellas llamado Las Pléyades está representando
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justamente como los cuatro delanteros del toro. Ahora bien, en esculturas egipcias, o
pinturas, Las Pléyades son a veces representadas por la figura de una paloma con las
alas extendidas sobre el dorso del toro. La paloma, como lo recordamos, es el pájaro
consagrado a Venus, y como Las Pléyades son parte de la constelación de Tauro y,
como veremos, más taurinas en naturaleza, si es posible, que el mismo Tauro, la
paloma llega a ser un símbolo especialmente apropiado para este pequeño grupo de
estrellas".
El Zodíaco: Un Compendio de Vida. Walter H. Sampson. p. 24).
El Tema del Sexo
Según esta cita y muchas otras que podrían ser aducidas, es manifiesto cómo esta
importante constelación de Tauro está estrechamente ligada con el sexo, en sus aspectos
inferior y superior. Esta es la razón por la que se le ha llamado en algunos libros, "el signo
de la generación", tanto terrenal como celestial. Hemos visto que el poder del signo de
Tauro es el de la atracción, o de conducirse juntos. Ejerce una firme y continua influencia, y
en ambos sentidos, el simbólico y el astronómico, atrae. Hemos visto que en este signo se
encuentran Las Pléyades, entre ellas Alcione, llamada el sol central de nuestro universo, y
alrededor de ella gira nuestro sol, con sus planetas acompañantes. Las palabras de Job
cuando dijo: "No puedes impedir la dulce influencia de Las Pléyades o soltar el lazo de
Orión", así se vuelven claras. Las Pléyades son el símbolo del alma alrededor de la cual gira
la rueda de la vida.
Es interesante descubrir asimismo, en Tauro, la triplicidad que es constantemente
recurrente en la ciencia astronómica y en la mitología: Tauro, representando la forma y el
atractivo influjo de la materia; Las Pléyades, representando el alma y el vasto ciclo
recurrente de la experiencia; y, entre las siete Pléyades*(1), la Pléyade Perdida (pues sólo
seis son visibles) un símbolo del oscurecimiento del espíritu, mientras el alma, a través del
deseo, toma un cuerpo. Así la idea de la relación del Yo y del No-Yo, para producir la
última revelación del espíritu, sustenta toda enseñanza mitológica y las escrituras y
símbolos de todos los tiempos, y así tenemos también la aparición de la idea de la gran
ilusión y espejismo. El espíritu de Dios está "perdido", o velado, y desaparece en la
atracción de la forma exterior y en el espejismo que el alma capta alrededor de sí misma.
Debería recordarse aquí que el signo opuesto a Tauro es Escorpio, y estos dos signos
constituyen el campo de un estupendo esfuerzo por parte de Hércules; pues en uno lucha
con el problema del sexo, y en otro, vence la gran ilusión.
Significado de las Constelaciones
Las tres constelaciones conectadas con este signo son Orión, Erídano y El Auriga; y la
naturaleza del trabajo en Tauro es hermosamente pronosticada por las tres imágenes en los
cielos que ellas nos representan. El antiguo nombre de Orión era "Los Tres Reyes", a causa
de las tres hermosas estrellas que se encuentran en el cinturón de Orión. Los Tres Reyes
representan los tres aspectos divinos de Voluntad, Amor e Inteligencia, y Orión, por lo
tanto, simboliza el espíritu. El nombre Orión significa literalmente "La irrupción de la luz".
Muchas veces, a medida que circundamos el zodíaco, encontraremos apareciendo lo que
podría ser llamado "el prototipo espiritual" de Hércules; Perseo, el Príncipe que Viene,
quien mató a la Medusa, símbolo de la gran ilusión; se lo encuentra en Aries; Orión, cuyo
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nombre significa "luz", se encuentra en Tauro; en Escorpio, aparece el propio Hércules,
triunfante y victorioso. Luego tenemos a Sagitario, el Arquero a caballo, yendo directo a su
objetivo, y en Piscis encontramos al Rey. Cuanto más de cerca estudiamos este libro de
imágenes celestiales, más comprendemos que siempre se sostiene ante nosotros el signo de
nuestra divinidad, el símbolo del alma en0 encarnación, y la historia de la materia, a medida
que recibe purificación y glorificación a través del laborioso trabajo del alma.
La segunda constelación conectada con este signo es un inmenso río de estrellas, que
fluye desde abajo de los pies de Orión. Es llamado Erídano, o el "Río del Juez", y es un
símbolo del río de la vida, llevando las almas a la encarnación, donde ellas aprenden el
significado de las palabras, "según lo que el hombre siembra, así cosechará", y donde
emprenden la estupenda tarea de lograr su propia salvación. Así como Orión simboliza el
aspecto espíritu, Erídano se relaciona con el aspecto de tomar forma y sostiene delante de
nosotros el pensamiento de la encarnación; mientras que la tercera constelación, El Auriga,
es el cochero, avanzando hacia nuevas tierras y así simbolizando el alma.
Naturaleza de las Pruebas
La amplia lección que se debe aprender en este signo, es lograr justa comprensión de la
ley de la atracción y justo uso y control de la materia. En esta forma la materia es elevada al
cielo, figuradamente hablando, y puede emprender su correcta función: la de construir un
medio de expresión y un campo de esfuerzo para el morador, Cristo o el alma. El aspirante,
por consiguiente, es probado de dos maneras: primero en la capacidad de su naturaleza
animal y los motivos subyacentes en su utilización; segundo, es probado según la atracción
que la gran ilusión pueda ejercer sobre él. Maya, o la gran ilusión, y el sexo, no son sino
dos aspectos de la misma fuerza, la de la atracción: uno, según se manifiesta en el plano
físico, y el otro, según se expresa en el campo de la naturaleza del deseo emocional,
El Discípulo y el Sexo
Un aspirante al discipulado tiene en el sexo un verdadero problema con el cual luchar. La
autoindulgencia y el control del ser humano en cualquier parte de su organismo, son
siempre inevitablemente erróneos. Cuando la mente entera de un hombre está ocupada con
el pensamiento de las mujeres o viceversa; cuando él vive principalmente para satisfacer un
deseo animal; cuando se encuentra incapaz de resistir la atracción de su polo opuesto,
entonces es una víctima del sexo y está controlado por la parte más baja de su naturaleza, la
animal.
Pero cuando el hombre reconoce sus funciones físicas como una herencia divina, y su
equipo como habiéndole sido dado para el bien del grupo y para ser rectamente usado en
beneficio de la familia humana, entonces veremos un nuevo impulso motivador sustentando
la conducta humana en lo concerniente al sexo. Veremos la eliminación de la promiscuidad,
con su mal concurrente, la enfermedad. Veremos la solución del problema de demasiados
niños e, incidentalmente, alivio del problema económico. A través del correcto control de la
función del sexo y su relegación al propósito para la cual existe (el llevar adelante la familia
humana y proveer cuerpos por medio de los cuales las almas puedan ganar experiencia),
entonces se hará correcto uso del sexo. Luego, la pasión, la lujuria, la autosatisfacción, la
enfermedad, y el exceso de población, desaparecerán en el mundo. La materia no será
nunca más prostituida al deseo egoísta, y la relación entre los sexos será gobernada por la
comprensión del propósito divino y la habilidad en acción.
29
Dos puntos de vista son igualmente erróneos: en un caso tenemos costumbres enseñadas
que conducen eventualmente a orgías sexuales. Estas han sido dignificadas con el nombre
de magia del sexo, y en el orgasmo sexual, inducido deliberadamente, un hombre es llevado
a creer, que el acto sexual físico es el punto supremo de oportunidad espiritual y que, en tal
momento, él puede tocar, si quiere, el reino del Ciclo.
La otra actitud, la que hace del matrimonio y de toda expresión de la vida del sexo, un
pecado para el discípulo y que dice que un hombre no puede ser puro en el verdadero
aspecto espiritual, si se casa y construye una familia, es igualmente devastadora peligrosa.
No hay estado de conciencia ni condición de vida en la cual sea imposible para un hombre
funcionar como hijo de Dios. Si no es posible para un hombre vivir la vida del discipulado
y la vida de la iniciación y, con el debido autocontrol y comprensión, vivir una moral,
equilibrada vida sexual entonces hay un compartimento de la expresión humana en el cual
la divinidad es impotente, ya esto yo rehuso reconocerlo. No hay compartimento de vida ni
campo de expresión, ni deber, ni uso de instrumento físico, en el cual el alma no pueda
cumplir la parte de factor dominante y hacer todas las cosas realmente para gloria de Dios.
Pero el alma debe controlar, y no la naturaleza inferior. La gente olvida que algunos de los
más grandes iniciados del mundo se casaron: que el Buda se casó y tuvo un hijo, y debe
haber sido un iniciado de alto grado cuando ingresó al matrimonio. Ellos olvidan que
Moisés, David el salmista, y muchas de las figuras sobresalientes en el mundo del
misticismo en ambos hemisferios, fueron casados y formaron una familia.
Los discípulos pertenecen a todas las razas, tanto en occidente como en oriente, y la
actitud de las diferentes razas hacia el sexo es ampliamente variada. Las normas de
conducta difieren. La legalidad o la ilegalidad de las relaciones varía. Las diferentes épocas
y las diferentes civilizaciones han visto relaciones que fueron legales en un momento e
ilegales en otro. Algunas razas son monógamas y otras razas son polígamas. En algunas
civilizaciones la mujer es mirada como el factor dominante, y en otras el hombre. A través
de las edades el sexo se pervierte; homosexuales, verdaderos y falsos, han estado con
nosotros, y hoy en día probablemente no es peor que hace 5.000 años, excepto que todo es
ahora sacado a la luz, lo cual es bueno. Todo el mundo habla acerca del problema; y la
generación naciente pregunta con tono incierto: "¿Qué hay sobre el sexo? ¿Qué es correcto
y que es incorrecto?” ¿Cómo se espera que ellos traten con una pregunta que ha sido
discutida, aparentemente de la manera más fútil, a través de los años?
Aquí es pertinente advertir que Minos, Rey de Creta, quien poseía el toro sagrado,
también poseía el laberinto en el cual vivía el Minotauro, y el laberinto ha sido siempre el
símbolo de la gran ilusión. La palabra "laberinto" viene de una vieja palabra inglesa que
significa aturdir, confundir, enredar. La isla de creta con su laberinto y su toro es un
símbolo sobresaliente de la gran ilusión. Estaba separada de la tierra firme, y la ilusión y el
aturdimiento son características del yo separado, pero no del alma en su propio plano,
donde las realidades del grupo y las verdades universales constituyen su reino. El toro, para
Hércules, simboliza el deseo animal, y los muchos aspectos de deseo en el mundo de la
forma, que en su totalidad, constituye la gran ilusión. El discípulo, como Hércules, es una
unidad separada, dividida de la tierra firme, el símbolo del grupo, por el mundo de la
ilusión, y el laberinto en el cual él vive. El toro del deseo tiene que ser asido y dominado y
perseguido de un lugar a otro en la vida del yo separado, hasta que llegue el momento en
que el aspirante pueda hacer lo que Hércules logró hacer: cabalgar al toro. Montar un
animal en los mitos antiguos, significa control. El toro no es matado, es montado y guiado,
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bajo el poder del hombre.
Hay potencias y facultades ocultas en el ser humano que, cuando son desarrolladas y
manifestadas, pueden traer nuevo poderes para dominar este problema. Pero, mientras
tanto, ¿Qué hará el aspirante? Se pueden hacer algunas sugerencias:
1. Montar, controlar y dominar al toro, y que el aspirante recuerde que el toro debe ser
dirigido a través de las aguas hacia la tierra firme; lo que significa que la solución de todo
el problema del sexo llegará, cuando el discípulo subordine la isla separada de su yo
personal, al propósito y esfuerzo del grupo, y empiece a regir su vida por la pregunta,
"¿Qué es lo mejor para el grupo con el cual estoy asociado?” Es haciendo esto que el toro
es conducido a la tierra firme.
2. Usar el sentido común. El antiguo significado de la palabra "sentido común" era que
había un sentido que sintetizaba y unificaba los cinco sentidos y así constituía un "sentido
común", literalmente, la mente. Que el aspirante use su mente, y a través del medio de la
percepción inteligente, guíe y controle al toro del deseo. Si el sentido común es usado,
serán evitados ciertos peligros. Hay un peligro en el método de muchos aspirantes en
impedir o excluir todas las expresiones del sexo. Fisiológicamente pueden tener éxito, pero
la experiencia de los psicólogos y maestros es que donde la prohibición y la supresión
drástica es impuesta sobre el organismo, el resultado es una forma de complejo nervioso o
mental. Mucha gente físicamente limpia tiene mentes sucias. Muchos que despreciarían la
práctica de alguna de las perversiones sexuales y que sostienen que el casamiento no es
para el discípulo, tienen dispositivos mentales que no soportarían una investigación. Sus
mentes y sus interpretaciones de las acciones de otras personas son tan lascivas y su
capacidad para pensar mal tan grande, que, tan peligroso como esto pueda sonar, uno siente
que sería mejor para ellos ser manejados por el toro del deseo que continuar con su práctica
actual de sustituir el pecado exterior por la indulgencia mental. Una mente limpia y un
corazón puro, un cuerpo físico rectamente organizado y rectamente usado, en conformidad
con las leyes de la tierra en la cual su destino le ha arrojado, total consideración por el
bienestar de aquellos con los cuales está asociado, y una vida de servicio amoroso;
constituyen los ideales de un aspirante.
3. Una justa comprensión del significado del celibato. La palabra significa “puro" o
"solo", y el significado dado habitualmente a la palabra es, contenerse de la relación
marital. Muchos hombres y mujeres jóvenes, llevados por el deseo espiritual y bajo la
influencia de la manera de pensar de la iglesia durante la Edad Media, con sus muchos
monasterios y conventos, creen que para ellos el estado de celibato es esencial y correcto y
quedan confundidos cuando descubren tan complejos resultados. Pero, ¿no podrá ser que el
verdadero celibato haya sido expresado para nosotros en las palabras de Cristo, cuando
dijo: "Si tu ojo es puro, todo tu cuerpo estará lleno de luz”. ¿No podrá ser que el verdadero
celibato es el rechazo del alma a no identificarse más con la forma? ¿No podrá la verdadera
relación marital, de la cual la relación en el plano físico no es sino el símbolo, ser la de la
unión del alma y de la forma, el positivo aspecto espiritual y el negativo madre-materia?
Que el alma sea pura en su propósito y libre de la servidumbre de la materia, y entonces
la acción justa y el justo punto de vista serán inevitablemente las características de la vida
en el plano físico. Que el alma maneje la forma, controlándola y dominándola, y entonces
sabrá seguramente sus correctas obligaciones. Reconocerá la relación que deberá mantener
con los otros seres humanos, ya sea que su destino deba ser de esposo o esposa, padre o
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madre, hermano o hermana, amigo o compañero. A través del correcto uso de la forma y,
de la correcta comprensión del propósito, a través de la correcta orientación a la realidad y
el correcto uso de la energía espiritual, el alma actuará como el factor controlador y todo el
cuerpo estará lleno de luz. A través del control, a través del uso del sentido común, por una
correcta comprensión del celibato, y por la identificación con el propósito del grupo, el
discípulo llegará a la liberación por el control del sexo. Logrará seguir el ejemplo de
Hércules y conducirá al toro del deseo a la tierra firme, donde, en el Templo de Dios, lo
entregará al cuidado de los Cíclopes que fueron los primitivos iniciados, teniendo el único
ojo acerca del cual hemos estado hablando, el ojo de Shiva, el ojo del Toro en la
constelación de Tauro. Pues Hércules mismo no fue sólo el discípulo, sino que fue, en su
naturaleza inferior, el toro, y en su naturaleza superior los Cíclopes.
Cuando el toro del deseo ha sido entregado a los Cíclopes, al iniciado de un solo ojo, que
es él mismo, el alma, los tres aspectos divinos, empezarán a manifestarse: Brontes,
Steroptes y Arges guardarán al toro sagrado, y Hércules, el discípulo, no tendrá más
ninguna responsabilidad. Brontes es el símbolo del primer aspecto de Dios, el padre que
habló y es el sonido creador. Steroptes significa relámpago o luz, y es el segundo aspecto,
el alma. Arges significa actividad remolineante, el tercer aspecto de la deidad, expresándose
en la intensa actividad de la vida en el plano físico. Estos aspectos divinos constituyen el
factor controlador y una vez que ellos han logrado la posesión del toro sagrado, el problema
de Hércules está resuelto.
(Notas claves de Tauro: "Que la lucha sea perseverante". El Aspecto Forma
"Veo, y cuando el ojo está abierto, todo es luz". El Aspecto Alma
de Astrología Esotérica, p. 278)
*(1) Reparar en las "Siete Hermanas" cantando alrededor de Hércules, en la exposición del
Mito
Trabajo 3
Recogiendo las Manzanas de Oro de las Hespérides
Parte 1
(Géminis, 21 Mayo - 20 junio)
El Mito
El Gran Presidente, dentro de la Cámara del Concilio del Señor, había vigilado los
trabajos del hijo del hombre que es un hijo de Dios. ÉI y el Maestro vieron el tercer gran
Portal, abierto ante el hijo del hombre, descubriendo una nueva oportunidad para andar el
camino.
32
Ellos advirtieron cómo el trabajador apareció y se preparó para emprender su tarea.
"Ordeno que cuiden el árbol sagrado. Que Hércules desarrolle el poder de buscar sin
desmayo, decepción o demasiada presteza. Que se le exija ahora perseverancia. Ha
cumplido bien hasta ahora". Y así salió la orden.
Lejos, en una región distante, crecía el árbol sagrado, el árbol de la sabiduría, y en él
crecían las manzanas de oro de las Hespérides. La fama de estas dulces frutas había llegado
a tierras distantes, y todos los hijos de los hombres, quienes se sabían que eran asimismo
los hijos de Dios, las deseaban. Hércules, también sabía de esas frutas, y cuando salió la
orden de buscarlas buscó al Maestro, preguntándole el camino para ir y encontrar el árbol
sagrado y recoger las manzanas.
"Dime el camino, Oh Maestro de mi alma. Yo busco las manzanas y las necesito
rápidamente para mi provecho. ¡Muéstrame el camino más rápido y YO iré!”
"No es así, hijo mío”, replicó el Maestro, "el camino es largo. Sólo dos cosas te confiaré,
y luego a tí te corresponderá probar la verdad de lo que digo. Recuerda que el árbol sagrado
está bien custodiado. Tres hermosas doncellas aprecian el árbol protegiendo bien su fruto.
Un dragón de cien cabezas protege a las doncellas y al árbol. Guárdate bien de la fuerza
demasiado grande para tí, de los engaños demasiado sutiles para tu comprensión. Vigila
bien. La segunda cosa que te diría es que tu búsqueda te llevará donde te encontrarás con
cinco grandes pruebas en el camino. Cada una te proporcionará el ámbito para la sabiduría,
la comprensión, la destreza y la oportunidad. Vigila bien. Me temo, hijo mío, que tú
fracasarás en reconocer estos puntos sobre el Camino. Pero sólo el tiempo lo mostrará; Dios
te acompaña en tu búsqueda".
* * *
Con confianza, porque pretendía el éxito no el fracaso, Hércules salió al Camino, seguro
de sí mismo, de su sabiduría y fuerza. Pasó a través del tercer Portal, yendo rectamente al
norte. Anduvo por toda la tierra buscando el árbol sagrado, pero no lo encontró. A todos los
hombres que vio les preguntó, pero ninguno le pudo conducir a él, nadie conocía el lugar.
El tiempo pasó, no obstante, buscaba todavía de lugar en lugar y volviendo muchas veces
sobre sus pasos hacia el tercer Portal. Triste y desanimado, buscaba, por doquier.
El Maestro, vigilando desde lejos, envió a Nereo para ver si podía ayudar. Éste, vino
repetidas veces en forma variable y con diferentes palabras de verdad, pero Hércules no
respondía, ni sabía que el mensajero era para él. Aunque era hábil con la palabra y sabio
con la profunda sabiduría de un hijo de Dios, Nereo fracasó, pues Hércules estaba ciego.
No reconoció la ayuda tan sutilmente brindada. Presentado de nuevo al fin con tristeza al
Maestro, Nereo habló del fracaso.
"La primera de las cinco pruebas menores ha pasado", respondió el Maestro, "y el
fracaso caracteriza esta etapa. Que Hércules prosiga".
No encontrando el árbol sagrado en el camino del norte, Hércules volvió hacia el sur y en
el lugar de la oscuridad continuó con la búsqueda. Al principio soñó con un éxito rápido,
pero Anteo, la serpiente, le encontró en ese camino y luchó con él, venciéndole en todas las
ocasiones.
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"Ella custodia el árbol”, dijo Hércules, "esto se me dijo; el árbol debe estar muy cerca de
ella, debo acabar con su guardián y así, destruyéndolo, abatir el árbol y coger el fruto". Sin
embargo, a pesar de luchar con mucha fuerza, no triunfó.
"¿Dónde está mi falta?” dijo Hércules. "¿Por qué Anteo puede vencerme? Si aún cuando
niño yo destrocé una serpiente en mi cuna. Con mis propias manos la estrangulé. ¿Por qué
fracaso ahora?”
Luchando nuevamente con todo su poder, asió la serpiente con ambas manos, elevándola
en el aire y alejándole del suelo. ¡He aquí la hazaña fue hecha!: Anteo, vencido, dijo: "Yo
vengo otra vez con diferente apariencia en el octavo portal. Prepárate de nuevo para
luchar".
El Maestro, contemplando desde lejos, vio todo lo sucedido, y habló al Gran Presidente
en la Cámara del Concilio del Señor, refiriéndole la hazaña. “La segunda prueba ha pasado.
El peligro ha sido superado. El éxito obtenido en esta ocasión marca su sendero". Y el Gran
Presidente respondió: "Que siga adelante".
* * *
Feliz y confiado, Hércules continuó, seguro de sí mismo y con nuevo ánimo para la
búsqueda. Se volvió hacia el oeste ahora y, al volverse, encontró el desastre. Entró sin
pensar en la tercera gran prueba y el fracaso le encontró y demoró su avance por largo
tiempo.
Pues allá encontró a Busiris, el gran engañador, hijo de las aguas, pariente cercano de
Poseidón. Su trabajo es conducir a los hijos de los hombres al error, a través de palabras de
aparente sabiduría. El afirma conocer la verdad y con rapidez ellos creen. Habla bellas
palabras diciendo: “Yo soy el maestro. A mí me ha sido dado el conocimiento de la verdad
y debéis hacer sacrificio por mí. Acepten el camino de la vida a través mío. Yo sé pero
nadie más. Mi verdad es justa. Cualquier otra razón es errada y falsa. Escuchen mis
palabras; permanezcan conmigo y serán salvos". Y Hércules obedeció, y diariamente,
debilitándose su entusiasmo por el camino primitivo (la tercera prueba) no procuraba
nuevamente conseguir el árbol sagrado. Su fuerza se agotó. El amó, adoró a Busiris, y
aceptó todo lo que éste dijo. Su debilidad crecía día tras día, hasta que llegó un día en que
su amado maestro le amarró a un altar y lo mantuvo atado durante un año.
De pronto un día, cuando estaba luchando para liberarse, y lentamente, viendo a Busiris
por cuya causa estaba en ese trance, vinieron a su mente unas palabras dichas por Nereo
hacia largo tiempo: "La verdad está en ti mismo. En ti hay un poder, una fuerza que yace
allí, el poder que es la herencia de todos los hijos de los hombres que son los hijos de
Dios". Quieto, yació prisionero en el altar, atado a sus cuatro esquinas por un año entero.
Entonces, con la fuerza que es la fuerza de todos los hijos de Dios, rompió sus ataduras,
asió al falso maestro (que había parecido ser tan sabio) y lo ató al altar en su lugar. No le
dijo nada, pero le dejó allí para aprender.
El vigilante Maestro, desde lejos, advirtió el momento de la liberación, y volviéndose
hacia Nereo le dijo: "La tercera gran prueba ha pasado. Tú le enseñaste cómo encontrar la
salida y a su debido tiempo él supo encontrarla. Que siga adelante en el sendero y aprenda
34
el secreto del éxito".
* * *
Aleccionado, y sin embargo con un alivio lleno de interrogantes, Hércules, continuó con
su búsqueda y recorrió mucho camino. El año que pasó inclinado en el altar le había
enseñado mucho. Retornó con mayor sabiduría a su senda.
Repentinamente, detuvo sus pasos. Un grito de profundo dolor hirió sus oídos. Algunos
buitres dando vueltas sobre una roca distante llamaron su atención; entonces, nuevamente
se oyó el grito. ¿Debía él proseguir su camino, o debía buscar a aquél que parecía estar en
necesidad y así retrasar sus pasos? Reflexionó sobre el problema de la demora; un año se
había perdido y sintió la necesidad de apresurarse. Otra vez se oyó un grito rasgar los aires
y Hércules, con pasos rápidos, se apresuró a ir en ayuda de su hermano. Encontró a
Prometeo encadenado a una roca, sufriendo horribles agonías de dolor, causado por los
buitres que picoteaban su hígado, matándolo así poco a poco. Él rompió la cadena que le
sujetaba y liberó a Prometeo, persiguiendo a los buitres hasta su distante guarida y
cuidando del hombre enfermo hasta que se hubo recuperado de sus heridas. Entonces, con
mucha pérdida de tiempo, nuevamente comenzó a ponerse en camino.
El Maestro, mirando desde lejos, habló a su aspirante a discípulo estas claras palabras,
las primeras palabras que le decían desde que emprendió la búsqueda: "La cuarta etapa en
el camino hacia el árbol sagrado ha pasado. No ha habido retraso. La regla en el sendero
elegido que apresura todos los éxitos es, 'Aprende a vivir' ".
Aquel que preside en la Cámara del Concilio del Señor, observó: "Él ha cumplido bien.
Que continúe con las pruebas".
* * *
En todos los caminos continuó la búsqueda, en el norte y en el sur, en el este y en el
oeste: Buscó el árbol sagrado, pero no lo encontró. Llegó un día en que, cansado de viajar y
con temor; oyó el rumor de un peregrino que pasaba por el camino, "cerca de una montaña
distante, el árbol sería encontrado". La primera verdadera afirmación que se le daba hasta
ahora. Por lo tanto, volvió sus pies hacia las altas montañas del este y en brillante y soleado
día, vio el objeto de su búsqueda y apresuró entonces sus pasos. "Ahora tocaré el árbol
sagrado", gritó en su alegría, "venceré al dragón que le custodia; veré las hermosas
doncellas de grande fama, y cogeré las manzanas".
Pero, nuevamente, fue retenido por sentimiento de profunda pena. Atlas le hacía frente,
tambaleante bajo la carga de los mundos sobre su espalda. Su rostro estaba marcado por el
sufrimiento; sus miembros curvados por el dolor; sus ojos cerrados por la agonía; él no
pedía ayuda; no vio a Hércules sino que permaneció encorvado por el dolor, por el peso de
los mundos. Hércules, temblando, observó y estimó la medida de la carga y el dolor. Olvidó
su búsqueda. El árbol sagrado y las manzanas desaparecieron de su mente; solo buscó
ayuda al gigante, y eso sin tardanza; se arrojó hacia adelante y ansiosamente quitó la carga
de los hombros de su hermano levantándola sobre su propia espalda, echándose a los
hombros la carga de los mundos. Cerró sus ojos, asegurándose con esfuerzo, y ¡he aquí! la
carga rodó, y él se halló libre, y también Atlas.
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Delante de él estaba parado el gigante y en su mano sostenía las manzanas de oro,
ofreciéndolas, con amor, a Hércules. La búsqueda había terminado.
Las tres hermanas sostenían aún más manzanas de oro, y lo instaban también a recibirlas
en sus manos, y Eglé, esa hermosa doncella que es la gloria del sol poniente, le dijo,
poniendo una manzana en su mano, "El Camino hacia nosotras está siempre marcado por el
servicio. Actos de amor son hitos en el Camino". Luego Erytheia, que cuida la puerta que
todos debemos pasar ante el Grande que Preside, le dio una manzana, y en su costado, con
luz, estaba escrita la dorada palabra Servicio. "Recuerda esto", dijo, "no lo olvides”.
Y finalmente llegó Hesperis, la maravilla de la estrella vespertina, y le dijo con claridad
y amor, "Sal y sirve, y anda por el camino de todos los servidores del mundo, de aquí en
adelante y por siempre jamás".
"Entonces yo restituí estas manzanas para aquellos que siguen la misma ruta”, dijo
Hércules, y regresó de donde vino.
* * *
Entonces se paró ante el Maestro y rindió debida cuenta de todo lo que había acontecido.
El Maestro le expresó su regocijo y luego, señalando con el dedo, indicó el cuarto Portal y
le dijo: "Pasa a través de ese Portal. Captura la gama y entra una vez más en el Lugar
Sagrado".
El tibetano
La Naturaleza de la Prueba
Llegamos ahora al tercer trabajo, en el signo de Géminis, concerniente al trabajo activo
del aspirante en el plano físico, a medida que llega a una comprensión de sí mismo. Antes
que este trabajo activo sea posible, debe haber un ciclo de pensamiento interior y anhelo
místico; el esfuerzo tras la visión y un proceso subjetivo continuado, tal vez por muy largo
tiempo, antes de que el hombre en el plano físico realmente empiece el trabajo de unificar
alma y cuerpo. Este es el tema de este trabajo. Es en este plano físico de la realización, y en
el trabajo de ganar las manzanas de oro de la sabiduría, que la verdadera prueba de la
sinceridad del aspirante tiene lugar. Un anhelo de ser bueno, un profundo deseo de indagar
los hechos de la vida espiritual, esfuerzos tendientes a la autodisciplina, a la oración y la
meditación, preceden casi inevitablemente, a este verdadero y constante esfuerzo.
El visionario debe volverse un hombre de acción: el deseo tiene que ser llevado al mundo
de la consumación, y aquí yace la prueba de Géminis. El plano físico es el lugar donde se
gana la experiencia y donde la causas, iniciadas en el mundo del esfuerzo mental, deben
manifestarse y lograr objetividad. Es también el lugar donde se desarrolla el mecanismo de
contacto, donde, poco a poco, los cinco sentidos descubren al ser humano, nuevos campos
de conocimiento y le presentan nuevas esferas para la conquista y la realización. Es el
lugar, por consiguiente, donde se logra el conocimiento, y donde ese conocimiento debe ser
trasmutado en sabiduría. El conocimiento, nosotros sabemos, es la búsqueda del
significado, mientras que la sabiduría es la omnisciencia del conocimiento sintético del
alma. Sin la comprensión en la aplicación del conocimiento, nosotros sucumbimos; pues la
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comprensión es la aplicación del conocimiento a la luz de la sabiduría, a los problemas de
la vida y al logro de la meta. En este trabajo, Hércules es enfrentado a la tremenda tarea de
juntar los dos polos de su ser y de coordinar, o compensar, alma y cuerpo, para que la
dualidad dé lugar a la unidad y se fundan los pares de opuestos.
Los Símbolos
Euristeo, habiendo observado a Hércules lograr control mental y después sojuzgar al toro
del deseo y conducirlo dentro del Templo del Alma, ahora le señala la tarea de ir a buscar
las manzanas de oro del jardín de las Hespérides. La manzana ha figurado durante mucho
tiempo en mitología y en simbología. En el jardín del Edén, como sabemos, la serpiente dio
la manzana a Eva; y al dar esa manzana, y con la aceptación llegó el conocimiento del bien
y del mal. Este es un método simbólico de contarnos la historia de la aparición de la mente,
y de cómo empezó a funcionar en esa primitiva criatura, que no era ni animal ni
estrictamente humana. Con el advenimiento de la mente llegó también el conocimiento de
la dualidad, de la atracción de los pares de opuestos, de la naturaleza del alma, que es
buena, y de la naturaleza de la forma, que es mala si retiene al alma y le impide su completa
expresión. No es mala en sí misma.
Es digno de notar que en el jardín del Edén una sola manzana fue dada al ser humano, el
símbolo de la separación, de la soledad. Hércules tuvo que buscar las manzanas de oro en
otro jardín, y en el jardín de las Hespérides las manzanas eran el símbolo de la pluralidad,
de la síntesis, y de los muchos, nutridos por el único árbol de la Vida.
A Hércules sólo se le dijeron tres hechos: que había un jardín encerrando un árbol en el
cual crecían las manzanas de oro; que el árbol estaba custodiado por la serpiente de cien
cabezas; que, cuando la encontrara, él encontraría allí estas tres hermosas doncellas. Pero
no se le dijo en qué dirección estaba el jardín, y cómo encontrarlo. Esta vez no estuvo
limitado a tierras salvajes, asolados por yeguas comedoras de hombres; ni estuvo limitado a
la pequeña isla de Creta. Todo el planeta tenía que ser explorado, y él fue de un lado a otro,
de norte a sur y de este a oeste, hasta que por fin encontró a Nereo, que era experto en toda
sabiduría y en todas las formas de lenguaje. Él es llamado en algunos de los clásicos "el
anciano del mar". No sólo era sabio, sino muy elusivo, asumiendo muchas formas, y
rehusaba siempre dar a Hércules una respuesta directa. Finalmente, sugería con respecto a
la dirección en la cual deberían ser buscadas las manzanas, enviándolo por su camino solo y
algo desanimado, con apenas una vaga idea en cuanto a lo que tendría que hacer y dónde
tendría que ir. Todo lo que él sabía era que tenía que volver hacia el sur; un símbolo de
retroceder en el mando, el polo opuesto del espíritu.
Apenas había hecho esto encontró la serpiente con quien tuvo que luchar*. En su
búsqueda de las manzanas de oro en el plano físico, Hércules tenía que vencer, como lo
hacen todos los discípulos, el espejismo y la ilusión; pues en el desarrollo de la aspiración
espiritual, el discípulo es muy propenso a caer en el astralismo y el psiquismo inferior, en
una forma y otra. A medida que Hércules luchaba con la serpiente, encontró que no podía
vencerla hasta que descubrió, que sólo eran invencible mientras estaba en contacto con la
tierra. Simplemente tan pronto como Hércules levantó la serpiente (Anteo) en el aire, ésta
se volvió completamente débil e incapaz de derrotarle.
Géminis es un signo de aire, un signo cambiante o común. El espejismo está siempre
cambiando, tomando siempre una u otra forma. Atañe a la apariencia y no a la realidad, y la
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tierra se mantiene por las apariencias.
Habiendo vencido a la serpiente que se erguía en su camino, Hércules continuó con su
búsqueda. Su próximo encuentro fue con el espejismo en otra forma. Busiris era un hijo de
Poseidón, el dios de las aguas, pero su madre era una simple mortal. Él pretendía ser un
gran maestro. Era fluído en el hablar y cautivador en lo que decía. Tenía grandes
pretensiones, induciendo a Hércules a creer que él podría mostrarle el camino, que podría
conducirlo a la luz, y que él era el custodio de la verdad. Hércules fue completamente
engañado. Poco a poco cayó bajo el poder y el hechizo de Busiris; poco a poco rindió, su
voluntad y su mente y lo aceptó como su maestro y guía. Finalmente, cuando Busiris tuvo a
Hércules completamente bajo su control, le ató al altar del sacrificio y le forzó a olvidar a
Nereo. El mito relata que Hércules eventualmente se liberó y reanudó su búsqueda,
amarrando a Busiris al altar sobre el cual él mismo había yacido. Nuevamente encontramos
desaliento, tardanza, fracaso y engaño caracterizando esta parte de la prueba.
Buscando todavía por todas partes, él encontró a Prometeo atado a una roca con los
buitres desgarrando su hígado. La vista de tal sufrimiento fue más de lo que Hércules podía
soportar y se desvió de su búsqueda para liberar a Prometeo, poniéndose, por lo tanto, en
una posición como para ahuyentar a los buitres.
Llegamos ahora al punto crucial del trabajo que constituye la verdadera prueba. Hércules
encuentra a Atlas soportando la carga del mundo en sus hombros, y tambaleando bajo el
peso de la tarea que había emprendido. Hércules está tan subyugado por la estupenda
empresa de Atlas, y tan preocupado por sus sufrimientos mientras Atlas se esfuerza por
llevar el peso del mundo, que abandona su búsqueda de las manzanas de oro. Olvida lo que
ha salido a hacer y, apiadado, quita la carga de los hombros de Atlas y la soporta él.
Entonces, se nos dice en el maravilloso final de la historia, que Atlas, libre de su carga, va
al jardín de las Hespérides, arranca las manzanas de oro sin ningún impedimento u
obstáculo de parte de la serpiente de cien cabezas, con la ayuda entusiasta de las tres
hermosas doncellas, y lleva las manzanas a Hércules, que ahora también permanece libre, a
pesar de todos los obstáculos e impedimentos, desviaciones debidas al espejismo y la
ilusión. A pesar de los fracasos y la extensión de tiempo que a él le ha tomado para llegar a
la sabiduría, Hércules obtiene las manzanas de oro. Reparar en que el opuesto, o el signo
consumado, de Géminis, es el de Sagitario, el Arquero, que da en el blanco y se dirige sin
impedimentos hacia la meta: ¡No hay desviaciones ni fracaso! Sólo hay un constante ir
hacia adelante.
* También conocida en la mitología como el gigante Anteo, el hijo de Poseidón, dios de las
aguas, y Gea, la Tierra. De ahí que, cuando estaba en contacto con la Tierra, su madre, él
era invencible.
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Trabajo 3
Recogiendo las Manzanas de Oro de las Hespérides
Parte 2
(Géminis, 21 Mayo - 20 junio)
El Campo del Trabajo
Géminis tiene en ella dos estrellas, llamadas por los griegos, Cástor y Pólux, o los
Gemelos. Estas personifican a dos grupos mayores de estrellas, las Siete Pléyades, y las
Siete Estrellas de la Osa Mayor, que son las dos constelaciones en el norte alrededor de las
cuales nuestro universo parece girar. Una estrella representa cada constelación. Desde el
punto de vista del esoterismo, el gran misterio de Dios encarnado en la materia, y la
crucifixión del Cristo Cósmico sobre la cruz de la materia, está vinculada con la relación
(que se presume que existe desde los tiempos más antiguos) entre las estrellas de las
Pléyades y las de la Osa Mayor. Estos dos grupos de estrellas representan a Dios, el
macrocosmos, mientras que en Géminis, Cástor y Pólux eran vistas como símbolos del
hombre, el microcosmos. Eran también llamadas Apolo y Hércules: Apolo, significando el
soberano, el Dios Sol; y Hércules, "aquél que viene a trabajar". Ellos representan, por lo
tanto, los dos aspectos de la naturaleza del hombre, el alma y la personalidad, el hombre
espiritual y el ser humano a través del cual esa entidad espiritual está funcionando: Cristo
encarnado en la materia, Dios trabajando a través de la forma.
Cástor era considerado como mortal y Pólux como inmortal. Es un hecho astronómico
interesante que la estrella Cástor está disminuyendo en fulgor y no tiene la luz que tenía
hace varios años; mientras que Pólux, el hermano inmortal, está aumentando en brillantez y
eclipsando a su hermano, haciendo presente uno de los dichos de Juan el Bautista,
expresado mientras miraba a Cristo, "él debe crecer pero yo debo decrecer". (Evang. San
Juan, III, 30). Así tenemos a la constelación más significativa, porque ella sostiene siempre
ante los ojos del hombre, el pensamiento de la potencia creciente de la vida espiritual y del
poder decreciente del yo personal. La historia del crecimiento del hombre hacia la madurez
y la del gradualmente creciente control del alma, nos es revelada en la constelación de
Géminis.
En el antiguo zodíaco de Denderah, este signo es llamado "El lugar de Aquel que viene",
y el pensamiento de un Ser espiritual que emerge es sostenido ante nosotros. Es
representado por dos figuras, una masculina, otra femenina; una lo positivo, el aspecto
espíritu, y la otra, lo negativo, el aspecto materia. Los nombres copto y hebreo significan
"unidos", y este es el estado de Hércules, el aspirante. Él es alma y cuerpo unificados. Este
era el problema con el que había que luchar en el signo Géminis. La compensación del yo
inferior con el superior, de los aspectos mortal e inmortal, es el objetivo. Fue este problema
el que creó la tortuosa y prolongada búsqueda que emprendió Hércules, pues él estuvo
finalmente atento a la voz de Nereo, el yo superior, pero a veces, bajo la ilusión y el
espejismo del yo inferior.
39
La dualidad que es enfatizada en Géminis se presenta en gran cantidad de historias
mitológicas. Nos encontramos de nuevo a los mismos hermanos en Rómulo y Remo, por
ejemplo, y en Caín y Abel, un hermano muriendo y el otro viviendo. Encontramos el
símbolo astrológico para Géminis en los dos pilares de la masonería, y muchos creen que la
tradición masónica podría, si tuviéramos el poder de hacerlo, ser rastreada hasta ese
período, anterior a la era de Tauro, cuando el sol estaba en Géminis, y hasta ese gran ciclo
en el cual la raza lemuriana, la primera raza estrictamente humana, empezó a existir;
cuando el aspecto mente empezó a emerger, y la dualidad de la humanidad se volvió un
hecho en la naturaleza.
La raza lemuriana fue la tercera raza; y este trabajo que Hércules simbólicamente
emprendió, es el tercer trabajo. La búsqueda en la cual estaba comprometido era la del
alma, y ésta ha sido siempre la búsqueda no reconocida del ser humano, hasta que llega el
tiempo en que él se reconoce como Hércules, y empieza a encontrarse en la búsqueda de las
manzanas de oro del conocimiento y la sabiduría. Así tenemos en la tradición masónica la
búsqueda de la familia humana representada, la búsqueda de la luz, la búsqueda de la
unidad, la búsqueda de la divinidad. Y de esta manera los dos pilares, Boaz y Jachim,
permanecen como los emblemas de esa dualidad.
En China se habla de Cástor y Pólux como de los dos "dioses de la puerta", mostrando el
tremendo poder que el dios de la materia puede asumir, y también la potencia de la
divinidad.
Géminis es predominantemente el signo del intelecto y tiene un efecto peculiarmente
vital en nuestra raza aria. En esta raza la facultad de la mente y del intelecto han sido
firmemente desarrolladas. Géminis, por lo tanto, tiene influencia en tres divisiones que
conciernen a las relaciones humanas. Primero, gobierna toda la educación. Se ocupa del
conocimiento, de las ciencias, y coloca el fundamento para la sabiduría. Un educador ha
dicho que "la finalidad última de la educación es la adquisición del conocimiento para
recibir la revelación superior. El que no es inteligente puede recibirla, pero no puede
interpretarla". En este trabajo, Hércules recibe una revelación sobresaliente y en las cinco
etapas de su búsqueda su educación es constantemente estimulada.
El regente exotérico de Géminis y del primer decanato es Mercurio, pues, como Alan
Leo nos dice:
"Mercurio en el mundo exterior significa escuelas, colegios, y todos los lugares
donde se enseña y se aprende, instituciones científicas y literarias... En relación al
conocimiento, significa pensamiento, comprensión, razón, inteligencia, intelecto;
los géneros abstractos más bien que los concretos, conocimiento por sí mismo... Su
más alta aplicación parece ser lo que se llama 'razón pura'... En el cuerpo, gobierna
el cerebro y el sistema nervioso, la lengua y los órganos del lenguaje, las manos,
como instrumentos de la inteligencia" (Alan Leo, Diccionario Completo de
Astrología, p. 163).
Géminis se halla, en segundo lugar, para mediar en las relaciones. Gobierna, por
consiguiente, el lenguaje, el intercambio o intercomunicación y el comercio. Es interesante
notar que los Estados Unidos e Inglaterra son ambos gobernados por Géminis; que el
idioma inglés ha llegado a ser predominantemente la lengua del mundo; que las líneas más
grandes de la comunicación oceánica empiezan en Nueva York o Londres, y que ambas
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ciudades han sido mercados mundiales y centros mundiales de distribución. Mercurio, el
planeta gobernante del signo, es el intérprete, el mensajero de los dioses. Es digno de notar
también en esta conexión, cómo Hércules aparece bajo la influencia de dos maestros:
Nereo, el maestro superior, y Busiris, el maestro inferior o psíquico; y así hemos enfatizado
nuevamente la dualidad de Géminis y su calidad mental.
Cuando este signo está en evidencia como lo está ahora, siendo un poderoso signo
inconstante, inaugura muchos cambios; ideas nuevas inundan el mundo; nuevos impulsos
hacen sentir su presencia; emergen nuevas y no desarrolladas líneas de acercamiento a la
verdad espiritual, y muchos maestros aparecerán por todas partes para ayudar a conducir a
la raza a un nuevo estado de conocimiento espiritual. Siendo un signo de aire, encontramos
que la conquista del aire marcha con rapidez, y también se hace un esfuerzo constante para
unificar y coordinar los muchos y variados aspectos del esfuerzo humano.
Venus es el regente esotérico de Géminis y gobierna el segundo decanato; pues Venus
compensa, y a través de su influencia tiene lugar la ley de la atracción y conducir juntos los
polos opuestos. Pero todos estos cambios y unificaciones, naturalmente inauguran un nuevo
estado de conocimiento, un nuevo estado de ser, y conducen a una nueva era y a un nuevo
mundo. Por lo tanto, surgen nuevas dificultades y problemas y encontramos a Saturno
gobernando el último decanato, pues Saturno es el planeta del discipulado; el planeta que
causa las dificultades, problemas y pruebas, que ofrecen al discípulo oportunidad
inmediata. Es Saturno el que abre la puerta a la encarnación, y Saturno el que abre la puerta
al sendero de la iniciación. Mercurio, el intérprete, y el intelecto iluminador; Venus, el
principio de atracción y de compensación; y Saturno, el generador de la oportunidad: estos
tres juegan sus papeles en la vida del aspirante a medida que éste unifica lo superior y lo
inferior, pasa a través de las cinco etapas en esta prueba, y prevé la meta que debe lograr
finalmente.
Las Tres Constelaciones Simbólicas
Las tres constelaciones que se encuentran en conexión con el signo son Lepus, la liebre,
el Can Mayor y el Can Menor, y en su interrelación y su asociación de éstas con Hércules,
el aspirante, la historia completa del ser humano, estaba de nuevo notablemente descrita. En
el Can Mayor encontramos a Sirio, la Estrella Perro, llamada en muchos libros antiguos "el
conductor de toda la hueste celestial”, pues es diez o doce veces más brillante que cualquier
otra estrella de primera magnitud. Sirio ha sido siempre asociada con el gran calor, de ahí
tenemos la frase de "los días de perro" en medio del verano, cuando se supone que hace el
mayor calor. Desde el punto de vista ocultista, Sirio es de profunda significación. "Nuestro
Dios es un fuego consumidor”, y Sirio es el símbolo del alma universal como así también
del alma individual. Es, por consiguiente, esotéricamente considerada, la estrella de la
iniciación. En el lenguaje de la simbología se nos dice, que llega un momento en que una
estrella resplandece delante del iniciado, significando la realización de su identidad con el
alma universal, y a ésta, él la vislumbra repentinamente por medio de su propia alma, su
propia estrella.
El Can Mayor es el inmortal Sabueso del Cielo, que caza por siempre al Perro más
pequeño, el más débil, el hombre en encarnación física. Esta caza ha sido inmortalizada
para nosotros por Francis Thompson en "El Sabueso del Cielo”:
"Yo huí de Él, a lo largo de las noches y los días;
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Yo huí de Él, bajo la bóveda de los años;
Yo huí de Él, en los caminos laberínticos
De mi propia mente; y en la niebla de las lágrimas
Yo me oculté de Él, y bajo raudales de risa
Corrí por esperanzas entrevistas
Y salí, precipitado,
Bajando por tinieblas Titánicas de miedos abismales,
De aquellos poderosos pies que venían detrás mío".
En el zodíaco de Denderah, esta estrella es llamada Simios, la cabeza. Se nos dice (en el
apéndice, p. 1518, de la Biblia Compañera) que la estrella más brillante en el Can Mayor es
Sirio, el Príncipe, llamado en persa, El Jefe. Hay otras tres estrella en la misma
constelación: una llamada "el anunciador", otra "la resplandeciente", y la tercera "la
gloriosa", todas estas frases ponen de relieve la magnificencia del Can Mayor y,
esotéricamente, la maravilla y la gloria del yo superior.
En el Can Menor, el "más débil", el mismo escrito nos relata que el nombre de la estrella
más brillante significa "redentor", que la que le sigue en brillo es "el portador de la carga" o
"el que soporta por los demás". Tenemos, por consiguiente, en el significado de estos dos
nombres, una representación de Hércules, a medida que logra su propia salvación y
mientras soporta la gran carga de Atlas y aprende el significado del servicio.
Lepus, la fiebre, asociada con estas dos constelaciones, contiene una estrella del más
intenso color carmesí, casi como una gota de sangre. El rojo es siempre el símbolo del
deseo por las cosas materiales. En el zodíaco de Denderah, el nombre dado es Bashtibeki,
que significa "caída maldita". Aratus, escribiendo cerca de 250 años A.C., habla de Lepus
como siendo "eternamente perseguida", y es interesante notar que los nombres hebreos de
algunas de las estrellas encontradas en esta constelación significan "el enemigo de Aquel
que viene", que es el significado del nombre de la estrella más brillante, Arneb; mientras
que otras tres estrellas tienen nombres que significan "el loco", "el amarrado", "el
engañador". Todas estas palabras son características del yo inferior perseguido eternamente
por el yo superior; el alma humana perseguida por el Sabueso del Cielo.
Cuando miramos los cielos estrellados en la noche y ubicamos a Sirio, la Estrella Perro,
la historia de nuestro pasado, presente y futuro está dramáticamente representada. Tenemos
la historia de nuestro pasado en Lepus, la Liebre, de pies veloces, engañada, loca, amarrada
a la rueda de la vida, identificada con el aspecto materia, y siempre la enemiga de "El
Príncipe que Viene". En el Can Menor, tenemos la historia del aspirante, de nuestra suerte
presente. Morando dentro nuestro está el gobernante interior, la divinidad oculta, el
redentor. Nosotros salimos victoriosos y a triunfar, pero tenemos que hacerlo como el
discípulo agobiado, soportando por otros y sirviendo. En el Can Mayor tenemos
representado nuestro futuro y una consumación, gloriosa más allá de toda presente
realización. Si todas las religiones y escrituras del mundo se perdieran y no nos quedara
nada excepto los cielos estrellados, con la historia del zodíaco y el significado de los
nombres de las diversas estrellas que se encuentran en las diferentes constelaciones,
podríamos seguir las huellas de la historia del hombre, recobrar el conocimiento de nuestra
meta y aprender el modo de su realización.
La Lección del Trabajo
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El total de esta historia significa realmente la lección que es la primera que todos los
aspirantes tienen que dominar, y la que es imposible aprender, hasta que se haya pasado por
las pruebas en Aries y en Tauro. Entonces, en el plano físico, en el campo del cerebro y en
su estado de conciencia despierta, el discípulo tiene que registrar contactos con el alma y
reconocer sus cualidades. El no debe ser más el místico visionario, sino que debe agregar a
la realización mística el conocimiento oculto de la realidad. Esto es olvidado a menudo por
los aspirantes. Ellos descansan contentos con la aspiración, con la visión de la meta
celestial. Han forjado en el crisol de la vida, un equipaje que se caracteriza por las
sinceridad, el buen deseo, el carácter agradable, y son conscientes de la pureza del motivo,
buena voluntad para cumplir los requerimientos, y la satisfacción de que ellos han
alcanzado un cierto estado de desarrollo que los autoriza a seguir. Pero una cosa falta aún:
no tienen lo que podría llamarse “la técnica de la presencia"; no tienen privilegio y
prerrogativa para poseer. Ellos creen en la realidad del alma, en la posibilidad de la
perfección, en el sendero que debe ser hollado; pero la creencia no ha sido todavía
trasmutada en conocimiento del reino espiritual. ¡Y no saben cómo lograr su meta! Por lo
tanto, como lo hizo Hércules, emprenden la quíntuple búsqueda.
La primera etapa de la búsqueda está llena de estímulo para ellos, habiendo sido capaces
de reconocer el acontecimiento. Como Hércules, se encuentran con Nereo, el símbolo del
yo superior, y más tarde en la historia del discípulo, él es el símbolo del Maestro que
enseña. Una vez puestos en contacto, especialmente en las primitivas etapas de la búsqueda,
el yo superior se manifestará como un destello de iluminación y ¡he aquí! ha desaparecido;
como una repentina comprensión de la verdad, tan elusiva, huidiza, que al principio el
discípulo no puede asirla; como una sugerencia que se deja caer en el estado consciente en
momentos de una concentrada atención, cuando la mente se mantiene firme y las
emociones temporalmente cesan de controlar.
En el caso de un discípulo más avanzado que ha establecido contacto con su alma y que,
por consiguiente, se puede suponer que está listo para recibir instrucción de uno de los
grandes Maestros de la Raza, se encontrará que el Maestro trabaja exactamente como lo
hizo Nereo. No se puede entrar siempre en contacto con Él, y sólo ocasionalmente el
discípulo entra en comunicación con Él. Cuando lo hace, no necesita esperar felicitaciones
por su magnífico progreso, ni encontrará una cuidadosa explicación de su problema, ni el
prolijo diseño del trabajo que deberá hacer. El Maestro dará una sugerencia y desaparecerá.
Hará una insinuación y no dirá más. Corresponde al discípulo actuar lo mejor que pueda y
llevar hasta el fin la sugerencia, la cual él deberá juzgar si es sabia.
Muchos ocultistas bien intencionados lo conducirían a uno a creer que los Maestros de
Sabiduría se toman un interés personal con ellos, que los sobrecargados Guías de la Raza,
no tienen mejor ocupación que decirles personalmente cómo vivir, cómo resolver sus
problemas y cómo, minuciosamente, guiar sus empresas. Me gustaría aquí registrar mi
protesta contra cualquier intento de rebajar el trabajo de los Grandes. Las razones por las
cuales Nereo, el Maestro, es elusivo y no da sino un destello de pensamiento o de
momentánea atención al aspirante, son dos:
Primero, el aspirante individual no es de interés personal para el Maestro hasta que ha
llegado el punto en su evolución en que está en tan estrecha relación con su alma, que llega
a ser un servidor magnético en el mundo. Entonces, y sólo entonces, le será beneficioso al
Maestro enviarle un pensamiento, y darle una sugerencia. Entonces, a medida que esas
sugerencias son seguidas, Él puede darle más, pero, y éste es el punto que debe ser
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enfatizado, sólo en conexión con el trabajo que debe hacer en el campo del servicio del
mundo. Los aspirantes necesitan recordar que ellos llegan a ser maestros sólo dominando, y
que se nos enseña a ser maestros y se nos lleva a la posición de miembro en el grupo de
servidores del mundo, a través de los esfuerzos de nuestra propia alma. Esa alma es un
divino hijo de Dios, omnisciente y omnipotente. A medida que el gemelo inmortal aumenta
en poder y esplendor el hermano mortal disminuye.
Segundo, los cuerpos físicos de los aspirantes no están en condición de soportar la
elevada vibración de aquél que se ha realizado. El cuerpo sería destrozado y el cerebro sería
sometido a demasiado esfuerzo, si uno de los Maestros hiciera constante contacto con un
discípulo, antes de que él hubiera aún aprendido a conocer a Nereo como el símbolo de su
propio yo superior. Cuando por nuestros propios esfuerzos estemos empezando a vivir
como almas, y cuando por nuestro propio autoiniciado empeño estemos aprendiendo a
servir y a ser canales de energía espiritual, entonces conoceremos a Nereo más
íntimamente; y entonces, casi inevitablemente, nuestro conocimiento del trabajo que los
Grandes tienen que hacer, será tan vital y tan real, que renunciaremos a nuestro propio
deseo por el contacto y buscaremos sólo levantar la carga que ellos llevan.
Al principio de su búsqueda, Hércules se encontró con Nereo; pero no se sintió
impresionado y por lo tanto se extravió por otras partes, buscando furiosamente satisfacer
su aspiración. Al fin de su búsqueda él se encuentra con Atlas, soportando la carga del
mundo, y se siente tan impresionado con el peso de esa responsabilidad y la carga que
Atlas, el gran Maestro, está llevando, que olvida todo acerca de la meta y su búsqueda de
las manzanas de oro, y se esfuerza por levantar la carga de los hombros de Atlas. Cuando
los aspirantes en el campo religioso y en la iglesia, en el campo teosófico, en el campo de
los rosacruces, y en los muchos grupos en los cuales ellos gravitan, hayan aprendido a
olvidarse de ellos mismos para servir, y a perder de vista su egoísmo espiritual ayudando a
la humanidad, habrá una más rápida reunión de los iniciados a través del portal en el
Sendero que conduce de la oscuridad hacia la Luz, y de lo ilusorio a lo Real. Uno de los
Grandes ha dicho que "hay personas que, sin tener nunca ningún signo externo de egoísmo,
son intensamente egoístas en su interna aspiración espiritual". (p. 360, The Mahatma
Letters to A. P. Sinnett). Y más tarde ofrecen ante nosotros un estupendo ideal que hace un
corte en la raíz del egoísmo espiritual: "Si en nuestra visión de las más altas aspiraciones
por el bienestar de la humanidad, éstas se manchan con egoísmo, en la mente del filántropo,
acecha la sombra del deseo por el propio beneficio...”.
Hércules, el discípulo, ha conocido el toque del yo superior, pero no lo conocía lo
suficiente para permanecer con Nereo. Por lo tanto, se volvió al sur, o de regreso al mundo.
Él ha tenido su momento supremo, cuando trascendió el estado consciente de su cerebro y
platicó con su alma. Pero esto no dura, y se abandona nuevamente al estado de conciencia
del cerebro y entra en otra experiencia. Tiene que luchar con Anteo, la serpiente (o
gigante). Pero, esta vez, es la serpiente del espejismo astral y no principalmente la serpiente
del deseo. Es con los hechizos del psiquismo inferior que él tiene que luchar, y éstos
parecen, en las primeras etapas, atraen inevitablemente el interés de los aspirantes.
Cualquier maestro que haya trabajado con aquéllos que están buscando el Camino, conoce
el hechizo bajo el cual ellos pueden caer tan fácilmente. Según el temperamento del
aspirante así será el hechizo. Algunos se desvían por los fenómenos espiritistas. En el
esfuerzo para penetrar el velo, se sienten absorbidos por el lado inferior del espiritismo y
pasan mucho tiempo en la sala de sesiones, estudiando una y otra vez los mismos viejos
fenómenos de materialización, comunicación con los espíritus y manifestaciones, no hago
44
aquí referencias a las verdaderas investigaciones científicas de aquellos que ahondan en su
indagación, y que están dotados para hacer esto. Me refiero a la participación del ignorante
en ciertos tipos de trabajo en la sala de sesiones. Esto intriga al hombre y a la mujer
comunes y los pone a merced del igualmente ignorante medium o del charlatán, pues ellos
no están equipados para verificar de ninguna manera lo que ven y oyen.
La serpiente puede tomar la forma del aspecto más común de los fenómenos psíquicos.
El aspirante se interesa en la escritura automática, o aprende a sentarse y escuchar "voces",
se vuelve astralmente clarividente y clariaudiente, se une a la confusión del plano psíquico,
y así cae dentro de las trampas y peligros latentes del astralismo. Se vuelve negativo,
porque está todo el tiempo tratando de oir o ver lo que no es físico. Porque nosotros
compartimos con los gatos y los perros la capacidad de ser clarividentes y clariaudientes, a
su debido tiempo seguramente veremos y oiremos, si no en realidad, al menos a través del
poder de esa facultad creadora que todos poseemos, la imaginación creadora. Pero en una
forma y otra, el aspirante que ha dejado a Nereo, se encontrará con la serpiente y tendrá que
luchar con ella. Como el mito lo expresa, por un largo tiempo Hércules no pudo vencer,
pero cuando levantó a la serpiente en el aire triunfó.
Hay gran verdad debajo de este simbolismo. El aire ha sido siempre mirado como el
símbolo del elemento relacionado con el plano de Cristo, llamado en la terminología
teosófica y en el oriente, el plano búdico. El plano astral es el reflejo distorsionado del
plano búdico, y sólo cuando elevemos el espejismo dentro de la clara luz del alma de
Cristo, veremos la verdad como es, y nos volveremos invencibles. Solemnemente, yo me
esforzaría por convencer a todos los aspirantes, a renunciar a todo interés en los fenómenos
psíquicos, y a excluir tan firmemente como puedan el plano astral, hasta que hayan
desarrollado el poder de ser intuitivos, y de interpretar sus intuiciones por medio de una
mente bien desarrollada, bien provista y bien entrenada.
La próxima etapa de la búsqueda de Hércules es igualmente aplicable a la humanidad en
conjunto. El cayó en las garras de Busiris, que pretendía ser un gran maestro. Por un largo
período de tiempo Hércules fue mantenido en cautiverio. El mundo hoy en día está lleno de
maestros, y, como Busiris, ellos basan su enseñanza en portentosas pretensiones; afirman
que son iniciados, que son los custodios de la verdad, y que tienen un camino seguro y
cierto de desarrollo que debe, inevitablemente, capacitar al aspirante para realizarse. Ellos
sostienen su posición con promesas; crean la atmósfera para una fuerte relación de la
personalidad, y utilizando la sinceridad y la aspiración del buscador tras la verdad, reúnen a
su alrededor grupos de hombres y mujeres que inocente y sinceramente creen en la verdad
de lo que ellos pretenden, y los atan al altar del sacrificio por un mayor o menor período de
tiempo. El verdadero iniciado es conocido por su vida y actos, está demasiado ocupado
sirviendo a la raza, para perder el tiempo en interesar a la gente sobre sí mismo, y no puede
hacer promesas más allá que decir a cada aspirante: "Éstas son las reglas antiguas, éste es el
camino que todos los santos y Maestros de Sabiduría han recorrido, ésta es la disciplina a la
cual deben sujetarse, y si sólo tratan de resistir y tener paciencia, la meta seguramente será
alcanzada".
Pero Hércules se liberó, como lo hacen todos los buscadores sinceros; y habiendo
escapado del mundo psíquico y pseudo-espiritual empezó a servir. Primero se liberó a sí
mismo bajo el símbolo de Prometeo, el que significa Dios encarnado, liberándolo de la
tortura de los buitres de lo antiguo. El plexo solar, el estómago y el hígado son
exteriorizaciones, si puedo expresarlo así, de la naturaleza del deseo, y Hércules se liberó a
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sí mismo de los buitres del deseo, que por largo tiempo lo habían torturado. Dejó de ser
egoísta, y de buscar su propia satisfacción. Había tenido dos amargas lecciones en este
signo y por este ciclo en particular estaba relativamente libre. Prometeo, el Dios interior,
podría adelantarse al servicio del mundo y levantar la carga de Atlas.
Después del sacrificio viene la recompensa, y Hércules recibió su gran sorpresa después
de liberar a Prometeo y Atlas. Habiendo abandonado su búsqueda para ayudar al mundo,
Atlas fue en su lugar al jardín y le trajo las manzanas de oro, poniéndole en contacto con las
tres hermosas doncellas, los tres aspectos del alma.
Al principio de su trabajo él se pone en contacto con su alma como Nereo; al final de su
trabajo, habiendo superado muchos espejismos logra una visión grandemente acrecentada
de su alma y la ve en sus tres aspectos, cada uno, conteniendo en sí, la potencia de los tres
principios de la divinidad. Eglé simboliza la gloria de la vida y el esplendor del sol
poniente, la magnificencia de la manifestación en el plano físico. Ella le da una manzana a
Hércules, diciendo, "El camino hacia nosotros es, siempre, a través de actos de amor".
Erythena cuida la puerta, el alma, que está siempre abierta por Amor-Sabiduría, y le da a
Hércules una manzana marcada con la palabra dorada Servicio. Hesperis, la estrella
vespertina, la estrella de la iniciación, representa la Voluntad. Ella le dice a Hércules,
"Recorre el Camino". Cuerpo, alma y espíritu; Inteligencia, Amor y Voluntad, avistados y
contactados por el aspirante desinteresado a través del Servicio.
Trabajo 4
La Captura de la Gama o Cierva
Parte 1
Cáncer (21 junio - 21 julio)
El Mito
El Gran Presidente, Quien se sienta en la Cámara del Concilio del Señor, habló al
Maestro que permanecía a su lado: "¿Dónde está el hijo del hombre que es el hijo de Dios?
¿Cómo se comporta? ¿Cómo es puesto a prueba y con qué servicio está ahora
comprometido?”.
El Maestro dijo, echando una mirada sobre el hijo del hombre que es el hijo de
Dios: "Con nada en este momento, ¡Oh, Gran Presidente! La tercera gran prueba
proveyó mucho sustento aleccionador a un principiante como él, ahora medita y
reflexiona".
“Proporciona una prueba que evoque su elección más sabia. Envíalo a trabajar en un
campo en el cual él deba decidir qué voz, de todas las muchas voces, despertará la
obediencia de su corazón. Provee asimismo una prueba de gran simplicidad en el
plano exterior, y además una prueba que despierte, en el lado interior de la vida, la
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plenitud de su sabiduría y la rectitud de su poder de elección. Que proceda con la
cuarta prueba”.
* * *
Delante del cuarto gran Portal permanecía Hércules; un hijo del hombre y, no obstante
un hijo de Dios. Al principio había profundo silencio. Él no pronunció palabra ni emitió
ningún sonido. Más allá del Portal el paisaje se extendía en contornos despejados, y en el
horizonte lejano se levantaba el templo del Señor, el santuario del Dios-Sol, las murallas
almenadas fulgurantes. Sobre una colina cercana estaba parado un esbelto cervatillo. Y
Hércules, que es un hijo de hombre y no obstante un hijo de Dios, miró y escuchó y,
escuchando, oyó una voz. La voz salía de ese brillante círculo de la luna que es el hogar de
Arternisa. Y Artemisa, el hada, habló palabras de advertencia al hijo del hombre.
"La cierva es mía, por lo tanto, no la toques", dijo ella. "Durante eras yo la alimenté y la
cuidé cuando joven. La cierva es mía y mía debe permanecer".
Entonces, surgió Diana, la cazadora de los cielos, la hija del sol. Saltando hacia la cierva
con sus pies calzados con sandalias, ella también reclamó la posesión.
"No es así", dijo Artemisa, la más hermosa doncella: "La cierva es mía y mía debe
permanecer. Demasiado joven hasta hoy, ahora puede ser útil. La cierva de astas de oro es
mía, no tuya, y mía permanecerá".
Hércules de pie entre los pilares del Portal, escuchó y oyó la querella y mucho se
asombraba mientras las dos doncellas disputaban por la posesión de la cierva.
Otra voz llegó a su oído, y con dominante acento dijo: "La cierva no pertenece a ninguna
doncella, ¡oh, Hércules!, sino al Dios cuyo santuario tú ves en aquel monte distante. Vé y
rescátala y llévala a la seguridad del santuario y déjala allí. Una cosa simple de hacer, ¡oh,
hijo del hombre!, pero (y medita bien mis palabras) siendo un hijo de Dios, tú puedes así
buscar y coger la cierva. Vé".
A través del cuarto Portal salió Hércules, dejando detrás los muchos dones recibidos para
que no lo molestaran en la veloz persecución que tenía por delante. Y desde cierta distancia
las pendencieras doncellas observaban. Artemisa, el hada, inclinándose desde la luna y
Diana, hermosa cazadora de los bosques de Dios, seguían los movimientos de la cierva y,
cuando la causa esperada surgía, cada una de ellas engañaba a Hércules, buscando frustrar
sus esfuerzos. Él perseguía a la cierva de un punto a otro y cada una de ellas con sutileza le
engañaba. Y esto hicieron una y otra vez.
Así, por espacio de todo un año, el hijo del hombre que es un hijo de Dios, siguió a la
cierva de lugar en lugar, atrapando ligeros reflejos de su forma, sólo para encontrar que en
la espesura de los bosques profundos la había perdido. De colina en colina y de bosque en
bosque, la persiguió hasta muy cerca de un tranquilo estanque donde, de cuerpo entero,
sobre la hierba no hollada, la vio durmiendo, cansada de su carrera.
Con paso silencioso, extendida mano y ojo inmutable, él disparó una flecha hacia la
gama y la hirió en su pata. Estimulando toda la voluntad de la que estaba poseído, se acercó
más, y no obstante la cierva no se movió. Así se adelantó más cerca, y ciñó a la cierva en
47
sus brazos, cerca de su corazón. Y Artemisa y la bella Diana eran espectadoras.
"La búsqueda ha terminado", cantó en voz alta. "Dentro de la más espesa oscuridad fui
conducido, y no encontré a la cierva. Dentro de los profundamente oscuros bosques sorteé
mi camino, pero no encontré a la gama; y sobre las llanuras monótonas y las soledades
áridas y los desiertos salvajes, me esforcé hacia la gama, sin embargo, no la encontré. A
cada sitio que llegaba, las doncellas desviaban mis pasos, pero aún persistí y ¡ahora la
cierva es mía! ¡la cierva es mía!
"Eso no es verdad, oh, Hércules!, llegó a sus oídos la voz de uno que permanece cerca
del Gran Presidente dentro de la Cámara del Concilio del Señor. "La gama no pertenece, a
un hijo del hombre aún cuando sea un hijo de Dios. Lleva la gama a aquel santuario
distante, donde moran los hijos de Dios y déjala allí con ellos".
"¿Por qué así, oh, sabio Maestro? La gama es mía, mía por la larga búsqueda y el largo
viaje, y mía asimismo porque yo la sostengo cerca de mi corazón".
"¿Y no eres tú un hijo de Dios, aunque un hijo de hombre? ¿Y no es el santuario también
tu morada? ¿Y no compartes tú la vida de todos los que moran allí dentro? Lleva al
santuario de Dios la gama sagrada, y déjala allí, oh, hijo Je Dios".
* * *
Entonces Hércules cargó la gama hasta el sagrado santuario de Micenas llevándola hasta
el centro del lugar sagrado y allí la dejó. Y cuando la colocaba delante del Señor, reparó en
la herida de su pata, producida por una flecha del arco que él había tendido y usado. La
gama era suya por derecho de la búsqueda. La gama era suya por derecho de la destreza y la
proeza de su brazo. "La cierva es, por lo tanto, doblemente mía”, dijo él.
Pero Artemisa, situándose dentro del atrio de ese lugar muy sagrado, oyó su fuerte grito
de victoria y dijo: "No es así. La gama es mía y siempre ha sido mía. Yo vi su forma
reflejada en el agua; oí sus pasos sobre los caminos de la tierra; sé que la gama es mía, pues
toda forma es mía".
El Dios Sol habló desde el lugar sagrado. "La gama es mía, no tuya ¡Oh, Artemisa! Su
espíritu permanece conmigo desde toda la eternidad, aquí en el centro del sagrado
santuario. Tú no pueden entrar aquí ¡oh, Artemisa! y sabes que yo digo la verdad. Diana,
esa hada cazadora del Señor, puede entrar por un momento y decirte lo que vea".
Por un breve momento entró al santuario la cazadora del Señor y vio la forma de lo que
era la gama, yaciendo delante del altar, en apariencia muerta. Y con pena dijo: "Pero si tu
espíritu descansa contigo ¡oh, gran Apolo, noble hijo de Dios!, entonces conozco que la
cierva está muerta. La cierva está muerta por causa del hombre que es un hijo de hombre,
aún cuando es un hijo de Dios. ¿Por qué puede él entrar al santuario y nosotras debemos
esperar a la gama aquí afuera?”.
"Porque él sostuvo a la gama en sus brazos, cerca de su corazón, y en el lugar sagrado la
gama encuentra descanso, y también el hombre. Todos los hombres son míos. La gama es
asimismo mía, no tuya. No del hombre, sino mía".
48
* * *
Y Hércules, volviendo de la prueba, pasó nuevamente a través del Portal y encontró su
camino, de regreso al Maestro de su vida.
"He cumplido la tarea señalada por el Gran Presidente. Fue simple, excepto por la
cantidad de tiempo y la cautela de la búsqueda. Yo no escuché a aquellos que hacían su
reclamo, ni vacilé en el camino. La gama está en el lugar sagrado, cerca del corazón de
Dios y asimismo, en la hora de la necesidad, también cerca de mi corazón".
"Ve a mirar nuevamente ¡Oh, Hércules!, hijo mío, entre los pilares del Portal". Y
Hércules obedeció. Más allá del Portal, el paisaje se extendía en claros contornos y en el
horizonte lejano se erguía el templo del Señor, el santuario del Dios-Sol, con brillantes
murallas almenadas, mientras que en una colina cercana se erguía un esbelto cervatillo.
"¿Ejecuté la prueba, oh, sabio Maestro? El cervatillo está de nuevo sobre la colina donde
antes lo vi parado".
Y desde la Cámara del Concilio del Señor, donde se sienta el Gran Presidente, llegó una
voz: "Muchas y todavía muchas veces deben todos los hijos de los hombres, que son los
hijos de Dios, buscar al cervatillo de la cornamenta de oro y llevarlo al lugar sagrado;
muchas y todavía muchas veces".
Entonces dijo el Maestro al hijo del hombre que es un hijo de Dios: "El cuarto trabajo ha
terminado, y por la naturaleza de la prueba y por la naturaleza de la gama, la búsqueda debe
ser frecuente. No olvides esto, sino que reflexiona acerca de la lección aprendida".
El tibetano
Síntesis de los Signos
Cáncer es el último de los que podríamos llamar los cuatro signos preparatorios, si
estamos considerando la involución del alma en la materia, o la evolución del
aspirante a medida que se esfuerza por pasar del reino humano al espiritual. Estando
equipado con la facultad de la mente, en Aries, y con el deseo, en Tauro, y habiendo
llegado a la realización de su dualidad esencial en Géminis, el ser humano
encarnado entra, a través del nacimiento en Cáncer, dentro del reino humano.
Cáncer es un signo de masa, y las influencias que emite son apoyadas por muchos
esoteristas para dar lugar a la formación de la familia humana, de la raza, de la nación y de
la unidad familiar. En lo que al aspirante concierne, la historia es algo diferente, pues en
estos cuatros signos, él prepara su equipo y aprende a utilizarlo. En Aries se aferra con
fuerza a su mente y busca inclinarla a su necesidad, aprendiendo el control mental. En
Tauro, “la madre de la iluminación", recibe su primer destello de esa luz espiritual que
crecerá cada vez más brillante a medida que se acerca a su meta. En Géminis, no sólo
aprecia los dos aspectos de su naturaleza, sino que el aspecto inmortal empieza a
acrecentarse a expensas del mortal.
Ahora, en Cáncer, logra su primer contacto con ese sentimiento más universal, que es el
49
aspecto superior de la conciencia de la masa. Equipado, por consiguiente, con una mente
controlada, una capacidad de registrar la iluminación, una capacidad para hacer contacto
con su aspecto inmortal y para reconocer intuitivamente el reino del espíritu, está listo
ahora para el trabajo mayor.
En los cuatro signos siguientes, a los que podríamos considerar como los signos de la
lucha del plano físico por la realización, hemos pintado para nosotros la tremenda batalla
por medio de la cual el individuo autoconsciente, emergiendo de la masa en Cáncer, se
conoce a sí mismo como siendo el individuo en Leo, el Cristo potencial en Virgo, el
aspirante esforzándose para equilibrar los pares de opuestos en Libra, y el que vence a la
ilusión en Escorpio. Estos son los cuatro signos de crisis y de estupendo esfuerzo. En ella
toda la iluminación, la intuición, y el poder del alma del cual Hércules, el aspirante, es
capaz, son utilizados al extremo. Estos tienen su reflejo también en el arco involutivo, y se
puede trazar una secuencia similar de desarrollo. El alma logra individualidad en Leo, se
vuelve la que alimenta las ideas y las capacidades potenciales en Virgo, oscila
violentamente de un extremo al otro en Libra, y está sujeta al efecto disciplinante del
mundo de la ilusión y la forma en Escorpio.
En los últimos cuatro signos, tenemos los signos de la realización. El aspirante ha
trabajado en el mundo del espejismo y de la forma y en su conciencia está libre de sus
limitaciones. Ahora él puede ser el arquero en Sagitario, yendo directamente a su meta;
ahora puede ser la cabra en Capricornio, escalando el monte de la iniciación; ahora puede
ser el trabajador del mundo en Acuario, y el salvador del mundo en Piscis. Así, puede
resumir en sí mismo todos los beneficios del período preparatorio y de las batallas
ferozmente luchadas en los cuatro signos de enérgica actividad; y en estos cuatro signos
finales demostrar los beneficios logrados y los poderes desarrollados.
Esta breve recapitulación de los signos, según afectan a Hércules, servirá para dar alguna
idea de la magnífica síntesis del cuadro, y de la constante progresión, y del desarrollo
controlado de las distintas fuerzas que juegan su parte sutil, en realizar los cambios en la
vida del hombre.
Tres palabras resumen el objetivo autoconsciente o el aspecto conciencia del
evolucionado ser humano: instinto, intelecto, intuición. El signo que ahora estamos
estudiando es predominantemente el signo del instinto; pero la sublimación del instinto es
la intuición. En la misma forma, así como la materia tiene que ser elevada al cielo, así el
instinto tiene que ser igualmente elevado, y cuando ha sido así trascendido y transmutado,
se manifiesta como intuición (simbolizada por la gama). El estado intermedio es el del
intelecto. La gran necesidad de Hércules ahora es desarrollar su intuición y familiarizarse
con ese reconocimiento instantáneo de la verdad y de la realidad que es la alta prerrogativa
y potente factor en la vida de un liberado hijo de Dios.
Significado de la Historia
Euristeo, por consiguiente, envió a Hércules a capturar la gama o cierva Cerinita de los
cuernos de oro. La palabra "cierva" viene de una antigua palabra gótica que significa "el
que debe ser capturado", en otras palabras, lo que es elusivo y difícil de aprisionar. Esa
gama era sagrada para Artemisa, la diosa de la luna; pero Diana, la cazadora de los cielos,
la hija del sol, también la pretendía y hubo una querella sobre la pertenencia. Hércules
aceptó el encargo de Euristeo y se equipó para capturar la dócil cierva. Estuvo todo un año
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persiguiéndola, yendo de un bosque a otro, apenas avistándola y volviéndola a perder. Pasó
un mes tras otro, y nunca pudo apresarla y retenerla. Finalmente el éxito coronó su
esfuerzos y él capturó a la gama, la echó sobre sus hombros, "la sostuvo cerca de su
corazón", y la llevó al sagrado templo de Micenas, donde la colocó frente al altar, en el
lugar sagrado. Entonces retrocedió, complacido de su triunfo.
Esta es una de las historias más cortas pero, aunque se nos dice muy poco, este trabajo,
cuando se lo considera reflexivamente, es de un profundo y destacado interés y la lección
que contiene es de profundo sentido. No hay triunfo para el aspirante hasta que no ha
transmutado el instinto en intuición, ni hay correcto uso del intelecto hasta que la intuición
es puesta en juego, interpretando y extendiendo el intelecto y aportando la realización.
Entonces el instinto se subordina a ambos.
Trabajo 4
La Captura de la Gama o Cierva
Parte 2
Cáncer (21 junio - 21 julio)
Cualidades del Signo
Cáncer es llamado el Cangrejo y los griegos nos dicen que fue el cangrejo quien fue
enviado por Hera a morder el pie de Hércules (de nuevo nos encontramos con este
símbolo en el vulnerable "talón de Aquiles"). Esta es una interesante forma de
expresar los riesgos del proceso de la encarnación y de ilustrar los obstáculos que
acosan al alma mientras ella viaja a lo largo del sendero de la evolución. Simboliza
las limitaciones de toda encarnación física, pues Cáncer es una de las dos grandes
puertas; siendo una la puerta hacia la vida de la forma, y la otra hacia la vida
espiritual; abriendo uno la puerta hacia la forma masa de la familia humana, y el
otro hacia el estado universal de conocimiento que es el reino del espíritu. Uno
marca el comienzo de la experiencia humana en el plano físico, el otro marca su
clímax. Uno significa potencialidad y el otro consumación.
Se nos dice que Cristo dio a San Pedro las llaves del cielo y de la tierra; él le dio, por lo
tanto, las llaves de esta dos puertas. Nosotros leemos:
"Jesús da a Pedro... las llaves de las dos puertas principales del zodíaco, que son los
dos puntos solsticiales, los signos zodiacales Cáncer y Capricornio, llamados las
puertas del sol. A través de Cáncer, o 'la puerta del hombre', el alma desciende sobre
la tierra (para unirse con el cuerpo), que es su muerte espiritual. A través de
Capricornio, la 'puerta de los dioses' ella vuelve a ascender al cielo". (E. Valentía
Straiton, El Barco Celestial del Norte, Vol. II, pág. 206).
En el zodíaco de Denderah, el signo Cáncer está representado por un coleóptero, llamado
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en Egipto, el escarabajo. La palabra "escarabajo" significa "unigénito"; se halla por lo tanto,
por el nacimiento, dentro de la encarnación, o en relación al aspirante, por el nuevo
nacimiento. El mes de junio era llamado en el antiguo Egipto "meore”, que significa
asimismo “renacimiento", y así ambos, el signo y el nombre, sostienen firmemente ante
nosotros el pensamiento del apoderarse de la forma y del acceder a la encarnación física. En
un antiguo zodíaco de la India fechado alrededor del 400 A.C., el signo es representado
asimismo por un coleóptero.
Los chinos llamaban a este signo "el pájaro rojo”, pues el rojo es el símbolo del deseo, y
el pájaro es el símbolo de esa proyección hacia la encarnación y de su aparición en el
tiempo y el espacio. El pájaro aparece bastante frecuentemente en el zodíaco y en las
antiguas historias mitológicas; Hamsa, el pájaro de la tradición hindú, "el pájaro fuera del
tiempo y del espacio", permanece igualmente para la manifestación de Dios y el hombre.
Desde la oscuridad, el pájaro cruza como un relámpago y vuela a través del horizonte en
la luz del día, desapareciendo nuevamente dentro de la oscuridad. Nuestra palabra "ganso",
viene de la misma raíz sánscrita, a través de los islandeses, y cuando nosotros decimos,
“que ganso eres", estamos haciendo realmente una afirmación de lo más esotérica; le
estamos diciendo a otro ser humano: "Eres el pájaro fuera del tiempo y del espacio, eres el
alma que toma forma; ¡eres Dios encarnado!".
El cangrejo vive mitad en la tierra y mitad en el agua. Es, por lo tanto, el signo del alma
morando en el cuerpo físico, pero viviendo predominantemente en el agua, que es el
símbolo de la naturaleza emocional, sensible.
Exotéricamente, Cáncer está gobernado por la luna, que es siempre la madre de la forma,
controlando las aguas y las mareas. Por consiguiente, en este signo la forma es dominante,
y constituye un obstáculo. El cangrejo construye su casa o caparazón y la lleva sobre su
espalda, y la gente nacida en este signo es siempre consciente de lo que ha construido; esas
personas son por lo general demasiado sensibles, demasiado emocionales, buscando siempre
esconderse. El nativo de Cáncer es tan sensible que es difícil de tratar y tan elusivo y a
veces tan indefinido, que es difícil comprenderlo o restringirlo.
La Cruz Cardinal
Cáncer es uno de los brazos de la cruz cardinal. Un brazo es Aries, el signo del principio,
el comienzo, de la vida subjetiva, del estado prenatal o involución, y del primer paso, ya sea
hacia la toma de forma, o hacia la liberación espiritual. Un tercer brazo de la cruz es Libra,
la balanza, la elección entre; el comienzo del caminar por el "sendero angosto como el filo
de la navaja" al que Buda tan frecuentemente se refiere. Capricornio, el cuarto brazo, es
asimismo nacimiento, el nacimiento del salvador del mundo, nacimiento dentro del reino
espiritual, nacimiento fuera del mundo de la materia dentro del mundo del ser. Involución,
encarnación, expresión, inspiración, son las cuatro palabras que expresan la historia de la
cruz cardinal en los cielos (la cruz del iniciado).
Las Estrellas
No hay estrellas brillantes en Cáncer, ni estrella descollante o reluciente, porque Cáncer
es un signo de ocultación, de retiro detrás de lo que ha sido construido. No es una
constelación llamativa. Es interesante observar que no hay una palabra hebrea para
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"cangrejo". Este era considerado como impuro y no se, lo mencionaba. Así es considerada
la forma material desde el punto de vista del espíritu, y los esoteristas nos dicen que el
cuerpo físico no es un principio. (La sustitución del escarabajo sagrado egipcio por el
cangrejo parece un reconocimiento de la cualidad de Cáncer en sus aspectos superiores,
cuando el nativo es un aspirante o discípulo, pues nosotros transitamos muchas veces
alrededor del zodíaco).
Hay ochenta y tres estrellas en este signo, la más brillante de la cuales es de tercera
magnitud, y en el mismo centro de la constelación hay un racimo de estrellas: Praesepe, el
pesebre, llamada por los astrónomos modernos, “la colmena". Este es un maravilloso
símbolo de la organización colectiva de la familia humana, y es una de las razones por la
cual éste es siempre considerado como un signo de la masa. En la masa, el instinto
gobierna; por consiguiente, Cáncer es el signo del instinto, de la vida del rebaño, de la
reacción de la masa. Representa la mente subconsciente, el instinto hereditario, y la
imaginación colectiva. Se sostiene individualmente, para la totalidad de la vida y el
conocimiento de las células en el cuerpo, y de esa vida instintiva, colectiva, que es
grandemente subconsciente en el hombre, pero la que siempre influencia su cuerpo físico y,
subjetivamente, su mente inferior y su ser emocional. El no evolucionado nativo de Cáncer
está inmerso en la masa; él es una parte inconsciente del gran todo, y en eso yace el
problema; pues la persona término medio de Cáncer, así como el aspirante que está
realizando el trabajo de este signo, está sujeta al impulso de elevarse por encima de la masa
a la cual está asida por su instinto, y a desarrollar en cambio la intuición, la que así la
capacitará para elevarse. Este signo es llamado a veces “el ataúd”, por los hebreos, porque
indica falta de identidad, mientras que los primitivos cristianos lo llamaban "el sepulcro de
Lázaro", el cual fue revivido de la muerte. En estas palabras "ataúd", "sepulcro”,
"cangrejo", y en la referencia que a veces encontramos de Cáncer como de "la matriz”,
tenemos el pensamiento de la vida oculta, de una forma velada, de la potencialidad, y de esa
lucha con las circunstancias que eventualmente producirá, en Leo, el surgimiento del
individuo y, en Capricornio, el nacimiento de un salvador del mundo.
Definitivamente, por lo tanto, este signo retrata la lucha que prosigue en la vida del
aspirante para que el instinto pueda dar eventualmente, lugar a la intuición.
Compensación con Capricornio
Es interesante contrastar los dos signos, Cáncer y Capricornio, pues lo que está indicado
en Cáncer, es consumado en Capricornio. Cáncer representa el hogar, la madre. Es personal
y emocional, mientras que Capricornio representa el grupo en el que la unidad entra
conscientemente, y también "el padre de todo lo que es". Al portal de Cáncer se entra a
través del proceso de transferencia del estado animal de conocimiento, al humano; mientras
que al portal de Capricornio se entra a través de la iniciación. Uno es inevitable,
subconsciente y potencial; el otro es autoindicado, autoconsciente y poderoso. Cáncer
representa la forma de la masa, el alma del animal colectiva; Capricornio representa el
grupo, el alma universal.
Cáncer era llamado originariamente el mes de nacimiento de Jesús. Capricornio es, como
sabemos, el mes de nacimiento del Cristo, y el veinticinco de Diciembre ha sido celebrado a
través de los siglos el nacimiento del salvador del mundo; pero en los muy antiguos días, el
natalicio de los dioses del sol naciente era en Cáncer. Se nos dice:
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«El natalicio del niño Jesús, estando establecido arbitrariamente por los sacerdotes,
produce una seria discrepancia, ya que se nos dice que nació en un pesebre. El pesebre se
encuentra en el signo del solsticio de verano, la constelación de Cáncer, que era llamada la
puerta del sol, a través de la cual se le decía a las almas que descendieran desde su hogar
celestial a la tierra; exactamente como en el solsticio de invierno, en diciembre, se les decía
que regresaran a su hogar celeste o celestial, la constelación de Capricornio, la otra puerta
del sol. Capricornio era el signo del cual se decía que en él habían nacido los dioses del sol
en el solsticio de invierno y eran consagrados a los hijos de la luz".
(E. Valentía Straiton, The Celestial Ship of theNorth, Vol. II, Pág. 205).
Símbolos
El símbolo astrológico para el signo de Cáncer no tiene en absoluto relación con el
cangrejo. Está compuesto de dos colas de "asnos", y éstos asimismo vinculan la historia del
evangelio con la historia del pesebre. En relación con el nacimiento de Jesús aparecen dos
asnos; uno en el cual la Virgen cabalgó hacia Belén, previo al nacimiento, y el otro en el
cual ella cabalgó a Egipto, después del nacimiento. Cerca del signo de Cáncer hay dos
estrellas brillantes; una llamada Asellus Borealis, o el asno del norte, y la otra, Asellus
Australis, o el asno del sur. (Hay también una tercera vez, cuando Cristo cabalgó en
Jerusalén durante su breve momento de triunfo en el Domingo de Ramos sentado en las
ancas de un burro, un símbolo de paciencia y humildad, las joyas de la corona de la
grandeza). Por lo tanto, no desmerezcan a este símbolo.
Alguien ha usado las siguientes palabras para expresar la cadencia de Cáncer cuando
entró por primera vez: "Una triste vocecita subterránea, una melodía baja, capturada a
medias, semi-evasiva”.
Todavía no ha sido consumado el trabajo. Todo lo que se oye es la señal de un posible
logro. Todo lo que se encuentra es un profundo impulso interior y un descontento que se
vuelve gradualmente tan fuerte que saca a la luz al oculto, esforzado individuo, fuera de su
medio de estabilizada condición del mundo y lo hace el fervoroso aspirante que no conoce
descanso, que ha emergido fuera del agua y trepado constantemente hasta que se encuentra
en la cima del monte en Capricornio, el nacimiento, no la consumación del salvador del
mundo. "Cristo nació en Capricornio, cumplió la ley bajo Saturno, inició la era de
inteligente hermandad bajo Venus, y es el perfecto ejemplo del iniciado de Capricornio,
que se vuelve el servidor del mundo en Acuario; y el salvador del mundo en Piscis. Cáncer
admite al alma en el centro del mundo que llamamos humanidad. Capricornio admite al
alma en la participación consciente en la vida de este centro del mundo que llamamos la
Jerarquía.” (Astrología Esotérica).
Las Tres Constelaciones Simbólicas
Jesús es llamado a menudo el Buen Pastor, y ha sido representado muchas veces como el
pastor guiando sus ovejas. El pensamiento del rebaño ha sido estrechamente asociado con
Cristo en la mente de la gente. Conectadas con el signo de Cáncer hay tres constelaciones:
la Osa Mayor, la Osa Menor y Aros. Los corrientes nombres occidentales para las dos
primeras son Osa Mayor y Osa Menor, pero es uno de los misterios de la astronomía cómo
el nombre "osa" llegó a ser asociado con cualquiera de estos grupos de estrellas, pues en los
zodíacos caldeo, persa, hindú y egipcio no se encuentra ninguna osa. Los nombres más
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comúnmente usados son aquellos de “la majada", o “el rebaño de ovejas", y se encontrará
que un análisis de los nombres hebreo y árabe para las estrellas que están en estas
constelaciones, prueba el hecho de que los nombres antiguos significan "el rebaño menor",
“la majada”, “la oveja", y "el barco". En el capítulo treinta y cuatro de Ezequiel y en el
capítulo décimo de San Juan, es mucho lo que se refiere a estas constelaciones.
La Osa Menor es famosa porque la estrella más brillante en ella es la estrella polar, la
estrella del norte. En el simbolismo de estas dos constelaciones hemos tenido ante nosotros
el pensamiento de la masa o del grupo, que es la influencia significativa del trabajo hecho
en el signo de Cáncer, y en el simbolismo de la estrella del norte tenemos el pensamiento de
una estrella guía, una atracción magnética que guía al peregrino de vuelta al hogar. Muchos
esoteristas sostienen la creencia que la familia humana, el cuarto reino en la naturaleza,
vino a la existencia gradualmente durante los dos mil años, aproximadamente, cuando
nuestro sol estaba en Cáncer.
El pensamiento de una masa de animales, de límites determinados dentro de los cuales
estas ovejas o animales estaban confinados, y el pensamiento de un centro magnético de
atracción, están simbólicamente pintados para nosotros también en la tradición masónica.
En el planisferio egipcio de Kircher, Argos está representado por dos galeras (así como
nosotros tenemos dos rediles), cuyas proas están coronadas por cabezas de carneros, y la
popa, de una de ellas, termina en una cola de pez. Adviértase, por lo tanto, como aquí
hemos sostenido gráficamente frente a nosotros, la consumación en Capricornio, donde la
cabra trepa la cima de la montaña. Tenemos también la descripción gráfica de ese ciclo
mayor que incluye el progreso del alma desde Cáncer hasta Capricornio, pero que comienza
en Aries, el carnero, y termina en Piscis, los peces. Un concienzudo análisis del simbolismo
de los signos zodiacales, profundiza en uno la fuerte convicción de la eterna representación
de la verdad, y el constante mantenerse ante nuestros ojos, la historia de la evolución de la
materia dentro de la forma, del conocimiento, del espíritu y de la vida.
Argos se extiende en todo del camino desde Cáncer hasta Capricornio y es una de las
constelaciones más grandes. Tiene en ella sesenta y cuatro estrellas, de la cuales Canopus
es la más brillante. Su simbolismo, por consiguiente, abarca la vida del aspirante desde el
momento en que encarna hasta que ha alcanzado su meta. Usamos la palabra "barco"
bastante frecuentemente en un sentido simbólico, hablando del "barco del estado", del
"barco de la salvación” y comunicando siempre la idea de seguridad, de progreso, y del
logro de una salida, del hacer un viaje y de la conducción de una enorme multitud de
peregrinos en búsqueda de un tesoro de oro o de un nuevo y más libre hogar.
Los peregrinos están equipados con el instinto, y a medida que ellos pasan a través de
varias constelaciones abarcadas por este inmenso signo, ese instinto demuestra cómo el
intelecto en un ser humano a medida que desarrolla autoconciencia y emerge del puro
estado animal, hasta que llega el momento en que, habiendo avanzado alrededor del
zodíaco una y otra vez, el aspirante se encuentra nuevamente en Cáncer, enfrentado con el
problema de encontrar esa elusiva, sensible, y profundamente oculta, o escondida, intuición
espiritual que lo guiará en su ahora solitaria jornada; que el aspirante no está más
identificado con la masa y perdido en ella; él no es más una de las ovejas guardadas a salvo
en el redil; no es más uno del gran rebaño de emigrantes, sino que ha emergido de la masa y
empezado el solitario camino de todos los discípulos. Entonces camina el sendero de la
tribulación, del ensayo y la prueba, luchando por sí mismo como individuo, desde Leo
hasta Capricornio, hasta que llega el momento que, con la ayuda del instinto, el intelecto y
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la intuición, y conducido por el impulso de la vida de Cristo, se funde de nuevo con la masa
y se identifica con el grupo. Entonces se vuelve el servidor del mundo en Acuario y no
tiene sentido de separación.
La Lección del Trabajo
Hemos visto que la cierva o gama por la que se esforzaba Hércules, era sagrada para
Artemisa, la luna, pero era reclamada también por Diana, la cazadora de los cielos, y por
Apolo, el dios sol. Una de las cosas que olvidan a menudo los estudiantes de psicología y
aquellos que exploran la desarrollada conciencia del hombre, es el hecho de que no hay
pronunciadas distinciones entre los diversos aspectos de la naturaleza del hombre, sino que
todos son fases de una realidad. Las palabras instinto, intelecto e intuición, no son sino
aspectos diversos del conocimiento y de la respuesta al medio y al mundo en el cual se
encuentra el humano. El hombre es un animal y posee asimismo la cualidad del instinto y
de las respuestas instintivas a su ambiente. El instinto es la conciencia de la forma y de la
vida celular, el modo de conocimiento de la forma, y por consiguiente, Artemisa, la luna,
que gobierna sobre la forma, reclama la cierva sagrada. En su propio lugar, el instinto
animal es tan divino como esas otras cualidades que nosotros consideramos como más
estrictamente espirituales.
Pero el hombre es también un ser humano; él es racional; puede analizar, criticar, y posee
ese algo que llamamos la mente, y esa facultad de percepción y respuesta intelectual, que lo
diferencia del animal, la que le abre un nuevo campo de conocimiento, pero que es, no
obstante, simplemente una extensión de su instrumento de respuesta y el desarrollo del
instinto en intelecto. A través de uno, él se entera del mundo de los contactos físicos y de
las condiciones emocionales; a través del otro, se entera del mundo del pensamiento y de
las ideas, y así es un ser humano. Cuando ha alcanzado esa etapa de percepción inteligente
e instintiva, entonces "Euristeo" le indica que hay otro mundo al cual puede igualmente
conocer, pero que tiene su propio método de contacto y sus propios instrumentos de
respuesta.
Diana, la cazadora, reclamaba la gama, porque para ella la gama es el intelecto y el
hombre es el gran buscador, el gran cazador delante del Señor. Pero la gama tenía otra y
más elusiva forma, y a ésta, buscaba Hércules, el aspirante. Se nos dice que por un ciclo
vital, él buscó. No era la gama, el instinto, lo que él buscaba; no era la gama, el intelecto, lo
que era objeto de su búsqueda. Era algo más, y por esto empleó un ciclo de su vida
buscando. Finalmente, leemos, la capturó y la llevó al templo, donde fue reclamada por el
dios sol, quien reconoció en la gama la intuición espiritual, esa extensión de la conciencia,
ese altamente desarrollado sentido del conocimiento, que da al discípulo una visión de
nuevos campos de contacto y abre para él un nuevo mundo del ser. Se nos dice que la
batalla aún continúa entre Apolo, el dios sol, quien sabía que la gama era la intuición,
Diana, cazadora de los cielos, quien sabía que era el intelecto, y Artemisa, la luna, quien
pensaba que era solamente instinto. Ambas diosas pretendientes tienen una finalidad y el
problema de todos los discípulos es usar correctamente el instinto en su justo lugar, y en su
propia manera. Él debe aprender a usar el intelecto bajo la influencia de Diana, la cazadora,
hija del sol, y a través de él ponerse en relación con el mundo de las ideas humanas y de la
investigación. Debe aprender a llevar esa capacidad suya al templo del Señor y allí verla
trasmutada en intuición, y a través de la intuición llegar a conocer las cosas del espíritu y de
aquellas realidades espirituales que ni el instinto ni el intelecto pueden revelarle. (Y una y
otra vez los hijos de los hombres, que son también hijos de Dios, deben recapturar estas
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realidades espirituales, sobre el Camino infinito).
Trabajo 5
Matando al León de Nemea
(Leo, 22 julio - 21 Agosto)
El Mito
El Gran Presidente se sentó dentro de la Cámara del Concilio del Señor y allí discutió el
plan de Dios para todos los hijos de los hombres, que son los hijos de Dios. El Maestro
permanecía a su derecha y escuchaba sus palabras. Y Hércules descansaba de sus trabajos.
Y el Gran Presidente, dentro de la Cámara del Concilio del Señor, observaba el reposo
del cansado guerrero y vigilaba sus pensamientos. Él le dijo entonces al Maestro que se
mantenía a su lado dentro de la Cámara del Concilio del Señor: "El tiempo para un terrible
trabajo se acerca ahora. Este hombre, que es un hijo de hombre y no obstante un hijo de
Dios, debe ser preparado. Que mire las armas que posee y que pula brillante su escudo, y
que sumerja sus flechas en una mezcla letal, pues horrible y espantoso es el trabajo que
tiene por delante. Que se prepare".
Pero Hércules, descansando de sus trabajos, no tenía noticia de la prueba que estaba
por delante. Sentía fuerte su coraje. Descansaba de sus trabajos, y una y otra vez
más allá del cuarto Portal perseguía la gama sagrada claramente hasta el templo del
Señor. Llegó el tiempo en que la tímida cierva conoció bien al cazador que la
perseguía, y gentilmente acudió a una orden suya. Así una y otra vez, él colocaba a
la gama sobre su corazón y buscaba el templo del Señor. Así descansaba.
Delante del quinto gran Portal se erguía Hércules, armado hasta los dientes con todos los
obsequios de guerra y de guerreros, y mientras él se erguía los vigilantes dioses observaban
su firme paso, su ojo ansioso, su mano pronta. Pero en lo profundo de su corazón se
preguntaba:
"¿Qué hago yo aquí?”, "¿Cuál es la prueba y por qué busco pasar este Portal?”, y
hablando así escuchaba, esperando oír una voz. “¡Qué hago aquí, Oh, Maestro de mi vida,
armado, como tú vez, con todos los pertrechos de guerra? ¿Qué hago yo aquí?"
"Una llamada ha sonado, Hércules, una llamada de profundo dolor, tus oídos exteriores
no han respondido a esa llamada, y no obstante el oído interior conoce bien la necesidad,
pues él ha oído una voz, sí, muchas voces, diciéndote la necesidad, el apremio de que tú te
arriesgues. La gente de Nemea busca tu ayuda. Ellos están en profunda angustia. La noticia
de tus proezas se ha hecho pública. Piden que tú mates al León que devasta su región,
tomando sus víctimas entre los hombres".
"¿Es ése el salvaje ruido que oigo?”, preguntó Hércules. "¿Es el rugido de un león lo que
oigo, en el aire vespertino?”. El Maestro dijo: "Ve, busca al león que asola la región situada
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en la parte más distante del quinto Portal. La gente de esta asolada comarca vive
silenciosamente detrás de sus puertas con cerrojo, no se aventura a salir a sus tareas, ni
cultivan su tierra, ni siembran. De norte a sur, de este a oeste el león merodea, y acechando
captura a todo aquél que cruza su camino. Su espantoso rugido se oye a lo largo de la noche
y todos están temblando detrás de sus puertas atrancadas. ¿Qué harás, Oh Hércules? ¿Qué
harás?”.
Y Hércules, prestando oídos, respondió a la necesidad. En el lado más cercano del gran
Portal que custodia firme la región de Nemea, dejó caer las armas de guerra, reteniendo el
garrote, cortado por sus manos de un árbol joven y primaveral. "¿Qué haces ahora, oh hijo
del hombre, que eres asimismo un hijo de Dios? ¿Dónde están tus armas y dónde tu fuerte
protección?” "Este admirable conjunto de armas sólo me oprime, demora mi velocidad y
obstruye mi marcha en el camino. No necesitaré nada sino mi fornida maza, y con esta
clava y mi intrépido corazón, iré por mi camino a buscar al león. Envía a decir a la gente de
Nemea que voy por el Camino, y diles que desechen su temor".
* * *
De un lugar a otro pasó Hércules, buscando al león. Encontró a las gentes de Nemea,
escondidas detrás de sus puertas con cerrojo, excepto unos pocos afuera que se aventuraban
a causa de la necesidad o la desesperación. Ellos andaban por el camino a la luz del día,
aunque llenos de temor.
Dieron la bienvenida a Hércules con alegría al principio, después con preguntas, cuando
vieron su manera de viajar; sin armas, con escasos conocimientos de las costumbres del
león, y nada, excepto un quebradizo garrote de madera. "¿Dónde están tus armas, Oh,
Hércules? ¿No tienes miedo? ¿Por qué buscas al león sin protección? Ve a procurar tus
armas y tu escudo. El león es feroz y fuerte, y a gran multitud ha devorado. ¿Por qué correr
este riesgo? Ve a buscar tus armas y panoplia de poder". Pero silenciosamente, sin
responder, el hijo del hombre, que era el hijo de Dios, siguió por el Camino, buscando las
huellas del león y siguiendo su voz.
"¿Dónde está el león?”, preguntaba Hércules. "El león está aquí”, llegaba la respuesta.
"No, allí", se imponía una voz de miedo. "No es verdad" replicaba una tercera, "Yo escuché
su rugido cerca de la desierta montaña esta semana". "Y yo, también, cerca de este valle
donde estamos". Y todavía otra decía: "Yo vi sus huellas sobre el sendero por el que
caminé, de modo que, Hércules, escucha mi voz y síguele la pista hasta su guarida".
* * *
Así prosiguió Hércules su camino, ansioso pero sin miedo; solo, no obstante
acompañado, pues en la huella él seguía a otros y era seguido, con esperanza y tembloroso
espanto. Durante días y muchas noches exploró el Camino y prestó oídos al rugido del león
mientras la gente de Nemea se agazapaba tras las puertas cerradas.
De repente vio al león. Estaba parado a la orilla de un espeso matorral. Viendo a un
enemigo que se acercaba y que parecía completamente sin temor, el león rugió, y con su
rugido los arbustos se sacudieron, las gentes de Nemea huyeron y Hércules permaneció
inmóvil.
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Hércules empuñó su arco y su estuche de flechas y con mano segura y ojo experto apuntó
una flecha al lomo del león. La flecha se dirigió directo al blanco. La flecha cayó sobre la
tierra y falló, no atravesó el lomo del león. De nuevo, y aún otra vez disparó sus flechas
sobre el león hasta que no quedó ni una flecha en su carcaj. Entonces el león vino hacia él
ileso y enfurecido de rabia, completamente sin temor. Arrojando su arco sobre la tierra, el
hijo del hombre, que es un hijo de Dios, se abalanzó con un alarido salvaje hacia el león
que estaba en la Senda, bloqueando su camino, asombrado de la proeza con la cual hasta
entonces no se había enfrentado. Pues Hércules avanzaba. Repentinamente el león se volvió
y se precipitó dentro de un matorral, en las laderas rocosas del camino de la abrupta
montaña.
Y así continuaron los dos. Y repentinamente mientras iba por el Camino, el león
desapareció y no se lo vio ni oyó más.
Hércules se detuvo en el Camino y permaneció silencioso. Buscaba por todos lados,
empuñando su firme garrote, el arma que él mismo había hecho, el obsequio que se había
dado en días ya pasados, su confiable clava. Por todos lados buscaba; pasaba por todos los
caminos, yendo de un punto a otro sobre la angosta senda que corría por el costado de la
montaña. De repente se acercó a una cueva y desde la cueva llegó un fuerte rugido, una voz
salvaje, sorda y retumbante que parecía decirle que se detuviera o perdería su vida. Y
Hércules permaneció quieto, gritando a las gentes de la región: "El león está aquí, observen
la hazaña que haré". Y Hércules, que es un hijo de hombre y sin embargo un hijo de Dios,
entró a esa cueva y atravesó toda su extensión oscura hacia la luz del día y no encontró al
león, sólo otra abertura que conducía a la luz del día. Y mientras estaba en suspenso, oyó al
león detrás suyo, no delante.
"¿Qué haré?”, se preguntó Hércules, "esta cueva tiene dos aberturas y mientras yo entro
por una el león sale y entra por la que he dejado atrás. ¿Qué haré? Las armas no me sirven.
¿Cómo matar este león y salvar a la gente de sus dientes, ¿Qué haré?”.
Y mientras buscaba el medio de hacer algo y escuchaba el rugido del león, vio haces de
leña y palos tirados en gran profusión al alcance de su mano. Tirando de ellos hacia sí,
arrastrándolos con todas sus fuerzas, colocó el montón de palos y haces de pequeñas ramas
dentro de la abertura que estaba cerca y las amontonó allí, bloqueando el camino a la luz
del día, para entrar y salir, y encerrándose él y encerrando al feroz león dentro de la cueva.
Entonces se volvió y enfrentó al león.
Con sus manos lo apresó, estrechándolo apretadamente y ahogándolo. Cerca de su rostro
tenía el resuello y resoplido del león. Pero sin embargo sostuvo su garganta y lo estranguló.
Más y más débiles se volvían los rugidos de odio y temor; más y más débil se volvía el
enemigo del hombre; cada vez más se abatía el león, pero Hércules lo sostenía. Y así lo
mató con sus dos manos, sin sus armas y con su propia admirable fuerza.
Mató al león y lo despojó de su piel, mostrándola a las gentes que no podían entrar en la
cueva. "El león está muerto” gritaban, "el león está muerto. Ahora podemos vivir y labrar
nuestras tierras y sembrar las semillas que necesitamos y vivir en paz. El león está muerto y
grande es nuestro liberador, el hijo del hombre, que es un hijo de Dios, llamado Hércules".
* * *
59
Así Hércules retornó triunfante a Aquel que lo envió para probar su fuerza, para servir y
satisfacer la necesidad de aquellos que se encontraban en horrible angustia. Colocó la piel
del león bajo los pies del que era el Maestro de su vida, y obtuvo permiso para usar la piel
en lugar de la ya gastada y usada.
"La hazaña está hecha. La gente ahora está libre. No hay temor. El león ha muerto. Con
mis propias manos yo estrangulé al león y lo maté".
"De nuevo, Oh Hércules, mataste un león. Otra vez lo estrangulaste. El león y las
serpientes deben ser matados repetidas veces. Bien hecho, hijo mío, ve y descansa en paz
con aquéllos que has liberado del temor.
El quinto trabajo ha terminado y voy a decírselo al Gran Presidente, que está sentado
esperando en la Cámara del Concilio del Señor. Descansa en paz".
Y de la Cámara del Concilio llegó la voz: Yo Se.
El Tibetano
El Número Cinco
En el quinto signo, Leo, Hércules realiza el trabajo mejor conocido históricamente, pues
el matar al león de Nemea ha sido siempre asociado con Hércules, aunque es interesante
señalar que este famoso trabajo no tiene relación con la piel de león que Hércules siempre
usaba.
Esa era la piel del león que él mató antes de que emprendiera sus trabajos y que fue su
primer acto de servicio. A través de ese acto demostró que estaba listo para la prueba y la
disciplina.
Este es uno de los más interesantes trabajos numéricamente, y para comprenderlo en
forma cabal y entender su verdadero significado, debemos tener en cuenta el número cinco
que lo distingue. Desde el punto de vista del esoterista, el cinco es el número del hombre,
porque el hombre es un divino hijo de Dios, además del cuaternario en que consiste la
cuádruple naturaleza inferior, el cuerpo mental, el cuerpo emocional, el cuerpo vital y la
envoltura física. En el lenguaje de los psicólogos, el hombre es un yo, una continuación de
los estados mental y emocional, la vitalidad, y el instrumento de respuesta del cuerpo físico.
Hemos visto a estas cuatro cosas presentadas en relación al alma involucrada, en los cuatro
signos precedentes.
En Aries, el alma tomaba para sí ese tipo de materia que la capacitaría para estar en
relación con el mundo de las ideas. Ella se revestía de una envoltura mental. Agregaba a la
individualidad aquellas combinaciones de sustancia mental a través de las cuales podía
expresarse mejor. Y el hombre llegó a ser un alma pensante. En Tauro, hizo contacto con el
mundo del deseo y continuó un similar proceder. Se desarrollaron los medios de entrar en
contacto conscientemente con el mundo del sentimiento y las emociones, y el hombre llegó
a ser un alma consciente. En Géminis, un nuevo y vital cuerpo de energía se construyó por
la conducción de las energías del alma y la materia, y el hombre llegó a ser un alma
viviente, pues los dos polos estaban en armonía y apareció el cuerpo vital o etérico. En
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Cáncer, que es el signo del nacimiento físico y de la identificación de la unidad con la
masa, se completó el trabajo de la encarnación y se manifestó la cuádruple naturaleza. El
hombre llegó a ser un actor viviendo en el plano físico. Pero es en Leo que el hombre llega
a ser lo que se llama ocultamente la estrella de cinco puntas, pues esa estrella permanece
como el símbolo de la individualización, de la humanidad, del ser humano que se conoce a
sí mismo como siendo un individuo y se conoce a sí mismo como el Yo. Es en este signo
que empezamos a usar las palabras "Yo", y “mi”, y “mío”.
La Sempiterna Sabiduría del Oriente nos dice que el número cinco es el más oculto y el
más profundamente significativo de los números. Sostiene que el grupo de seres celestiales
y espirituales, que encarnaron en la tierra, se manifestaron a través del cuaternario, y así
entraron en la existencia de la familia humana, que fueron el quinto grupo de vidas divinas
y que ellos combinaron dentro de sí mismos, por consiguiente, los atributos duales del
universo, lo espiritual y lo físico. Unificaron en ellos mismos los dos polos. Eran exotéricos
y esotéricos; eran objetivos y subjetivos. Así tenemos el número diez, que es considerado
como el número de la perfección y la consumación humanas, el número de un ser humano
perfectamente desarrollado y manifestado, y del equilibrio logrado entre el espíritu y la
materia. Pero es el número en donde el espíritu no domina a la materia; es el número del
aspirante cuyo objetivo es subordinar la materia a los usos del espíritu y, por consiguiente,
trastorna el equilibrio del número diez.
Las antiguas escrituras del Oriente emplean algunas frases interesantes para expresar la
naturaleza de estos seres celestiales que son los hombres de nuestro tiempo, que somos
nosotros mismos, que son los hijos de Dios encarnados. Ellos son llamados Señores del
Conocimiento y de la Sabiduría. Señores de la Voluntad y el Sacrificio, Señores de la
Devoción Infinita, y estos términos, caracterizando la entidad espiritual que habita en toda
forma humana, son dignos de la más atenta consideración de aquéllos que buscan marchar
por el círculo del zodíaco como individuos conscientes con una meta espiritual. Por nuestra
propia voluntad y con pleno conocimiento estamos aquí. Para elevar la materia al cielo,
hemos venido a esta existencia manifestada. En esencia y en realidad, el hombre no es lo
que parece ser. Es esencialmente lo que demostrará en Acuario, el signo opuesto a Leo. El
individuo en Leo se transforma en el iniciado en Capricornio, y se pone de manifiesto como
el hombre completo en Acuario, y esto sólo ha sido posible a causa de la devoción ilimitada
a un objetivo oscuramente sospechado, que lo ha llevado una y otra vez alrededor del
zodíaco hasta que se ha logrado una completa autoconciencia.
La propiedad y la relación del quinto Mandamiento con el quinto trabajo y el quinto
signo se vuelven así manifestadas. "Honra a tu padre y a tu madre, que tus días puedan ser
largos en la tierra que el Señor tu Dios te ha dado", pues en Leo, Padre-espíritu y
Madre-materia se encuentran en el individuo y su unión produce esa entidad consciente que
llamamos el alma o el Yo. Justamente, sin embargo, como éste es el signo en el cual el
hombre se reconoce a sí mismo como el individuo y empieza el ciclo de experiencias en la
cuales él adquiere conocimiento, así es el signo en el cual el hombre autoconsciente
empieza su entrenamiento para la iniciación. Es en este signo que tenemos la última de las
pruebas en el sendero probatorio. Cuando el trabajo de este signo termina, ha empezado el
adiestramiento definido para la iniciación en Capricornio. Algunas medidas de control del
pensamiento se han ganado en Aries, y algún poder de transmutar el deseo se ha logrado en
Tauro. Las manzanas de la sabiduría han sido recogidas en Géminis y la distinción entre
sabiduría y conocimiento ha sido aprendida en parte, mientras que la necesidad de transmutar
el instinto y el intelecto en intuición y de llevar a ambos al Templo del Señor, ha sido
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entendida en Cáncer.
La Historia del Mito
Después de un trabajo relativamente simple en Cáncer, el cual estuvo completamente
libre de riesgo y peligro, Euristeo impone a Hércules la tremenda tarea de matar al león de
Nemea, que estaba devastando la comarca. Por un largo período el león había sido una
fuerza destructiva y la gente era incapaz de hacer algo al respecto. Hércules encontró que la
única manera en la cual podía lograr su objetivo, era perseguir al león en círculos cada vez
más estrechos hasta que lo hubiera acorralado en la cueva. Procedió a hacer esto y
eventualmente le siguió la pista hasta su guarida.
Habiendo tenido éxito en esta etapa preliminar, hizo entonces el desagradable
descubrimiento de que la cueva tenía dos aberturas y que, tan pronto como lo perseguía por
una, emergía por la otra. No había más remedio, por lo tanto, que detener la persecución y
bloquear una de lalaberturas de la cueva, y así lo hizo Hércules. Entonces persiguió al león
dentro de la cueva a través de la abertura que no estaba bloqueada y, dejando todas las
armas, aún el garrote que él mismo había hecho, con sus dos manos estranguló al león hasta
la muerte. Ese fue un encuentro que tuvo lugar sin que nadie lo viera; Hércules y el león en
la oscuridad y lobreguez de la cueva, tomando parte, ambos, en una lucha que tenía que ser
a muerte.
El Campo del Trabajo
El signo de Leo es uno de los cuatro brazos de la cruz fija en los cielos, la cruz en la cual
el Cristo Cósmico y el Cristo individual son siempre crucificados. Tal vez la palabra
"crucificado" tendría un verdadero significado si la sustituyéramos por la palabra
"sacrificado", pues en el desarrollo de la conciencia de Cristo en la forma, etapa por etapa,
varios aspectos de la naturaleza divina se ven como siendo sacrificados.
En Tauro, el símbolo de la fuerza creativa expresándose a través del deseo, vemos el
aspecto inferior de la divina fuerza creativa, el deseo sexual, transmutado en, o sacrificado
a, su aspecto superior. Tenía que ser elevado al cielo.
En Leo, vemos a la mente cósmica actuando en el individuo como la razonadora mente
inferior, y su aspecto inferior tiene asimismo que ser sacrificado y la pequeña mente del
hombre debe ser subordinada a la mente universal. En Escorpio, que es el tercer brazo de la
cruz fija, encontramos el amor cósmico o atracción cósmica. Allí se lo muestra en su
aspecto inferior, y a esto lo llamamos la gran Ilusión; y en Escorpio vemos al aspirante en
la cruz, sacrificando la ilusión a la realidad. En Acuario, tenemos la luz de la conciencia
universal iluminando al ser humano y realizando el sacrificio de la vida individual,
fundiéndola en el todo universal. Esta es la verdadera crucifixión: el sacrificio del reflejo a
la realidad, del aspecto inferior al superior, y de la unidad individual a la gran suma total.
Fueron estas las características que el Cristo tan maravillosamente demostró. El se mostró
como el Creador. Se mostró como funcionando bajo la influencia de la mente iluminada;
personificaba en sí mismo el amor de Dios, y se anunció como la Luz del Mando. El
problema ante Hércules, por lo tanto, era el problema del signo; la crucifixión inferior y la
conquista de la autoafirmación individual.
Originalmente el zodíaco consistió sólo de diez constelaciones y, en alguna época
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prácticamente desconocida, las dos constelaciones, Leo y Virgo, eran un símbolo. Tal vez
el misterio de la esfinge está conectado con esto, pues en la esfinge tenemos al león con
cabeza de mujer. Leo con Virgo, el símbolo del león o alma real y su relación con la
materia o aspecto Madre. Puede, por consiguiente, significar las dos polaridades, masculina
y femenina, positiva y negativa.
En esta constelación está la estrella sumamente brillante que es una de las cuatro estrellas
reales de los cielos. Es llamada Regulus, el Gobernante, el Legislador, conteniendo en su
significado el pensamiento de que el hombre puede ahora ser una ley en sí mismo, pues él
tiene dentro de sí, eso que es el rey o el gobernante. Oculto en la constelación hay también
un brillante grupo de estrellas, llamado "la hoz". Para los antiguos iniciados, quienes veían
a las constelaciones exteriores como personificaciones de fuerzas y como símbolos de un
drama desplegado, tan vasto que ni aún ellos podían comprenderlo, la constelación
trasmitía tres pensamientos mayores: primero, que el hombre era el gobernante, el rey, Dios
encarnado, un hijo individual de Dios; el segundo, el hombre era gobernado por la ley, la
ley de la naturaleza, la ley que él hace para sí mismo, y la ley espiritual a la cual se
subordinará eventualmente; tercero, que el trabajo de un individuo es aplicar la hoz y
suprimir o derribar aquello que obstaculiza la aplicación de la ley espiritual, y por lo tanto
obstruye el florecimiento del alma.
La constelación de Leo tiene noventa y cinco estrellas, dos de las cuales de primera
magnitud. Su nombre egipcio, se nos dice, significaba "un fluir” dando el Nilo su más
completa irrigación en esta estación.
Esto tiene también un interesante significado esotérico pues, según las enseñanzas de la
Sabiduría Eterna, la familia humana empezó su existencia a través de lo que es
técnicamente llamado “la tercera efusión” que era la denominación que se daba a la entrada
de una gran marea de almas dentro de los cuerpos animales y, por consiguiente, la
formación de la familia humana compuesta de unidades individuales. Otro término técnico
para esta tercera efusión es "individualización", transformándose en un individuo con
autoconocimiento, vinculándolo así con los grandes sucesos en el signo, Leo.
Las noventa y cinco estrellas en esta constelación tienen también significado numérico
pues tenemos allí 9 x 10 + 5. Nueve es el número de la iniciación, diez es el número de la
perfección humana, cinco es el número del hombre, y así en esta agrupación de estrellas
tenemos la historia del hombre, de la personalidad, del iniciado y de su última realización
espiritual.
Las Tres Constelaciones Simbólicas
Hay una constelación inmensa llamada Hidra, la serpiente, asociada con el signo Leo.
Nosotros encontramos también a Cráter, la copa, y Corvus, el cuervo. Las tres sintetizan en
su significado el problema del hombre que está buscando la iniciación. Ellas le describen
distinta y claramente el trabajo que tiene que hacer. A medida que Leo, el rey, el alma,
empieza su trabajo, él comprende que tiene que beber la copa del sufrimiento y de la
experiencia, que tiene que vencer la serpiente de la ilusión y el pájaro de presa para
eliminar a Hidra, la serpiente; que en las antiguas pinturas está representada como una
serpiente hembra. Abarca más de cien grados y está situada debajo de las tres
constelaciones, Cáncer, Leo y Virgo.
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En Escorpio, esta serpiente de la materia o de la ilusión, con la cual el alma se ha
identificado por tanto tiempo, es finalmente vencida. Tiene sesenta estrellas, y de nuevo
hacemos contacto con un número significativo, pues seis es el número de la mente o del
trabajo creativo de la Mente universal, y de los seis días de la creación. En el sexto signo,
Virgo, tenemos completada la forma. Se nos dice en el Libro de las Revelaciones que la
marca de la Bestia es 666, e Hidra, la serpiente, se extiende debajo de las tres
constelaciones y su número 6 es, por lo tanto, tres veces potente. Diez es el número de la
consumación. El seis expresa, por consiguiente, las limitaciones de la naturaleza corporal
trabajando a través de la forma y la utilización de la personalidad; simboliza a Dios en la
naturaleza, ya sea cósmica o individualmente. Hidra, la serpiente, representa el aspecto
materia, porque vela y oculta el alma.
El Cráter, o la copa, tiene trece estrellas de mediana magnitud y cerca de noventa
estrellas pequeñas, aunque algunos libros de astronomía dicen tres estrellas brillantes y
noventa pequeñas. Por lo tanto, tenemos nuevamente el número de la materia, o de la toma
de forma, y el número de lo que es llamado “apostasía", y de "el volver la espalda” como lo
hizo Judas Iscariote, al alma o al aspecto Cristo. Esta copa forma realmente parte del cuerpo
de la Hidra, pues las estrellas del pie de la copa forman parte del cuerpo de la Serpiente y
ambas constelaciones las reclaman. Es la copa que todo ser humano tiene que beber, llena
de lo que él ha destilado de su experiencia en la materia. Es la copa de la obligación en
algunos de los antiguos rituales masónicos, y simboliza el beber lo que nosotros mismos
hemos preparado. También, la misma verdad puede ser expresada en las palabras de la
Biblia cristiana, “Según un hombre siembre, así cosechará".
Luego tenemos, en tercer lugar, a Corvus, el cuervo, que está sobre Hidra, la serpiente, y
la picotea. Tiene nueve estrellas, otra vez el número de la iniciación. El Antiguo
Testamento empezaba con un cuervo, el Nuevo Testamento empieza con una paloma. La
experiencia empieza con el pájaro de la materia y termina con el pájaro del espíritu. Es
interesante señalar que en Acuario, el consumado signo al que lleva Leo, encontramos a
Cygnus, el cisne, el símbolo del ave del espíritu. En La Voz del Silencio leemos: "Y
entonces tú puedes reposar entre las alas del gran pájaro. Sí, es dulce descansar entre las
alas de aquél que no ha nacido, ni muere, pero que es el Aum a través de las eternas
edades”. Y en una nota al pie de la página H.P.B. refiriéndose al pájaro o cisne, cita: "Dice
el Rig-Veda... La sílaba A se considera que es el ala derecha del ave Hamsa, la U su ala
izquierda, y la M su cola..."
(Los Chacras, por C.W. Leadbeater)
En el zodíaco de Denderah, Leo y las tres constelaciones acompañantes están
representadas como formando un gran signo, pues se ve al león pisando la serpiente.
Corvus, el cuervo, está posado sobre el lomo del león, mientras que debajo está una figura
emplumada de mujer (de nuevo, el símbolo de la materia) sosteniendo dos copas, pues hay
siempre la copa que simboliza la copa de la experiencia, la copa del sufrimiento. La copa,
es la copa que se ofrece al iniciado, a la cual Cristo se refería en el Jardín de Getsemaní,
cuando imploraba que la copa le fuera apartada, pero de la cual terminó bebiendo.
Así Hércules, el aspirante, expresándose en Leo, prevé la gran batalla que está delante de
él, sabe que su pasado debe determinar su realización en el futuro, sabe que antes de que él
pueda escalar la montaña en Capricornio, debe matar a la Hidra, y sabe que no debe ser más
el cuervo, sino que debe manifestarse como Aquila, el águila de Escorpio, y como Cygnus,
el cisne, en Acuario. Esto lo tiene que empezar a hacer en Leo, demostrando el poder de
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atreverse, enfrentando la lucha espantosa que tiene por delante en los tres signos siguientes
y matando al león de su propia naturaleza (el rey de las bestias) solo y sin ayuda, y así
merecer el poder de vencer a Hidra, en escorpio.
La Lección del Trabajo
Dos pensamientos sacados de la Biblia cristiana, resumen la lección de este trabajo. En la
Epístola de San Pedro encontramos estas palabras: "Tu adversario, el demonio, como un
león rugiente camina alrededor, buscando a quien poder devorar” y en La Revelación 5:5,
encontramos las palabras, "He aquí, el León de la tribu de Judá la raíz de David, ha
prevalecido para abrir el libro, y para desatar los siete sellos de éste".
Hércules, el aspirante, el alma, simboliza al león, el príncipe, el rey, el gobernante, y a
causa de esto simbólicamente usaba la piel del león. El león de Nemea se yergue
esencialmente para la coordinada, dominante personalidad, pues el aspirante tiene siempre
que ser un individuo altamente evolucionado.
Con los aspectos triples del yo personal inferior fundidos y mezclados, y, por
consiguiente, poderosos más allá del término medio, el aspirante se vuelve a menudo una
persona algo irritante y difícil. Tiene una mente y la está usando. Sus emociones están
controladas, o bien están tan mezcladas con sus reacciones mentales que son
extraordinariamente poderosas; de ahí que sea excesivamente individual, a menudo muy
agresivo, autoconfiado, y autosatisfecho y su personalidad sea, por lo tanto, una fuerza
devastadora en el grupo familiar, en la sociedad, o en la organización con la cual pueda
estar afiliado. Por consiguiente, el aspirante, el león de Judá, tiene que matar al león de su
personalidad. Habiendo surgido de la masa, y desarrollado su individualidad, entonces tiene
que matar lo que él ha creado; tiene que volver impotente al que ha sido el gran agente
protector hasta el momento. El egoísmo, el instinto autoprotector, tiene que dar lugar a la
abnegación, lo que es literalmente la subordinación del yo al todo.
Por lo tanto, el león de Nemea simboliza la personalidad poderosa corriendo indómita y
amenazando la paz de la comarca. ¿Cuál es la lección que se pretende debe aprenderse del
hecho de que Hércules siguiera al león hasta la cueva que tenía dos aberturas? ¿Por qué
obstruyó una abertura y entró por la otra? ¿Cuál es la enseñanza espiritual que subyace en
la tradición de que allí mató al león con sus simples manos desnudas?
Muchas de estas viejas historias han mantenido el verdadero sentido de su significado
inescrutable por miles de años, y es sólo en esta época y generación que el verdadero
significado esotérico puede posiblemente emerger. El hecho interesante acerca del período
en el que ahora vivimos, es que él marca una evolución singular en el desarrollo racial. Ha
habido siempre manifestaciones de los dioses del sol, y este trabajo de Hércules ha sido
muchas veces representado por unos pocos aquí y allá. Cada nación ha producido aspirantes
altamente evolucionados que logran descubrir al león de la personalidad dentro de la cueva
y allí lo dominan. Pero, relativamente, en relación a la miríada de unidades humanas, ellos
han constituido una muy pequeña minoría. Ahora tenemos un mundo lleno de aspirantes; la
generación venidera en todas las naciones producirá sus miles de discípulos, y ya decenas
de miles están buscando el Sendero. La gente no es muy individual, el mundo está lleno de
personalidades, y ha llegado el tiempo en que el león de la tribu de Judá debe vencer al león
del yo personal. No estamos solos en nuestra lucha, como lo estuvo Hércules, sino que
formamos parte de un gran grupo de dioses del sol, que están luchando con las pruebas
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preparatorias para la iniciación, y con los problemas que sacarán a la luz los plenos poderes
del alma.
En Capricornio escalaremos la cima de la montaña, y entrando, como lo estamos ahora,
en el ciclo de Acuario, los aspirantes de la raza están en posición de empezar a aprender la
lección de servicio y conocimiento universal. Cuando, dentro de dos mil años, empecemos
a entrar en Capricornio, habrá entonces allí una inmensa agrupación de iniciados, y el
escalamiento del monte de la iniciación y del monte de la transfiguración por muchos
cientos de discípulos. Hasta entonces, hay que enfrentar al león de la personalidad y entrar
en la cueva.
En el simbolismo de las escrituras del mundo, los acontecimientos más trascendentales
son representados en uno de los dos sitios: en la cueva o en la montaña. Cristo nació en la
cueva; la personalidad es vencida en la cueva; la voz del Señor se oye en la cueva, el
conocimiento de Cristo es alimentado en la cueva del corazón, pero después de la
experiencia en la cueva, se escala la montaña de la transfiguración, el monte de la
crucifixión es alcanzado, para ser seguido, finalmente, por el monte de la ascensión.
Me gustaría aquí dar la interpretación técnica, tal vez más científica, de esta cueva en la
que entró Hércules. La raza aria, a la cual pertenecemos, posee un desarrollo mental agudo,
y el conocimiento de la gente en todas partes está cambiando progresivamente más allá de
su naturaleza emocional, y por lo tanto fuera del centro del plexo solar, dentro del cuerpo
mental, y por consiguiente, dentro de la cabeza. Hay en la cabeza una pequeña cueva, una
pequeña estructura ósea que escuda y protege una de las más importantes glándulas del
cuerpo, la pituitaria. Cuando esta glándula esté funcionando en completa y apropiada
actividad, tendremos una personalidad plena y activa, autocontrolada, con pronunciada
actividad mental y resistencia.
Este cuerpo pituitario es dual en su configuración: en uno de sus lóbulos, el frontal o
antepituitario se encuentra el asiento de la mente razonadora, de la intelectualidad, y en el
otro, el postpituitario, está el asiento de la naturaleza emocional, imaginativa. Se dice
también que esta glándula coordina a las otras, controla el crecimiento y es esencial para la
vida. Es interesante que Berman defina la intelectualidad corno la "capacidad de la mente
de controlar su ambiente por conceptos e ideas abstractas". Donde existe una falta de
desarrollo de esta glándula se puede encontrar deficiencia tanto emocional como mental.
Muchos endocrinólogos y psicólogos se han expresado con líneas similares. Es en esta
cueva que el león de la personalidad desarrollada o individualidad tiene su guarida, y es
aquí que el dios sol, Hércules, debe triunfar.
Durante siglos los egipcios, y especialmente los hindúes, han sabido de los chakras o
centros de fuerza en el cuerpo etérico. El descubrimiento del sistema endocrino muestra
glándulas físicas correspondientes, en las mismas ubicaciones. Una de éstas, el cuerpo
pituitario con sus dos lóbulos, simboliza la cueva con dos aberturas, una de las cuales
Hércules tuvo que cerrar antes de que pudiera controlar la personalidad con la mente
superior. Pues fue sólo cuando él hubo bloqueado la abertura de las emociones personales
(post-pituitaria), desechando incluso su seguro garrote, rehusando simbólicamente a llevar
una vida personal egoísta, que él pudo, entrando por la abertura representada por la
antepituitaria, someter al león de la personalidad en la cueva. Estas correlaciones son tan
exactas que presentan en pequeño y en grande un terrible testimonio de la perfecta
integridad del Plan. "Como arriba, así es abajo". Una sorprendente correlación entre las
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verdades biológicas y espirituales.
Trabajo 6
Apoderándose del cinturón de Hipólita*
Virgo (22 Agosto - 21 Septiembre)
El Mito
El Gran Presidente llamó hacia él al Maestro que vigilaba a Hércules. "El tiempo se
acerca”, dijo, "¿Cómo se conduce el hijo del hombre que es un hijo de Dios? ¿Está
nuevamente preparado para aventurarse y probar su temple con un adversario de una clase
diferente? ¿Puede pasar ahora el sexto Gran Portal?”
Y el Maestro respondió: "Sí”. Él estaba seguro dentro de sí mismo que cuando el
mandato saliera, el discípulo procedería a trabajar nuevamente, y esto se lo dijo al Gran
Presidente dentro de la Cámara del Concilio del Señor.
Y entonces surgió la orden. "Levántate, Oh, Hércules, y pasa el sexto gran Portal". Otra
orden surgió asimismo, aunque no para Hércules, sino para aquéllos que habitaban en las
riberas del gran mar. Ellos oyeron y escucharon.
En esas riberas habitaba la gran reina, la cual reinaba sobre todas las mujeres del mundo
entonces conocido. Ellas eran sus vasallos y sus osados guerreros. Dentro de su reino no se
encontraba un solo hombre. Sólo las mujeres se reunían alrededor de su reina. Dentro del
templo de la luna profesaban diariamente su culto y allí hacían sacrificios a Marte, el dios
de la guerra.
Ellas venían de regreso de su visita anual a la tierra de los hombres. Dentro de los
recintos del templo esperaban la orden de Hipólita, su reina, quien estaba de pie sobre las
gradas del altar mayor, llevando el cinturón que le había dado Venus, la reina del amor.
Este cinturón era un símbolo, un símbolo de la unidad lograda a través de la lucha, el
conflicto, la contienda, un símbolo de la maternidad y del Niño sagrado hacia quien toda
vida humana realmente se vuelve.
"Ha llegado la noticia”, dijo ella, "que por su camino viene un guerrero cuyo nombre es
Hércules, un hijo de hombre y no obstante un hijo de Dios; a él le debo entregar este
cinturón que uso. ¿Obedeceré la orden, Oh, amazonas, o combatiremos la palabra de Dios?”
Y mientras ellas escuchaban sus palabras y mientras reflexionaban acerca del problema,
nuevamente surgió una voz, diciendo que él estaba allí, con anticipación, esperando
apoderarse del sagrado cinturón de la aguerrida reina.
Delante del hijo de Dios quien era asimismo un hijo de hombre, se presentó Hipólita, la
reina guerrera. Él combatió y luchó contra ella y no escuchó las bellas palabras que ella se
esforzaba por decir. Él le arrancó el cinturón, ofrecido en obsequio como símbolo de unidad
y de amor, de sacrificio y de fe. Aún, apoderándose del cinturón, la mató, matando a quien
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le daba lo que él quería. Y mientras él permanecía al lado de la reina agonizante,
horrorizado por lo que había hecho, oyó hablar a su Maestro:
"Hijo mío, ¿por qué matar lo que se necesita, está cercano y es querido? ¿Por qué matar a
quien amas, la dadora de dignos obsequios, custodio de lo posible? ¿Por qué matar a la
madre del sagrado niño? Otra vez, advertimos un fracaso. Otra vez no has entendido.
Redímete ahora mismo, y busca otra vez mi rostro".
Se hizo el silencio y Hércules, llevando el cinturón sobre su pecho, buscó el camino
hacia el hogar dejando a las mujeres lamentándose, privadas de dirección y de amor.
* * *
Hércules fue nuevamente hacia las costas del gran mar. Cerca de la costa rocosa vio un
monstruo del abismo, sosteniendo entre sus mandíbulas a la pobre Hesione. Sus agudos
gritos y quejidos se elevaban al alto cielo y herían los oídos de Hércules, entregado a la
pena y no conociendo el sendero que pisaba. Él se lanzó prontamente en su ayuda, pero ya
era demasiado tarde. Ella desapareció dentro de la garganta cavernosa de la serpiente
marina, ese monstruo de mala fama. Pero olvidándose de sí mismo, este hijo del hombre
que era un hijo de Dios, enfrentó resueltamente las olas y alcanzó al monstruo, quien,
volviéndose hacia el hombre con rápido ataque y fuerte rugido, abrió su boca. Dentro del
rojo túnel de su garganta se lanzó Hércules, en busca de Hesione; encontrándola en lo
profundo del vientre del monstruo. La tomó con su mano izquierda, y la sostuvo
estrechamente, mientras con su fuerte espada abría camino desde el vientre de la serpiente a
la luz del día. Y así la rescató, compensando su previo acto de muerte. Pues así es la vida:
un acto de muerte, un acto de vida, y de esta manera, los hijos de los hombres, que son los
hijos de Dios, aprenden la sabiduría, el equilibrio y la senda para caminar con Dios.
Desde la Cámara del Concilio del Señor, el Gran Presidente era espectador. Y desde su
puesto a su lado, el Maestro también contemplaba. Hércules pasó nuevamente a través del
sexto Portal, y viendo esto y viendo el cinturón y a la doncella, el Maestro habló y dijo: "El
sexto trabajo está terminado. Tú mataste lo que te estimaba y todo lo desconocido y lo no
reconocido que te daba el necesario amor y poder. Tú rescataste lo que te necesitaba, y así
de nuevo los dos son uno. Reflexiona otra vez sobre los caminos de la vida, reflejándose en
los caminos de la muerte. Ve y descansa, hijo mío".
El Tibetano
Introducción
Se dice que, desde algunos aspectos, Virgo es el más antiguo de los signos zodiacales. A
través de los siglos, ya sea Lilith o Isis, Eva o la Virgen María, todas retratan a la madre del
mundo, pero es María quien finalmente sostiene al Niño en sus brazos. Y es en este signo
que el conocimiento de Cristo es concebido y nutrido a través del período de gestación,
hasta que finalmente en Piscis, el signo opuesto, nace el salvador del mundo.
Como en Leo, ésta es una experiencia de cueva, "en el seno del tiempo”, y deberá estar
caracterizada por el calor, la quietud, las experiencias profundas y las “lentas pero
poderosas crisis". Es un signo sintético. En este punto El Tibetano dice: "la simbología de
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Virgo atañe a todo el propósito del proceso evolutivo, el que es proteger, nutrir, y
finalmente revelar la oculta realidad espiritual. Esto, vela toda forma, pero la forma humana
está equipada y dispuesta para manifestarlo de una manera diferente de cualquier otra
expresión de la divinidad, y así hacer tangible y objetivo aquello a lo que aplicó el proceso
creativo"
(Astrología Esotérica, pp. 175-6).
Esta cualidad sintética está además enfatizada por el hecho de que otros ocho signos
(todos excepto Leo, Libra y Capricornio) por medio de sus regentes planetarios, vierten sus
energías a través de Virgo, y el Tibetano llama la atención sobre el hecho de que ahora
estamos entrando al octavo signo desde Virgo, en otras palabras, el próximo signo antes de
aquél en el cual el Niño es dado a luz, el signo que verá a muchos tomar la iniciación. Hay
que recordar que todos los hombres y mujeres pasan por todos los signos, y para aquellos
nacidos en Virgo, o teniendo ese signo en el ascendente (el punto oriental del mapa celeste
indicando el propósito del alma del discípulo) estas cualidades o energías son desplegadas
de muchas maneras, pues las organizaciones, las artes, las ciencias, todas requieren largos
períodos de gestación mental y de lucha, de traer a la luz nuevas ideas en manifestación.
Otro rasgo original de Virgo es que tiene un triple símbolo, el que sólo otro signo,
Escorpio, tiene. Esto es significativo, implicando que estos dos signos están "conectados
con el crecimiento de la conciencia de Cristo. Ellos señalan puntos críticos en la
experiencia del alma, puntos de integración, donde el alma está conscientemente satisfecha
con la forma y al mismo tiempo con el espíritu”.
(Astrología Esotérica, pág. 188).
Esta afirmación sustenta la teoría espiritual de los Triángulos, que son muchos y el
Tibetano agrega estas majestuosas e impresionantes palabras: "Bajo la voluntad de la
Deidad y la inalterable energía en el corazón del zodíaco manifestado, ellos producen los
cambios en el conocimiento que hacen al hombre divino al final del ciclo del mundo". Y
además: "Es a través de la fusión y la mezcla de las tres energías planetarias, por obra del
pensamiento humano, reaccionando a las energías zodiacales, que nuestra tierra será
transformada en un planeta sagrado". Seguramente estas palabras expanden nuestra visión,
profundizan nuestra comprensión, nos dan fe en el futuro de la humanidad, y fuerza para
cooperar pacientemente con el presente.
Interpretaciones del Mito
La historia del mito relataba que el Gran Presidente reconoció que este trabajo era
ciertamente con un enemigo "de una clase diferente". Es interesante que los dos trabajos
que Hércules desempeñó mal, aunque eventualmente los ganó, fueron con sus polos
opuestos, las mujeres. En Aries, la conquista de las yeguas devoradoras de hombres
envaneció tanto su ego que avanzó con paso majestuoso lleno de orgullo y dejó las yeguas
a Abderis, su personalidad, con el resultado que ellas escaparon y el trabajo tuvo que ser
repetido. "Pero Abderis yacía muerto". Y en el trabajo de Virgo, mató a la reina de las
Amazonas, aunque ella le ofreció su cinturón, y entonces él tuvo que rescatar a otra
doncella, Hesione, del vientre de la serpiente para compensar por la vida que él había
tomado innecesariamente.
Por lo tanto, la guerra entre los sexos es de antiguo origen; realmente es inherente a la
dualidad de la humanidad y del sistema solar. A este hecho nuestras cortes de divorcio le
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rinden un fuerte testimonio; y la competencia surge en los negocios como así también en el
hogar. Hay pequeños pero importantes puntos en la historia, que no deben ser pasados por
alto. ¿En qué contribuyó Hipólita al error? Tal vez en esto: Ella ofreció a Hércules el
cinturón de la unión, que Venus le había dado, porque se le había dicho que Aquel que
preside así lo había ordenado, no porque ella sintiera la unión. ¿Lo hizo bajo apremio pero
sin amor? Y por lo tanto ella murió. Aun así se nos dice que el mal debe venir, pero el
infortunio les acontece a aquellos de quienes viene, y así Hércules fracasó en comprender
su misión espiritual, aunque logró sus objetivos.
Asimismo uno se pregunta: ¿Por qué las Amazonas hacían una salida anual al mundo de
los hombres? ¿Era para hacerles la guerra, o para buscar la unión, en la cual no había
corazón? ¿Era para buscar nuevos miembros para su mundo sin hombres? Pero Dios, se
nos dice, mira al corazón. Llegará como una conmoción a muchos de estrictos y
legalmente morales criterios, reflexionar que una prostituta reconocida, pueda ser superior
a una mujer que agrega la blasfemia a la prostitución, cuando ella hace promesas en la
iglesia, sin amor y sin intención de servir, sino sólo para obtener dinero, seguridad o una
posición. Uno raramente oye un sermón sobre la mujer adúltera, de quien Cristo dijo, "Yo
no te condeno. Ve en paz y no peques más". Todo esto parece sutilmente involucrado en el
mito del trabajo en Virgo. Su aplicación práctica así como su significado cósmico y
espiritual son asombrosos. Se nos dice que la “guerra con propósito entre los sexos está
ahora en un punto culminante".
Esta vez el maestro nos dijo meramente que el trabajo estaba mal hecho. Dijo sin
equívoco, "¿Por qué matar a la madre del sagrado Niño? De nuevo advertimos un fracaso.
Otra vez no has entendido. Redímete ahora mismo, y busca "de nuevo mi rostro". Estas
fueron las palabras duras y nosotros las escucharemos como el principio fundamental.
"Otra vez no has entendido". Se hizo el silencio y Hércules, llevando el cinturón a su
pecho, buscó el camino de vuelta, dejando a las mujeres lamentándose y privadas de
dirección y amor.
Primero el acto de la muerte; luego un acto de amor cuando, arriesgando su propia vida,
Hércules rescató a Hesione y mereció del Maestro las palabras: "Reflexiona de nuevo
sobre los caminos de la vida, reflejándose en los caminos de la muerte. Ve y descansa, hijo
mío". No ofrecemos disculpas por repetir las palabras del mito como las dijo el Tibetano;
ellas son superlativamente hermosas y su poder mántrico parece destruido
parafraseándolas.
Hay que señalar también que el trabajo no fue descrito a Hércules como en otros casos.
La noticia sólo llega al país donde la reina de las Amazonas gobernaba su mundo de
mujeres, todos los hombres excluidos. Se dejó a Hércules el entender la naturaleza del
trabajo, y él no lo hizo. También las Amazonas adoraban la luna (la forma), y a Marte, el
dios de la guerra; ellas tampoco entendían su verdadera función, pues María es
representada con la luna bajo sus pies, y en sus brazos el que es conocido como el Príncipe
de la Paz.
Los Dos Caminos
Como siempre hay una elección por el bien o el mal ante el nativo de un signo,
dependiendo de su estado de evolución y el grado de sensibilidad. Virgo es llamada la
diosa de la virtud o del vicio. Pero, ¿cuál es la raíz significativa de "vicio”? "Volver
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ineficaz” y eso para Virgo es negar todo el propósito del signo, pues se dice que "el Cristo
es para ella el propósito de la existencia". La raíz de "virtud” es la palabra latina vir que
significa "fuerza", "hombre", como en "virilidad". La profunda significación de vicio como
una ineficacia de la vida espiritual, nos recuerda una vez más la explicación del dicho en
una de las Reglas del Camino: "Pues cada uno debe conocer la vileza de cada cual y aún
seguir amando". Pues parece que un villano en este sentido es meramente un ser de mente
estrecha, un hombre algo rústico, un habitante de una pequeña aldea, que no conoce nada,
más allá de su pobre pequeño círculo-no-se-pasa.
Cuán obvias, y qué engendradoras de verdadera tolerancia, son estas significativas
raíces. Demasiado tiempo hemos apaleado el cuerpo, el físico, como a la raíz de todo mal,
cuando son realmente nuestras mentes, nuestros duros, pequeños corazones, los que causan
actitudes y hábitos erróneos; no siendo el cuerpo sino un dispositivo automático de
respuesta, sujeto al control del hombre interior. Otra idea se presenta por sí misma en esta
relación, es decir, que "pecado" significa literalmente: "Cualquier cosa que se hace
impropiamente". Simplemente, no acertar con el "ojo del buey", el "ojo de la iluminación"
expresado en Tauro, es un pecado para el hijo del hombre que es también el hijo de Dios.
Cuán perfectamente estas ideas fundamentales actúan recíprocamente y se confirman
mutuamente, cuando abandonamos las complejidades de la mente inferior. Virgo es
también llamada la "diosa de los caminos” porque como el principio de la Madre Sagrada,
ella simboliza la materia y también es el custodio de la vida de Cristo.
Es significativo que este sexto signo, el número de la actividad en el plano físico, es
llamado el número de la Bestia. Esta idea parece tener una horrible fascinación para
muchos, pero lo que realmente significa es que Virgo es un símbolo de la triplicidad, 6 en
el plano físico, 6 en el plano emocional, 6 en el plano mental, no en absoluto 666.
Hay que recordar que el león es el rey de las bestias. El nativo alcanza finalmente en ese
signo la personalidad desarrollada. Pero en Virgo, se da el primer paso que conduce hacia
la espiritualidad, el alma es llamada el hijo de la mente y Virgo es gobernada por
Mercurio, llevando la energía de la mente.
En esta disertación sobre Virgo A.A.B. dio una secuencia de lo más interesante de las
referencias proféticas a la Virgen como sigue:
"He aquí, yo daré a luz mi siervo, el renuevo" (Zacarías 3:8) un símbolo de Virgo es la
mujer con la espiga de cereal, o la gavilla de trigo, o la rama de fruta en sus brazos.
Recuérdese también la profecía de Isaías sobre la cual está basado nuestro Nuevo
Testamento; "Y una virgen concebirá y dará a luz un hijo” y vinculen con este verso en
Efesios cuando San Pablo dijo que algún día alcanzaremos la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo. Yo les recordaré que Cristo puso énfasis muchas veces en el nuevo
nacimiento antes que en el sacrificio de la sangre. El significado esotérico es “la sangre es
la vida". Nosotros somos siempre demasiado literales. Así como la antigua práctica de
ofrecer animales matados en el altar pasó, así pasará la idea de la expiación por la sangre
de Cristo. Eso nació del medieval complejo de culpa y la tortura del instrumento físico
como un medio de producir el predominio del espíritu; cuando la verdad es que el cuerpo
debería ser armonizado con el alma y hacer manifiesta su belleza, redimirlo. Todo esto está
implícito en el signo de la Virgen y su trabajo. En La Doctrina Secreta hay una clara
exposición de todo el mensaje de este signo: "La materia es el vehículo para la
manifestación del alma en esta vuelta de la espiral; y el alma es el vehículo en un giro
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superior de la espiral para la manifestación del espíritu, y estos tres son una trinidad
sintetizada por la Vida que los compenetra a todos".
Las Constelaciones y Estrellas
Las tres constelaciones en estrecha proximidad a la de Virgo son: La Cabellera de
Berenice, la madre de la forma solamente; El Centauro, el hombre cabalgando sobre un
caballo o el caballo con cabeza y torso de hombre, representando al ser humano, pues el
hombre es un animal además de un dios. Esta es la más baja de las constelaciones y es
notable que Hércules, aunque había pasado a través de cinco Portales, fracasara en el
sexto Portal, y tuviera que empezar nuevamente desde abajo, y hacer reparación por su
falta de amor y comprensión. Esto sucede a menudo a los discípulos avanzados. La
tercera constelación conteniendo promesa del futuro es Bootes, "el que viene”, el
salvador en Piscis, quien libera a la humanidad de la subordinación a la forma.
La misma Virgo es una constelación en forma de copa con tres estrellas principales
delineándola, la copa de la comunión, de la cual Cristo dijo: "Beban todos ustedes de ella”;
en su significado superior, el Santo Grial. La estrella más brillante es Spica, que significa
“la espiga de cereal". Cristo nació en Belén, que significa “la casa del pan". Nosotros
decimos, "El pan nuestro de cada día dánoslo hoy", el maná, el pan del cielo, o el pan y el
vino de la comunión. Siempre esta simbología del pan se manifiesta a través del Antiguo y
el Nuevo Testamento, y hoy en día aún existe nuestro gran problema económico para
proveer el pan, un símbolo del alimento, para un mundo hambriento: pan para el cuerpo y
pan para aquellos que tienen hambre y sed de justicia. Todo esto como parte de la función
nutricia de la madre del mundo, quien alimenta la forma y también al conocimiento de
Cristo latente en la forma.
La Cruz Mutable y los Regentes Planetarios
Virgo es uno de los brazos de la cruz mutable, con su signo opuesto, Piscis, y el aéreo
Géminis y el ígneo Sagitario completando los cuatro brazos. Es la cruz común de aquellos
que tienen un estado probatorio. Su descripción es como sigue: "La cruz mutable es la cruz
del Espíritu Santo, de la tercera persona de la trinidad cristiana, ya que organiza la sustancia
y evoca una respuesta sensible desde la misma". (Observar la hermosa correlación de esta
manifestación con el hecho de que el Espíritu Santo protegía a María). En esta cruz el
hombre alcanza el estado de resignación y aspiración, y así se prepara para la cruz fija del
discipulado. Es notable que “la cruz mutable de la personalidad dedica al hombre que está
crucificado sobre ella, a fines materiales para que pueda aprender eventualmente sus usos
divinos". "El pecado contra el Espíritu Santo" ha sido el sujeto de muchas curiosidades
morbosas. El Tibetano afirma: "El abuso de la sustancia y la prostitución de la materia para
fines perversos es un pecado contra el Espíritu Santo". Fue este pecado, el más grande de
todo su peregrinaje, el que Hércules cometió en Virgo, cuando no comprendió que la reina
de las Amazonas tenía que ser redimida por la unión; no muerta. De nuevo el Tibetano
enfatiza una y otra vez el hecho de que es "por medio de la humanidad que una
consumación de “sutil” eficiencia se producirá, la que hará posible la expresión del todo".
Nosotros cometemos, no obstante, el error de Hércules cuando olvidamos que el triángulo
de la Trinidad es un triángulo equilátero, con todos los ángulos de igual importancia, para
el logro del Plan. (Astrología Esotérica). Es en Virgo, después de la completa
individualización en Leo, que se da el primer paso hacia la unión del espíritu y la materia,
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“la subordinación de la vida de la forma, a la voluntad de Cristo, el morador".
Los tres regentes del signo Virgo ciertamente lo relacionan con otros ocho signos, como
ha sido señalado, haciéndolo el signo sobresaliente de la síntesis. Incluyendo al mismo
Virgo, tenemos nueve signos o energías accionando recíprocamente, el número de los
meses de gestación del embrión humano. Nuevamente "Como es arriba, así es abajo".
El regente ortodoxo del signo es Mercurio, “la versátil energía del hijo de la mente, el
alma", el intermediario entre el Padre y la Madre. El regente esotérico es la luna, velando a
Vulcano. La luna gobierna la forma y se nos recuerda de nuevo que es la voluntad de Dios
manifestándose a través de la forma. Vulcano es una expresión de la energía del primer
rayo, mientras que la luna ejerce la energía del cuarto rayo, Júpiter es el regente jerárquico
representando la segunda Jerarquía creadora (constructores divinos de la manifestación
planetaria de la tierra), y aporta la energía del segundo rayo.
El Tibetano señala que Mercurio, Saturno y Venus gobiernan los tres decanatos y nos
recuerda que cuando un hombre está en la rueda revertida del discípulo (en sentido inverso
al de las agujas del reloj) entrará en el signo a través de la influencia de Venus, mientras
que el hombre medio entrará bajo el gobierno de Mercurio. Este es un ejemplo de cómo
podemos interpretar mal un horóscopo si no conocemos el estado de evolución del nativo.
La astrología mundana, sin síntesis, puede ser muy engañosa y superficial. Alice Bailey
solía decir, con un destello en sus ojos, a un novicio que exclamaba cuán exactamente su
carta estaba determinando su destino: "Eso es muy malo, si usted estuviera viviendo por
encima del plexo solar, la carta de su personalidad no resultaría tan exacta". La carta del
alma se usará en la astrología del futuro; no la carta de la personalidad. Esta advertencia se
apoya en una positiva declaración del Tibetano: "El fundamento de las ciencias astrológicas
es la emanación, transmisión y recepción de las energías y su transmutación en fuerzas, por
la entidad receptora". Esto define claramente lo que deberá ser nuestra actitud en las
meditaciones del plenilunio y nuestro uso de los horóscopos individuales. "El objeto que
busco lograr aquí”, dice el Tibetano, “es que todo es una cuestión de recepción y
sensibilidad desarrolladas".
Significaciones del Signo y su Polo Opuesto
En la Sirena, la diosa pez, tenemos el símbolo de la compensación de Virgo con su signo
opuesto, Piscis. Siempre hay la dualidad, inherente en nosotros y en el sistema solar; siendo
el segundo rayo del mismo sol una dualidad, Amor-Sabiduría. La lección para el nativo de
Virgo, como lo expresaba Dane Rudhyar en "Dones del Espíritu", es tener "una clara
comprensión de que ninguna verdad es completa ni siquiera real si no incluye su opuesta, y
todo eso ocurre entre ambas". Recordando nuevamente que ocho energías se mueven a
través de Virgo, que es un signo de síntesis, Rudhyar expresa que más bien se requiere la
transfiguración que la transformación.
Las tres virtudes requeridas son: tolerancia, compasión y caridad; uno crece volviéndose
aún más inclusivo. Una de las útiles interpretaciones dadas en esta explicación sobre la
tolerancia, la verdadera naturaleza de la tolerancia, es que, como se la practica,
principalmente tiene un matiz de superioridad y condescendencia. Rudhyar dice: "La
verdadera tolerancia va más profundo que una actitud tal como "vivir y dejar vivir”, la que
está a menudo no sin mancha de presunción y autocentrada indiferencia hacia todo excepto
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nuestra propia verdad... Significa etimológicamente "soportar". ¿Soportar qué? El peso de
la necesidad de cambio y crecimiento... La preocupación típica de Virgo con detalles de
trabajo, con la técnica, la salud y la higiene, con la vivisección analítica de sí mismo y de
los otros, es realmente una focalización de los negativos valores de crisis". Si la crisis en
Virgo es positivamente enfrentada, entonces, la sustancia misma del conocimiento se
renueva y con esta renovación, sigue necesariamente la reafirmación del propósito".
Para Piscis, el polo opuesto, la nota clave que se da es el coraje, el temperamento del
nativo de Piscis es llamado un campo de batalla, pues su mensaje es "liberación", y por la
libertad se debe luchar, y ella debe ser ganada, no puede ser un regalo. El clímax dice:
"Todos los conflictos son absueltos, todas las transiciones se resuelven en los nacimientos
de Cristo”, lo que es la culminación del nacimiento del conocimiento latente de Cristo, en
Virgo.
Principios Fundamentales
Las alturas y las profundidades de este sexto trabajo, están claramente indicadas en los
principios fundamentales del signo: En la rueda común, la orden sale en las siguientes
palabras, que constituyen la actividad de Virgo: "Y la palabra dijo “que la materia reine"”.
Después, en la rueda del discípulo, la voz emerge de la Virgen misma, y ella dice: "Yo soy
la madre y el hijo, Yo, soy Dios, Yo, soy la materia". El Tibetano agrega: "Reflexiona sobre
la belleza de esta síntesis y enseñanza y sabe que tú mismo has dicho la primera palabra
como el alma, descendiendo dentro del seno del tiempo y del espacio en una época remota
y distante. El tiempo ahora ha llegado en que tú puedes, si así lo eliges, proclamar tu
identidad con ambos aspectos divinos, la materia y el espíritu, la madre y el hijo".
(Astrología Esotérica, pág. 197). El primer principio fundamental sintetizado es: "Cristo en
ti, esperanza es de gloria".
* En lo sucesivo los capítulos estarán basados en las conferencias informales dadas por
A.A.B., su material terminado para un libro que se había propuesto escribir Por
consiguiente, una reelaboración de sus escritos será ofrecida, más el material de la
Astrología Esotérica y de Los Dones del Espíritu por Dane Rudhyar, ninguno de los cuales
había aparecido cuando las conferencias fueron dadas en 1973.
Trabajo 7
La Captura del Jabalí de Erimanto
(Libra. 22 Septiembre - 21 Octubre)
El Mito
El Gran Presidente, dentro de la Cámara del Concilio del Señor, consideraba la
naturaleza del hijo del hombre que es asimismo un hijo de Dios. Él pensaba en lo que se
necesitaba para hacerlo aun más parecido a su Padre. "Otro trabajo debe ser llevado a cabo.
Él necesita equilibrio, y juicio sano, y preparación para una prueba mayor y para futuro
servicio a la raza de los hombres. Por esto, que se prepare con cuidado". Y el Maestro,
anotando en sus tablas el propósito de la próxima prueba, salió y habló a Hércules. "Sal,
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hijo mío, y captura al jabalí; salva una región asolada, pero toma el tiempo de alimentarte".
Y Hércules salió.
Y Hércules, que es un hijo de hombre y no obstante un hijo de Dios, pasó a través del
séptimo Portal. El poder del séptimo signo pasó a través de él. No sabía que se enfrentaba a
una prueba dual, la prueba de la rara amistad y la prueba del coraje sin temor. El Maestro lo
había instruido para buscar un jabalí, y Apolo le dio un arco flamante para usar. Dijo
Hércules: "No lo llevaré conmigo en el camino, por temor a matar. En mi último trabajo, en
las riberas del gran mar, maté y destruí. Esta vez no mataré. Dejo el arco".
Y así, desarmado, excepto por su fuerte clava, trepó el acantilado de la montaña,
buscando al jabalí, y viendo, a cada lado, visiones de miedo y terror. Subió aún más y más
alto. Y entonces se encontró con un amigo. En el camino se encontró con Folos, uno de un
grupo de centauros, conocido de los dioses. Se detuvieron y hablaron, y por un momento
Hércules olvidó el objeto de su búsqueda. Y Folos llamó a Hércules, invitándolo a abrir un
tonel de vino, que no era suyo, ni tampoco pertenecía a Folo. Este gran barril, pertenecía al
grupo de centauros; y de los dioses, que los habían beneficiado con el tonel, había venido la
orden de que nunca debía ser abierto, salvo cuando los centauros se encontraran y
estuvieran todos presentes. El tonel pertenecía al grupo.
Pero Hércules y Folo lo abrieron en ausencia de sus hermanos, llamando a Quirón, otro
centauro sabio, para que fuera y compartiera su jarana. Este así lo hizo y los tres bebieron
juntos, y se deleitaron y embriagaron e hicieron mucho bullicio. Esta gritería fue oída por
los otros centauros desde lugares distantes.
Ellos acudieron encolerizados, y una feroz batalla tuvo entonces lugar y a pesar de las
sabias resoluciones, nuevamente el hijo del hombre, que era un hijo de Dios, se transformó
en el mensajero de la muerte y mató a sus amigos, los dos centauros con los cuales antes
había bebido. Y, mientras los otros centauros se afligían con fuertes lamentaciones,
Hércules escapó otra vez a las altas montañas, y nuevamente reanudó su búsqueda.
* * *
Llegó hasta los límites de la nieve, siguiendo las huellas del feroz jabalí; lo siguió hasta
las alturas y el áspero frío, y sin embargo no lo vio. La noche se fue acercando, una a una
las estrellas salieron, y aún el jabalí se le distanciaba, y buscó dentro de sí mismo alguna
maña sutil. Colocó una trampa con habilidad, y sabiamente oculta. Entonces esperó en una
sombra oscura la llegada del jabalí. Las horas pasaron, y él aún esperó hasta que se acercó
el alba. El jabalí salió de su guarida, buscando comida, impulsado por un hambre de días.
En las sombras, cerca de la trampa, esperaba el hijo del hombre. El jabalí cayó dentro de la
trampa y a su debido tiempo Hércules soltó a la bestia salvaje, haciéndola prisionera de su
habilidad. Luchó con el jabalí y lo dominó y obligó a hacer lo que él decía, o ir por el
camino que él deseaba.
Desde la cima nevada de la alta montaña bajó Hércules, gozoso en el camino,
conduciendo por la senda que bajaba, al feroz pero domesticado jabalí. Por las patas
traseras, conducía al jabalí, y todos en la montaña reían al ver la escena. Y los que
encontraban al hijo del hombre, que es el hijo de Dios, cantando y bailando en el camino,
reían también al ver la marcha de los dos. Y todos en la ciudad reían al ver la misma
escena; al tambaleante, cansado jabalí y al hombre que reía y cantaba.
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Así ejecutó Hércules su séptimo trabajo y regresó hacia el Maestro de su vida.
Y el Gran Presidente dentro de la Cámara del Concilió del Señor observó: "La lección
del verdadero equilibrio ha sido aprendida. Aún falta una lección. De nuevo en el noveno
Portal el centauro debe ser encontrado y conocido y rectamente comprendido".
Y el Maestro dijo: "El séptimo trabajo está completado, el séptimo Portal ha sido pasado.
Considera las lecciones del pasado; reflexiona sobre las pruebas, hijo mío. Dos veces has
matado lo que deberías amar. Aprende el por qué". Y Hércules permaneció dentro de las
puertas de la ciudad y allí se preparó para lo que luego sucedería, la prueba suprema.
El Tibetano
Prólogo
"El mito es el velado pensamiento del alma ". (Isis sin velo)
Libra nos presenta muchas paradojas, y marcados extremos, dependiendo de si uno está
en la vuelta del zodíaco en sentido de las agujas del reloj, o en la trayectoria inversa, la del
discípulo que ha vuelto conscientemente, al sendero evolutivo, al camino de regreso al
hogar. Se dice que es uno de los signos más difíciles de comprender. Es el primer signo que
no tiene ni símbolo humano ni símbolo animal, excepto que sosteniendo la balanza está la
figura de la justicia –una mujer cegada— cegada tal vez para la objetiva visión exterior, que
la visión intuitiva interior debe adivinar dónde está la justicia.
Es un intervalo, se nos dice, comparable al silencioso escuchar en la meditación: un
tiempo de imposición del pasado. De nuevo, extrañamente, el hombre medio se acerca a
Libra a través de la drástica prueba de Escorpio, mientras que el hombre más evolucionado
entra a la prueba de Libra desde el signo de Virgo, con la conciencia de Cristo agitándose
en su corazón y su mente. Piensa cuán diferentes serán las experiencias de estos dos
hombres en Libra. En un caso la balanza oscilará salvajemente arriba y abajo; en el otro se
aproximará al equilibrio o éste será logrado, entre la materia y el espíritu, y entre los más
pequeños pares de opuestos.
En este punto empezamos a ver por qué, en este tranquilo signo, nos encontramos con los
problemas del sexo y el dinero, ambos buenos servidores y malos maestros, según el uso
que se haga de ellos. El sexo es un sacramento, una compensación del hombre y la mujer,
para la producción de las formas, para la continuación de la vida evolutiva. El dinero es un
medio de trueque, de compartir a distancia. Si es amado y retenido sólo por sí mismo, es el
oro del avaro, y si no, el oro del amante, entregado corazón.
El equilibrio de los pares de opuestos está agudamente definido. La balanza puede oscilar
desde la parcialidad y el prejuicio a la justicia o el discernimiento; desde la insensible
estupidez a la sabiduría entusiasta. Cuán inusual y deliciosa combinación de palabras es
esa. En el lenguaje común nosotros simbolizamos la sabiduría con la estúpida, parpadeante
lechuza, y aquéllos que piensan que son sabios están demasiado, a menudo, llenos de
solemnidad y son algo pesados. Sin embargo, la sabiduría debe ser "entusiasta". Esto es
algo para reflexionar. Y puede haber intriga, los tortuoso caminos de las leyes hechas por el
hombre la invitan; o hay una conducta recta y el nativo de Libra puede estar caracterizado
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por actitudes materialistas o espirituales. Nuevamente una y otra vez en este viaje circular,
las constelaciones son todas armoniosas, buenas, y para un propósito; es nuestra receptividad
y el uso que hagamos de ellas, que determina lo que manifestamos. Esto se relaciona
con penosa exactitud con las impresiones logradas por el turista ocasional, y por el hombre
que vive por algún tiempo en un país, y realmente conoce a su gente. A veces uno piensa
que una prueba de inteligencia debería ser tomada antes de otorgar una visa. Tales
extravagantes ideas, por ejemplo, nos surgen al ver y oír a las gentes que han pasado unos
pocos días en París y piensan que conocen Francia.
Y en este imponente signo de equilibrio, justicia y ley, encontramos que la prueba
termina en un estallido de risa, el único trabajo que la provoca. Desde la montaña venía
Hércules, haciendo rodar al jabalí como si fuera una carretilla, cantando y riendo, y todos
los espectadores reían con él. ¡Cuán encantador!; y esto a pesar del hecho de que
nuevamente Hércules cometió un lamentable error. El Maestro le había dicho que "tomara
tiempo para alimentarse", pero Hércules tomó tiempo para una orgía de borrachos con dos
sabios, viejos amigos, centauros. Y tomen nota de que ellos abrieron el tonel de vino que
debía ser abierto sólo por y para el grupo. Todo un sermón podría ser predicado sobre este
punto y también sobre el hecho de que, mientras Hércules tomaba precaución para no matar
al jabalí, terminó matando a dos amigos. Así aparece la tentación detrás, cuando pensamos
que hemos despejado de trampas el sendero delante nuestro. Pero entonces el sabio
Maestro, cuando evaluaba el trabajo, pasó ligeramente sobre el alboroto al que todos habían
contribuido, diciendo tan sólo, "Reflexiona sobre las lecciones del pasado" (contribución de
Libra). "Dos veces has matado lo que deberías amar. Aprende el por qué". Esto es todo; y
se nos recuerda que la personalidad permanece fuera del ashrama, (nuestros maestros sólo
ven cualquier luz que llevemos). No hay ningún elogio especial, Hércules simplemente
pasó, no con honores, pero al séptimo trabajo se lo proclamó como completado y al séptimo
Portal como atravesado. Justicia como misericordia. "Sí, Tú, Oh Dios, quieres ser tan
severo para señalar todo lo que está mal hecho, Oh Señor, ¿quién puede soportarlo?”
Reflexiones de un Nativo de Libra
Antes que Hércules capturara al jabalí de Erimanto, se sentó a la mesa de Folo y bebió
vino fuerte. En este momento él era el alma de la jovialidad, buscando y encontrando
placer. Para Hércules, como para todos los que asumen el trabajo que debe ser realizado en
Libra, los vapores del placer se deben disipar antes que la tarea mayor del autodominio, es
decir, la captura del jabalí, sea emprendida.
Es de señalar que el beber vino en abundancia conduce a Hércules a la tragedia, la
muerte de Folo. Esta repentina intervención de la catástrofe dentro de la existencia
buscadora de placer de un libriano; por desagradable que la experiencia pueda ser, es una
necesidad para el desarrollo del alma. Sin tales tragedias, las potencialidades de Libra
permanecen latentes. El libriano emprende su camino en invierno, una época de desolación,
cuando la vida de la personalidad ha perdido su atractivo.
Hércules no usa la fuerza bruta para capturar al jabalí. Coloca una trampa, espera y
permite que la bestia caiga por sí sola en la trampa. Cuando el jabalí tropieza y cae en los
ventisqueros, Hércules aprovecha su oportunidad. Es curiosamente libriano el evitar un
encuentro directo, y no gastar más fuerza que la necesaria. Él busca lograr sus fines
suavemente, no forzadamente.
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Se nos dice que Hércules toma las patas traseras del jabalí, y obliga a la bestia a bajar por
la ladera de la montaña en sus patas delanteras, y que este espectáculo provoca la risa de
todos los que observan eso. En este incidente observamos la habilidad del libriano para
encontrar soluciones inusitadas, y para percibir el valor de lo incongruente.
Situaciones de gran consecuencia en la historia de la humanidad son determinadas por
inusitados acercamientos a problemas comunes. Por ejemplo, un jefe tártaro, inició un gran
fuego detrás de sus propias tropas, forzándolas así a arremeter con un vigor tan desesperado
que ningún enemigo podía resistirlos. Otra vez, cuando Aníbal mandó sus elefantes contra
Escipión, éste ordenó a los soldados soplar las trompetas en las orejas de los animales;
confundidos y aterrorizados por el ruido, los elefantes huyeron en desorden, y mataron a
muchos de los hombres de Aníbal.
La percepción de las incongruencias es una de las más grandes armas dadas a la
humanidad en su perpetua lucha contra el espejismo. Es la fuente de la risa la que desbarata
la ostentación y destruye las instituciones anticuadas.
Este es el único trabajo que termina en una explosión de risa. Hércules no sólo realizó la
tarea asignada, sino que hizo del feroz jabalí un objeto del ridículo. Por una perspectiva
ligeramente alterada muchas de las aterrorizantes experiencias de la vida pueden ser
trasformadas por un benéfico sentido del humor. Mucho de lo que la gente mira con grave y
seria formalidad tiene decididamente ridículas implicancias.
La descripción gráfica de Hércules conduciendo al jabalí por sus patas traseras, es una
representación simbólica del alma dirigiendo un cuerpo torpe. Esta relación en la cual cada
aspecto logra su debida importancia es característica de los librianos más altamente
organizados. Así es el principio de equilibrio observado.
El libriano se maneja pesando y equilibrando todas las cosas. Esta actitud lo hace
aparecer frecuentemente fluctuante e indeciso. Sabiendo que hay innumerables gradaciones
entre el negro y el blanco, él es raramente propenso a ser un extremista. Sabe que aquellos
que son mirados como pilares de la sociedad pueden ser fariseos; y los modestos y
humildes, la sal de la tierra; que aquéllos que declaran su excelencia más vehementemente
pueden ser los menos meritorios; que el sabio de palabra puede actuar como los necios; los
necios pueden encontrarse con tesoros; que los juicios del mundo pueden ser revocados por
una corte superior; que la verdad puede manifestarse sobre la tierra de muchas
inverosímiles maneras.
La búsqueda de la verdad, entonces, se cambia en el desarrollo de la discriminación. En
un sentido, la verdad no existe para los seres humanos, pues todas las verdades no son sino
parte fraccionarias de mayores conjuntos. La búsqueda de estos conceptos más inclusivos
es de más importancia que la insistencia sobre un fragmento aislado de un limitado
segmento separativo.
Como una laboriosa araña, el libriano está perpetuamente hilando hilos de relaciones,
creando una sensitiva red de significados. El resultado de tal actividad es la síntesis.
Permanece entre lo concreto y lo abstracto, tratando de relacionarlos a los dos. Siempre hay
una discrepancia, siempre la brecha entre el fin previsto y la meta lograda; y no obstante, la
tela brilla luminosamente y asume un modelo de intrincada belleza.
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A medio camino entre el cielo y la tierra, el libriano espera. Mirando arriba, ve la visión,
el amanecer dorado iluminando la cima de la montaña cubierta de nieve; contemplando
hacia abajo mira los lodazales y el cieno a través del cual pasan los hijos de los hombres.
Por un lado, reconoce altos ideales; por el otro, los ve repudiados. Si él se eleva hacia el
mundo del ideal, pierde contacto con las cosas comunes; si desciende al nivel de la
actividad materialista, pierde las preciadas percepciones que son la causa principal de su
ser. Se mantiene suspendido en equilibrio entre estos dos mundos para poder lograr
comprensión, una comprensión que incluye lo superior y lo inferior, lo bueno y lo malo, lo
excelso y lo insignificante. Esto es la compasión.
El conocimiento logrado causa desilusión. Escudriñando dentro de los corazones
humanos, percibe las sombras oscuras, y el sedimento de extrañas pasiones. Descubre los
métodos básicos por medio de los cuales personas de importancia establecen sus éxitos, los
puntos oscuros en la vida de hombres respetables, los hábiles caminos por los que ellos
eluden las sugerencias de la conciencia. Observa las ideas en capullo que son mordidas por
la escarcha a la primera tentación. Contempla la larga marcha hacia adelante de la raza
humana, con sus esporádicos logros y sus multiplicados fracasos.
¿Cuál es el resultado de tales reflexiones? En primer lugar, se debilitan sustancialmente
los espejismos que tan a menudo encadenan al hombre a la tierra. Se entera que el hombre
vive en una arremolinada bruma de ilusión, asiéndose a la vida como si fuera un fin en sí
misma, huyendo a menudo de la verdad como de una catástrofe. Esta descripción de
defectos no significa que la bondad humana es pasada por alto; sin una suficiente cantidad
de ella, el mundo no se podría soportar.
El libriano no está seguro en absoluto de querer tomar parte en la lucha agresiva para
lograr un modo de vivir, y avanzar belicosamente hacia un sitio de poder y prestigio en el
mundo. Si sólo tuviera que preocuparse de sí mismo, probablemente se retiraría a una
biblioteca, y pasaría sus días allí. Sin embargo, también existen otros seres humanos que le
hacen reclamos. El motivo del servicio se arraiga así en su vida, un sentido de servicio
basado en una evaluación realista de la naturaleza humana. Realmente es muy difícil servir
a la especie increíble llamada hombre. Informa a un hombre de una verdad que, si la
aceptara alteraría su estereotipado modo de vida, y él te condenará como si fueras un
radical; razona con él, y él tercamente insistirá en la supremacía de sus instintos; por otra
parte, muéstrale indiferencia hacia su condición, y te denunciará por ser insensible a sus
sufrimientos. Quienquiera que sirva a la raza humana debe estar preparado para la
incomprensión, la mala interpretación, y la perversidad que apoya lo opuesto de lo que se
dice.
El libriano no es inclinado a ser fanático ni tirano. Buscando más bien persuadir que
forzar, él entiende el arte del compromiso espiritual; esto implica una complacencia de que
el cielo se alcanza con una serie de pasos separados más bien que con un simple salto
salvador. Servir a otros requiere una justa apreciación de sus capacidades; esperar de ellos
lo que son incapaces de dar es a la vez insensato y frustrante. La ayuda dada a una persona
debe encontrar expresión dentro del marco de sus limitaciones. Si esto no se hace, la ayuda
puede resultar un impedimento. Se debe hacer una cuidadosa distinción entre demasiada
ayuda y demasiado poca; si se da demasiado, el individuo, no será estimulado a usar sus
propios recursos, mientras que demasiado poca puede causarle el hundirse en un mar de
desesperación. En otras palabras, la ayuda dada debe ser cuidadosamente adecuada a las
necesidades del individuo involucrado. En muchos casos, la ayuda será solamente un
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estorbo; por lo tanto, es a menudo mejor permitir a una persona formar sus propias
certidumbres espirituales, de sus propios amargos conflictos.
El constante pesar y medir tan característico de Libra, tiene una finalidad; el
establecimiento del equilibrio. El mundo está sostenido por el equilibrio, y a esto lo
comprende el libriano. De hecho, las leyes del karma pueden ser consideradas como
actividades equilibrantes que impiden la continuación de una condición desequilibrada. Las
catástrofes que le sobrevienen a un hombre están destinadas, no a castigarlo, sino a
restaurar el equilibrio en su naturaleza. El que establece el equilibrio en su propia vida no
estará obligado a que se lo impongan por medio de desagradables, intimidantes
circunstancias. Los platillos de la balanza de Libra son fácilmente inclinados a un lado u
otro, pero el punto medio en el cual descanza la balanza, permanece inalterado. Este es el
punto del equilibrio, el refugio seguro que las sombras fluctuantes de los cataclismos
terrenales y las catástrofes nunca pueden amenazar.
Se debe señalar que el equilibrio, como es aquí concebido, es una condición más bien
dinámica que estática. Un sistema equilibrado de energía sería una definición más
adecuada; expresado de otra forma, podría ser llamado una distribución ordenada, de las
energías dirigidas y controladas por una muy inclinada voluntad al bien. El hombre
completamente desarrollado, o iniciado, podría tal vez ser descripto también en tales
términos.
En medio de la disonancia, el libriano acaricia el sueño de la armonía; en un país lejano,
él recuerda la casa de su Padre. En recuerdo de esto busca ser un punto de paz en un mar de
fuerzas en pugna. Esa es la meta, pero no siempre el logro. Sin embargo, este anhelo de
armonía fortalece en él el deseo de ser un hacedor de paz. Puede comprender hábilmente
ambos lados de un problema' y esta habilidad le sirve bien para ser mediador y árbitro.
Las energías que emplea son la persuasión, la cortesía, y la cooperación; cuando éstas
fracasan, desdeña métodos más rigurosos. Se siente naturalmente inclinado hacia el trabajo
de grupo, y es atraído por los programas de acción que promueven la hermandad y la
unidad.
Hay un elemento fuertemente femenino en el libriano, y esto es natural ya que Venus
gobierna este signo zodiacal. El duro, impetuoso empuje de la vida moderna es demasiado
agresivamente masculino; la gracia y la belleza artística del componente femenino debería
actuar como una influencia complementaria. El libriano comprende esto instintivamente.
Sabe que el dogmatismo masculino debe ser modificado por el sabor más sutil de la dulzura
femenina; que la dúctil agua durará más que la piedra implacable y el rígido acero.
Cuando el libriano ha asimilado las suaves armonías de Venus, empieza a responder a
otra vibración, la de Urano. La afirmación en la Biblia que describe este impulso está
expresada en estas palabras, "Mira, Yo hago todas las cosas nuevas". Se entiende a las
viejas formas como siendo cadenas y trabas. Ellas deben ser descartadas. La escoba de Dios
debe arrastrar con todos los escombros de las edades para que los altos ideales de la
hermandad y la unidad, puedan ser incorporados dentro de la misma estructura de nuestras
instituciones, para que las vidas que los hombres conducen puedan reflejar la divina imagen
que está indeleblemente marcada en su ser esencial.
Sin embargo, este cambio revolucionario no se debe cumplir cambiando el arreglo de
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nuestro aspecto exterior, formas o instituciones; debe originarse dentro de la mente humana
en el silencio del corazón del hombre, cuando él se vuelve hacia la luz que brilla sobre él y
que viene del resto de inmortalidad que en él mora. El libriano se equipa para rehacerse,
sabiendo que éste es el primer paso hacia el reordenamiento del mundo.
Los Regentes de Libra y su Signo Opuesto
El signo opuesto de Libra, con el cual debe ser hecha la compensación, es Aries, cuyo
regente exotérico es Marte, mientras que el gobernante de Libra es Venus. Exotéricamente,
por lo tanto, debe haber una compensación entre la Voluntad y la mente superior,
expresándose a través del deseo o el amor, según el estado de evolución. El regente
esotérico de Libra es Urano, y Saturno en este signo es el gobernante de esa "estupenda
Jerarquía creadora" que forma parte del tercer aspecto de la divinidad. Es por esta razón que
Libra está estrechamente conectada con la Jerarquía, y explica el tercer aspecto de la
Divinidad y de ahí que es un signo gobernante y un mayor factor determinante donde la ley,
el sexo y el dinero están comprometidos. El Tibetano expresa más adelante que, "Si los
estudiantes hicieran un estudio cuidadoso de estas tres cosas: la ley, primer aspecto; la
relación entre los pares de opuestos (el sexo), segundo aspecto; y la energía condensada,
llamada dinero, tercer aspecto; tal como ellos se expresan hoy en día y como ellos pueden
expresarse en el futuro, tendrían un cuadro de la realización física humana y de la futura
expresión espiritual que sería instructiva y tendría mayor valor. Todo el proceso es
explicado por la actividad de los tres regentes de Libra: Venus, Urano y Saturno".
(Condensación, Astrología Esotérica).
Una belleza singular emerge cuando consideramos los principios fundamentales de Aries
y Libra como fueron dados por Dane Rudhyar en "Dones del Espíritu". El distintivo para
Libra es, "tranquilidad", pero está lejos de la tranquilidad del confort lujoso. El autor lo
define como "una expresión de relación totalmente aceptada, sea ésta con un objeto, una
situación o una persona... Los hombres sólo pueden estar libres de la naturaleza cumpliendo
con la naturaleza; cumpliendo con ella con tranquilidad, con elegancia.
"Por elegancia queremos decir esa cualidad que el matemático tiene en la mente cuando
habla de ‘la elegante solución de un problema matemático', una solución que avanza con
extrema facilidad, con la mayor simplicidad de medios, con un mínimo de pasos
intermedios, con lógica inherente. Un pino gigantesco de California es asimismo la elegante
solución del problema contenido en la semilla; un perfectamente fácil y lógico desarrollo de
las potencialidades inherentes a esta semilla.
"El natural crecimiento de las potencialidades inherentes, la facilidad y la lógica de la
evolución, la elegancia del desarrollo; éstas son joyas del arte de vivir; éstas son las pruebas
del dominio".
Que tu mente descanse en la contemplación de estas hermosas palabras. Es difícil
imaginar un concepto más alentador del crecimiento, un crecimiento que se desarrolla
desde adentro como se abre una flor, sin esfuerzo y ansiosa tensión. Aquí podríamos
advertir que Libra representa al reino vegetal, al sexo y a la afinidad natural. En ese reino se
dice que tres rayos vibran al unísono. Esto da por resultado servicio, color y fragancia. Las
palabras de Rudhyar no son poesía mística; ellas tienen sus raíces en hechos biológicos,
donde también la energía creadora, el Dios inmanente, está trabajando.
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Volviendo a Aries, encontramos que el principio fundamental es "adaptabilidad” que
indica un método por el cual la tranquilidad de libra puede ser obtenida. Todos nosotros
sabemos de hombres y mujeres en la historia y en torno nuestro ahora, que se mueven con
serenidad y poder en medio de trágicos acontecimientos. Y ¡qué espectáculo terrible e
inspirador es ese! También encontramos adaptabilidad en el camuflaje del reino animal, en
el colorido de los pájaros y bestias que les ayuda a proteger sus vidas. El hombre en
circunstancias peligrosas tiene una necesidad igual de disfraz, en su caso, para aumentar la
adaptabilidad. Esto inmediatamente hace surgir una duda en cuanto a los peligros del
compromiso, del abandono de los principios por la seguridad. Pero lo mismo que El
Tibetano nos ha dicho que "el compromiso espiritual" puede ser un reconocimiento del
tiempo y la evolución, no implicando ninguna traición a la meta, así leemos lo siguiente
escrito por Rudhyar:
"Este tipo de adaptación social no deberá ser tal como para desviar o enturbiar la
corriente de la liberación del poder. No deberá alterar la cualidad de las imágenes
proyectadas, u oscurecer la visión que ellas trasmiten... Es ésta una difícil tarea de
discriminación. Ser adaptable, pero retener la pureza y la total integridad de nuestra visión
y de nuestro ideal; aceptar rodeos, pero no perder el rumbo de la meta; ser comprensible y
aceptable para aquellos que necesitan el despertar espiritual, pero no distorsionar o rebajar
el carácter del mensaje; usar los valores nacidos del pasado, pero no desestimar el futuro a
cambio del incierto presente; ser amable con los hombres, pero inflexiblemente verdadero
para con el espíritu, tales son los problemas con los que la persona de Aries se encontrará
constantemente, en una forma u otra.
El individuo que está consagrado verdaderamente al espíritu, actúa como el espíritu en
términos de necesidades humanas". (Tranquilidad y adaptabilidad; Libra se compensa con
su signo opuesto, Aries).
Las Constelaciones y las Estrellas
Hay tres constelaciones en Libra, todas de especial interés. Primero está la Cruz del Sur
que nunca ha sido vista en el hemisferio norte desde los tiempos de la Crucifixión, cuando
fue vista en Jerusalén. Ahora la Cruz que aún se divisa en el hemisferio sur se está alejando.
Tratemos de entender la presentación dramática de este gran símbolo. Cuatro estrellas
brillantes forman esta cruz; cuatro, el número del aspecto material del hombre, el
cuaternario. La Cruz del Sur, el cuaternario, se está alejando. El mismo simbolismo se ve
en Géminis, con Cástor y Pólux. Cástor, simbolizando la inmortalidad, se está volviendo
más brillante y Pólux, la mortalidad, se está oscureciendo. La cruz se está retirando, y esta
promesa está en Libra, llamada la puerta abierta a Shamballa, el signo en el cual se
encuentra "el sendero angosto, como el filo de la navaja” que conduce al hombre al reino
del alma.
La segunda constelación es la de Lupus, el lobo. A través de las edades, la cabeza del
lobo ha sido el símbolo del iniciado. Pero es un lobo moribundo, y la naturaleza del lobo
que ha devorado la naturaleza del alma hasta ahora, es simbolizada como desapareciendo,
pues a medida que el hombre logra el equilibrio, la actividad y el poder del lobo
desaparecen.
La tercera es la Corona, la corona sostenida delante del hombre trabajando en Libra. El
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símbolo está basado en la historia de Ariadna, el aspecto madre, a quien Baco le dio una
corona de siete estrellas, símbolo del segundo aspecto de la divinidad que glorifica la
materia haciéndola la expresión de la mente divina. (Según A.A.B..)
Como con todo lo de Libra, las interpretaciones y comprensión de las constelaciones son
difíciles, pero estimulantes de la reflexión. Si los datos parecen escasos y vagos, es tal vez
nuevamente representativo del interludio del Libriano, al que uno de los Maestros de
Sabiduría ha llamado "el maestro de la tierra de nadie". Así sólo podemos reflexionar,
recordando cómo el lobo aparece como el animal que amamantaba a Rómulo y Remo; y fue
el feroz animal al que San Francisco de Asís amansó por el amor que sentía por él, y el
sentimiento de unidad con él.
Algunos detalles sobresalientes de la disertación de A.A.B.
En Libra tenemos al hombre que no habla, simbólico del intervalo de silencio en la vida
de Jesús. Entre los 12 y los 30 años no tenemos noticias de él. Esos
fueron años de silencio, ya que los pasaba entre los esenios en Egipto o en el taller de
carpintero en el cual, ese gran hijo de Dios, equilibraba el espíritu y la materia y se
preparaba para su ministerio como un hijo del hombre que era también un hijo de Dios –
demostrablemente—. La gran revelación, a mi parecer, no es que nosotros seamos espíritu
sino que todo es Dios es manifestación; todo es energía de diferentes categorías. Cristo fue
la perfecta expresión de la divinidad en la forma. Él equilibraba perfectamente el espíritu y
la materia. Ese es el trabajo que todos nosotros tenemos que hacer...
Los dos centauros buenos que Hércules mató, son conocidos como Quirón (pensamiento
bueno) y Folo (fuerza física). Esta prueba fue para mostrar el control de la naturaleza
emocional, astral o del deseo, en cualquier forma que ella pueda tomar. Tú no puedes
controlar o guiar la naturaleza del deseo por medio de la fuerza física o sólo por el
pensamiento, pueden tener éxito por un tiempo y después vuelve a surgir nuevamente en tí.
La única solución es apresar al jabalí del deseo en las altas montañas. Es en la cima de las
montañas que ocurren todas las grandes revelaciones, donde la niebla del valle desaparece y
llega la iluminación...
"Libra es un signo de aire y está en la cruz cardinal que gobernará al próximo sistema
solar, y en este sistema gobierna el sendero de la iniciación, que es hollado por la flor de la
raza". Otra vez el misterio cubre con un velo para que nosotros encontremos al signo difícil
de comprender. Pero los principios fundamentales del signo son claros, y sencillos: hablan
derecho al corazón y sin oscuridad. Para el hombre medio, con no desarrollado
conocimiento espiritual la palabra acude una y otra vez a través de los eones: "Y el Verbo
dijo: que se haga la elección.” La respuesta eventualmente vuelve como un resultado del
proceso evolutivo y desde el alma. "Yo elijo el camino que conduce entre las dos grandes
líneas de fuerza".
(Astrología Esotérica, pág. 175).
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Trabajo 8
Destruyendo la Hidra de Lerna
(Escorpio, 23 Octubre - 22 Noviembre)
El Mito*
El Gran Presidente, vestido de radiante calma, dijo solamente una palabra. El Maestro
oyó la orden de oro, y convocó a Hércules, el hijo de Dios que era también el hijo del
hombre.
"La luz brilla ahora en el octavo Portal”, dijo el Maestro. "En el antiguo Argos hubo una
sequía. Amimona suplicó la ayuda de Neptuno. Éste le ordenó que golpeara una roca, y
cuando ella lo hizo, brotaron tres corrientes cristalinas; pero prontamente una hidra hizo allí
su morada.
"Junto al Río Amimona, está el infesto pantano de Lerna. Dentro de esta fétida ciénaga
yace la monstruosa hidra, una calamidad en la comarca. Esta criatura tiene nueve cabezas, y
una de ellas es inmortal. Prepárate a combatir con esta repugnante bestia. No pienses que
pueden servirte, medios ordinarios; destruyes una cabeza, dos crecen aceleradamente".
Hércules esperaba con expectación.
“Yo sólo puedo dar una palabra de consejo”, dijo el Maestro. "Ascendemos
arrodillándonos; vencemos cediendo; ganamos renunciando. Ve. ¡Oh, hijo de Dios e hijo
del hombre, y vence!" Entonces, Hércules pasó a través del octavo Portal.
El estancado pantano de Lerna era una mancha que desalentaba a todos los que llegaban
a sus confines. Su hedor contaminaba toda la atmósfera en un espacio de siete millas.
Cuando Hércules se aproximó, tuvo que detenerse, pues sólo el olor casi lo venció. La
cenagosa arena movediza era un peligro, y más de una vez Hércules rápidamente retiró su
pie temiendo que fuera succionado por la tierra floja.
Finalmente encontró la guarida donde moraba la monstruosa bestia. Dentro de una
caverna donde reinaba perpetua noche, la hidra estaba oculta. De día y de noche Hércules
rondaba el traicionero pantano, esperando el momento propicio en que la bestia saliera.
Vigilaba en vano. El monstruo permanecía dentro de su fétida ciénaga.
Recurriendo a una estratagema, Hércules sumergió sus flechas en brea ardiendo y las
hizo llover directamente dentro de la bostezante caverna donde moraba la horrible bestia.
Una agitación y conmoción sobrevino al punto.
La hidra emergió, con sus nueve encolerizadas cabezas exhalando llamaradas. Su
escamosa cola azotaba furiosamente el agua y el barro salpicando a Hércules. A tres brazas
de altura se levantó el monstruo, una cosa de tal fealdad que parecía como si hubiera sido
hecha con los más impuros pensamientos concebidos desde que empezó el tiempo. La hidra
se abalanzó sobre Hércules y buscó enrollarse alrededor de sus pies. El se apartó y le asestó
un golpe tan demoledor que una de sus cabezas fue inmediatamente separada. Apenas había
esta horrible cabeza caído dentro del pantano, dos crecieron en su lugar. Una y otra vez
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Hércules atacó al furioso monstruo, pero con cada asalto se volvía más fuerte, no más débil.
Entonces Hércules se acordó que su Maestro había dicho, “nos elevamos
arrodillándonos”. Arrojando a un lado su garrote, Hércules se arrodilló, agarró a la hidra
con sus manos desnudas y la levantó en el aire. Suspendida en medio del aire, su fuerza
disminuyó. De rodillas entonces, él sostuvo a la hidra alto por encima suyo para que el aire
y la luz purificadoras pudieran tener su esperado efecto. El monstruo, fuerte en la oscuridad
y el pantanoso barro, pronto perdió su poder cuando los rayos del sol y el contacto del
viento cayeron sobre él.
Se esforzó convulsivamente, pasando un estremecimiento a través de su repugnante
figura. Más y más desfallecida se hizo su lucha hasta que fue vencida. Las nueve cabezas se
inclinaron, luego con jadeantes bocas y vidriosos ojos cayeron flojamente hacia adelante.
Pero sólo cuando ellas yacían sin vida, Hércules percibió la mística cabeza que era
inmortal.
Entonces Hércules cortó la cabeza inmortal de la hidra y la enterró, silbando todavía
ferozmente, debajo de una roca.
Retornando, Hércules se paró delante de su Maestro. "La victoria ha sido lograda”, dijo
el Maestro. "La luz que brilla en el octavo Portal está ahora mezclada con tu propia luz".
Francis Merchant
Introducción
De nuevo encontramos variaciones en las versiones del mito y no tenemos el relato del
mito hecho por El Tibetano para guiarnos. La historia de que la novena cabeza era la cabeza
inmortal, parece descartada por la sencilla afirmación de El Tibetano de que eran tres veces
tres, o nueve pruebas. La versión usada por Francis Merchant en el mito, parece más
precisa, es decir, que nueve cabezas fueron destruidas, y entonces apareció la mística,
inmortal cabeza. Además, el relato de que esta gran cabeza fue "enterrada bajo una roca" da
motivo para mucha reflexión. Tal vez el uso de la frase "escondida bajo la roca de la
voluntad”, es revelador. Todas las versiones dicen que fue pues, enterrada.
En algunos relatos se dice que Hércules quemó completamente las cabezas, y que el
fuego divino sería ciertamente necesario para esta destrucción. De cualquier modo, es
imposible negar la poderosa descripción del mundo del discípulo en esta prueba suprema,
sumergiéndose hasta las rodillas en la humanidad y levantando al monstruo (todos los
males acumulados, errores, fracasos de su largo pasado) en el aire del espíritu, donde por su
verdadera naturaleza, la hidra no podía vivir, y así se consumió y murió. El uso del fuego,
en el esfuerzo preliminar, contiene no obstante este símbolo en la descripción.
Mientras el sexo, bajo la prueba de la compensación de los opuestos y la doble soberanía
de Marte, tiene su lugar especial, el excesivo énfasis de esta sola faceta no es
suficientemente inclusivo. Todos los pares de opuestos tienen que ser compensados en este
gran signo, un signo avanzado del integrado, consciente discípulo; no un signo sórdido del
hombre no evolucionado, como se piensa a menudo. De nuevo se debe leer cuidadosamente
y distinguir entre gente en la rueda ordinaria y discípulos en la rueda revertida. Todo lo cual
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es presentado para el estudio del lector.
Análisis psicológico del Mito
A Hércules se le dijo que encontrara la hidra de nueve cabezas que vivía en un pantano
inundado de hedor. Este monstruo tiene su contraparte subjetiva. Mora dentro de las
cavernas de la mente. En la oscuridad y el fango de los huecos mentales no iluminados,
prospera.
Profundamente alojada dentro de las regiones subterráneas del subconsciente, ya quieta o
explotando en tumultuoso frenesí, la bestia establece su residencia permanente. Su
existencia no se descubre fácilmente. Pasa un largo tiempo antes de que el individuo se dé
cuenta que él está alimentando y sustentando a una criatura tan feroz. Las ardientes flechas
de la inflamada aspiración deben ser descargadas antes de que su presencia se revele.
Combatir a tan formidable enemigo es ciertamente una heroica tarea para un hijo de
hombre, aún cuando él sea también un hijo de Dios. Cercena una cabeza, y otra crece en su
lugar. Cada vez que un deseo o un pensamiento bajos son vencidos, otros toman su lugar.
Hércules hace tres cosas: se da cuenta de la existencia de la hidra, la busca
pacientemente, y finalmente la destruye. Se necesita la discriminación para darse cuenta de
su existencia; la paciencia, para descubrir su guarida; la humildad, para sacar los viscosos
fragmentos del subconsciente a la superficie, y exponerlos a la luz de la sabiduría.
Mientras Hércules luchó en el pantano, en medio del fango, el cieno, y la arena
movediza, fue incapaz de vencer a la hidra. Tuvo que levantar al monstruo en el aire; esto
es, trasladar su problema a otra dimensión, para poder resolverlo. Con toda humildad,
arrodillándose en el fango, tuvo que examinar su dilema a la luz de la sabiduría y en la
atmósfera elevada del pensamiento escrutador. De estas consideraciones podemos deducir
que las soluciones a muchos de nuestros problemas vienen sólo cuando se logra un nuevo
foco de atención, cuando se establece una nueva perspectiva.
Se nos dice que una de las cabezas de la hidra es inmortal, esto implicaría que toda
dificultad, con todo lo terrible que parezca ser, contiene una joya de gran valor. Es siempre
fútil no intentar dominar la naturaleza inferior y descubrir esa joya.
La cabeza inmortal separada del cuerpo de la hidra, es enterrada debajo de una roca. Esto
significa que la energía concentrada que crea un problema todavía permanece, purificada,
dirigida de nuevo y acrecentada, después que la victoria ha sido ganada. Tal, poder debe
entonces ser rectamente controlado y canalizado. Debajo de la roca de la persistente
voluntad, la cabeza inmortal se vuelve una fuente de poder.
Las Nuevas Cabezas de la Hidra
La tarea asignada a Hércules tiene nueve facetas. Cada cabeza de la hidra representa uno
de los problemas que acosan a la persona valerosa que busca lograr el dominio de sí misma.
Tres de estas cabezas simbolizan los apetitos asociados con el deseo, la comodidad y el
dinero. El segundo grupo de tres concierne a las pasiones del temor, el odio y el deseo de
poder. Las últimas tres cabezas representan los vicios de la mente no iluminada: el orgullo,
el separatismo y la crueldad.
86
(Ver Astrología Esotérica, p. 143 y sig.)
Las dimensiones de la tarea que Hércules emprendió son así evidentemente claras. Él
tenía que aprender el arte de transmutar las energías que tan frecuentemente precipitan a los
seres humanos en catastróficas tragedias. Las nueve fuerzas que han producido indecibles
estragos entre los hijos de los hombres desde el principio del tiempo, tenían que ser
redirigidas y transmutadas.
Los hombres hoy en día están aún esforzándose para lograr lo que Hércules tuvo éxito en
llevar a cabo. Los problemas que surgen del abuso de la energía conocido como sexo,
atraen nuestra atención por todas partes. El amor a la comodidad, al lujo y a las posesiones
exteriores, prevalece todavía con fuerza en la raza humana. La búsqueda del dinero como
un fin en lugar de un medio, reduce la vida de incontables hombres y mujeres. Así, la tarea
de destruir las tres primeras cabezas continúa desafiando los poderes de la humanidad,
miles de años después que Hércules realizó su extraordinaria proeza.
Las tres cualidades del carácter que Hércules tenia que expresar, eran humildad, coraje y
discernimiento. Humildad, para ver su condición objetivamente y reconocer sus defectos;
coraje, para atacar al monstruo que permanece enroscado a las raíces de su naturaleza;
discernimiento, para descubrir una técnica para habérselas con su mortal enemigo.
Destapar el pozo de los bajos deseos y los impulsos egoístas que supuran en la naturaleza
subconsciente, ha sido el trabajo del moderno psicoanálisis. La técnica más reciente lleva
los desagradables datos de los impulsos reprimidos a la superficie, es verdad, pero a
menudo se detiene en ese punto. El individuo se da cuenta que un monstruo yace oculto en
las áreas subterráneas de la conciencia de sí mismo, pero se siente desconcertado y perplejo
tratando de habérselas con este formidable enemigo.
Hércules invoca una luz más brillante que la de la mente que analiza. Busca elevar su
problema a una dimensión superior, no remover perpetuamente en el lodazal del
subconsciente. Esforzándose para ver su dilema a la luz de esa sabiduría que llamamos el
alma, él lo confronta desde un nuevo ángulo de visión. Haciéndolo así, rompe el apretón de
la hidra, y eventualmente somete a la bestia.
Luchando con la Hidra, Moderna Versión
Una consideración de los nueve problemas que confronta la persona que busca matar a la
hidra en este tiempo y época, deberá arrojar luz en las fuerzas extrañas que trabajan en ese
barril de explosivo, la mente humana.
1. El sexo. La gazmoñería victoriana y el prurito psicoanalítico, son ambos indeseables.
El sexo es una energía. Puede ser inhibido, desenfrenadamente ejercitado, o sublimado. La
represión o la inhibición no son verdaderamente soluciones; la promiscuidad hace la vida
vulgar, y hace de un hombre el esclavo de una pasión dominadora. La sublimación implica
el uso de la energía del sexo en esfuerzo creador.
La transmutación de las energías humanas abre un campo de especulación y
experimento. En la ciencia física, la energía del movimiento puede ser transformada en
electricidad, y la del calor, en movimiento. ¿Hasta qué punto, entonces, pueden las energías
humanas ser reorientadas? En primer lugar, la energía de la materia, representada por el
87
alimento, es obviamente usada para producir la del movimiento. ¿Puede la energía
impulsora de las emociones ser análogamente reencauzada en la actividad del pensamiento?
¿Puede la energía de las pasiones agitadas encontrar expresión como aspiración? ¿Pueden
las tendencias y las compulsiones de la naturaleza humana ser transmutadas en forma tal,
que se vuelven poderes benéficos? ¿Puede la energía que produce el pensamiento ser
utilizada como el poder de síntesis que resulta en un sentimiento de identificación con todas
las cosas vivientes?
La experiencia de Hércules indica que tales posibilidades existen, y que el que someta a
la hidra de las pasiones y de la mente separatista debe resolver problemas de esta
naturaleza.
2. La comodidad. Un eterno sentimiento de insatisfacción, aguijonea al hombre a buscar
siempre más grandes alturas de realización. El confort es a menudo un freno sobre tales
esfuerzos. Cargado con posesiones y embotado por la seductora sensación del confort, el
espíritu se marchita y se debilita. El prisionero de la comodidad se sume en la apatía,
olvidando las luchas y pruebas que templan la afilada hoja del esfuerzo espiritual. La
voluntad de buscar, la tendencia impulsora de resolver el misterio en la bellota de la vida,
es ajena a la inclinación narcisista de hacer del confort un motivo central de la vida.
3. El dinero. La acumulación de dinero es una pasión dominante que yace detrás de las
actividades de los pueblos y las naciones. Se hace caso omiso de los valores éticos y
morales, en el loco esfuerzo por reunir el poder que confiere el oro. Inevitablemente, las
elecciones están determinadas por las consideraciones del dinero, antes que por las
convicciones espirituales o los principios éticos. El impulso de acumular riqueza es
insaciable. No importa cuánta tenga una persona, ávidamente aún desea más.
Un deformado efecto de esta forma de distorsión mental es el egocentrismo. El individuo
que sufre de esta aflicción, desea muy a menudo recibir todo y no dar nada. El estado del
Universo está determinado para él por lo que él logra adquirir. Se mira a sí mismo como un
punto terminal, y no se reconoce la responsabilidad de otorgar a otros los beneficios que él
mismo ha recibido. ¿No son los bienes intelectuales y el tesoro espiritual aspectos de la
riqueza que deberían pretender nuestros esfuerzos? Ellos pueden ser compartidos con todos,
y el que da todo lo que tiene, se encuentra a sí mismo más rico de lo que era antes. El
impulso de adquirir bienes materiales puede algún día ser transmutado en el deseo de
acumular conocimiento y la voluntad de adquirir las joyas de espíritu.
4. El miedo. En innumerables formas los fantasmas del miedo atormentan a los hijos de
los hombres. Estas formas ilusorias los confunden y los amedrentan, actuando como
grilletes en sus pies y como una piedra de molino alrededor de su cuello. Muchas personas
se agachan cobardemente, cuando son obsesionadas por los agudos miedos al ridículo, al
fracaso, a lo desconocido, a la vejez, al peligro o a la muerte.
¿Pueden estos miedos ser eliminados? La experiencia de Hércules sugiere que ellos
pueden ser vencidos elevando la conciencia a un punto más alto de integración. Cuando la
vida de una persona es reenfocada alrededor de un propósito superior, a las sombras
amenazadoras del miedo, se las hace retroceder a la periferia del pensamiento. Mientras los
monstruos indeterminados del miedo acechen en el crepúsculo del subconsciente, tendrán el
poder de hacer palidecer las mejillas y helar el corazón.
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Un soldado, intentando derrotar al enemigo, arriesga la vida misma. Una madre,
arrebatando su hijo al peligro, olvida sus propios temores. El automovilista, lanzándose
autopista abajo a gran velocidad, arriesga su vida y sus miembros por amor a la aventura.
Estas personas han enfocado su atención por encima del punto donde se encuentra el
miedo. El individuo espiritualmente orientado, ha centrado su pensamiento a un nivel
demasiado purificado para que el miedo llegue hasta allí.
5. El odio. El odio tiene sus raíces en la negación. Es lo opuesto al deseo de la unión.
Elevado a una dimensión superior, el odio se transmuta en el repudio de todo lo que es
irreal. Cuando el odio es despojado de todo contenido emocional, se puede transformar en
una energía que causa que un hombre regenere la forma, por el amor de vida que en ella
vierte. Sobre el arco inferior, es con toda seguridad, destructivo; sobre el superior, cuando
es completamente purificado, se le puede ver como el lado positivo del amor.
6. El deseo de poder. Durante los últimos cien años el hombre ha liberado la energía de
poder mucho más que la del amor. El resultado es la inestabilidad y el desequilibrio. El
poder, cuando no está relacionado con el amor, es una fuerza corruptora. Muchas tragedias
en las relaciones humanas, resultan del incontrolado deseo de dominar la verdad de los
otros, de dictar y regular su conducta. El que substituye los principios éticos por
consideraciones de poder, engendra perpetua lucha. Los altos ideales que han servido como
faros a través de los siglos, la hermandad, la cooperación, el idealismo, brillan oscuramente
mientras el poder es el factor determinante en la sociedad.
Cuando es transmutada, sin embargo, la voluntad de poder se convierte en la voluntad de
realizar y la voluntad de sacrificio. La rigurosa, egocéntrica voluntad, se transforma en un
agente dispensador de dones benéficos. Entonces, realmente, el poder sirve al amor y el
amor glorifica al poder.
7. El orgullo. Los muros construidos por el orgullo encarcelan al hombre más
seguramente que los barrotes de una prisión. Sujeto por las pesadas cadenas de
pensamientos autoenaltecedores, él mira a los otros seres humanos con condescendecia. Así
debilita el vínculo que unifica a todos los hombres en indisoluble hermandad. Colocándose
aparte, él se aleja progresivamente, más allá del círculo de las simpatías humanas.
Hércules cae de rodillas mientras lucha con la hidra, simbolizando con esta postura el
espíritu de humildad que se debe lograr. La exaltación de las inclinaciones personales debe
ser reemplazada por la expresión de las tendencias al autosacrificio.
8. La separatividad. La mente analítica divide y subdivide, apreciando la parte por
encima de todo. Se coloca mayor énfasis sobre las indicaciones de la diversidad que en el
hecho sobresaliente de la unidad. Tal pensamiento fragmentado se opone al impulso hacia
la síntesis.
La actitud separatista es más consciente de las diferencias entre los hombres que de las
similitudes; concibe a la religión como una serie de unidades antagónicas antes, que como
una simple expresión del impulso espiritual; considera la oposición de las clases en la
sociedad como más importante que la sencilla humanidad que hace hermanos a los
hombres; ve a la tierra como una serie de naciones diferentes antes que como un mundo.
Hércules tenía que ver a la hidra como a un monstruo, no como una bestia con nueve
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cabezas diferentes. Mientras él buscó separar las cabezas una por una, no tuvo éxito.
Cuando finalmente se ocupó de ella como de una unidad, logró la victoria.
9. La crueldad. La satisfacción que experimentan los hombres en herir a los otros, es un
testimonio de la existencia de tendencias perversas que corroen la mente. El deleite en
causar sufrimiento a nuestros semejantes es una enfermedad. Esta repugnante cabeza de la
hidra debe ser destruida de una vez por todas antes de que un hombre pueda proclamarse
como humanizado. La vida moderna ofrece muchos ejemplos de brutalidad y desenfrenada
crueldad. En muchas familias los niños sensibles son reprendidos, ridiculizados y
menospreciados por aquellos que rehusan tomarse la molestia de comprenderlos; los
esposos y las esposas están diariamente proclamando al mundo en instancias de divorcio,
que ellos son víctimas de tortura mental; las cortes judiciales y los hospitales muestran
evidencias acumuladas del placer irracional que los seres humanos tienen en atormentarse
mutuamente. “Lo hacemos por entretenernos”, dijo un gangster juvenil recientemente, "no
por dinero".
Cuando este monstruo de la crueldad es elevado en el aire a la luz de la razón y la
compasión, pierde su poder. La tarea de transformar la energía de la crueldad en la de una
activa compasión, aún permanece. En dos pruebas Hércules "mató" cuando debería haber
amado, pero en Escorpio él realizó esta transformación, extirpando de su propia naturaleza
una tendencia que lo habría perjudicado en toda empresa futura.
Tal es el logro de Hércules, psicológicamente hablando, en este trabajo. Ha dado entrada
a la luz dentro del oscuro retiro del subconsciente, ha luchado con las fuerzas monstruosas
que se revuelcan en el fango subliminal, y ha vencido a los enemigos de su propia casa. Un
proceso purificador ha tenido lugar, y Hércules está ahora listo para aventurarse en el
próximo trabajo, en el que tendrá que demostrar su habilidad para controlar los poderes y
potencias de la mente.
Aplicaciones a la Vida
(Condensación de una conferencia de A.A.B.)
El de Escorpio es el trabajo que desde ciertos ángulos nos ha preocupado y nos
preocupará por largo tiempo porque, a diferencia de Hércules, nosotros no hemos triunfado
sobre la hidra. La mayoría de nosotros está ocupada con los métodos fútiles empleados
primero por él en esta prueba.
Este es principalmente el problema de la humanidad, pero individualmente estamos tan
profundamente interesados en nuestra propia evolución que olvidamos el panorama más
amplio. Si alguna vez vamos a trepar la cima de la montaña en Capricornio, debemos
perder de vista la personalidad y empezar a funcionar como almas.
En mis momentos supremos yo sé teóricamente lo que deberían ser mi actitud y mis
acciones, pero sigo confundida. ¿Por qué? A causa de una ley fundamental de que todo en
la naturaleza evoluciona secuencialmente, paso a paso, línea sobre línea, precepto sobre
precepto. Podría ser una experiencia devastadora si yo limpiara más rápidamente mi
personalidad, para que toda la fuerza de mi alma pudiera fluir. Yo sería arrastrada de mis
pies por el poder y la luz, la omnisciencia y la omnipotencia de mi alma. No sabría qué
hacer con lo que tuviera. Esto no significa que todo lo que tengo que hacer es sentarme y
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dejar que la ley trabaje, descansar del trabajo y que la evolución me lleve consigo hasta que
en cierto momento me realice. Esto significa que en este momento estoy en el campo de
batalla, Kurukshetra, y que voy a habérmelas con la hidra en Escorpio, pues es este trabajo
el que está preocupando a la humanidad hoy en día.
La verdadera prueba de Escorpio nunca tiene lugar hasta que uno está coordinado, hasta
que la mente, la naturaleza emocional y la naturaleza física están funcionando como una
unidad. Entonces el hombre pasa a Escorpio donde su equilibrio es trastornado y el deseo
parece excesivo, cuando había pensado que estaba equilibrado. La mente, que él estaba
completamente seguro que estaba empezando a controlar su personalidad, parece no
funcionar. A medida que estudiamos a Hércules, nos vemos a nosotros mismos.
Recuerda que hay tres cosas que el discípulo debe hacer en Escorpio. Él tiene que
demostrar, no a la Jerarquía, no al observador, sino a sí mismo, que ha vencido a la gran
ilusión; esa materia, esa forma no puede retenerlo más. Hércules tiene que demostrarse a sí
mismo, que la forma es simplemente un canal de expresión por medio del cual él se pone en
contacto con un gran campo de la manifestación divina. Leyendo algunos libros de religión
uno podría llegar a la conclusión de que la forma, la emoción y la mente son todas malas,
cosas indeseables de las que hay que liberarse. A mi juicio, es fundamental entender el
pensamiento de que si yo me libero de la forma física no tengo medios de hacer contacto
con la expresión divina, porque Dios está en mi prójimo, en este mundo físico, tangible, en
el que vivo, y que si yo no tengo forma, no tengo ninguno de mis cinco sentidos, le impido
la entrada a mi Dios interno de alguna manera. La personalidad no debe ser matada, no
debe ser suprimida, debe ser reconocida como un triple canal de expresión para los tres
aspectos divinos. Todo depende de si nosotros usamos esa triple personalidad por egoísmo
o para fines divinos. La gran ilusión es la utilización de esa personalidad para fines
egoístas. Para resumir toda la historia, en este signo de Escorpio, el Yo está determinado a
matar al pequeño yo, para enseñarle el significado de la resurrección.
¿Qué es la Muerte?
Hay tres signos de muerte en el zodíaco; tres grandes muertes tienen lugar a medida que
progresamos alrededor del campo de la vida. En Cáncer, tenemos la muerte del ser
elemental (es decir, el hombre) para que el ser humano pueda llegar a existir. A través del
zodíaco nosotros siempre podemos decir: "Aquí está la muerte para..."
Siempre, la muerte es una entrada a una vida más plena, a una experiencia más plena, a
un alcance y realización más plenos. Es la muerte de la personalidad para que el alma pueda
hacerse cargo de la personalidad y expresar la vida a través de ella. En Piscis tenemos la
crucifixión, la muerte de un salvador del mundo, porque él ha cumplido perfectamente su
función.
La muerte en astrología puede significar muchas cosas. Tal vez ella puede querer decir
que vamos a morir. Esa es una interpretación. Tal vez vamos a morir a una vieja emoción.
Ha llegado “la muerte". Algunas ideas cristalizadas, sostenidas durante mucho tiempo,
algunos dogmas, que han gobernado nuestras actividades hasta ahora, han llegado
simplemente a un fin, y nosotros nos preguntamos cómo pudimos haber pensado de la
manera en que lo hicimos. Esa línea de pensamiento ha muerto. Es valioso lograr el gran
cuadro y aprender a interpretarlo en los variados aspectos de la personalidad.
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Escorpio, el Signo de la Magia
Magia no significa hacer cosas curiosas: la verdadera magia es la expresión del alma por
medio de la forma. La magia negra es el uso de la forma para ganar lo que queremos para la
forma. La magia negra es puro egoísmo. La magia blanca es el uso del alma con propósitos
de elevación humana, utilizando la personalidad. ¿Por qué es Escorpio el signo de la
magia? Un antiguo libro dice: "Virgo es la hechicera, ella prepara los ingredientes que son
pesados en la balanza en Libra, y en Escorpio el trabajo mágico es llevado adelante". En los
términos del aspirante esto quiere decir que en Virgo yo descubrí al Cristo en mí misma,
que a través de los años mi naturaleza forma ha nutrido un Cristo; en Libra fluctuó entre los
pares de opuestos, la forma y la naturaleza de Cristo, hasta que logré el equilibrio y el
Cristo y la materia están en un estado de equilibrio. En Escorpio, soy probada, en cuanto a
cual triunfará, la forma o el Cristo, el Yo superior o el yo inferior, lo real o lo irreal, lo
verdadero o la ilusión. Esa es la historia fundamental de Escorpio.
Las Constelaciones y las Estrellas
Tauro, que es el opuesto de Escorpio, es el signo del deseo expresado
predominantemente en el plano físico, como sexo. En el corazón de Escorpio encontramos
a Antares, una de las cuatro estrellas reales, una estrella roja. Rojo es el color del deseo, y
ésta es la estrella más roja en los cielos, ella simboliza ese rojo del deseo que sostiene toda
manifestación de la vida divina.
En Géminis, en la recolección de las manzanas de oro, Hércules luchó también con
Antares. Aquí nuevamente en Escorpio tenemos que luchar con la estrella roja. ¿Por qué?
Porque el problema de la humanidad en este nuestro gran sistema solar, es el de la atracción
entre los opuestos (significando el deseo). Siempre hay dualidad, lo que es deseado y el que
desea. Aquila, el águila, es intercambiable con Escorpio. El águila tiene mucho que ver con
los Estados Unidos y la flecha de Sagitario, el signo siguiente, es también dominante en el
sello de los Estados Unidos. Aquila, el águila, es el pájaro fuera del tiempo y el espacio, y
así como Hércules lucha con la hidra que ve arriba, ve al águila, y se le recuerda que él ha
venido a la encarnación y que retornará al lugar de donde vino.
Hay tres constelaciones conectadas con este signo que son sumamente interesantes.
Primero, está Serpens, la serpiente de la ilusión, la serpiente con la que nos encontramos en
el Génesis, que engañó a Eva. La segunda es Ophiuchus, el hombre que lucha con la
serpiente. El antiguo zodíaco representa a la serpiente en las manos de este hombre. Él la
apresa con ambas manos y pisa sobre su corazón, que es la estrella roja del deseo. Mientras
hace esto, mira hacia la constelación que vemos en Libra, la corona. Así, tenemos la
personalidad, simbolizada por Ophiuchus, luchando con la serpiente de la ilusión, con la
corona a la que él aspira, sostenida delante suyo.
La tercera constelación es llamada Hércules y representa al aspirante, mirando no a la
corona sino al águila. Aquila. La personalidad mira la corona pero dice: "Estoy pasando por
un momento muy difícil, mi ambiente está en mi contra, las condiciones de mi hogar son
penosas, pero algún día obtendré una corona". Hércules, el discípulo, no está interesado en
la corona, está mirando al águila, el aspecto espíritu. Está ocupado con ese maravilloso
símbolo de luz que brota, que hace posible toda victoria.
Mantén tu ojo en el águila; haz descender el fuego; no mires a la tierra; céntrate en la
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divinidad.
A.A.B.
* Empezando con Escorpio, el relato del mito será escrito por el Dr. Francis Merchant, ya
que ninguna copia adicional del Tibetano se encontró entre los papeles de A.A.B. Él ha
usado el mejor material disponible para los detalles de la historia, vertiéndola en la cadencia
yámbica de El Antiguo Comentario. Otro material de A.A.B. es usado como antes, con
algunas condensaciones y reescrituras necesarias.
Trabajo 9
Matando las Aves de Estinfale
(Sagitario, 23 Noviembre - 22 Diciembre)
El Mito
Dentro del lugar de paz permanecía el Maestro, y habló a Hércules. "Oh, hijo de Dios
que eres también un hijo de hombre”, dijo el Maestro, "ha llegado el tiempo de hollar otro
camino. Tú te hallas ante el noveno Portal. Pasa por él y encuentra el pantano de Estinfale
donde moran los pájaros que hacen estragos. Descubre, luego, el camino para hacerlos
volar de su por mucho tiempo, segura morada".
Él se detuvo un momento. "La llama que brilla más allá de la mente revela la dirección
segura”, agregó. "La tarea aguarda. Tú debes pasar ahora a través del noveno Portal".
Hacia adelante, entonces, marchó Hércules, el hijo del hombre que era también el hijo de
Dios.
Buscó por mucho tiempo hasta que llegó a Estinfale. Ante él se tendía el fétido pantano.
Una multitud de pájaros graznaban roncamente, un coro amenazador y disonante, a medida
que él se acercaba.
Mirando más de cerca vio los pájaros. Grandes y feroces y horribles eran. Cada uno tenía
un pico de hierro, afilado como una espada. Las plumas también parecían como dardos de
acero, y si caían, podrían partir en dos la cabeza de los fatigados viajeros. Sus garras
igualaban a sus picos en agudeza y fuerza.
Tres pájaros, percibiendo a Hércules, se precipitaron sobre él. Él se mantuvo en su lugar,
y paró los ataques con la pesada maza que sostenía. A un pájaro lo golpeó resonantemente
sobre el lomo; dos plumas cayeron verticalmente al suelo y temblaron mientras se hundían
en la floja tierra. Finalmente los pájaros se retiraron.
Hércules permanecía delante del pantano, y reflexionaba en cómo podría realizar la tarea
asignada, cómo liberar al lugar de estas aves de rapiña.
Buscó muchos medios para encontrar una manera de lograrlo. Al principio trató de
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matarlos con un carcaj lleno de flechas. Los pocos que mató no eran sino una fracción de
los muchos que quedaban. Se elevaban en nubes tan espesas que ocultaban el sol.
Pensó en colocar trampas dentro del pantano. Ni barca ni pies humanos podían atravesar
la ciénaga.
Hércules se detuvo. Recordó entonces las palabras de consejo que se le habían dado. "La
llama que brilla más allá de la mente revela la dirección segura". Reflexionando por un
largo tiempo, se le ocurrió un método.
Él tenía dos címbalos, grandes y broncíneos, que emitían un agudo sonido sobrenatural;
un sonido tan penetrante y desagradable que podía asustar a los muertos. Para el mismo
Hércules el sonido era tan intolerable, que se tapó ambos oídos con almohadillas.
A la hora del crepúsculo cuando la ciénaga estuvo repleta de innumerables pájaros.
Hércules regresó. Golpeó, entonces, los platillos bruscamente una y otra vez. Un estruendo
y un ruido tan estridente sobrevino entonces que él mismo apenas podía soportarlo. Tal
disonancia agresora de los oídos no se había oído antes en Estinfale.
Aturdidos y perturbados por tan monstruoso ruido, las aves de presa se elevaron en el
aire con las broncíneas alas aleteando salvajemente y chillando con ronco desaliento.
Completamente perturbada, la vasta nube de pájaros huyó con frenética prisa, para nunca
regresar. El silencio se difundió a través del pantano. Las horribles aves habían
desaparecido. Se vio el delicado fulgor del sol poniente, mientras éste vacilaba en el paisaje
que se iba oscureciendo.
Cuando Hércules regresó, el Maestro le saludó: "Las aves de rapiña han sido
ahuyentadas. El trabajo está cumplido".
Interpretación del Trabajo
(Conferencia de A.A.B. editada en 1937)
Sagitario es a mi juicio sumamente interesante, porque tiene una aplicación muy peculiar
para cada uno de nosotros, que respondemos al nombre de «aspirante».
Hay dos palabras que yo quiero ver excluidas del vocabulario del ocultista, "iniciado" y
"maestro". "Iniciado" es deleitosamente separatista, es una palabra base. "Maestro" ha
engendrado en la conciencia de la gente el sentimiento de que existen hombres
sobrehumanos, que asumen la actitud de directores o maestros sobre sus discípulos; que les
dicen qué hacer y cómo hacerlo. Ningún verdadero adepto ha sido nunca conocido por
hacer eso.
Me gustan las palabras "aspirante" y "discípulo". Aspirante es una palabra general que
nos cubre como un manto en cada etapa de nuestro desarrollo. Si quieren una palabra más
técnica, usen discípulo; ella es una palabra de ocultación porque un aspirante del grado más
inferior es un discípulo. El Cristo mismo es también un discípulo. Ella suprime las
calidades, clases, grados y las varias etapas de la evolución.
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En qué punto estemos en la escala de la evolución, es nuestro propio asunto privado. El
mundo sabrá lo que somos, cuando hayamos hecho la obra que está trazada por nosotros en
este trabajo de Sagitario.
Nosotros ya nos hemos ocupado de este estupendo signo de Escorpio, en el cual Hércules
se demostró a sí mismo, el hecho de que no podría ser engañado más por la serpiente de la
ilusión. Él estaba libre del temor y el hechizo de todo lo que podría seducirlo. La visión
podía ser vislumbrada.
Porque Sagitario es un signo tan sumamente importante, yo quiero darles un breve
resumen de lo que ha ocurrido hasta el presente; él cubre lo que está situado detrás nuestro.
Yo estoy presumiendo que cada uno de nosotros es el aspirante directo, el arquero a
caballo, yendo en línea recta como una flecha hacia su meta.
Es interesante que el estandarte de los Estados Unidos muestra las flechas de Sagitario en
las garras de un águila, porque Aquila es intercambiable astrológicamente con Sagitario y
es el símbolo del espíritu manifestándose a través del alma, la cual el aspirante en el plano
físico está buscando unidireccionahnente. Hay una profecía en el estandarte de los Estados
Unidos, de la meta de esta raza cuando se haya desarrollado, pues es dentro de esta raza que
surgirá ese grupo de aspirantes, fusionándose a su vez en un grupo de discípulos, que
demostrará al planeta la realidad del mundo subjetivo. Ese es el destino de esta raza. Será el
logro de todas las razas reunidas en los Estados Unidos.
Remitámonos a la historia de Hércules, el aspirante, y lo que ha hecho en cada signo.
En Aries, Hércules comenzó en el plano de la mente en su esfuerzo por capturar a las
yeguas devoradoras de hombres y fracasó porque trató con ellas en un modo de obrar de la
personalidad. Trató con el pensamiento desde el punto de vista de la personalidad; no
trabajó con su problema desde el punto de vista del alma. En Sagitario ahuyentó a las aves
devoradoras de hombres. Volvió nuevamente al mismo problema en el plano de la mente,
donde demostró completo control de lo que es lo primero que el aspirante a la iniciación
tiene que hacer. Nosotros controlamos nuestros pensamientos y por lo tanto controlamos
nuestras palabras. No hay iniciación para nosotros hasta que no lo hacemos. En Aries
empezó a controlar el pensamiento.
En Tauro descendió al plano astral y abordó el problema del sexo, la demostración de la
gran ley de atracción en el universo en su aspecto más bajo. Tuvo éxito totalmente.
Controló al toro y lo condujo a la ciudad de los Cíclopes.
En Géminis empezó a comprender que él era dual: estaba preocupado con el problema
del alma y el cuerpo y cómo coordinarlos. Esa es la razón por la cual Géminis fluctúa en las
primeras etapas.
En Cáncer se formó juicio hasta cierto punto de la conciencia de la masa; tomó forma.
Esa es una etapa de la encarnación humana. Para muchos, el hecho de que ellos son seres
humanos relacionados con otros seres humanos, no entra en absoluto en su conciencia. En
Cáncer, Hércules empezó a lograr ese punto de vista. En el momento en que uno logra eso,
captura la tímida gama de la intuición, y empieza a ser intuitivo, no psíquico.
Luego Hércules pasó al difícil signo de Leo, donde tantos estamos ahora, y se convirtió
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en un individuo realmente potente. Estaba seguro de que podía hacerlo todo, permanecía
solo: una etapa de poder. En esta etapa se va a gobernar a los hombres y se empieza por
gobernarlos equivocadamente. Se hace sentir demasiado enérgicamente, y uno piensa que
es más importante de lo que es. Hay que librarse del sentimiento de "yo soy". Esa es la
historia completa de la vida del aspirante. Debe volverse tan identificado con la verdadera
entidad espiritual, que está detrás de todas las formas, que no esté ya ocupado con su propia
forma, o reacciones mentales o emocionales, o su propia utilidad.
En Virgo, Hércules se volvió consciente, no del alma y el cuerpo colocados en
yuxtaposición una con otro, sino del hecho de que dentro de sí mismo estaba latente el
Cristo infinito; de que la personalidad, el aspecto forma, estaba nutriendo un hermoso algo
oculto, y sus ojos se abrieron.
En Libra pasó por una difícil etapa de lograr el equilibrio, un signo muy abstruso en
muchos sentidos, porque el hombre no es ni el alma ni el cuerpo. Libra es el equilibrio en el
plano físico, de los pares de opuestos. Los ha equilibrado tanto que no siente que está
llegando donde quiere.
En Escorpio, en el plano astral, se dedica de nuevo al trabajo empezado en Tauro, lo
completa y quita los estorbos del gran lodazal, la gran ilusión, y permanece libre con la
meta clara delante suyo.
Géminis es lo opuesto de Sagitario; Géminis la dualidad, Sagitario la unidad, lo
unidireccional -adelantándose, la personalidad unificada, consciente del alma, determinada
a entrar en el signo de Capricornio donde se hace la gran transición del cuarto reino al
quinto o reino espiritual.
Sagitario es el arquero sobre el caballo blanco, representado a veces como el centauro
con el arco y las flechas. En estas dos formas de representación –el centauro mitad humano
y mitad animal, el arquero sobre el caballo blanco, mitad humano y mitad divino— se tiene
la historia completa. Un caballo blanco es siempre el símbolo de la divinidad. Cristo
aparecerá cabalgando en un caballo blanco. Tenemos a Sagitario en el Libro de la
Revelación. Es un signo doble y siempre que haya un signo doble tenemos un problema.
En Sagitario, lo mismo que en Escorpio, Hércules retomó y completó el trabajo
empezado en Tauro, retomó y completó el trabajo empezado en Aries. En Aries estaba
tratando con el pensamiento en su fuente. En este signo él demuestra completo control del
pensamiento y de la palabra.
Sagitario ha sido a veces llamado "el signo del efecto de Escorpio". En el momento en
que nos liberamos de la ilusión, en ese momento entramos en Sagitario y vemos la meta.
Antes realmente no la hemos visto nunca, porque entre nosotros y la meta siempre se
encuentra esa nube de formas de pensamientos que nos impide verla.
Nosotros hablamos acerca del amor espiritual, de la devoción a Cristo, de la devoción a
los hermanos mayores de la raza, al alma; y como estamos ocupados en estos pensamientos,
formamos nubes con forma de pensamientos, porque estamos pensando, y a medida que
pensamos, las formamos. Por consiguiente, hemos formado alrededor nuestro tal nube con
forma de pensamientos acerca de nuestras aspiraciones, que no vemos la meta. Yo no estoy
socavando la tierra bajo tus pies, pero deja de pensar tanto acerca de qué hacer y aprende
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más simplemente "a ser".
El silencio
Sagitario es el signo preparatorio para Capricornio y es llamado en algunos libros
antiguos "el signo del silencio”. En los misterios antiguos el hermano recientemente
admitido tenía que sentarse en silencio, no le estaba permitido caminar ni hablar; tenía que
estar, trabajar y observar, porque uno no puede entrar al quinto reino de la naturaleza, el
reino espiritual, o trepar la montaña de Capricornio, hasta que no ha tenido restricción de la
palabra y control del pensamiento. Esa es la lección de Sagitario: restricción de la palabra
a través del control del pensamiento. Eso nos mantendrá ocupados, porque después que se
han dejado de usar las formas ordinarias del lenguaje, tales como la murmuración, entonces
se tiene que aprender a limitar el lenguaje acerca de las cosas espirituales. Se debe aprender
que no hay que dar acerca de la vida del alma, muchas o abundantes explicaciones sobre
cosas para las cuales la gente puede no estar lista todavía.
El correcto uso del pensamiento, la restricción del lenguaje, y la consecuente
inofensividad en el plano físico, dan por resultado la liberación, pues nosotros estamos
retenidos en la unidad humana, estamos aprisionados en el planeta, no por alguna fuerza
exterior que nos sujeta allí, sino por lo que nosotros mismos hemos dicho y hecho. En el
momento en que no establecemos más relaciones erróneas con la gente, por las cosas que
decimos, que no deberían haber sido dichas, en el momento en que dejamos de pensar
acerca de la gente, cosas que no deberíamos pensar, poco a poco esos lazos que nos
retienen a la existencia planetaria son cortados, estamos libres, y trepamos la montaña como
la cabra en Capricornio.
Se ha preguntado: ¿Debemos crear karma para nosotros, o hacer algo que nos ate a
cualquier ser humano, porque mientras nos atemos a él tendremos que continuar
reencarnando? Bueno, yo me voy a unir a la humanidad por medio del servicio, del amor,
del pensamiento desinteresado. Eso es lo correcto. Pero no voy a atarme por el pensamiento
crítico, ni por pensamientos de autocompasión, por la murmuración, por las palabras que no
debería decir; no voy a conseguir para mi único beneficio, mi propia liberación.
Una advertencia: no seas bueno, no seas inofensivo, no sirvas meramente para huir de
todo, que es lo que hace mucha gente. Permanece con la humanidad como lo hace Cristo, o
como esa gran Vida de la cual se nos dice permanecerá en su lugar designado hasta que el
último peregrino haya encontrado su camino al hogar.
Las Dos Puertas, las Tres Constelaciones
Sagitario es la pequeña puerta hacia Capricornio. Hay dos puertas cósmicas: Cáncer, la
puerta a la encarnación; Capricornio, la puerta al reino espiritual. Anterior a Capricornio
está Sagitario, hablando de él como de “una puerta más pequeña". Me gusta pensar en ella
como la pequeña puerta al pie de la colina a través de la cual pasamos antes de escalar la
montaña, y pasando a través de esa pequeña puerta, demostramos nuestra capacidad para
usar con justicia las flechas del pensamiento. Esa es la gran prueba.
Hay dos pájaros que se ven en los cielos cerca de Sagitario. Uno, Aquila, el águila
volando rectamente a la cara del sol, el pájaro fuera del tiempo y el espacio, el símbolo de
la inmortalidad, el símbolo de esa secreta cosa oculta que aún yace detrás de nuestras
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almas; pues se nos dice que la materia o la forma es el vehículo para la manifestación del
alma, y el alma en una vuelta superior de la espiral, es el vehículo para la manifestación del
espíritu, y estas tres son una trinidad unificada por la vida que las compenetra a todos.
La otra constelación es Cygnus, el símbolo del alma. Sagitario, el aspirante, mirando a
izquierda y derecha: viendo a la derecha el Aquila y diciéndose a sí mismo, "Yo soy el
espíritu volando en busca de mi hogar"; mientras al otro lado y viendo a Cygnus, el cisne,
con sus cuatro estrellas en forma de cruz y diciendo, "Yo soy el alma crucificada en la
materia de la cual me liberaré".
Recuerda, está llegando el día en que hablaremos acerca del alma como ahora hablamos
sobre la personalidad, como de algo de lo que tenemos que ser liberados eventualmente.
Ese es el problema, si puedo usar este término, del hombre que ha tomado la tercera
iniciación, para liberarse del alma.
¿Tomarás a esas tres constelaciones como tu símbolo: Cygnus, Aquila y Sagitario?
Aquila, el águila en el estandarte de los Estados Unidos, las flechas de Sagitario. Y ¿Has
pensado alguna vez que dondequiera que vayas tú ves la cruz de Cygnus, la Cruz Roja? Eso
es lo que representa los Estados Unidos. La tienes en los cielos.
Sagitario es el noveno signo. Piensa acerca de esta sustancia del pensamiento. En Virgo,
el sexto signo, tenemos la indicación de la vida: en Sagitario, el noveno signo, la
terminación del período prenatal antes del nacimiento del Cristo en Capricornio, en
diciembre. Es sorprendente cómo se llevan a cabo las correspondencias, las analogías. Esta
es la razón por la que se nos dice que estudiemos al ser humano. Es a través del simbolismo
del ser humano que llegamos a la comprensión de la gran vida que nos incluye a todos
nosotros en su existencia.
El Símbolo de la Crisálida
Sagitario, bastante curiosamente, ha sido llamado la etapa de la crisálida; el hombre no
es ni una cosa ni la otra. En la crisálida se tiene la extraña triplicidad de la oruga, la
crisálida y la mariposa. La oruga, se nos dice, reencarna cinco veces: muda su piel cinco
veces, cinco es el número del hombre. Luego llega ese curioso acontecimiento en la vida de
la oruga en que hay un completo cambio, y de una cosa que se arrastra impulsada por el
deseo, comiendo todo el tiempo, llega la etapa de la crisálida. Lo que sigue en esa etapa de
crisálida es un suceso de lo más misterioso. Dentro del duro caparazón de la crisálida que
ha construido la oruga, no hay nada más que una masa informe. Cada cosa aislada se ha
disuelto y en esa masa está lo que se llama los tres centros de la vida, y a causa de la acción
recíproca entre esos tres puntos focales de energía, se efectúa un cambio, una
reconstrucción, hasta que emerge del período de silencio, una maravillosa mariposa. Es casi
como si en la crisálida hubiera tres aspectos de la divinidad simbolizada y trabajando según
un modelo, el modelo de Cristo.
Considera lo que sigue en la vida del aspirante individual en Sagitario. Ha habido una
completa pérdida de todo en Escorpio; todo ha sido reducido a fluido, pues Escorpio es un
signo astral y el agua es el símbolo. En la vida del aspirante de hoy, no necesito extenderme
sobre ello, ha habido una completa pérdida de todo. Como me decía una persona, no ha
quedado nada por qué vivir, no hay nada suficientemente interesante para hacerlo avanzar a
uno a través de la existencia. ¿Por qué? Porque tú eres un aspirante, un discípulo; es la
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mejor indicación que puedes tener de tu estadio en la escala de la evolución. Todo se ha
trastornado y tú lo sabes. Pero los tres aspectos de la divinidad todavía están allí en ese
fluido; y ellos actuarán y el modelo está allí. La etapa de crisálida es Sagitario. Es
interesante llevar la secuencia del pensamiento o realización, desde Escorpio dentro del
poder y el éxito desarrollados en Sagitario, pues es un signo de poder.
El verdadero sagitariano es una persona muy potente; potente porque es el signo del
silencio; potente porque es el signo de la agudeza y la meta se ve claramente por primera
vez; potente porque ese es el período que precede inmediatamente al nacimiento de Cristo.
El Espíritu de Verdad
Sagitario, se nos dice, es el espíritu de verdad; es la suma de toda Verdad proveniente de
la revelación individual.
Ahora la consecuencia usual cuando hay una revelación individual es el sectarismo; una
ilustración del abuso de Sagitario. Yo tuve una revelación; Dios me ha revelado esto, eso y
lo otro. Yo impongo inmediatamente sobre mis semejantes mi personal interpretación de la
verdad. No veo otra verdad sino la mía. Soy un aspirante, pero todos los aspirantes deben
interpretar la verdad como yo la veo; si no, no son aspirantes. Ustedes deben creer en la
reencarnación porque es la verdad; ustedes deben creer en los Maestros de Sabiduría porque
ellos existen; ustedes deben creer esto, eso y lo otro.
Agudo, sí. Pero solo un poquito de la verdad. Apenas tanto de verdad como tu pobre
pequeño cerebro puede asir, y no obstante tan tremenda revelación para ti que tú piensas
que todo eso es la verdad.
En Sagitario, el primero de los grandes signos universales, nosotros vemos la verdad en
conjunto cuando usamos rectamente las flechas del pensamiento. Diré, esto es para mí, mi
formulación de la verdad, porque eso me ayuda a vivir. Otros grupos usan otras
terminologías sólo mientras yo pueda asir el modo de ver la verdad de mis hermanos, será
posible para mí tener la visión.
Todas las distintas verdades forman una Verdad; eso es lo que se comprende en
Sagitario, y tú no puedes pasar por la puerta que está al pie de la montaña, hasta que no
hayas visto dónde tu pedacito de verdad forma parte del conjunto de mosaicos. Eso es todo.
El Espíritu de Justicia
Sagitario ha sido llamado el signo del espíritu de justicia, originándose en las contiendas
de los ocho signos previos. Cuando yo esté verdaderamente funcionando en Sagitario,
habré aprendido a discriminar entre lo justo y lo injusto. Sabré lo que es justo por mí
misma, pero habré aprendido también esta lección: que mi justicia puede ser la injusticia
para mi hermano, y la injusticia de mi hermano puede ser mi justicia: que es imposible para
mí decir lo que es justo para ti porque todos estamos equipados diferentemente, tenemos
diferente herencia, tradición diferente y tendencia y antecedentes raciales diferentes. Somos
todos muy diversos, y practicando ese pensamiento, juntos avanzamos a lo largo de
diferentes rayos. Tenemos diferentes rayos del ego y diferentes rayos de la personalidad, y
mientras más sabe uno acerca de estas cosas, menos puede hablar acerca de ellas.
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Yo se lo que es justo para mí, y me esforzaré en vivir según mi justicia, mi idea de lo
justo. Yo no se lo que es justo para ti, pero te reconoceré el mérito de que actúas lo mejor
que sabes. Si pudiéramos asumir esa actitud uno hacia el otro, el espíritu de inofensividad,
de control del pensamiento y de sujeción del lenguaje, surgiría en el mundo y escaparíamos
de nuestros problemas mundanos. El mundo nunca será enderezado combatiendo, sino por
el pensamiento justo, y será un proceso del alma. Alguien ha dicho que en Escorpio
tenemos el convencimiento del pecado; en Sagitario tenemos el convencimiento de lo justo.
Los Tres Dones
En algunos libros sobre astrología se establece que hay tres signos de efusión benéfica en
el zodíaco. Uno es Aries, desde el cual está fluyendo sobre nosotros el don de la existencia.
Cierta cita de una escritura hindú nos dice que hay tres cosas que tenemos por la gracia de
Dios: el don de ser un ser humano, el ansia de la liberación y estar bajo la guía de un
perfecto sabio, en nuestro propio corazón.
El don de la existencia en Aries es la maravilla de ser un ser humano. Si tú puedes pensar
de ti mismo como de un mineral, de tales limitaciones llegarás a la maravilla del ser, porque
eso significa libertad desde el punto de vista mineral. Completa libertad.
En Leo, el don de la oportunidad. Yo soy un individuo. Usaré la vida para mí mismo, si
soy un pequeño Leo; o usaré la oportunidad de abrir las puertas para otras gentes.
En Sagitario, el don del poder. ¿Te sientes capaz de tener poder? La definición de un
ocultista es: un ser humano que trabaja en el mundo de los poderes y las fuerzas. Yo no
conozco a nadie a quien se pueda confiar esgrimir sin peligro el poder. ¿Por qué? Porque
Sagitario no ha hecho su trabajo. Todavía no se ha aprendido la sujeción de la palabra. El
control del pensamiento no ha sido dominado, y el alma no es suficientemente poderosa.
Cuando nosotros amamos lo suficiente, podemos tener poder. Cuando amamos lo suficiente
y somos suficientemente inofensivos, entonces, las puertas del cielo y del infierno estarán
en nuestras manos, pero no antes.
Empecemos por amar, no sentimentalmente, sino empezando realmente a comprender a
los seres humanos, identificarnos con ellos y amarlos. Tú puedes saber lo que es un ser
humano, con todos sus defectos, y puedes amarlo; no desde un punto de vista superior,
diciendo “pobre cosa, algún día estará donde yo estoy", sino desde el punto de vista de
pensar "yo he sido exactamente como ese", o "soy exactamente como ese".
El don de la existencia, el don de la oportunidad y el don del poder; los tres grandes
dones del zodíaco.
Las Tres Constelaciones
Hay tres constelaciones conectadas con este signo, las tres más hermosas. Lyra, el arpa
de siete cuerdas. El aspirante aprende a tocar en el arpa y hace música con su vida.
Ara, el altar, porque el aspirante lo coloca todo sobre el altar, no con el espíritu de triste
renunciación, asegurándose a sí mismo que es un perfecto miserable, sino con un espíritu
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de "no hay nada más que hacer. Me estoy desprendiendo de estas cosas para poder servir
más perfecta y completamente".
Draco, la serpiente. Nosotros encontramos a la hidra, la serpiente, en Géminis; ahora
encontramos a Draco, la serpiente de la sabiduría.
La música en la vida de la armonía, los sacrificios en las reacciones y los deseos de la
personalidad, y la sabiduría.
Y cerniéndose encima otras dos constelaciones: Aquila, el espíritu: y Cygnus, el alma.
¿Ves tú por qué estoy tan emocionada a causa de Sagitario, ¡Es un signo tan hermoso y
hay tanto que decir acerca de él! ¡He omitido tanto!
Los Detalles de la Historia
Leemos que las ciénagas de Arcadía estaban llenas de aves devoradoras de hombres,
descriptas en libros antiguos como feroces cigüeñas, las aves de Estinfale. Ascendían a tres;
tres pájaros más grandes, pero había muchos pequeños. Estaban devastando la región, pero
no podrían ser vistos; estaban ocultos en el matorral, en la maleza, haciendo daño, pero no
podían ser localizados.
Como de costumbre, Hércules se precipita hacia la tierra de Arcadia y toma la
determinación de librar a la región de estas aves devoradoras de hombres.
El se había liberado de la ilusión y Atenea le había dado algunos címbalos que él golpeó
tan ruidosamente que los pájaros se elevaron del pantano en el aire y trataron de escapar;
entonces él montó en su caballo alado y les disparó con sus flechas. Es una historia
maravillosa.
Los pantanos son un símbolo de la mente con la añadidura de la emoción. Hércules
descubre que aunque él pueda ser un aspirante y pueda haber triunfado en Escorpio, posee
aún una naturaleza emocional, y encuentra que los pájaros de Estinfale, especialmente tres
de ellos, son de una clase de devoradores de hombres y que él debe hacer algo acerca de
eso.
Para describir su reacción, el descubrimiento del vencedor es que él es una fuerza
devastadora, que con sus palabras y pensamientos está haciendo daño. Recuerda esto,
mientras más lejos transites a lo largo del sendero del regreso, y mientras funciones más
como una entidad espiritual, más poderoso te volverás y más daño puedes hacer. Tú eres
potente, estás esgrimiendo el poder, eres probablemente el centro de tu grupo. Si tú eres un
aspirante, si eres un discípulo, la actividad del pensamiento y el lenguaje son tu principal
actividad. Tú consideras tus pensamientos porque hay una fuerza detrás de tu pensamiento,
y cuando piensas erróneamente, el daño que haces es mucho más poderoso que el daño que
hace una persona menos evolucionada.
Nosotros debemos lograr que los pájaros salgan de la ciénaga al aire puro donde
podemos verlos y vencerlos.
101
Los pájaros que más daño hacían eran tres. En un libro están enumerados; la
murmuración cruel; la plática del yo, la conversación egoísta; y arrojar margaritas a los
cerdos. ¿Qué significa eso?
Se ha dicho que la murmuración es "el asesinato espiritual". ¿Necesito discutir la
murmuración cruel cómo las vidas han sido arruinadas por ella? Hay una ley
inquebrantable, si tú murmuras se murmurará de ti. Conseguimos lo que damos. Si tú das
servicio, conseguirás servicio; si bondad, bondad; si amor, amor. Si la humanidad te
maltrata, indágate a ti mismo y descubre en qué estás equivocado. Una escritura antigua
dice, que toda enemistad cesa para aquel que es inofensivo. Yo sé que cuando logre la
inofensividad en el pensamiento, palabra y obra, entonces no tendré problemas. El hecho de
que tengamos problemas presupone nuestra ofensividad.
Hablando acerca de uno mismo, estamos ocupados siempre con nuestros propios
problemas, nuestros propios asuntos. Arrojar margaritas a los cerdos: hablar acerca de
inquietudes ocultas para la cuales no están preparados los oyentes. Si tú eres un discípulo
sabrás a qué me refiero.
El problema está claro: yo soy un sagitariano y tú también. Estamos viviendo con el
emblema de Sagitario frente a nosotros todo el tiempo. Estamos tratando de traer armonía a
nuestras vidas, tratando de dirigir la vida al "altar”, buscando hacer contacto con la
serpiente de la sabiduría. Empieza con el pensamiento y la palabra, y empieza hoy.
Trabajo 10
Matando a Cerbero, guardián de Hades
Capricornio, 23 Diciembre - 20 Enero)
El Mito
"La luz de la vida debe ahora resplandecer dentro de un mundo de oscuridad” declaró el
Gran Presidente. El Maestro comprendió.
“El hijo del hombre que es también el hijo de Dios debe pasar a través del décimo
Portal", dijo. "En esta misma hora Hércules se arriesgará".
Cuando Hércules estuvo frente a frente con el que era su guía, éste habló:
"Mil peligros has desafiado, ¡Oh, Hércules!", dijo el Maestro, "y mucho se la logrado. La
sabiduría y la fuerza son tuyas. ¿Harás uso de ellas para rescatar al que está en agonía, una
víctima de enorme y persistente sufrimiento?”
El Maestro tocó suavemente la frente a Hércules. Ante el ojo interno de éste surgió una
visión. Un hombre yacía postrado sobre una roca, y gemía como si su corazón se rompiera.
Sus manos y piernas estaban encadenadas; las pesadas cadenas que le ataban, amarradas a
102
anillos de hierro. Un buitre, feroz y temerario, permanecía picoteando el hígado de la
postrada víctima; por consiguiente, un escurridizo chorro de sangre manaba de su costado.
El hombre alzaba sus manos esposadas y gritaba pidiendo ayuda; pero sus palabras
retumbaban vanamente en la desolación y eran tragadas por el viento. La visión
desapareció. Hércules permanecía, como antes, al lado de su guía.
"El encadenado que has visto se llama Prometeo” dijo el Maestro. “Por años ha sufrido
así y sin embargo no puede morir, pues es inmortal. Él robó el fuego del cielo; por esto ha
sido castigado. El lugar de su morada es conocido como Infierno, el dominio de Hades. Se
te pide, ¡Oh Hércules! ser el salvador de Prometeo. Baja a las profundidades y allí en los
planos exteriores libéralo de su sufrimiento".
Habiendo oído y comprendido, el hijo del hombre que era también un hijo de Dios, se
lanzó en esta búsqueda, y pasó a través del décimo Portal.
Hacia abajo, siempre hacia abajo, viajó dentro de los apretados mundos de la forma. La
atmósfera se hacía sofocante, la oscuridad constantemente más intensa, y sin embargo su
voluntad era firme. El empinado descenso continuó durante mucho tiempo. Solo, pero no
completamente a solas, erró allí, pues cuando buscó dentro, oyó la voz plateada de la diosa
de la sabiduría, Atenea, y las palabras fortalecedoras de Hermes.
Finalmente llegó a ese oscuro, envenenado río llamado Estigia, un río que deben cruzar
las almas de los muertos. Un óbolo o centavo tenía que pagarse a Caronte, el barquero, para
que pudiera conducirlas a la otra orilla. El sombrío visitante de la tierra asustó a Caronte,
quien olvidando su paga, condujo al extranjero al otro lado.
Hércules había entrado por fin al Hades, una oscura y brumosa región donde las sombras,
o mejor dicho, los cascarones de los muertos, se deslizaban por ahí.
Cuando Hércules percibió a la Medusa, su cabello entrelazado con serpientes silbantes,
tomó su espada y se la arrojó, pero no hirió nada salvo el aire vacío.
A través de senderos laberínticos siguió su camino hasta que llegó a la sala del rey que
gobernaba el mundo subterráneo, el Hades. Este, torvo y severo, con semblante
amenazador, estaba sentado tiesamente en su negro trono de azabache, mientras Hércules se
aproximaba.
“¿Qué buscas tú, un mortal viviente, en mis dominios”, preguntó Hades. Hércules dijo,
"Busco liberar a Prometeo".
"El camino está vigilado por el monstruo Cerbero, un perro con tres grandes cabezas,
cada una de las cuales tiene serpientes enroscadas a su alrededor”, replicó Hades. "Si tú
puedes vencerlo con tus manos desnudas, una hazaña que nadie aún ha realizado, puedes
desatar al sufriente Prometeo".
Satisfecho con esta respuesta, Hércules prosiguió. Pronto vio al perro de tres cabezas, y
oyó su penetrante ladrido. Gruñendo, saltó sobre Hércules. Agarrando primero la garganta
de Cerbero, Hércules lo estrechó en su puño como en un torno. Poseído hasta la furia
frenética, el monstruo se sacudió. Finalmente, al apaciguarse su fuerza, Hércules lo dominó.
103
Hecho esto, Hércules prosiguió, y encontró a Prometeo. Yacía sobre una losa de piedra,
en agonizante dolor. Entonces, Hércules rompió rápidamente sus cadenas, y liberó a la
víctima. Desandando sus pasos, Hércules regresó como había venido. Cuando alcanzó una
vez más el mundo de las cosas vivientes, encontró allí a su Maestro.
"La luz brilla ahora dentro del mundo de oscuridad”, dijo el Maestro. "El trabajo está
realizado. Descansa ahora, hijo mío".
F.M.
Prólogo
El signo de Capricornio, dice El Tibetano, es uno de los signos más difíciles acerca del
cual escribir, y es el más misterioso de los doce signos. Así lo hemos encontrado nosotros.
Aún el símbolo del signo nunca ha sido correctamente dibujado, se nos dice, porque su
correcta delineación produciría una afluencia de fuerza que no sería deseable; este símbolo
es llamado también a veces "la firma de Dios".
Al pie de la montaña, la cabra, el materialista, busca alimento en lugares áridos. El chivo
expiatorio, camino hacia arriba, encuentra las flores del deseo obtenido, cada una con su
propia espina de saciedad y desilusión. En la cima de la montaña la cabra sagrada ve la
visión y el iniciado aparece. En otros escritos los símbolos son la cabra, el cocodrilo y el
unicornio.
Un mito pone el énfasis en el descenso al infierno para liberar a la humanidad (en la
figura del torturado Prometeo). Otros se ocupan más de Cerbero, algunos matándolo, otros
haciéndolo subir a la tierra. Nosotros presentamos estas variaciones para la consideración
del significado espiritual, por parte del lector.
Se recuerda que, según el Credo, Jesús el Cristo "descendió a los infiernos". ¿Por qué?
Seguramente porque su muy inclusivo amor protegía a las llamadas "almas extraviadas”,
que se nos dice que Cristo cobija a la humanidad hasta que la última "pequeña alma" haya
llegado al hogar.
Y ¿quiénes somos nosotros para interpretar la "firma de Dios"? Con humildad
sometemos estos puntos para la reflexión. Se nos dice que es de rodillas que el
capricorniano ofrece corazón, y vida al alma, y sólo entonces es cuando al autoiniciado se
le pueden confiar los secretos de la vida y de los poderes superiores.
Interpretación del Trabajo en Capricornio
Hay dos portales de importancia dominante: Cáncer, hacia lo que erróneamente
llamamos la vida, y Capricornio, el portal hacia el reino espiritual. Capricornio, la puerta a
través de la cual finalmente pasamos cuando no nos identificamos más con la parte forma
de la existencia, sino que vivimos identificados con el espíritu. Eso es lo que significa ser
iniciado.
Un iniciado es una persona que no sitúa la conciencia en su mente, sus deseos, o su
cuerpo físico. Él puede usar éstos si lo elige; y lo hace para ayudar a la humanidad, pero no
es ahí donde su conciencia está enfocada. Está enfocado en lo que llamamos alma, que es
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ese aspecto de nosotros mismos que está libre de forma. Es en la conciencia del alma que
nosotros funcionamos eventualmente en Capricornio, nos conocemos a nosotros mismos
como iniciados y entramos en los dos grandes signos universales de servicio a la
humanidad. Pues es interesante que, en Acuario, tratamos simbólicamente con animales a
granel, ya que en ese signo Hércules tiene el trabajo de limpiar a fondo los establos de
Augías, su primer trabajo como discípulo del mundo. Pero en Piscis captura, no al toro,
sino a todos los bueyes, llevando a nuestra conciencia la idea de la universalidad del trabajo
del mundo, de la conciencia de grupo, de la conciencia universal y del servicio universal.
Si hubieras nacido en el signo de Capricornio, por favor no pienses que eres un iniciado.
Deberemos poner énfasis en el sentido de la proporción y del estado de evolución. Los
aspirantes, o sufren de un complejo de inferioridad que les hace sentir que no es posible
hacer nada, o tienen una idea exagerada de su importancia; tiene un toque de conciencia del
alma, pero sólo un minúsculo toque, lo cual ellos piensan que es el total y se vuelven
envanecidos. Esto no muestra sentido de proporción.
Este signo simboliza la tercera iniciación, la primera de las iniciaciones mayores. En
Mateo 17 leemos que Cristo llevó a tres discípulos, Pedro, Juan y Jacobo, a lo alto de una
montaña y se transfiguró delante de ellos. Ellos "cayeron sobre sus rostros" y Pedro dijo,
"Construyamos tres chozas". En la filosofía hindú esto es llamado "la iniciación del hombre
que construye su choza". Pedro, una roca o cimiento, es el símbolo del cuerpo físico.
Jacobo, el engañador, simboliza la naturaleza emocional, la fuente de todo hechizo. Juan
simboliza la mente, significando el nombre, "El Señor ha Hablado". Ahí tienes el
simbolismo de los tres aspectos de la personalidad, postrados sobre sus rostros delante de
Cristo glorificado, en su transfiguración en Capricornio.
Significado del Signo
Este es el signo de la cabra: es un signo sobrehumano, un signo universal e impersonal.
Todos los trabajos de Hércules hasta aquí han estado comprometidos con su propia
liberación. Ahora entramos en tres signos que no tienen relación con sus realizaciones
personales. Él es libre. Es un iniciado, un discípulo del mundo. Ha dado vuelta tras vuelta al
zodíaco, ha aprendido todas las lecciones de los signos y trepado la montaña de la
iniciación; ha sufrido la transfiguración; está perfectamente libre y así puede trabajar
universalmente en tareas que no tengan ninguna relación consigo mismo. Trabaja como un
ser sobrehumano en un cuerpo humano. Las grandes etapas de desarrollo en el sendero de
la expansión, que nosotros llamamos iniciaciones, están grabadas en el cerebro y no te
serán dichas por nadie. Yo nunca encontré a un verdadero iniciado que estuviera dispuesto
a admitir que lo era, nunca. La marca de pureza del iniciado es el silencio. Capricornio es
un signo triste, es el signo del sufrimiento intenso y la soledad, pues éstas son también
señales del iniciado.
La impersonalidad está basada en un logro fundamental de la personalidad. Se debe
haber estado enormemente apegado antes de poder conocer el significado de la
impersonalidad. Esto es una paradoja, pues no hay logro de ser impersonal sin haber
tentación en lo personal. La impersonalidad que debemos desarrollar es una expansión del
amor personal que tenemos por un individuo, por nuestra familia, nuestro círculo de
amigos; es exactamente la misma actitud hacia la humanidad, pero no tiene nada que ver
con el sentimentalismo. Podemos amar a toda la humanidad porque conocemos el
significado del amor personal, y debemos brindar a todos el mismo amor que hemos dado a
105
los individuos cercanos a nosotros. La impersonalidad no es impedir la entrada, levantar
muros; es amar a todos porque somos capaces de ver a las gentes como realmente son, con
sus faltas, sus fracasos, sus logros, con todo lo que hace de ellos lo que son, y viéndolos con
mirada penetrante, amarlos lo mismo. En las Reglas del Camino está escrito. "Cada uno ve
y conoce la vileza de cada cual. Y sin embargo no hay, con esta gran revelación, negación
ni rechazo mutuo”, esa es la condición que se debe lograr en Capricornio. Lo que debemos
desarrollar no llega endureciendo al corazón, ni con una tremenda separación, ni trepando a
un pedestal.
El discípulo del mundo no sólo hace lo que hizo Hércules, bajar al infierno para vencer a
Cerbero, sino que trabaja entre los hombres todo el tiempo, interesado en su prójimo. Es
impersonal. Me pregunto si esta impersonalidad no se refiere a nosotros mismos más bien
que a otras personas. Nosotros hablamos acerca de ser impersonales en nuestro
comportamiento. Si fuéramos absolutamente impersonales tratándose de nosotros mismos,
nuestras reacciones hacia el prójimo serían justas.
Las Constelaciones
Hay tres constelaciones conectadas con el signo de Capricornio. Una es llamada Sagitta,
la flecha. No tiene conexión con el signo de Sagitario. En ese nosotros teníamos al arquero
con la flecha, con la cual el aspirante realizado atravesaba la personalidad. Aquí tenemos la
flecha que viene de una fuente cósmica, atravesando el corazón del hijo de Dios, llamado el
Cristo, el más cercano a nosotros de los grandes salvadores del mundo, "un hombre de
infortunios y familiarizado con el dolor". Él estaba atravesado por la flecha Sagitta, la
flecha cósmica.
El nombre hebreo para esta flecha significa "el desolado", y el sendero que todo
discípulo huella es necesariamente solitario. El sendero del iniciado es aún más solitario. El
sendero de un salvador del mundo es el más solitario de todos. Yo pienso que esta
condición va a ser aliviada. A través de los años hemos tenido estas tremendas
manifestaciones, una aquí, una allí. ¿Has considerado alguna vez la soledad de ellos? No
había nadie que entendiera. Tal vez ellos fueron canonizados cientos de años después de
que murieron. Pero ahora hay tantos aspirantes, tantos en el sendero del discipulado, que tal
vez la conciencia de grupo que está empezando a ponerse de manifiesto en los asuntos del
mundo, resultará en una soledad grupal más bien que en una soledad individual.
Aquila, el águila, es vista como estando tan estrechamente relacionada a Capricornio
como a Sagitario. Tenemos el pájaro de luz (símbolo del más alto aspecto del hombre)
manifestándose como el alma (el segundo aspecto) que se ha realizado.
En Delphinus, tenemos una constelación muy interesante, que contiene en sí un
sorprendente simbolismo. Es representada en un antiguo zodíaco como un pez lleno de
vida, saltando fuera del agua en el aire y jugando. Ese es el símbolo del hijo de Dios, quien
trabajando bajo la ley, toma forma y vive en el agua y en el aire; y no siendo limitado por la
ley física, puede jugar con las fuerzas de la naturaleza. Estamos empezando a aprender
acerca de estas fuerzas, pero todavía pasará un tiempo antes de que Delphinus, el delfín,
tenga mucho significado personal para nosotros.
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El Escalamiento de la Montaña
Capricornio cuanta la historia del escalamiento de la montaña y del descenso al infierno.
Hay tres grandes ascensiones de cada alma. La masonería, a través de las edades, ha sido un
custodio de esta tradición. Primero se produce la elevación de la materia al cielo.
Encontramos eso en Virgo, luego, la elevación de la naturaleza psíquica desde abajo del
diafragma. Tú no eres más, emocional y centrado, en ti mismo, viviendo en el plexo solar,
sino que estás enfocado en el corazón y eres consciente del grupo; tus sentimientos y
deseos están relacionados con el grupo.
No vives más en la naturaleza animal, interesado en la creación en el plano físico, sino
que te vuelves una criatura espiritual trabajando con materia mental. No estás más limitado
por la forma, sino que tienes que tratar con la forma que se ha elevado a la conciencia de la
cabeza, y desde la cabeza controlar la garganta, el corazón, el plexo solar y cada parte de tu
cuerpo.
Haces esto no centrándote en ellas, no pensando sobre ellas, sino viviendo como un hijo
consciente de Dios sentado en "el trono entre las cejas”, el centro ajna (o glándula
pituitaria) como lo llaman los hindúes. Esa es la segunda gran ascensión.
La ascención final es la que marca la emancipación del iniciado de un grado muy alto,
que se vuelve conscientemente un salvador del mundo. Pero es en la segunda iniciación, la
elevación de la naturaleza psíquica inferior, en la que tenemos que trabajar para que cada
deseo, cada disposición de ánimo y cada emoción, sea elevada al "cielo".
Preparación para el Descenso al Hades
Había tres cosas que Hércules debía hacer antes de empezar a bajar al infierno. El orden
en que llegaron es interesante. Primero tenía que purificarse. Hércules, el hijo de Dios que
había vencido, que había sido transfigurado, iba a bajar al infierno a trabajar, y llegó la
orden de que se purificara. Él pensó que era muy puro. Cómo fue sometido al proceso de
purificación, no se nos dice, pero tengo la idea de que él tenía que probar que estaba libre
de irritabilidad y egoísmo en ese poco interesante círculo donde estaba viviendo como un
ser humano. Es una regla en ocultismo que, en la escala de la iniciación, si no puedes vivir
puramente en tu propio círculo, no eres de utilidad en el cielo o el infierno. ¿Qué quiero
significar con “puro”? Nosotros usamos mayormente la palabra en su sentido físico, pero
"puro”, realmente es, libre de las limitaciones de la materia. Si yo soy en alguna manera
prisionero aún de mi mente, que es una forma de materia sutil, no soy puro. Si tengo
cualquier emoción egoísta, no soy puro. Hércules tenía que purificarse.
Luego leemos que él tenía que ser iniciado en los misterios. Hasta donde yo puedo
comprenderlo (y puedo estar equivocada) esto quiere decir que tú debes pasar a través de tu
propio infierno personal, antes de que puedas pasar por el infierno universal. Tienes una
época terrible en tu propia vida, y tú eres iniciado cuando sufres tu propio infierno.
Aprendes la naturaleza de lo universal, por la experiencia individual; sólo eso es la
realización. Tú no puedes aprender de oídas.
Como ha sucedido antes en los mitos, Hércules entonces tenía que detenerse y realizar un
acto de servicio, antes de que pudiera imponerse a Cerbero. El vio a dos personas atadas y
siendo atacadas por el ganado. Tenía que liberarlas antes de que pudiera hacer frente a su
107
propio problema. Siempre para el iniciado, el servicio está primero; dejar pasar lo que ha
emprendido si se necesita su ayuda. Esa es siempre la historia del iniciado, porque está
basada en la conciencia de grupo.
El Símbolo de Cerbero
Cerbero, el perro de tres cabezas, de espantoso ladrido, con serpientes creciendo en todo
su cuerpo y con víboras por cola, era el guardián del Hades. Las tres cabezas simbolizan la
sensación, el deseo y las buenas intenciones. Es el amor a la sensación el que conduce a la
humanidad de acá para allá, para satisfacer el hambre en el mundo económico o para
satisfacer el deseo de felicidad en el mundo del placer. Los violentos impactos de sensación
se buscan para mantener ocupada la mente. La cabeza central fue la primera apresada por
Hércules porque era la más importante, ya que el deseo subyace en todas las sensaciones;
ellas son lo que el deseo busca expresar y así obtener satisfacción en el mundo exterior. La
tercera cabeza son las buenas intenciones no llevadas a cabo. Así tenemos el deseo en el
centro, a un lado la sensación simbolizando todos los impactos, y del otro lado la tercera
cabeza de las buenas intenciones, no consideradas, nunca realizadas, de las cuales siempre
se ha dicho: "El camino del infierno está pavimentado de buenas intenciones".
La cola formada de serpientes representa a todas las ilusiones que impiden el progreso de
la vida espiritual; la materialidad que nos oprime; la naturaleza psíquica inferior que causa
tal destrucción; el temor a lo largo de cada posible línea; el temor al fracaso que mantiene a
tantos apartados de la actividad y engendra sólo inercia, la gran falta, se nos dice, de los
aspirantes y los discípulos.
Hércules asió a Cerbero por la cabeza central y lo venció, porque todos los dioses del sol
están ocupados con los problemas de la humanidad y porque desolados, descienden solos al
infierno para salvar a la humanidad; de ahí que los dioses del sol han nacido en el signo de
Capricornio.
(Conferencia dada por A.A.B. condensada y editada)
Epílogo
La gran oscilación en Capricornio es compendiada por las palabras claves. En la rueda
común ellas son, "Y la palabra dijo: que la ambición gobierne y que la puerta permanezca
abierta". Esta es la nave para el impulso evolutivo y el secreto del renacimiento.(El
Tibetano) Cuando el verdadero sentido de la realidad reemplaza tanto a la ambición terrenal
como a la ambición espiritual, el hombre puede decir con veracidad, "Estoy perdido en la
luz suprema, pero vuelvo mi espalda a la luz". Así va el discípulo del mundo, el iniciado en
Capricornio, por su camino para servir a la humanidad en Acuario. En ese signo limpia los
establos de Augías (del karma de toda ignorancia y error pasados: el Morador en el
Umbral) y así se vuelve en Piscis un salvador del mundo. Se recuerda que el último acto de
Cristo en su camino al Getsemaní y al Calvario fue el de lavar los pies de sus discípulos.
Se ha dicho: "El cristianismo no ha fracasado: nunca ha sido ensayado". ¿Estamos ahora,
después de dos mil años, realmente empezando a ensayarlo individualmente y en formación
grupa? Este es el trabajo que hace posible a Cristo reaparecer y también el que prepara a la
humanidad para reconocerlo y para ser capaz de soportar la calidad de las emanaciones que
108
acompañen su venida.
(Extraído de Astrología Esotérica, PP. 110-23)
Que cada hombre recuerde que el destino de la humanidad es incomparable y que
depende en gran parte de su voluntad para colaborar en la tarea trascendente. Que recuerde
que la ley es, y siempre ha sido, luchar; y que la lucha no ha perdido nada de su violencia al
ser transportada del plano material al espiritual. Que recuerde que su propia dignidad, su
nobleza como ser humano, debe surgir de sus esfuerzos para liberarse de su servidumbre y
obedecer a sus aspiraciones más profundas. Y, que por sobre todo, nunca olvide que la
chispa divina está en él, sólo en él y que él es libre de descuidarla, de matarla, o de
acercarse a Dios mostrando su anhelo de trabajar con Él, y para Él.
El Conde de Noüy
Trabajo 11
Limpiando los Establos de Augías
(Acuario, 21 Enero - 10 Febrero)
El Mito
Dentro del Lugar de Paz, el Gran Presidente emitía el resplandor de su elevado
pensamiento. El Maestro se acercó.
"La llama única debe alumbrar a las otras cuarenta y nueve”, afirmó el Gran Presidente.
"Así sea”, respondió el Maestro. "Habiendo encendido su propia lámpara Hércules ahora
puede traer la Luz a los demás". No mucho después, el Maestro citó a Hércules.
"Once veces ha girado la rueda, y ahora tú estás delante de otro Portal. Por largo tiempo
has perseguido la luz que vacilaba primero inciertamente, luego crecía hasta ser un faro
firme, y ahora brilla para ti como un sol en llamas. Vuelve ahora la espalda a la claridad;
vuelve sobre tus pasos; regresa hacia aquellos para quienes la luz no es sino un punto
transitorio, y ayúdalos a hacerla crecer. Dirige tus pasos hacia Augías, cuyo reino debe ser
purificado de antiguos males. He hablado".
Salió Hércules por el undécimo Portal en búsqueda de Augías, el rey.
Cuando Hércules se aproximó al reino donde Augías era soberano, un horrible hedor que
lo hizo desfallecer y lo debilitó, asaltó su nariz. Por años, se enteró, el rey Augías no había
quitado el estiércol que su ganado dejaba dentro de los establos reales. Entonces, también
las praderas estaban tan llenas de estiércol que ninguna siembra podía crecer. En
consecuencia, una agostante pestilencia estaba recorriendo la región, haciendo estragos en
las vidas humanas.
Hacia el palacio fue entonces Hércules y buscó a Augías. Informado de que Hércules
limpiaría los hediondos establos. Augías mostró desconfianza e incredulidad.
109
¿Dices que harás esta enorme labor sin recompensa?, manifestó suspicazmente el rey.
"No tengo fe en aquellos que hacen tales alardes. Algún artero plan has tramado, Oh,
Hércules, para despojarme del trono. Yo no he oído de hombres que busquen servir al
mundo sin una recompensa. En este momento, sin embargo, le daría la bienvenida a
cualquier necio que buscara ayudar. Pero debemos cerrar un trato, para que no sea
reprendido como un Rey tonto. Si tú, en un sólo día, haces lo que has prometido, una
décima parte de mi gran rebaño de ganado será tuya; pero si fracasas, tu vida y fortuna
estarán en mis manos. Naturalmente, yo no pienso que puedas cumplir tu bravata, pero trata
de hacerlo como puedas".
Hércules entonces dejó al Rey. Erró por el asolado lugar, y vio marchar a una carreta
cargada con muertos apilados, las víctimas de la pestilencia.
Dos ríos, observó él, el Alfeo y el Peneo, corrían tranquilamente cerca de allí. Sentado en
la ribera de uno de ellos, las respuestas a su problema relampagueó en su mente.
Él trabajó con fuerza y violencia. Con grandes esfuerzos logró desviar ambas corrientes
del curso que habían seguido durante décadas. El Alfeo y el Peneo vertieron sus aguas a
través de los establos llenos de estiércol del Rey Augías. Los impetuosos torrentes barrieron
la inmundicia largamente acumulada. El reino fue purificado de su fétida lobreguez. En un
sólo día había realizado la tarea imposible.
Cuando Hércules, completamente satisfecho con este resultado, regresó donde estaba
Augías, éste frunció el ceño.
"Tú has tenido éxito por medio de un ardid” gritó el Rey Augías lleno de ira. "Los ríos
hicieron el trabajo, no tú. Fue una artimaña para apoderarte de mi ganado, una conspiración
contra mi trono. No tendrás las recompensas. Vete, retírate de aquí antes de que rebaje tu
estatura en una cabeza".
Así desterró a Hércules el encolerizado rey, y le dijo que nunca más pusiera el pie en su
reino, so pena de una muerte súbita.
Habiendo realizado la tarea asignada, el hijo del hombre, que también era el hijo de Dios,
volvió a aquel de quien había venido.
"Te has vuelto un servidor del mundo", dijo el Maestro cuando Hércules se acercó. "Tú
has progresado retrocediendo; has llegado a la Casa de la Luz por otro sendero; has
empleado tu luz para que pueda brillar la luz de los demás. La joya que otorga el undécimo
trabajo es tuya para siempre".
F.M.
110
Las energías de Acuario
(Conferencia dada por A.A.B. en 1937)
Hay una frase en el Nuevo Testamento, "El fin del mundo". Muchos de nosotros estamos
ahora empezando a comprender que lo que realmente quería decir era que el signo Piscis,
en el cual llegó Cristo, el Gran Salvador del Mundo, terminaría en una fecha precisa, y
nosotros estamos exactamente en ese tiempo. No estamos enfrentando un día del juicio en
el cual las ovejas y las cabras serán separadas y algunas irán al ciclo y otras al infierno.
Muchas interpretaciones ridículas han sido atribuidas al simbolismo de la Biblia.
Se ha pensado que las ovejas iban al cielo y las cabras al infierno. Es todo lo contrario.
La cabra en Capricornio es el iniciado y desde un cierto ángulo esotérico, las cabras van al
cielo porque ellas funcionan en el reino espiritual que es el cielo; las ovejas permanecen en
la tierra (la que después de todo es el único infierno que uno puede posiblemente predicar)
hasta que dejen de ser ovejas, hasta que aprendan a tener pensamiento individual, hasta que
se transformen en cabras, escalen la montaña y cambien la posición de seguidores por la de
buscadores independientes.
La entrada al cielo es la entrada a la era de Acuario, que empezó durante los últimos
doscientos años. Se nos dice que alrededor del año dos mil nuestra estrella polar y otra
estrella (Vega) en los cielos, estarán en conjunción, y la era de Acuario estará de lleno con
nosotros, pero sólo de lleno con nosotros en el sentido de que estaremos entrando en ella, y
las fuerzas de Piscis se estarán retirando rápidamente. Todo lo que acontece en la expresión
del plano físico se debe a fuerzas subjetivas.
Existe una escuela de pensamiento que deriva todos los misterios, todas las enseñanzas
de lo que ahora llamamos la Sabiduría Eterna, a una forma de adoración animal, y trata los
misterios del templo de manera sórdida y sexual. No entraré en detalles, pero quiero
decirles que lo que pienso es para nosotros de vital interés entenderlo, porque es algo que
en la era de Acuario estará emergiendo con mayor plenitud sin interrupción. Una cosa es
estar sujeto a una fuerza ciega, y otra tener una perspectiva inteligente sobre lo que está
sucediendo y comprender y buscar ciertos acontecimientos. Tal vez por primera vez en la
historia de nuestra raza hay un número suficiente de hombres y mujeres inteligentes para
anticipar los acontecimientos con una comprensión basada en lo que ha sucedido en el
pasado, capacitándolos así para predicar lo que sucederá en el futuro.
¿Qué causaba el culto del toro en Tauro? No la naturaleza bestial de la humanidad que
tomaba al toro como un símbolo de la naturaleza animal y la deificaba, que es lo que dice el
ser humano común que investiga los misterios. Es porque había fuerzas subjetivas actuando
sobre nuestro planeta a medida que nuestro sol pasaba a través del signo de Tauro. La
lección para el hombre es, que bajo el símbolo del toro él tenía que luchar con el animal que
hay en él.
Entonces nuestro sol pasaba a Aries, el Carnero, y teníamos el sacrificio del cordero,
mostrando que el sacrificio de la naturaleza animal estaba empezando a seguir al concepto
de luchar con la naturaleza animal.
Luego el sol pasaba a Piscis, los peces. Las fuerzas que actuaban sobre nuestro planeta
en ese tiempo presentaban a la conciencia del hombre su dualidad esencial, y el vínculo
111
entre las dos partes de sí mismo, dos peces unidos por un lazo. Esta conciencia, en gran
escala, empezó a hacer su impacto sobre el ser humano, es decir, que él es alma y cuerpo.
Cristo apareció en Piscis para demostrarnos perfectamente cuál sería nuestro último logro
cuando hubiéramos unido al pez, el símbolo de la segunda persona, el pez Avatar, y al pez
nadando en la materia, el símbolo del ser humano encarnado. Ahí tienen la historia.
Habiendo investigado esa magnífica idealista enseñanza evolutiva a lo largo de los
últimos cinco o seis mil años, como el resultado de fuerzas subjetivas actuando sobre la
humanidad, estamos pasando ahora al signo de Acuario donde, a través del simbolismo del
agua y la purificación, aprenderemos cómo ser el alma y no el ser humano. Eso es lo que
ocurrirá en Acuario.
Al final de la era de Acuario, aproximadamente de aquí a dos mil quinientos años,
¿pueden ustedes imaginar a qué se asemejará la humanidad? La naturaleza animal, la
naturaleza emocional, y la mentalidad, serán secundarias, y el alma, el aspecto conciencia,
ese impulso universal en cada uno de nosotros que nos pone en armonía con Dios, habrá
pasado al frente.
Dicho de otra forma, habremos dejado atrás el reino humano y, aunque podamos estar
habitando cuerpos, nuestra conciencia estará enfocada en el quinto reino de la naturaleza, el
reino espiritual. Esa es la profecía, lo que la humanidad tiene por delante dentro de dos mil
quinientos años.
El signo opuesto a Acuario es Leo, el signo del individuo, del hombre que se ha
encontrado a sí mismo como ser humano. El se sostenía sobre sus propios pies; era el
centro de su universo; las estrellas giraban a su alrededor, todo ocurría en relación a sí
mismo. Por eso aprendió ciertas grandes lecciones: que era posible que él no fuera tan
importante como pensaba, y que sujetándose a cierta disciplina podría encontrar un más
amplio yo; y así pasó a Escorpio, donde fue probado para ver cuánta resistencia tenía. La
característica sobresaliente del aspirante es la resistencia y el signo que requiere más
resistencia es Escorpio. Triunfa en Escorpio, y en Sagitario se vuelve el discípulo
unidireccional que, habiendo puesto su mano en el arado, no puede volver atrás; puede
querer hacerlo, pero no puede volver atrás. Sigue adelante, y porque sigue adelante, trepa
hasta la cima de la montaña en Capricornio y pasa por la transfiguración.
En Acuario el discípulo se vuelve el maestro servidor, nos dedicaremos al tema de los
salvadores del mundo en Piscis. En Acuario el hombre es un maestro servidor. Ese es el
principio fundamental que yo quiero que ustedes mantengan en sus mentes. Él puede ser un
maestro porque ha aprendido a servir, y puede servir porque es un maestro. Esas dos cosas
van juntas.
El regente del primer decanato de Acuario es Saturno. Saturno nos da la disciplina;
Saturno nos abre la puerta de la oportunidad, Saturno, a través de los ejercicios espirituales
y las pruebas, fortalece nuestros músculos espirituales y nos capacita para salir de la
oscuridad a la luz.
Marcas de Pureza del Iniciado
Siendo Hércules el iniciado está comprometido a hacer tres cosas, que pueden ser
resumidas como las características sobresalientes de todos los verdaderos iniciados. Si ellas
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no están presentes en alguna medida, el hombre no es un iniciado.
1. Servicio desinteresado. No es el servicio que prestamos porque se nos dice que el
servicio es un camino para la liberación, sino el servicio prestado porque nuestra conciencia
no es más autocentrada. No estamos más interesados en nosotros mismos, sino que para
nuestra conciencia, siendo universal, no hay nada que podamos hacer sino asimilar las
aflicciones de nuestro prójimo y ayudarlo. No es ningún esfuerzo para el verdadero maestro
acuariano hacerlo así.
2. Trabajo grupal. Esto es algo que hasta ahora poco sabemos. El mundo está lleno de
organizaciones y sociedades, hermandades que son felices preparando terrenos para la
gente ambiciosa. No quiero decir que haya que ser poco amable, pero mi experiencia con el
grupo término medio, es que éste es un foco de celos, gente tratando de impresionar a los
otros con la cantidad de su conocimiento y la maravilla de su vida de autosacrificio. Esto no
es trabajo grupal.
Trabajo grupal es permanecer solo espiritualmente en el manejo de los propios asuntos,
con completo olvido del propio yo, en beneficio de la particular sección de la humanidad
con la que estamos asociados. El verdadero grupo niega la ambición; niega el progreso
ascendente, en cualquier logia u organización; niega toda presunción de prerrogativas
oficiales. Yo no pienso que los nuevos grupos vayan a tener funcionarios, sino que
trabajarán automáticamente a causa de la intuitiva acción recíproca espiritual entre las
mentes de las unidades de los mismos. Nosotros no sabemos nada acerca de esto todavía.
¿Puedes ustedes pensar en un grupo tan unido en los niveles espirituales que se puedan
suprimir las cartas, los panfletos, los libros, etc.; que la intercomunicación entre las mentes
de los miembros sea perfecta? Ese es el grupo de Acuario y no está todavía con nosotros.
3. Autosacrificio. El significado del autosacrificio es hacer puro el yo. Eso tiene que ver
con el yo del grupo y el yo del individuo; ése es el trabajo del iniciado.
Desde la cima de la montaña en Capricornio, Hércules tiene que bajar, literalmente, a la
suciedad material, y limpiar los establos de Augías. Quiero darles una idea de su psicología.
Él había trepado a la cima de la montaña. Había pasado todas las grandes pruebas, pasado
de Capricornio al reino espiritual y conocido algo del significado del éxtasis místico, y en
ese estado altamente espiritual, recibió la orden de bajar y limpiar los establos. ¡Qué
anticlimax! No un gran trabajo para el mando, sino limpiar los establos.
El objeto de la prueba puede ser resumido de esta manera: Hércules tenía que ayudar a la
purificación del mundo por la recta dirección de las fuerzas de la vida a través de él.
Ustedes aprecian que estamos entrando en la era de Acuario donde el materialismo, tal
como lo conocemos, habrá desaparecido completamente en el final, y cuando toda la vida
sea interpretada en términos de energías. Estamos tratando íntegramente con fuerzas.
Tendremos probablemente un nuevo lenguaje, el lenguaje simbólico de la energía misma.
Seremos todos ocultistas de hecho, el ocultista que vive y trabaja en un mundo de fuerzas y
que empieza con las fuerzas dentro de sí mismo. Ustedes tendrán una pequeña comprensión
de lo que se quiere significar con el manejo de las fuerzas, si vigilan sus palabras. ¿Por qué
levantan la voz cuando se emocionan? Porque la energía pasando rápidamente a través de
ustedes tiene un efecto sobre el aparato vocal. Están tratando con las energías y están
malgastándolas. Obsérvense y empiecen a trabajar en el mundo de las fuerzas dentro de
113
ustedes mismos.
Este signo inaugura la escuela de los salvadores del mundo. Es casi un signo de "Juan el
Bautista”, un signo de preparación para lo que la próxima era de Piscis nos traerá.
Acuario es representado como un hombre sosteniendo un cántaro invertido. El hombre
invierte el cántaro y de él salen dos chorros de agua, el río de la vida, y el río del amor, y
esas dos palabras, vida y amor, son las dos palabras que encarnan la técnica de la era de
Acuario; no la forma, no la mente, sino la vida y el amor. Dos palabras que usamos
constantemente, pero tras las cuales no sustentamos ningún concepto adecuado.
Decanatos, Regentes y Constelaciones
Acuario, como otros signos, está dividido en tres decanatos. Ahora estamos entrando en
el primer decanato gobernado por Saturno, de ahí nuestras presentes dificultades, nuestro
trastorno político, la división del escenario del mundo en grandes grupos, con gente que es
patriótica, y aquellos que están empezando a vislumbrar el espíritu internacional. En las
iglesias, en el campo religioso, hay asimismo división entre aquellos que están obteniendo
un cuadro de la universalidad del amor de Dios, y los que se inclinan ante la autoridad y el
dogma.
En el campo de la economía Saturno ha causado un tremendo disturbio entre aquellos
que se inclinan ante las cosas materiales y los que la dejan pasar para conseguir cosas
mejores; entre aquellos que toman las posesiones por ellas mismas, aquellos que acumulan
y guardan, y los que las dejan para adquirir lo que Cristo llama "los tesoros en el cielo". En
casi cualquier campo del pensamiento encontramos estas dos fuerzas dominantes a causa
del impacto de las energías pisceanas y acuarianas. Hay dos grupos distintos: aquellos que
están atados al pasado y al aspecto material, y los que están adquiriendo la clarividencia y
están viendo la vida, la conciencia, el propósito y el plan, emergiendo por medio de todos
ellos.
Lo maravilloso, si ustedes estudian al mundo intuitivamente, si marchan a la par con lo
que está pasando en este y en otros aspectos de la humanidad, es que verán que, a pesar de
los disturbios superficiales y deplorables acontecimientos, el espíritu del hombre es sano y
puro, se está elevando con la oportunidad y estamos saliendo bien, pero, ¡no piensen que
esto será en una semana o en un año! Podemos lograr mejores condiciones, progresos aquí,
allá y en todas partes. Depende de nosotros cuán rápido aprendamos la lección de cómo
conducirnos para que la era pisceana del materialismo y la autoridad, la posesión y la
mentalidad, pueda ser reemplazada por la era de la espiritualidad, la intuición y la
conciencia universal.
El segundo decanato de Acuario está gobernado por Mercurio, y de aquí vendrá la
iluminación. La iluminación que llegó en Leo, el opuesto de Acuario, era "yo soy el yo", la
iluminación que llamamos autoconciencia. La iluminación que llega en Acuario es "yo soy
Eso", yo soy la conciencia del grupo. Mi autoconciencia ha desaparecido, mi individualidad
no es de importancia, mi personalidad es sólo un mecanismo, y mi conciencia es una con
todo lo que es.
En el tercer decanato, gobernado por Venus, tenemos el surgimiento del amor inclusivo.
Más o menos dentro de dos mil años nosotros podremos expresar realmente el amor
114
fraternal. Será, debe ser un hecho manifestado antes que la humanidad en conjunto pueda
pasar a Capricornio. Entrarán en ese reino con espíritu de amor. El aspirante individual no
puede recibir la iniciación hasta que haya aprendido a amar desinteresadamente, a amar no
sólo a aquéllos que piensan como él y que actúan como él lo desea.
Los Legisladores
Hay dos legisladores en el zodíaco, Régulus y Kefus. En Leo tenemos una de las cuatro
estrellas reales, Régulus, el legislador, la ley para el individuo, la ley del egoísmo, si les
parece, la ley de la competencia, la ley que coloca a cada hombre contra su semejante, la
ley que lo hace tomar y apoderarse, la ley bajo la cual vivimos, la ley de la competencia.
Régulus, la ley del individuo, debe dar lugar a Kefus, la ley de Acuario, donde tendremos
una nueva ley basada en el sufrimiento, la iluminación y el amor. Sería interesante ver hasta
dónde pueden ustedes mismos entender lo que serán esas clases de leyes basadas en el
sufrimiento del individuo y que lo han conducido a perder interés en sí mismo. Cuando se
ha sufrido bastante, uno no se preocupa más de sí mismo. Se encuentra que el único camino
hacia la felicidad no es estar libre de sufrimiento sino perderse en algo ajeno a uno mismo.
La ley de Acuario está basada en la iluminación espiritual, en la percepción intuitiva y en
el amor fraternal que es la identificación con toda forma en cada reino de la naturaleza. Un
inmenso futuro está por delante; dos mil quinientos años se habrán completado. Estaremos
en nuestro camino.
Recuerden, mientras más refinadas son las formas a través de las cuales actúa la vida,
más rápida es la reacción. Esta es la razón por la cual llevamos esta inmensa velocidad en
cada etapa de la vida, por la cual estamos todos tan constreñidos. Nosotros tenemos cuerpos
pisceanos y estamos tratando de vibrar en la era de Acuario. Todavía no somos acuarianos;
no hay verdaderos acuarianos; aún no estamos equipados. Para esa era algunos de los niños
que vienen tienen señales inequívocas, pero todavía son pocos y está lejano el momento.
La era de Acuario se manifestará en todo el mundo; habrá acuarianos nacidos en todas
partes porque es el logro del espíritu subjetivo en cada lugar del planeta. Es posible que en
América, en Canadá, en Australia, Nueva Zelandia y Africa del Sur, haya puntos focales de
la energía, pero lo que realmente sucederá es la llegada a la encarnación en todo el mundo,
en cada reino de la naturaleza, de aquellos seres humanos y otras formas de vida, todo
fundiéndose bajo la nueva influencia acuariana.
Una cosa maravillosa está ocurriendo; que el mundo está listo para que nuestros hijos, y
los hijos de nuestros hijos puedan todos verla suceder.
Cristo proclamó la noticia "para el tiempo del fin" cuando dijo, “Un nuevo mandamiento
les doy; que se amen los unos a los otros”. El undécimo mandamiento, el undécimo signo.
Es sólo ahora que estamos descubriendo qué maravilloso astrólogo fue Cristo. Él sabía que
el ciclo que inauguraba pasaría, que un nuevo método de trabajo tendría que surgir por
medio del cual los Maestros emplearían un nuevo modo de llegar a la humanidad, pero Él
preparó el camino para Su propio trabajo posterior.
Hay tres constelaciones en Acuario. El Pez del Sur, Piscis Austral, representando en
conexión con Acuario, a los próximos salvadores del mundo. Adviertan que aquí, en la
115
culminación de Piscis, tenemos un pez, el avatar, no los dos peces atados juntos. La
segunda constelación es Pegasus, el caballo alado, siempre el símbolo inspirador de la
mente superior, del amor, menospreciando la tierra en su elemento, el aire. En el nivel
inferior, recordamos los pies alados de Mercurio, siempre las alas de la mente, recordando
también que una definición del amor es “la fría, clara luz de la razón". La tercera
constelación toma aún un vuelo más amplio, pues tenemos a Cygnus, el Cisne, volando en
medio del cielo. El cisne de la eternidad, volando en el tiempo y en el espacio, es el
símbolo de la vida misma, la purificación, limpiando “las aguas vivientes” de Acuario.
(Interpolado)
Interpretaciones de la Prueba
Augías, el hijo de Neptuno, el dios de las aguas y del sol, guardaba manadas de animales,
y durante treinta años los establos no habían sido limpiados; de modo que la suciedad se
había acumulado. A Hércules se le dijo que hiciera algo acerca de eso; muchos habían
intentado limpiar los establos y fracasaron: eso era siempre superior a ellos.
Siendo Hércules un iniciado y teniendo mucho sentido común, lo que los verdaderos
iniciados siempre tienen, bajó de la cima de la montaña y estudió el problema; examinó los
establos.
Primero destruyó el muro que rodeaba los establos, luego hizo dos grandes agujeros en
sus lados opuestos, y desvió los dos ríos a través de ellos. No trató de barrer y limpiar,
como habían hecho otros, sino que destruyó barreras usando los ríos. Los establos fueron
limpiados sin esfuerzo de su parte.
Muy satisfecho consigo mismo, Hércules fue precipitadamente hacia donde estaba
Augías y exclamó, "He limpiado los establos. Están perfectamente limpios". Y nosotros
leemos que Augías le volvió la espalda, rehusando reconocer lo que había hecho, y dijo que
era una treta.
Se podría decir que la naturaleza del deseo emocional de esa gran Vida en la cual
vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser también guarda manadas de animales que
responden al nombre de seres humanos.
A mi juicio, la palabra Dios (God), tres pequeñas letras, es sólo un símbolo. Yo no
pretendo saber de qué es símbolo, pero sé que es para mí como un símbolo de la vida que
está inmanente en todas las formas y que es también trascendente. Yo soy uno de los
animales de la manada que ha estado guardada por Augías, y los establos en los cuales
vivían los animales no han sido limpiados por treinta años, 3 multiplicado por 10, 3 es el
número de la personalidad y 10 el número de la consumación.
¿Y si yo les dijera que ahora, en su día y el mío, por vez primera la humanidad es una
completa unidad coordinada con la mente, la naturaleza emocional y el cuerpo físico
funcionando como una unidad, y sin embargo los establos no han sido limpiados por 30
años?
¿Cuáles son las dos casas que hizo Hércules? Derribó las barreras. Eso es lo primero que
tiene que ocurrir en la era de Acuario. Estamos apenas empezando a hacerlo. Estamos
116
apenas empezando a pensar en términos amplios, a dejar de ser exclusivos. Hay grupos de
hombres y mujeres apareciendo por todas partes del mundo, que están luchando con ellos
mismos para ser inclusivos en su pensamiento, porque en la era de Acuario las naciones
como las conocemos ahora, tendrán que desaparecer; naciones luchando por ellas mismas,
y por lo que quieren, nación contra nación, cultivando el patriotismo, lo que es
frecuentemente el cultivo del odio. Tenemos que enseñar a la gente que son seres humanos
con ciertas responsabilidades, si, pero nosotros podemos empezar a tener una imagen más
amplia, a desatrofiar la conciencia de la humanidad en conjunto. Como dice Browning:
“La humanidad formada por todos los hombres individualmente. En la unidad termina
el cuadro ".
Eso ocurrirá en Acuario, eso es lo que está por delante, para ello están trabajando las
Naciones Unidas, los movimientos por la paz internacional y otros grupos en los campos
religioso, político y económico; destruir el prejuicio y aprender a pensar en términos
generales, de totalidad. Derribar las barreras en gran escala tiene que ser realizado por la
opinión pública, y esto es de desarrollo lento y grandemente emocional; ésa es la dificultad.
En la era de Acuario, especialmente en el segundo decanato, cuando esté gobernando
Mercurio, el mensajero del alma, pasando por la mente, tendremos la opinión pública
moldeada por el pensamiento y no por la emoción, y tendremos el mundo lleno de
pensadores. La función de aquellos que escriben en este sentido, y hay miles en todas
partes, es empezar a pensar constructivamente, para que los fundamentos estén bien
colocados por las fuerzas allí emitidas; construyendo para el futuro.
La conciencia inclusiva no significa ser humanamente consciente; es más, es volverse
consciente del tiempo. Está llegando el tiempo de Acuario, cuando el pasado, el presente y
el futuro morirán completamente, y tendremos siempre el eterno presente que incluirá cada
esfera y aspecto de conciencia que podemos llamar estrictamente humanos. Esa es la
posición del humanista, como yo la interpreto; él toma la posición "Seamos realmente
humanos" antes de intentar ser sobrehumanos. Ahora somos sólo criaturas emocionales,
acuosas, que todavía no estamos iluminadas, luchando con la separatividad. No somos
capaces de ser conscientes del mundo, de estar en armonía con cada fase del pensamiento
humano. Lo seremos algún día.
Les haré una pregunta. ¿Son ustedes capaces de entrar inteligentemente, benévolamente
y comprensivamente en la conciencia de los miembros inmediatos de su familia y conocer
por qué ellos piensan como lo hacen, comprendiendo por qué actúan en una forma
particular, bajo una condición particular? Cultiven el espíritu acuariano de dejar libre a la
gente, cultiven la capacidad de tener confianza. Supriman la desconfianza en todos aquellos
con los cuales se asocien, crean en ellos, y ellos no los traicionarán, atribúyanles motivos
incorrectos y ellos los traicionarán, y la culpa será de ustedes. Seamos tan juntos como
podamos serlo con la luz que tenemos. Cultivemos el espíritu acuariano de no
separatividad, del amor, de la comprensión, de la inteligencia, libre de la autoridad,
tomando de cada ser humano con el que nos encontremos lo mejor que haya en él. Y si
ustedes no toman lo mejor de ellos, censúrense a ustedes mismos y no a ellos. Esa es la
verdad. Si una persona los malinterpreta, es porque ustedes no son claros. La conciencia de
su valor es siempre necesaria para el acuariano, pero no esa autoconciencia que ahora
encontramos.
117
Cuando hemos derribado las barreras de la separatividad entonces dejamos entrar los dos
ríos, el agua de la vida y el río del amor. Yo no puedo hablar acerca de esos dos ríos porque
no se cómo son. Muchos hablan acerca de la vida y del amor; usan palabras. Yo todavía no
se lo que es la vida, y nosotros ciertamente no sabemos lo que es el amor.
Es interesante que traten de explicarse a ustedes mismos lo que entienden por el río de la
vida y el río del amor, los que, derribando los muros, fluyen a través de la familia humana.
Estamos entrando en la era de la energía, en la era del amor. ¿Aprecian ustedes que un gran
agujero fue hecho en los muros durante la guerra, y que desde entonces, la vida y la energía
han llegado a significar más de lo que antes significaban?
Cuando hayan hecho todo lo posible para derribar los muros y para expresar la vida y el
amor, ayudados por su propia alma, cuya naturaleza es amor-sabiduría, no busquen
reconocimiento; no lo conseguirán. Lo duro de la tarea del pionero en cualquier campo del
pensamiento, de cualquier persona que se está esforzando para expresar los nuevos ideales,
es siempre la falta de reconocimiento, y a veces peor. Ustedes no serán elogiados, no serán
compadecidos, tendrán momentos difíciles, pero recuerden, están preparando el sendero
para que en el futuro, el odio y la separación puedan desaparecer.
Me gusta pensar en Acuario como el “signo de Juan el Bautista” en términos del
iniciado. Estamos dejando Piscis en un sentido y somos dirigidos hacia una era pisceana en
otro sentido, cuando llegue el Salvador del Mundo. Y así como consideramos a la era de
Acuario como un signo de Juan el Bautista, así podemos considerarnos en nuestro propio
campo donde quiera que estemos. En vista del cuadro cósmico, haciendo todo lo que
podamos hacer en este tiempo particular, estamos cumpliendo la función de Juan el
Bautista y preparando el camino para ese extraordinario acontecimiento que tendrá lugar
individualmente, cuando el Salvador del Mundo surja nuevamente y la humanidad aprenda
la gran verdad futura y avance y ascienda.
A.A.B.
Trabajo 12
Captura de la Roja Manada de Gerión
(Piscis, 20 Febrero - 21 Marzo)
El Mito
Dentro de la sagrada Cámara del Concilio, el Gran Presidente reveló al Maestro la
Voluntad de Lo Que Debe Ser.
"Él está perdido, y encontrado; está muerto, no obstante vibrante de Vida. El servidor se
vuelve el salvador, y regresa al hogar".
El Maestro reflexionó; luego requirió a Hércules. "Tú estás ahora delante del último
Portal", dijo el Maestro. "Un trabajo resta todavía antes de que el círculo se complete y sea
alcanzada la liberación. Marcha hacia ese oscuro lugar llamado Eritia donde la Gran Ilusión
118
está entronizada: donde Gerión, el monstruo de tres cabezas, tres cuerpos y seis manos, es
señor y rey. Ilegalmente él retiene una manada de Bueyes rojizos. Desde Eritia hasta
nuestra Ciudad Sagrada tú debes conducir esta manada. Cuidado con Euritión, el pastor, y
su perro de dos cabezas, Ortro". Hizo una pausa. "Puedo hacerte una advertencia”, agregó
lentamente. "Invoca la ayuda de Helios”.
El hijo del hombre que era, también hijo de Dios partió a través del Duodécimo Portal.
Iba en busca de Gerión.
Dentro de un templo, Hércules hizo ofrendas a Helios, el dios del fuego en el sol. Meditó
durante siete días, y entonces le fue concedido un favor. Un cáliz de oro cayó al suelo ante
sus pies. Él supo dentro suyo que este brillante objeto le permitiría cruzar los mares para
llegar a la región de Eritia.
Y así fue. Dentro de la segura protección del cáliz de oro, navegó a través de agitados
mares hasta que llegó a Eritia. Hércules desembarcó en una playa de ese lejano país.
No mucho después llegó a la pradera donde la rojiza manada pastaba. Era cuidada por el
pastor Euritión y por Ortro, el perro de dos cabezas.
Cuando Hércules se aproximó, el perro se adelantó veloz como una flecha hacia su
blanco. Sobre el visitante el animal se abalanzó, gruñendo malignamente, dando feroces
dentelladas con sus colmillos al descubierto. Con un golpe decisivo Hércules derribó al
monstruo.
Entonces Euritión, temeroso del bravo guerrero que estaba delante suyo, le suplicó que le
perdonara la vida. Hércules le concedió su ruego. Conduciendo a la manda rojiza delante de
él, Hércules volvió su rostro hacia la Ciudad Santa.
No había ido muy lejos cuando percibió una distante nube de polvo que rápidamente se
agrandaba. Suponiendo que el monstruo Gerión venía en furiosa persecución, se volvió
para enfrentarse al enemigo. Pronto Gerión y Hércules estaban frente a frente. Soplando
fuego y llamas por sus tres cabezas a la vez, el monstruo se encontró con él.
Gerión arrojo a Hércules una lanza que casi dio en el blanco. Haciéndose ágilmente a un
lado, Hércules esquivó el dardo mortal.
Tendiendo tenso su arco, Hércules disparó una flecha que parecía incendiar el aire
cuando la soltó, y golpeó al monstruo de lleno en su costado. Con tan gran ímpetu había
sido disparada la flecha, que los tres cuerpos del feroz Gerión fueron atravesados. Con un
agudo, desesperante gemido, el monstruo se inclinó, después cayó, para no levantarse
nunca más.
Hacia la Ciudad santa, entonces, Hércules condujo al ganado colorado. Difícil fue la
tarea. Muchas veces algún buey se extraviaba, y Hércules tenía que dejar a la manda para ir
en busca de los errantes vagabundos.
Condujo su manada a través de los Alpes y hacia Italia. Por dondequiera que la injusticia
hubiera triunfado, él asestaba un golpe mortal a los poderes del mal, y enderezaba la
balanza a favor de la justicia. Cuando Erix el luchador, lo desafió, Hércules lo derribó tan
119
violentamente que allí quedó. Asimismo cuando el gigante Alcione arrojó a Hércules una
roca que pesaba una tonelada, éste la detuvo con su clava, y la lanzó de nuevo para matar a
aquél que se la había enviado.
A veces se desorientaba, pero siempre Hércules regresaba, desandaba sus pasos, y
proseguía su camino. Aunque fatigado por este exigente trabajo, Hércules finalmente
regresó. El Maestro esperaba su llegada.
"Bienvenido, Oh, Hijo de Dios quien es también hijo del hombre”, saludó así al guerrero
que regresaba, "La joya de la inmortalidad es tuya. Con estos doce trabajos tú has superado
lo humano, y ganado lo divino. Has llegado al hogar, para no dejarlo más. En el firmamento
estrellado será inscrito tu nombre, un símbolo para los luchadores hijos de los hombres, de
su destino inmortal. Terminados los trabajos humanos, tus tareas cósmicas empiezan".
Desde la Cámara del Concilio llegó una voz que decía, "bien hecho, Oh, Hijo de Dios".
F.M.
Interpretación de la Historia
Hay diversas variaciones del mito concerniente al trabajo de Hércules en el signo de
Piscis. Se nos dice que había una isla donde vivía un monstruo humano llamado Gerión con
un cuerpo de tres hombres unidos. Él tenía una manada de ganado rojo, guardada por un
pastor y un perro de dos cabezas. Hércules recibió órdenes (Piscis es el signo de la
obediencia) de traer estos animales desde la isla, a través de la tierra y el agua a la Ciudad
Sagrada.
Hércules navegó hacia la isla en una copa de oro y cuando llegó allí trepó a la cima de
una montaña y pasó la noche orando. Luego mató al perro de dos cabezas pero no mató al
pastor. Mató también al dueño del ganado colorado. Aquí está la parte hermosa de la
historia: Hércules colocó a todo el ganado en la copa de oro, en la que había navegado hasta
la isla, lo llevó a la Ciudad Sagrada, y lo ofreció en sacrificio a Atenea, la Diosa de la
Sabiduría. Esta Ciudad Sagrada constaba de dos villas conectadas por un maravilloso muro
y una entrada llamada la Puerta del León. Después que el ganado fue entregado, el trabajo
de Hércules había terminado. No oímos más acerca de él, pero él puede haberse dirigido
hacia un trabajo cósmico mayor.
Pensemos en Hércules como en un salvador del mundo. Ha tenido una visión de algo que
tiene que hacer. Ve a la humanidad poseída por un monstruo, un hombre de tres cuerpos, el
símbolo de un ser humano con sus cuerpos, mental, emocional y físicos unidos. Yo pienso
que este trabajo aún no ha sido completado; esta realización está por delante. Ha habido
otro hijo de los hombres, sacado de la familia humana de tiempo en tiempo, uno aquí, uno
allá, un grupo aquí, otro allá, como cuando Buda estuvo en la tierra y se dice que salvó a
novecientos. Ahora la humanidad, el monstruo humano, está lista para la salvación, y el
verdadero trabajo del Salvador del Mundo puede empezar en conjunto, con el concepto de
grupo sustentando el trabajo, más bien que una salvadora alma individual.
El simbolismo del ganado colorado es evidentemente el de los deseos inferiores, siendo
siempre el deseo una característica sobresaliente de la humanidad. Ellos están cuidados por
un pastor, que es la mente, el perro de dos cabezas representando el aspecto materia y la
120
naturaleza física. Ustedes ven por qué Hércules se compadeció del pastor. La mente puede
no solamente ser el pastor del ganado, sino también el perro de dos cabezas, la naturaleza
psíquico-emocional y el aspecto materia, que Hércules mató, que significa que estaban
desprovistos de todo poder. El pastor aún tenía poder y yo no puedo concebir ningún
tiempo en el cual un ser humano encarnado, no necesite usar la mente como el intérprete de
la energía espiritual.
Si Jesús, como un ser humano en armonía con su alma, llega a ser un emisor de luz para
los hijos de los hombres, de igual manera nosotros podemos ampliar el concepto y pensar
en la humanidad en conjunto con todas las mentes mantenidas firmes en la luz,
transmitiendo a los reinos inferiores de la naturaleza, esa energía espiritual que los elevará
al cielo. Ese es el trabajo de la humanidad. Estamos tan ocupados con nuestros propios
problemas que olvidamos el cuadro más amplio. Hay que señalar asimismo que el guardián
del ganado, el aspecto forma, también fue matado, pero el pastor y el ganado fueron
levantados en la copa de oro. Aquí tienen ustedes el Santo Grial; y así se realizó el trabajo.
El Salvador del Mundo había cumplido su función; había levantado a la humanidad. Eso es
lo que han hecho todos los salvadores del mundo. Todos ellos hicieron lo que en mayor
grado, hizo Cristo.
Oímos hablar sobre el fracaso del Cristianismo. Yo no veo fracaso en parte del Gran
Plan. Tal vez lentitud, pero, ¿saben ustedes cuán desastroso sería si la evolución fuera
demasiado rápida, cuán peligroso sería si la gente fuera sobreestimulada antes de que
estuviera lista? Todos los Maestros conocen los peligros de la sobreestimulación, los
desastres que ocurren cuando una persona hace ciertos contactos antes de que el mecanismo
sea suficientemente puesto a punto. Los salvadores del mundo tienen que trabajar
lentamente, pues el tiempo no significa nada para ellos.
El término salvador del mundo, ha sido hasta ahora asociado con el pensamiento del
surgimiento de un gran hijo de Dios fuera del hogar de su Padre, llamado a hacer un gran
trabajo por la necesidad de la humanidad. A través de las edades ellos han venido, han
habitado en cuerpos físicos, han trabajado a través de una naturaleza emocional y han sido
sumamente inteligentes. Han establecido con su vida, un ejemplo que nosotros podemos
seguir en sus pasos; con sus palabras han dado la señal, el mensaje que la humanidad
necesitaba para dar el paso siguiente hacia adelante. En sus actos han dado una
demostración de servicio, han marchado por el mundo haciendo el bien, y sus nombres han
permanecido con nosotros a través de las edades. Se debe ser una figura sumamente
dominante para permanecer en la mente de los hombres por miles de años. La mayor parte
de nosotros somos olvidados en veinte años.
Aspecto Significativo del Signo
El signo Piscis marca un espacio triangular en los cielos, un símbolo de la realidad. Este
signo gobierna los pies y de ahí la idea de pisar el Sendero y alcanzar la meta que ha sido la
fundamental revelación espiritual de la era de Piscis.
Piscis es también el signo de la muerte en varios aspectos. A veces la muerte del cuerpo,
o puede ser que una vieja tontería ha llegado a su fin, una amistad indeseable cesará, la
devoción a alguna forma religiosa del pensamiento que se ha sostenido, terminará ahora, y
uno surgirá y colocará sus pies sobre un nuevo sendero. Es el signo de la muerte para la
personalidad. Si nosotros pudiéramos abandonar la idea de los velos de la personalidad,
121
estaríamos dispuestos a abandonar la personalidad. También significa la muerte de un
salvador del mundo, pues es el signo de la crucifixión y marca el fin de un ciclo zodiacal.
Hay tres signos de salvación en el Zodíaco. Primero, Leo, de donde la palabra sale para
el ser humano, “Iabra tu propia salvación". Así tenemos en Leo al hombre determinado a
pararse sobre sus propias piernas, se vuelve envanecido y dogmático, pero esto es necesario
para la salvación, porque sólo sometiendo a prueba su equipo llegará al punto donde
aparece una perspectiva más amplia. El segundo signo de salvación es Sagitario, el signo
del servicio y el silencio, donde el hombre dogmático, cansado de hablar de sí mismo y de
abrirse camino, se pierde de vista a sí mismo en la meta y sirve silenciosamente. Entonces
llegamos al tercer signo, Piscis, el de los salvadores del mundo.
La primera constelación en Piscis es ese curioso racimo de estrenas llamado "La Faja”,
conectando los dos peces, un pez dirigido hacia el norte y otro nadando en el horizonte. El
pez dirigido directo hacia el norte es el símbolo del aspirante a los misterios, mientras que
el pez en el horizonte representa a la persona común.
La segunda constelación es Andrómeda, la mujer encadenada. Tenemos tres mujeres
entre las constelaciones, Casiopea en Aries, representando al alma recién empezando a
afirmarse. Andrómeda, la mujer encadenada, en Piscis representa la materia subyugada.
La tercera constelación en Piscis es el Rey llamado Cefero, el esposo de Casiopea y
padre de Andrómeda. Esto sugiere que "El Rey" representa el Espíritu o el aspecto Padre. .
Existe en la naturaleza el reino humano y por encima de él hay otros reinos, el espiritual,
el cósmico; y por debajo de él los reinos animal, vegetal y mineral. El trabajo de los
inteligentes hijos de Dios es actuar como transmisores, vía la mente, de energía espiritual,
que salvará y vitalizará a todos los reinos inferiores de la naturaleza.
La Segunda Venida de Cristo
¿Cómo puede venir el Salvador del Mundo? Podría venir como vino antes, en un cuerpo
físico con sus desventajas inherentes. Están surgiendo en el mundo hoy en día, nuevas
facultades que no eran puestas de manifiesto cuando Él vino antes. Somos mucho más
sensibles de lo que nunca fuimos: estamos abiertos de par en par para nuestros mutuos
pensamientos, y si un pensador tan poderoso como Cristo, sea lo que fuere que podamos
querer decir con esa palabra, está en relación con los asuntos del mundo, me parece que Él
podría ensayar otro método. Puede trabajar con los suyos en cualquier campo, protegiendo
a sus discípulos dondequiera se encuentren, y porque el alma de Él y la de ellos son una,
comunicarles el Plan, indicarles las tendencias, darles el nuevo mensaje, y repetirse en cada
país. Ya está ocurriendo hoy en día. En cada país se pueden encontrar aquellos que saben;
no dije aquellos que dicen que saben. Pero hay un grupo de seres humanos, integrados
ahora, que no hacen ruido, no están interesados en ellos mismos, pero sobre quienes está
colocada la carga de guiar a la humanidad. Están empezando movimientos que tienen en sí
la nueva vibración, están diciendo cosas que son universales en su carácter, están
enunciando principios que son cósmicos, son inclusivos, no exclusivos, no les importa qué
terminología use un hombre; insisten en que un hombre guardará su propia estructura
interior de la verdad para sí mismo, y no la impondrá a nadie más, se reconocen
mutuamente dondequiera se encuentran, hablan un idioma universal, demuestran la luz
universal, son servidores y no tiene interés en ellos mismos.
122
Estoy convencida que ningún individuo Salvador del Mundo, vendrá a nosotros,
utilizando un cuerpo físico. Yo creo en ese individuo Salvador del Mundo, pero creo que Él
salvará al mundo a través del grupo. Yo creo que Él trabajará a través de los suyos; que Él
está entrenando a la gente ahora, para que llegue el día en que este grupo sea tan poderoso
por su meditación silenciosa y la fuerza de su servicio al mundo, que será reconocido como
el Salvador; pero no en nuestra época.
El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo
Tal grupo como acaba de ser descripto, ya existe. Hay dos cosas que debemos hacer.
Primero, aprender a reconocer la nueva señal cuando viene de los discípulos dondequiera se
encuentren, y segundo, prepararnos para formar parte de ese grupo. La señal del valor de
esas gentes no es la autoafirmación; ellos están demasiado ocupados haciendo trabajo de
salvación para tener tiempo de hablar acerca de sí mismos. Trabajan a través de la meditación,
que los mantiene en contacto con la espiritualidad que ellos mismos representan; y
por lo tanto, están en contacto con la Gran Vida, el salvador del Mundo, que vierte su
fuerza y energía a través de ellos, hacia el mundo. Ellos orientan sus mentes en esa
dirección, sirven inteligentemente y no están apurados.
El mensaje que les llega desde lo interno está expresado en las palabras simbólicas, "Lo
que yo te digo en la oscuridad, háblalo tú en la luz". A cada uno se le dirá una cosa
diferente según la necesidad de la gente que lo rodea, que llegará deliberadamente dentro de
la oscuridad para entregar un mensaje de luz. Por lo tanto, ellos no están atados por dogmas
o doctrinas, porque tienen la palabra que les ha llegado en la oscuridad, la que han labrado
para sí en la lucha y el esfuerzo de sus propias almas. Ellos encuentran la necesidad de su
prójimo, y de ellos es el mensaje de Cristo. "Yo les doy un nuevo mandamiento, que se
amen los unos a los otros". Este no es un sentimiento. Seamos amantes y benévolos. Esa es
simplemente una conducta decente; pero el amor que Cristo proclamó es una comprensión
inteligente y una apreciación de la necesidad del individuo, tal como ustedes la encuentran.
Cuando ustedes tienen que luchar con la desesperada necesidad de la gente, no tienen
tiempo para pensar en "ser afectuosos" en el sentido ordinario. Pueden tal vez crear una
atmósfera alrededor de ustedes mismos, tal como para que ellos piensen a través de ella en
su propia solución. Esa es la verdadera forma de trabajar. Mientras ustedes estén ocupados
en ser afectuosos, estarán ocupados con sus propia personalidad.
"Un nuevo mandamiento les doy" puede ser resumido en "inclusividad", el signo
característico de la Nueva Era, el espíritu universal, la identificación, la unidad con todos
tus semejantes. Eso es amor y él los mantendrá ocupados; ustedes no tendrán tiempo para
hablar del amor, estarán ocupados haciendo cosas, grandes cosas y pequeñas cosas, cosas
sin importancia y cosas importantes.
¿Cómo nos prepararemos para llenar ese requerimiento, para poseer esas características
que automáticamente nos colocan dentro del grupo de servidores del mundo? Ustedes
nunca se encontrarán allí hablando acerca de ellos o con apreciaciones teóricas del
problema. Se encontrarán allí haciendo correctamente todo aquello con lo que se enfrenten.
Eso suena muy poco interesante, pero sea cual fuere el deber de ustedes, háganlo. Cultiven
la recta actitud interior y estén abiertos de par en par para todos sus semejantes. Aprendan a
meditar, y aprendan verdaderamente a meditar. No estoy hablando de entrar en el silencio,
de sentarse y tener un dichoso y apacible momento emocionado, esperando que se
123
levantarán sintiéndose mejor.
La meditación, cuando es correctamente llevada a cabo, es un arduo trabajo mental, pues
significa orientar la mente en dirección al alma, y ustedes aún no pueden hacerlo. Significa
que cuando hayan aprendido a enfocar su mente en el alma, deben sostenerla firmemente,
allí; y cuando hayan aprendido a hacer eso, deben aprender a escuchar en su mente lo que el
alma les está diciendo, y eso aún no pueden hacerlo. Luego deben aprender a recibir lo que
el alma les ha dicho, y formar con ello palabras y frases y volcarlo al cerebro que está
aguardando. Eso es la meditación, y es siguiendo ese proceso que llegarán a ser un servidor
del mundo, pues entonces serán la fuerza de lo que han llevado a cabo. Automáticamente se
encontrarán protegidos por ese Gran Uno cuya misión es levantar a la humanidad de la
oscuridad a la luz, de lo irreal a lo real.
Conferencia dada por A.A.B. - 1936. Editada y condensada.
El propósito del Estudio del mito de Hércules *
Las primeras escrituras para la raza humana fueron escritas por Dios en la Tierra y en los
Cielos. La lectura de estas Escrituras es la Ciencia. La familiaridad con la hierba y los
árboles, los insectos y los infusorios, nos enseña más profundas lecciones de amor y fe que
lo que nosotros podamos recoger de los escritos de Fenelón y San Agustín. La gran Biblia
de Dios está siempre abierta ante la humanidad.
- Albert Pike
Los cielos declaran la gloria de Dios; y el firmamento muestra la obra de sus manos.
-Salinos 19:1
El progreso de un discípulo del mundo está ilustrado en los cielos por los Trabajos de
Hércules a través de los signos zodiacales. Es como si Dios hubiera dibujado en el espacio
su Plan para lograr la evolución del espíritu humano de regreso a su fuente.
* * *
El intenso interés revelado en este tiempo por la vida espiritual, es en sí mismo, la
garantía para un estudio tal como los Trabajos de Hércules. La religión académica,
dogmática y teológica, no tiene más su antigua atracción pero, a pesar de una rebelión
general contra la religión organizada o eclesiástica, el impulso hacia las realidades
espirituales, no ha sido nunca más agudo de lo que es hoy en día. El período de experiencia
empírica en larga escala, está con nosotros. Los hombres y las mujeres en todas partes
rehusan seguir creyendo en las declaraciones autoritarias de las iglesias, o aceptar
ciegamente las sentencias de cualquier teología. Ellos están determinados a conocer por sí
mismos los hechos de la experiencia mística interior, si tales hechos pueden ser
descubiertos, y entender la naturaleza de esa identidad que llamamos alma.
El mundo circundante está maduro para la renovación de una fe viviente y de la religión
que estará basada en un conocimiento personal y no en las declaraciones y las
interpretaciones de las mentes limitadas. El Dr. Rufus Jones, el gran líder cuáquero, llama
la atención sobre este hecho en palabras que merecen ser citadas:
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"...un brote de misticismo es siempre un signo de que el alma del hombre está
expresando una vigorosa protesta contra la intrusión de algún sistema de vida
organizado que amenaza dejar un campo y área insuficientes para su propia, libre
iniciativa y su espontánea actividad creadora. Es un axioma que el alma tiene ciertos
derechos inherentes y capacidades, un dominio de sí misma, que debe ser respetado
y sostenido como sagrado. A veces el misticismo ha sido la protesta del espíritu del
hombre contra la corteza endurecida del dogma, a veces una rebelión contra el
clericalismo".
The Philosophic Basic of Mysticism
TH. Hughes, página 46
En días de oscuridad y aparente inercia espiritual, este renacimiento del interés en las
realidades superiores, aparece inevitablemente, garantizando que el espíritu del hombre está
en su camino, y que la realidad permanece inalterada detrás de la superficie cambiante de
los sucesos materiales. La verdadera necesidad de la hora requiere el sonido de una nota
clara, y a la nueva mística que emerge y al conocedor, se le da la tarea de emitir este
sonido. "Lo que encontramos en la mística es un órgano intensificado para la afirmación de
la realidad de Dios y para la más rica interpretación de Su carácter". Con estas claras
palabras, el Dr. Jones llama nuestra atención sobre el trabajo hecho eternamente en el
campo espiritual por el despierto buscador.
La verdad está, como el ave fénix, surgiendo de nuevo en el campo de la experiencia
humana, pero será la verdad que se siente y se conoce y no la verdad que es exigida por la
fuerza a través del autoritarismo y la antigua tradición; pues la verdad, como nos dice
Bernard Shaw, es “lo que por tu experiencia tú sabes que es verdad y en tu alma sientes que
es la verdad". Estas renovaciones de la vida espiritual de la raza, son recurrentes y cíclicas;
ellas pueden ser de una naturaleza emocional o intelectual, pero sirven para conducir la vida
subjetiva de la raza a una nueva y más rica fase de experiencia, y para compensar y a veces
para interpretar las más materiales y científicas tendencias paralelas que se puedan ver.
El problema de todo maestro y escritor hoy en día es descubrir nuevas formas para
expresar las mismas verdades fundamentales, y así presentar las antiguas fórmulas y reglas
del camino que conducirán al hombre a la próxima etapa en su desarrollo espiritual. Las
viejas verdades adquirirán entonces nuevos significados y vibrarán con nueva vida. Han
habido muchos libros escritos sobre el tema del Sendero del Discipulado. Una nueva
presentación de los problemas que se encontrarán en el Sendero universal, y un análisis de
las dificultades que se encontrarán mientras se marcha por él, no está garantizada como
valedera, a menos que la aplicación pueda ser general, práctica y expresada en tales
términos que satisfaga la necesidad del moderno estudiante. Un estudio de los Doce
Trabajos de Hércules, cubriendo, como ellos lo hacen, cada aspecto de la vida del discípulo
puede capacitarnos para lograr una actitud diferente y liberarnos dentro de esa alegría en el
Sendero y esa libertad en el servicio, que es una compensación más que adecuada por las
pérdidas temporarias y las angustias momentáneas que pueden poner a prueba la naturaleza
inferior.
Una de las grandes revelaciones que han pasado casi inadvertidas para la humanidad
durante el último siglo, ha sido la lenta alborada sobre nuestras conciencias del hecho de
nuestra propia inherente divinidad esencial. Los hombres están reconociendo que ellos son
en verdad "hechos a imagen de Dios", y son uno en naturaleza con su Padre en el Cielo.
También hoy en día, los propósitos y planes subyacentes en el trabajo creador de Dios,
125
están siendo ampliamente estudiados tanto desde el punto de vista científico como desde el
religioso, trayendo cambios definidos en la actitud del hombre hacia la vida en general. Es
este plan de desarrollo para el hombre, individual y racial, que se revela en la historia de
este antiguo Hijo de Dios. Se nos da un cuadro sintético y completo del progreso del alma
desde la ignorancia a la sabiduría, desde el deseo material a la aspiración espiritual, y desde
la ceguera de la humanidad infantil a la visión pura de aquellos que ven a Dios. Se llega a
un punto en la historia en que la cooperación inteligente con el propósito del alma toma el
lugar de la lucha y esfuerzo ciegos, y Hércules, que es un hijo de Dios como así también un
hijo de hombre, puede avanzar por el camino con su rostro vuelto hacia la luz, irradiada por
la alegría de aquellos que saben.
Este viejo relato, no deja sin tocar ninguna de las fases en la vida del aspirante y aun lo
vincula incesantemente con la empresa cósmica. Se encontrará que su tema es tan inclusivo
que todos nosotros, inmersos en los problemas de la vida, podemos aplicar a nosotros
mismos las pruebas y ensayos, los fracasos y logros de esta heroica figura, que se esforzó,
hace siglos, hacia la misma meta por la que estamos esforzándonos. A través de la lectura
de esta historia, un nuevo interés en la vida espiritual puede ser evocado en la mente del
perplejo aspirante, y él avanzará con nuevo coraje a medida que logra un cuadro secuencial
del desarrollo universal y del destino.
Nosotros encontramos, a medida que estudiamos este antiguo mito, que Hércules
emprendió ciertas tareas, simbólicas en naturaleza pero universales en su carácter, y que él
pasó a través de ciertos episodios y sucesos que retratan, para siempre, la naturaleza de la
disciplina y de los logros que deben caracterizar a un hijo de Dios, marchando hacia la
perfección. Él permanece como el encarnado pero todavía no perfeccionado Hijo de Dios,
el que, en una etapa particular en el ciclo evolutivo, se hace cargo de su naturaleza inferior
y voluntariamente se somete a la disciplina que eventualmente dará lugar al surgimiento de
su innata divinidad. De un errado pero sinceramente cuidadoso ser humano,
inteligentemente conocedor del trabajo que hay que realizar, se crea un Salvador del
Mundo, y nosotros vemos en los dos últimos trabajos cómo se llevó a cabo ese trabajo de
salvación.
Tres grandes y dramáticas historias han sido narradas constantemente a la humanidad a
través de los siglos: la de Hércules, la de Buda y la de Cristo, cada una de ellas pintando
una de las etapas en el Sendero de la Divinidad. En la historia de Hércules, hemos pintado
para nosotros las experiencias del Sendero del Discipulado y las primeras etapas del Sendero
de la Iniciación. En el caso de Buda, la historia empieza después de la de Hércules y
nosotros vemos que Buda logra la iluminación final, pasando por las iniciaciones de las que
Hércules nada sabía, luego viene el Cristo histórico encarnando en sí mismo algo tan
inefable, que nosotros lo vemos, de una manera única, como al representante de Dios. Estas
tres historias revelan progresivamente el plan de Dios para el desarrollo del hombre, y nos
convocan a seguir los pasos de Hércules, quien, caminó el Sendero del Discipulado y
alcanzó su meta.
El oráculo ha hablado y a través de los siglos ha salido el grito: "Conócete a ti mismo".
Este conocimiento es el logro sobresaliente en el Sendero del Discipulado, y se ve cuán
secuencial e inteligentemente alcanzó Hércules este conocimiento. Lo vemos pasando
alrededor de la gran senda de los cielos y realizando en cada signo uno de los doce trabajos,
los que todos los discípulos están llamados a realizar. Lo vemos desde dos puntos de vista:
el del discípulo individual y el de la humanidad en su conjunto, el gran discípulo del mundo
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del cual él es el prototipo. Es posible mirar a la humanidad como habiendo alcanzado, en
masa, la etapa del aspirante, y mirar a la raza como estando en el sendero probatorio, el
sendero de la purificación. Si el sufrimiento es el gran purificador, entonces lo arriba
manifestado es ciertamente verdadero. Los hombres hoy en día son inteligentes, buscando
seriamente una salida del presente atolladero material y aprendiendo a coordinar sus
habilidades y capacidades mental, emocional y física en un esfuerzo para elevarse por sobre
todo lo que hasta ahora los sujetó a la tierra. Esta etapa ha sido siempre expresada por los
tipos más avanzados de hombres, pero nunca antes ha estado toda la familia humana en esta
condición. Aquí reside la maravilla de la realización pasada, y aquí está la hora de nuestra
maravillosa oportunidad.
Nosotros encontramos a Hércules empezando en este punto y pasando por diversas
experiencias hasta que llega a la puerta abierta en Leo, a través de la cual él puede pasar al
Sendero del Discipulado. Lo vemos aprendiendo las lecciones del equilibrio, de la
abnegación y de la victoria sobre la naturaleza de deseos hasta que llega a ser el discípulo
unidireccional en Sagitario, antes de pasar por la puerta que conduce al monte de la
iniciación. Lenta y dolorosamente, él aprende la lección de que la competencia, y el
egoísmo codicioso deben desaparecer, y que el aferrarse a cualquier cosa para el separado
yo interior, no es parte de la misión de un hijo de Dios. Él se encuentra como un individuo,
sólo para descubrir que el individualismo debe ser inteligentemente sacrificado para el bien
del grupo; él aprende que la codicia personal no tiene lugar en la vida del aspirante que está
buscando la liberación del siempre recurrente ciclo de la existencia y de la constante
crucifixión sobre la cruz de la materia y de la forma. Las características del hombre inmerso
en la vida de la forma y bajo la regla de la materia son el temor, la competencia individual y
la codicia. Estos tienen que dar lugar a la confianza espiritual, la cooperación, el
conocimiento del grupo y el desinterés. Estas son las lecciones que Hércules nos aporta.
Esta es también la historia del Cristo cósmico, crucificado desde el principio de la
creación sobre la cruz fija de los cielos. Esta es la historia del Cristo histórico, dada a
nosotros en la historia del evangelio y establecida para nosotros hace dos mil años en
Palestina, cuando nuestro sol entró en el signo del Salvador del mundo, el signo de Piscis,
los peces. Esta es la historia de cada hombre individual, crucificado sobre la cruz de la
materia y de la existencia, y descubriendo que él es en verdad un hijo de Dios encarnado en
cada ser humano. Dios, encarnado en la materia. Tal es la historia del sistema solar, la
historia de nuestro planeta, la historia de todo hombre. Mientras miramos los cielos
estrellados arriba de nosotros, tenemos este gran drama, eternamente representado para
nosotros.
* El material anterior fue preparado por Dorothea Cochran a pedido de la Sra. Bailey y fue
encontrado entre sus papeles. Este extracto parece proveer una apropiada nota concluyente
para la serie de Hércules.
Resumen de las lecciones aprendidas en cada Signo Zodiacal
El siguiente compendio de notas en los signos zodiacales se ofrece como una base para
un estudio más amplio y una más rápida referencia.
127
Aries, El Camero
Elemento: Signo de fuego (como lo son también Leo y Sagitario).
Cualidad: La Iniciación. Los Comienzos. La Voluntad o el Poder se
expresan a través de los grandes procesos creativos. En las primeras
etapas, las actividades están dirigidas hacia el lado material de la vida;
más tarde hacia el lado espiritual.
Polo Opuesto: Libra. Un signo de aire (la balanza).
128
Regentes: Exotérico, Marte; Esotérico, Mercurio.
Palabras claves: Desde el punto de vista de la forma, "Que la forma sea buscada
nuevamente"; desde el punto de vista del alma, "Surjo, y desde el
plano de la mente, rijo".
Tauro, el Toro
Elemento: Signo de tierra (como lo son también Virgo y Capricornio).
Cualidad: El deseo, para la masa de los hombres; la voluntad o el propósito
dirigidos por el discípulo.
Polo Opuesto: Escorpio, signo de agua (conflicto de dualidad, el deseo vencido; el
discipulado triunfante).
Regentes: Exotérico, Venus; Esotérico, Vulcano.
Palabras claves: Desde el punto de vista de la forma, "Que la fuerza sea perseverante”;
desde el punto de vista del alma, "Veo, y cuando el Ojo está abierto,
todo se ilumina".
Géminis, los Gemelos
Elemento: Signo de aire (como lo son también Libra y Acuario).
Cualidad: La dualidad. Amor-Sabiduría. Fluidez. Control de cada par de
opuestos. El subyacente amor de la Deidad alcanza nuestro sistema
solar a través de Géminis.
Polo Opuesto: Sagitario. Un signo de fuego (unidireccionalidad; preparación para la
iniciación).
Regentes: Exotérico, Mercurio; Esotérico, Venus.
Palabras claves: Desde el punto de vista de la forma, "Que la inestabilidad haga su
trabajo"; desde el punto de vista del alma "Reconozco a mi otro yo y
en la declinación de ese yo, crezco y resplandezco".
Cáncer, el Cangrejo
Elemento: Signo de agua (como lo son también Escorpio y Piscis).
Cualidad: Sensibilidad de la masa; para el hombre común, identificación de la
masa con la forma; para el discípulo, servicio para las masas.
129
Polo Opuesto: Capricornio, un signo de tierra (conocimiento espiritual después de la
lucha; lugar de nacimiento de Cristo).
Regentes: Exotérico, la Luna; Esotérico, Neptuno.
Palabras claves: Desde el punto de vista de la forma, "Que rija el aislamiento, y no
obstante la multitud exista"; desde el punto de vista del alma,
"Construyo una casa iluminada y moro en ella".
Leo, el León
Elemento: Signo de fuego (como lo son también Aries y Sagitario).
Cualidad: La sensibilidad conduciendo al conocimiento individual. Salida fuera
del rebaño. Auto-conciencia. Auto-afirmación.
Polo Opuesto: Acuario. Un signo de aire (conocimiento del grupo, servicio del
mundo).
Regentes: Exotérico y Esotérico son el mismo, el Sol.
Palabras claves: Desde el punto de vista de la forma, "Que otras formas existan, yo
rijo"; desde el punto de vista del alma, "Yo soy Ese y Ese Soy Yo".
Virgo, la Virgen
Elemento: Signo de tierra (como lo son también Tauro y Capricornio).
Cualidad: El único servicio en Virgo es que ambos, la forma y el espíritu son
nutridos, protegidos, "Cristo en ti es la esperanza de gloria".
Polo Opuesto: Piscis, un signo de agua (el conocimiento de Cristo revelado como un
Salvador del Mundo).
Regentes: Exotérico, Mercurio; Esotérico, la Luna.
Palabras claves: Desde el punto de vista de la forma, "Que la materia reine”; desde el
punto de vista del alma, "Soy la Madre y el Niño. Soy Dios. Soy la
materia".
Libra, la Balanza
Elemento: Signo de aire (como lo son también Géminis y Acuario).
Cualidad: El equilibrio. Un intervalo donde se conoce la dualidad y la vida del
alma y de la forma están equilibradas (Ley. Sexo. Dinero).
130
Polo Opuesto: Aries, un signo de fuego (conciencia subjetiva, latente, voluntad de
encarnar).
Regentes: Exotérico, Venus; Esotérico, Urano.
Palabras claves: Desde el punto de vista de la forma, "Que se haga la elección”; desde
el punto de vista del alma, "Elijo el camino que conduce entre las dos
grandes líneas de fuerza”.
Escorpio, el Escorpión
Elemento: Signo de agua (como lo son también Cáncer y Piscis).
Cualidad: El conflicto. La prueba. El ensayo. El triunfo. Puntos de crisis.
Momentos de reorientación. Punto decisivo en la vida de la humanidad
y del individuo. Hércules se volvió el discípulo triunfante en Escorpio.
Polo Opuesto: Tauro, un signo de tierra (el deseo y el crecimiento de la luz del alma),
Regentes: Exotérico y Esotérico, el mismo, Marte.
Palabras claves: Desde el punto de vista de la forma, "Que Maya florezca y rija el
engaño"; desde el punto de vista del alma, "Soy el guerrero y surjo
victorioso de la batalla".
Sagitario, el Arquero
Elemento: Signo de fuego (como lo son también Aries y Leo).
Cualidad: Dirección enfocada. Actividad unidireccional. En las primeras etapas,
satisfacción del deseo; en las etapas posteriores, aspiración por la meta
de la iniciación.
Polo Opuesto: Géminis, un signo de aire (eventual control de la fluidez y de los pares
de opuestos; fusión, síntesis, compensación).
Regentes: Exotérico, Júpiter; Esotérico, la Tierra.
Palabras claves: Desde el punto de vista de la forma, "Que se busque el alimento";
desde el punto de vista del alma, "Yo veo la meta, alcanzo esa meta y
entonces veo otra".
Capricornio, la Cabra
Elemento: Signo de tierra (como lo son también Tauro y Virgo).
131
Cualidad: Características extremas de los peores y los mejores tipos. Ambición.
Cristalización. Lucha superada. Transfiguración. Conciencia del
iniciado. "El unicornio de Dios".
Polo Opuesto: Cáncer, un signo de agua (primera puerta a la encarnación).
Regentes: Exotérico y Esotérico, el mismo, Saturno.
Palabras claves: Desde el punto de vista de la forma, "Que la ambición rija y que la
puerta permanezca muy abierta”; desde el punto de vista del alma,
"Estoy perdido en la luz suprema, aún así, vuelvo la espalda a esa luz".
Acuario, el Aguador
Elemento: Signo de aire (como lo son también Géminis y Libra).
Cualidad: Voluntad de servir, primero al yo inferior, luego al Yo superior.
Servicio del mundo. Conciencia individual transmutada en conciencia
de grupo.
Polo Opuesto: Leo, un signo de fuego (conocimiento individual; impulso hacia el
auto-conocimiento; eventual auto-dominio preparatorio para el servicio
desinteresado).
Regentes: Exotérico, Urano; Esotérico, Júpiter.
Palabras claves: Desde el punto de vista de la forma, “Que el deseo en la forma rija";
desde el punto de vista del alma, "Soy el Agua de Vida vertida para los
hombres sedientos”.
Piscis, los Peces
Elemento: Signo de agua (como lo son también Cáncer y Escorpio).
Cualidad: Dualidad. Fluidez dotada de conciencia instintiva. Mediumnidad.
Mente polarizada no despierta. Intuición dormida. Muerte de la
personalidad. Liberación del alma de la cautividad. Cristo, el Salvador
del Mundo.
Polo Opuesto: Virgo, un signo de tierra (la materia; Cristo en la cueva del corazón).
Regentes: Exotérico, Júpiter; Esotérico, Plutón.
Palabras claves: Desde el punto de vista de la forma, "Entra en la materia" desde el
punto de vista del alma, "Abandono el Hogar de Padre y al regresar,
salvo".
"La ayuda tiene que venir de una fuente que no sea esta existencia limitada pero esta
132
fuente no debe ser algo completamente fuera de nosotros, en el sentido que no tenga
comprensión de nuestras limitaciones, y en consecuencia, que sea en alguna forma
benévola con nosotros. La fuente de la ayuda debe tener el mismo corazón que el nuestro
para que haya una corriente de compasión pasando entre los dos. La fuente de poder debe
estar dentro de nosotros y no obstante estar fuera. Si no estuviera fuera, estaría sujeta a las
mismas condiciones. Este es un eterno problema, estar y no estar, estar dentro y sin
embargo estar fuera, ser finito y con todo, pronto a servir al infinito".
D. T. Suzuki
El Sendero del Alma a Través del Zodíaco
"El Sendero de las almas a la ascensión se extiende a través de
los doce signos del Zodíaco... el sendero que desciende es el mismo ".
Clemente de Alejandría
En la vida de Hércules, el alma en encarnación, y su progreso alrededor del Zodíaco
desde Aries a Piscis en la rueda revertida, el sendero del discípulo, podría ser útil definir
brevemente al Zodíaco para que podamos seguir sus trabajos inteligentemente. Podría
también ser de beneficio averiguar si, en nuestra tradición cristiana occidental, hay
indicaciones de la influencia de la antigua ciencia de la astrología.
Ha habido muchas definiciones de la palabra “Zodíaco". La más usual es como sigue:
“...la palabra deriva del griego "zodion", un pequeño animal, siendo la completa
expresión el círculo zodiacal, o círculo de animales. Esto era una faja imaginaria en el cielo,
formada por dos círculos equidistantes desde la eclíptica y cerca de dieciocho grados
apartada de ella, la que señalaba el sendero del sol, o en su revolución anual cuando las
doce divisiones indicaban la sucesión de los meses en el año, o en su curso diurno, cuando
las divisiones marcaban las horas del día y de la noche".
Astrología, el Vínculo entre Dos Mundos
por S. Elizabeth Hall, M. A.
Valentia Stratton también podría ser citada aquí:
"...en astronomía, dice la ciencia, el Zodíaco es una faja imaginaria en los cielos, de
dieciséis o dieciocho grados de ancho, por el medio de la cual pasa el sendero del sol, (la
eclíptica). El contiene las doce constelaciones, que constituyen los doce signos del Zodíaco,
y por las cuales son nombrados... El propio Zodíaco astrológico, sin embargo, es un círculo
imaginario que pasa alrededor de la tierra en el plano de la eclíptica, siendo su primer punto
llamado Aries, 0 grado. Está dividido en doce partes iguales llamadas 'signos del Zodíaco',
conteniendo cada una treinta grados de espacio, y en él se mide la exacta ascensión de los
cuerpos celestes. El zodíaco móvil o natural es una sucesión de constelaciones que forman
una faja de 47 grados de ancho, estando al norte y al sur de la eclíptica".
Glosario de El Banco Celestial del Norte
133
Walter H. Sampson nos da una explicación muy simple de la faja imaginaria. El dice:
"El Zodíaco, propiamente hablando, es esa faja de los cielos por la cual pasa la aparente
trayectoria del sol; su punto inicial es el equinoccio primaveral, el cual como sabemos, está
en continuo movimiento retrógrado a través de un círculo de constelaciones que están cerca
de la eclíptica. El Zodíaco está dividido en doce porciones iguales de treinta grados cada
una, correspondiendo vagamente a las doce constelaciones de Aries, Tauro, Géminis,
Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis
El Zodíaco: Un compendio de Vida
Alan Leo nos dice también:
" ... las constelaciones son grupos de estrellas fijas, siendo los doce grupos centrales
llamados por los mismos nombres que los doce signos, aunque ellos no cubren la misma
área de los cielos. La precesión de los equinoccios, causada por ‘movimiento' del sol a
través del espacio, hace parecer que las constelaciones se movieran hacia adelante contra el
orden de los signos, a razón de 50 segundos por año".
Diccionario de Astrología, P. 204.
Otro punto para ser recordado es proporcionado por Alan Leo en lo siguiente:
"Las doce constelaciones forman el Zodíaco de todo el sistema solar... lo mismo que la
rotación de la tierra hace que los signos salgan y se pongan, estando un nuevo signo en la
ascensión cada dos horas como promedio; así, como resultado de la precesión, el círculo
mucho mayor de las constelaciones pasa de una parte a otra de la ascensión de la tierra, el
punto equinoccial, el principio del Zodíaco. En esta forma, el gran día de la precesión,
abarcando más de veinticinco mil de nuestros años, corresponde a uno de nuestros días,
porque durante ese período las doce constelaciones se levantan y se ponen una vez”.
Ibid, p. 167.
La segunda cosa, por lo tanto, para recordar, es que hay dos Zodíacos, el mayor y el
menor. El primero comprende las doce constelaciones a través de las cuales el sol y el
sistema planetario parecen pasar en un gran ciclo de más de 25.000 años. El último es el
mismo círculo de constelaciones a través del cual la tierra parece pasar en su revolución
anual alrededor del sol, y es sobre éste que los astrólogos basan sus predicciones y emiten
el horóscopo. Así nosotros tenemos en estos dos Zodíacos el símbolo del progreso de la
Vida modelando a un sistema solar, una planta y un hombre.
"Así como la tierra en su tránsito anual alrededor del sol pasa cada mes por un signo del
Zodíaco, nuestro sistema solar durante su gran tránsito alrededor del sol central del
universo (Alcyone), pasa por cada signo del Zodíaco; pero en este ciclo mayor en vez de un
mes, nuestro sistema solar requiere aproximadamente dos mil sesenta años para atravesar
cada signo".
El Mensajero de Acuario, p. 23, por Homer Curtiss.
Una definición interesante y más probable de la palabra "Zodíaco”, es dada por el Dr.
134
Ethelbert Bullinger en su libro El Teatro de las Estrellas. Él dice:
"La misma palabra Zodíaco viene del griego 'Zodiakon’, la que no procede de 'zoon’
'vivir’, sino de una primitiva raíz, a través del hebreo 'sodi’, la que en sánscrito significa 'un
camino’. Su etimología no tiene conexión con criaturas vivientes, sino que señala un
camino o pasos y es usada para el camino o sendero que parece seguir el sol en medio de
las estrellas en el curso de un año".
El Zodíaco, por lo tanto, es el Sendero o Camino. Cuando Cristo habló a sus discípulos
como el Cristo Cósmico, Él les dijo "Yo soy el Camino", y a esto es posible darle un
significado astrológico, pues los tres tipos de vida recorren este Camino cósmico, el Cristo
Cósmico, el Espíritu Planetario y el ser humano.
Es interesante señalar que se habla del Zodíaco como de una ilusión y como de un
sendero imaginario, una apariencia. El diccionario Webster, por ejemplo, define al Zodíaco
como "el sendero imaginario del sol a través de los cielos”, y en todos los libros de
referencia sobre el tema se pone énfasis sobre el hecho de que él es todo apariencia, la gran
ilusión. Un escritor nos dice que:
"...para el astrónomo el Zodíaco es meramente la senda del so, la luna y los planetas, no
teniendo más realidad que los recorridos de un transporte que se muestran en un atlas para
la información de los que piensan viajar”.
El Zodíaco y el Ama, p. 1
por C.E.0. Carter
Cuando estudiamos este sendero imaginario surgen dos pensamientos. Somos
enfrentados con el concepto de una progresión firme e incesante alrededor una y otra vez,
de esta vasta faja de constelaciones. La idea de una eterna recurrencia y de una constante
actividad, llevando con él según nosotros esperamos y creemos, un constante desarrollo,
nos da una comprensión de la magnitud de la Vida Una y una visión de un plan y un
propósito emergiendo siempre, que sintetizan la ejecución inteligente del pensamiento de
Dios.
La segunda idea, que encontró una respuesta tan fuerte en la mente humana que
constituye lo que se llama “la ciencia de la astrología" y forma su premisa básica, es que
cada uno de estos signos, a través de los cuales parecen pasar al sol y la tierra, son
encarnaciones de energías que tienen un poderoso efecto sobre todas las formas de vida en
nuestro planeta, y sobre el mundo de las ideas. La humanidad, se sostiene, ha sido y es
afectada por las energías con las que hace contacto nuestro sistema solar mientras pasa
entrando y saliendo alternativamente de las distintas constelaciones. Si esto es un hecho, y
si podemos lograr una suficientemente amplia mirada retrospectiva, debería seguramente
ser posible demostrar la verdad de este argumento.
¿Cómo pues pueden ser efectivas estas energías? Se dice que son transmitidas a través de
la forma del pensamiento. Volublemente usamos la frase, “la energía del pensamiento".
Aquí la realidad de esta creencia es sometida a una prueba cósmica. De la muerte también
se dice que es "una invención de nuestra imaginación".
135
Testimonio en Cuanto a la Efectividad de las Energías
Zodiacales en la Vida Terrestre
En el cuadro más amplio surgen ciertos hechos interesantes. Podemos decir, por ejemplo,
que hace cuatro o cinco mil años, el sol estaba en alguna parte en el signo de Tauro, el
Toro. Entonces teníamos el culto del toro en Egipto y en la India, y el sacrificio del buey
sagrado, como en los misterios de Mitra.
Aproximadamente dos mil años antes del nacimiento de Cristo, nos dicen los
astrónomos, el sol pasaba dentro del signo Aries, el Carnero o Cordero, y se produjo la
dispensación de los judíos. En ese tiempo, por lo tanto, tenemos la inauguración de la
Pascua judía y el sacrificio del cordero. Es interesante señalar en esta conexión el verdadero
significado del pecado de los Hijos de Israel en el desierto. Nosotros leemos que ellos
hicieron un becerro de oro y se prosternaban y lo adoraban, retrocediendo así en este acto a
antiguas formas y sacrificios. El pecado de ellos consistió en una actitud reaccionaria y en
no entender el significado de la nueva era que se aproximaba.
Asimismo los astrónomos nos dicen que, cuando Cristo nació en Palestina, fecha desde
la que parte nuestra dispensación cristiana, el sol pasó por el signo de Piscis, los Peces.
Tenemos, por consiguiente, el énfasis puesto en la historia del Evangelio sobre la
simbología del pez. Cristo eligió a los pescadores para que estuvieran entre sus discípulos;
realizó milagros con peces. Envió a Sus discípulos al mundo para que fueran pescadores de
hombres; por cerca de dos mil años ha sido costumbre comer pescado en Viernes Santo y
en días de ayuno. Así encontramos el sacrificio del cordero siguiendo al sacrificio del toro,
y al símbolo del pez después del cordero, y eso mientras el sol pasaba aparentemente desde
Tauro a Aries y desde Aries a Piscis.
Ahora estamos en el signo Acuario, el aguador, aunque aún no hemos entrado de lleno en
ese signo, un proceso que tomará aproximadamente más de doscientos años. Estamos
informados por los astrónomos que empezamos a transitar dentro de ese signo hace más o
menos doscientos años, y es perceptible como, desde entonces. Acuario, el aguador, ha
empezado a hacer sentir su presencia en el desarrollo del saneamiento y el uso prolífico del
agua. Pero Acuario es un signo de aire y los cielos están llenos de aparatos voladores.
También, por consiguiente, en sus formas exotéricas, la influencia de los signos es
indudablemente verificada y hay una base real para la pretensión del esoterista de que cada
nuevo signo trae a la tierra energías características, nuevos conceptos y nuevas
oportunidades.
También se puede mostrar que estos factores astrológicos han puesto su signo sobre
nuestra tradición cristiana y sobre nuestro trato con la iglesia. Es interesante señalar en esta
conexión que en nochebuena, la más brillante de las estrellas fijas, Sirio, se ve a la
izquierda de la línea del meridiano, algo al sur. Hace dos mil años, debido a la precesión de
los equinoccios, estaba en la línea del meridiano. Esta es la Estrella en el Oriente. Al mismo
tiempo, la constelación de Virgo, la Virgen, se volvía visible en el este, y es interesante
señalar la coincidencia de que Spica, la estrella más brillante en esa constelación, significa
"una espiga de trigo”, y Belén, el pueblo donde nació Cristo, significa “la casa del pan".
Cuando este arreglo se efectúa cíclicamente en los cielos, los grandes históricos Hijos de
Dios hacen su aparición para la elevación de la humanidad y la salvación del mundo.
También se dice que la conjunción de Saturno y Júpiter creaban una brillante, llamativa
apariencia.
136
Se podría dar otro ejemplo del efecto de las constelaciones sobre nuestra fe cristiana. Dos
festividades han permanecido en las iglesias Católica Romana y en la Anglicana, llamadas
la Asunción de la Virgen, que se celebra el 15 de agosto, y el Nacimiento de la Virgen el 8
de septiembre. Cada año el sol entra al signo de Virgo alrededor del 15 de agosto y las
estrellas de las que él está compuesto se pierden de vista en la gloria de los rayos del sol. En
el tiempo de la antigua representación del Zodíaco, el 15 de agosto vería la verdadera
desaparición del grupo de Virgo, pero ahora el tiempo no es exacto, aunque la iglesia
perpetúa la fecha original. El 8 de septiembre, o alrededor de él, la constelación puede ser
vista desde nuestro planeta emergiendo lentamente desde los rayos del sol y reapareciendo.
De esto nosotros hablamos como del nacimiento de la Virgen.
Otras dos indicaciones se pueden dar para mostrar cuán amplia y profundamente ha
afectado el Zodíaco nuestras creencias religiosas. Una será vista mientras estudiemos la
significación de los Doce Hijos de Jacob y los anuncios hechos por su padre, y la otra
surgirá cuando estudiemos el origen de la Cruz.
Las Cruces:
El tema de la Cruz es un tema demasiado amplio para ser dilucidado aquí. La cruz dentro
del círculo es uno de los más antiguos símbolos del mundo, anticipándose en miles de años
a la era cristiana. La cruz está originalmente formada por la acción recíproca entre los doce
signos del Zodíaco. Hay en el Zodíaco treinta y seis cruces, pues cada signo está dividido
en lo que se llama tres decanatos, los que antes eran conocidos como las treinta y seis
estrellas cruzadas. El Zodíaco se completa con 360 grados, las escuadra de 90 grados es un
cuarto de círculo, creando las cuatro esquinas, que es la cruz dentro del círculo.
Hay, sin embargo, tres cruces principales que en su simbología representan los tres
aspectos divinos, Espíritu, Alma y Cuerpo. Ellas son como sigue:
1. La Cruz Cardinal, que consiste en cuatro constelaciones:
a. Aries .................... .................................. La Creación, el comienzo.
b. Cáncer ................................................. La primera puerta a la existencia.
c. Libra ..................................................... El equilibrio entre la vida y la forma.
d. Capricornio .......................................... La puerta a la vida espiritual.
Esta es la cruz del Espíritu o del iniciado, y es interesante señalar que la palabra
“cardinal" viene de una palabra latina que significa "el gozne de la puerta". La palabra
"puerta" entra mucho en el concepto del discipulado e implica el período preparatorio para
pasar a través de la puerta o portal de la iniciación. Aquí tenemos la idea de la puerta a
través de la cual pasa el Cristo Cósmico al final de la era, cuando los cielos y la tierra se
desvanecen los planes de Dios se consuman.
2. La Cruz Fija, que consiste en cuatro constelaciones:
a. Tauro ..................................................La iluminación. La mente.
137
b. Leo.......................................................La individualidad. La autoconciencia.
c. Escorpio...............................................La liberación final de la ilusión.
d. Acuario ................................................ El servidor de la raza vertiendo el agua
viviente de la purificación.
Esta es preeminentemente la cruz del alma y de verdadero interés porque es la cruz del
discípulo Hércules. Él personificaba a estos cuatro signos, y fue crucificado sobre esta Cruz
Fija. Estos cuatro signos son vistos en nuestra creencia como los Cuatro Signos Sagrados y
los encontramos manifestados para nosotros en las cuatro criaturas vivientes del profeta
Ezequiel. Estas cuatro criaturas tenían la cara de un hombre, Acuario; la cara de un León,
Leo; la cara de un buey, Tauro; y la cara de un águila, Escorpio. Aquila, el Aguila, es
astrológicamente intercambiable con Escorpio. Están simbolizadas asimismo en los cuatro
evangelistas y en las cuatro bestias de las Revelaciones. Esta cruz es la cruz de todos los
salvadores del mundo, y la cruz cardinal es la de la deidad, crucificada en el agua del
espacio.
3. La Cruz Mutable o Común, que consiste en cuatro constelaciones:
a. Géminis........................................... La interrelación entre lo superior e inferior.
b. Virgo.................................................La forma que nutre al Cristo niño.
c. Sagitario .................................................El aspirante, apresurándose hacia la meta.
d. Piscis.................................................La muerte. La consumación. El Salvador
del Mundo.
Esta es la cruz de la vida cotidiana a la cual están sujetos todos los hijos de los hombres.
Es la cruz de la crucifixión diaria y de la dificultad y simboliza el período de la
encarnación, del crecimiento y desarrollo por medio de la forma y su uso. En estas tres
cruces está resumida la historia del Cristo Cósmico, del Dios crucificado en la materia, de
Hércules y de todos los discípulos, y del ser humano común. Ellas constituyen la totalidad
de los doce signos.
138
El Signo Hijo de Jacob Observaciones
Aries.
El Carnero, Cordero Neftalí Neftalí es un juego sobre la palabra hebrea
"taleh", el Carnero. Significa el caracoleante
y luchador carnero. Observar la
historia de Abraham y el carnero atrapado
en la maleza.
Tauro.
El Toro Issachar "Él dobló sus espaldas para aguantar". Esto
se refiere al yugo y al trabajo de los bueyes
produciendo cosechas.
Géminis.
Los Gemelos Simeón y "Simeón y Ley¡ son hermanos”.
Levi
Cáncer.
El Cangrejo Zabulon El "anhelaba una morada viviendo en el
puerto del mar”. El cangrejo lleva su
habitación sobre su espalda y vive en la
orilla del mar.
Leo.
El León Judá Judá es un cachorro de león. "El se tendía
como un león”.
Virgo.
La Virgen Asher Este nombre viene de Islitar. Ashera es la
diosa de la abundancia. Ella es
representada como una virgen llevando
una gavilla de trigo.
Ver Génesis 49,20.
Libra.
Los Platillos o Balanzas Dan Dan juzgará a su pueblo".
Escorpio
139
La Serpiente o Víbora Dan Mencionado dos veces cuando dos
hermanos son asignados a Géminis. "Dan
será una serpiente que morderá los
garrones de los caballos”.
Sagitario. José "Su arco permanecía aguantando". Su
caballo es el que Escorpio sigue rápido
detrás.
Capricornio.
La Cabra Benjamín En los misterios egipcios Capricornio es
representado como un Dios con cabeza de
lobo. "Benjamín devorará como un lobo".
Acuario.
El Aguador Rubén Significa "el que vierte el agua". El agua
viviente.
Piscis.
Los Peces Gad Un juego sobre "Dag”, el pez.
Tránsito a través de los Signos
(Como un escenario en el drama desempeñado en cada Signo
esta breve reseña parece integrar la Serie de Hércules)
El progreso de Hércules desde el plano material, a través del plano emocional o del
deseo, y hacia afuera en la manifestación física, y luego su tránsito a través de los doce
signos, y por medio de los doce trabajos, hasta el punto donde se vuelve un inspirado
Iniciado, puede ser bosquejado para nosotros brevemente en la siguiente representación:
En Aries (21 marzo - 20 abril*, el Carnero), a través de la captura de las Yeguas
Devoradoras de Hombres, lo vemos hacer su partida, reaccionar al impulso del
pensamiento, y aprender algo del control de la mente. Como el discípulo inteligente, él
empieza su carrera, comenzando con un indefinido impulso espiritual hacia la justicia y
terminando como el salvador del mundo.
En Tauro (21 abril - 20 mayo*, el Toro), él tiene que conocer la naturaleza del deseo,
tiene que trasmutarla en aspiración, que dominar el sexo, y usarlo rectamente, y así capturar
al Toro de Creta. Este fuerte impulso, y la potencia de la atracción, es, como veremos, lo
que produce la gran ilusión, pero lo que puede, eventualmente, volverse la causa de la
iluminación.
140
Pasando al signo de Géminis (21 mayo - 20 junio*, los Gemelos), el progreso del
discípulo, hasta aquí subjetivo y caracterizado por el pensamiento y el deseo, resulta en la
expresión en el plano físico. En este signo él llega al conocimiento de sí mismo como una
personalidad y recoge las manzanas de oro del conocimiento, subordinando a su empresa
los tres aspectos del yo personal inferior, el cuerpo físico, la naturaleza del
deseo-sentimiento y la mente.
En Cáncer (21 junio - 21 julio*, el Cangrejo), la facultad superior de la intuición es
puesta en juego, y esto está simbolizado para nosotros en la captura de la elusiva Gama o
Cierva, sensible y difícil de encontrar. En sus cielos previos de experiencias de la vida, él
ha trasmutado el instinto en intelecto, pero ahora como el discípulo, debe trasmutar el
intelecto en intuición. Las correspondencias superiores de todos los poderes inferiores
tienen que ser desarrolladas y utilizadas.
Así equipado, en Leo (22 julio - 21 agosto*, el León), emprende el más conocido de sus
trabajos, el matar al León de Nemea. Él demuestra en esta prueba el poder de hacer dos
cosas y prueba a su vigilante maestro. Euristeo, que su personalidad reenfocada y
coordinada se caracteriza por ese decidido coraje que es el don de la gente nacida en este
signo, y atestigua también a través de este trabajo que lo inferior puede estar subordinado a
lo superior. A través del servicio prestado y de la sensatez de su proceder, da una garantía
de la fuerza de su propósito.
Nosotros podríamos considerar a estos cinco trabajos, en Aries, Tauro, Géminis, Cáncer
y Leo, como cubriendo todo el período del Sendero del Noviciado y el matar al León de
Nemea es el clímax de esa parte de la lucha. Ahora está listo para caminar el Sendero del
Discipulado, en el cual Cristo, el morador, se revela gradualmente, la materia es firmemente
subordinada a los usos del alma, y el aspecto forma viene a ser considerado simplemente
como la madre del Cristo Niño. Este progresivo conocimiento empieza en Virgo, el sexto
signo, el signo del pesebre, y se consuma en Capricornio, el décimo signo, el signo del
nacimiento de todos los dioses del sol. En el Sendero del Discipulado, él tiene que
demostrar, en segundo lugar, que ha vencido a la ilusión, que el mágico hechizo que
impone la materia sobre el espíritu no lo engaña más. Esto es mostrado dramáticamente en
el trabajo realizado en Escorpio, al matar a la Hidra de Nueve Cabezas. Después de
Capricornio, se vuelve un servidor de la humanidad, consagrado al trabajo de la Jerarquía, y
esta dedicación espiritual al servicio, encuentra su expresión en los dos últimos signos del
círculo zodiacal, los de Acuario y Piscis.
En Virgo (22 agosto - 21 septiembre*, la Virgen), por lo tanto, el primero de los signos
del discípulo, realiza su sexto trabajo, y se apodera del cinturón de Hipólita, la Reina de la
Amazonas. Es interesante señalar que el primer trabajo en el sendero probatorio empezó
con un fracaso parcial, en Aries, y el primer trabajo en el Sendero del Discipulado en
Virgo, es también "hecho, pero mal hecho". El discípulo nunca debe abandonar su guardia,
pues siempre está el peligro del error y la equivocación. Sus verdaderas virtudes pueden
llegar a ser su problema y se nos dice que es posible aun para un elevado iniciado hijo de
Dios desistir del sendero de la Realización. Su fracaso es, sin embargo, sólo temporario.
Nuevas oportunidades aparecen. La consecuencia de su equivocación ha sido la demora,
pero al día de la restauración y de la renovación se repetirá inevitablemente. En Virgo nosotros
hemos descrito la preparación para la primera iniciación, el nacimiento del Cristo,
llamado en la cristiandad, el nacimiento de Cristo en el corazón. Esto es un acontecimiento
en el plano físico como así también muy transcendental, como lo encontramos cuando
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estudiamos los signos de Virgo y Capricornio.
En Libra (22 septiembre - 21 octubre*, la Balanza), Hércules captura al jabalí y a través
de la realización de este trabajo, demuestra su aptitud para tomar la segunda iniciación, la
que concierne al cuerpo emocional. El equilibra los pares de opuestos y lo demuestra de
una manera divertida y simbólica. Prueba que la estabilidad y el equilibrio tienen ahora
características acabadas y que es apto para emprender la tremenda tarea preparada para él
en el signo siguiente.
En Escorpio (23 octubre - 22 noviembre*, el Escorpión), entra en su prueba suprema,
que es también la prueba suprema para la humanidad, y que, si estudiamos los tiempos y
estaciones, aparece como aquella a la que la humanidad está sometida en el presente. El
problema que Hércules tenía por delante era su emancipación de la ilusión y la liberación
de la percepción de las brumas y miasmas del espejismo y las apariencias detrás de las
cuales la Realidad misma se oculta. En este signo él pasa exitosamente a través de su más
grande prueba y de allí en adelante su problema cambia. Ha controlado el deseo y ha
demostrado su capacidad para vencerlo; está estabilizado y equilibrado en su punto de vista;
ahora, porque no es engañado más por las apariencias y porque puede caminar
unidireccionalmente en la Luz, él se vuelve un trabajador del mundo.
Esta unidireccionalidad está demostrada para nosotros en Sagitario (23 noviembre - 22
diciembre*, el Arquero), donde tenemos la consumación de la tarea empezada en Aries, que
era el uso correcto y el control del pensamiento. En Aries él capturó a las Yeguas
Devoradoras de Hombres y la dedicó a su uso. Ahora ahuyenta a las aves de Estinfale,
Devoradoras de Hombres y pone fin a todas las inclinaciones a usar el pensamiento destructivo.
En Capricornio (23 diciembre - 20 enero, la Cabra), se vuelve un iniciado y aparece ante
el mundo como un salvador, un liberado hijo de Dios, capaz de trabajar en el Infierno, en la
Tierra o en el Cielo. Saca a Cerbero del Hades, y a través del simbolismo del perro de tres
cabezas, retrata la elevación al Cielo de la personalidad, el triple aspecto material. Así
demuestra que ha logrado el desarrollo necesario y experimentado las pruebas
fortalecedoras que lo capacitarán exitosamente para pasar a través de la: experiencia de la
tercera iniciación, la de la Transfiguración.
Los dos signos siguientes, Acuario y Piscis, nos muestran al liberado Hércules en su
trabajo, la salvación del mundo. Sus pruebas no son más personales e individuales, sino que
son universales en su aplicación y nos demuestran la inclusividad de la conciencia y la
vastedad de los métodos empleados por el discípulo que ha trepado la montaña en
Capricornio y no tiene más problemas personales.
En Acuario (21 enero - 19 febrero*, el Aguador), Hércules, limpió los establos de Augías
desviando un río a través de ellos. Estos no habían sido limpiados por muchos años. Así él
vertió simbólicamente las aguas purificadoras en servicio del hombre. Este es el importante
signo en el cual estamos entrando ahora; el más bajo de todos los trabajos cae dentro de este
signo, próximo al más culminante de todos los trabajos. Uno puede pensar con reverencia
en Jesús el Cristo lavando los pies de sus discípulos, después de seguir al hombre con el
cántaro de agua en sus hombros, dentro de la habitación superior.
En Piscis (20 febrero - 20 marzo*, los Peces), encontramos por contraste el símbolo más
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elevado, pues aquí Hércules capturó el Rebaño Colorado, lo colocó en una copa de oro (el
Santo Grial), y lo llevó hasta el Templo. Tal es la belleza que corona al signo en que el
hombre se vuelve un salvador del mundo, habiendo sido redimido y trascendido todo lo que
es animalidad. (Interpolado).
Este corto análisis de los doce trabajos, nos dará un cuadro algo sintético del trabajo
hecho por cada discípulo que está realmente dispuesto a perseverar a medida que progresa
de Aries a Piscis. Es un arduo trabajo, lento y llevado adelante con grandes dificultades, y a
menudo en ciega ignorancia de las fuerzas liberadas y de los resultados que se lograrán.
Pero paso a paso el aspirante es conducido a lo largo del sendero del autoconocimiento. Su
carácter y su naturaleza han sido probados y ensayados hasta que las cualidades que
caracterizan la forma, han sido transmutadas en aquellas que revelan el alma.
* Las fechas que se dan son aproximadas, ellas pueden variar de acuerdo a diferentes
autoridades.
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Año: 2002
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